Biná es la tercera de las diez sefirot, y el segundo poder conciente del intelecto en la Creación.
Biná aparece en la configuración de las sefirot al tope del eje izquierdo, y corresponde en el tzelem Elokim, al hemisferio cerebral izquierdo.
En su forma completamente articulada, biná posee dos partzufim: el superior, se conoce como Ima Ilaá (“la madre superior”), mientras que el inferior es llamado Tevuná (“comprehensión”). Estos dos partzufim en conjunto son llamados Ima (“la madre”).
Biná es asociado en el alma con el poder de análisis conceptual y razonamiento; por un lado inductivo, y por el otro deductivo. El partzuf de Ima Ilaá es asociado en particular con el poder de captar y comprehender las ideas de jojmá, mientras que Tevuná representa el poder de asimilar completamente en la propia conciencia, las ideas resultantes.
La “comprensión” de biná, implica también la habilidad de examinar el grado de verdad o falsedad inherente en una idea en particular. Job expresa esto como (12:11 y 34:3): “el oído examina las palabras”. El oído, el sentido de la audición, es asociado con biná. “Oye, O Israel…” (Deuteronomio 6:4), significa “Comprende….” Las letras iniciales de la frase: “el oído examina las palabras” forman la palabra emet, “verdad”.
Otra característica que se identifica con la propiedad de biná es la habilidad de explicar y elucidar conceptos tanto a uno mismo como a los demás. Por esta razón es simbolizada en cabalá como “el río extenso”.
La palabra biná deriva de la raiz gramatical ben, que significa “entre”. El poder de biná es distinguir y diferenciar entre ideas. Biná misma es el segundo “cerebro” entre jojmá y daat.
La unión de jojmá y biná (“la unión superior” en cabalá), el “padre” y la “madre” (los hemisferios derecho e izquierdo del cerebro) es continua, y en el Zohar se encuentra insinuada al expresar: “dos compañeros que nunca se separan”. Esta unión es necesaria para la recreación continua del mundo (comenzando con el nacimiento de los siete atributos del corazón, correspondientes a los siete días de la Creación, desde el vientre de la “madre”, biná).
La unión de jojma (73) y biná (67) = 140. 140 es la suma del cuadrado de los números de1 1 al 7. Esto refleja el origen de los siete atributos del corazón (los días de la creación), los 7 “hijos”, en su máximo estado de prefección (el cuadrado de un número, representa un estado prefecto del ser) en la mente de “padre” y “madre”.
El estado espiritual identificado en el jasidismo, como correspondiente a la sefirá de biná es el de simjá (alegría).