Vive con el Tiempo, lee la porción de Torá de hoy para comprender esto:
“Y supliqué a Havaiá en ese momento diciendo…”
[Devarim-Deuteronomio 3:23]
“וָאֶתְחַנַּן אֶל הוי’ בָּעֵת הַהִוא לֵאמֹר”
“Vaetjanán el Havaiá baet hahú lemor”.
Este verso tiene la misma guematria que el verso inicial de la entrega de los Diez Mandamientos en la parashat Itró: [Shemot-Éxodo 20:1]
Y habló Dios todas estas palabras, diciendo…”
“וידבר אלהים את כל הדברים האלה לאמר”
“Vaidaver Elokim et col hadevarim haele lemor”.
Por cierto, en la parashá Vaetjanán se vuelven a escribir los Diez Mandamientos, y es muy adecuado que ambos versos que dan comienzo al relato de los Diez Mandamientos en ambas ocasiones tengan el mismo valor numérico!
El tema predominante del verso “y suplicó a Havaiá” es la plegaria. En hebreo plegaria, “tefilá”, תפלה, tiene la misma guematria que suplicó, “vaetjanán”, ואתחנן.
Y los sabios lo explicaron trayendo el verso de Mishle-Proverbios 18:23: “Con súplicas hablará el pobre.” “תַּחֲנוּנִים יְדַבֶּר רָשׁ”, “Tajanunim iedaber rash”. La súplica del menesteroso que pide una dádiva como el pordiosero en la puerta. Vaetjanán se relaciona con jinám,חנם, “gratuito”. “La plegaria del pobre que se cubre (con el talit)”, Tehilim 120:1 תְּפִלָּה לְעָנִי כִי יַעֲטֹף, “Tefilá leaní ki iaatof”.
Aunque todo el verso completo es:
“Con súplicas hablará el pobre, y el rico contestará insolencias.”
“תַּחֲנוּנִים יְדַבֶּר רָשׁ וְעָשִׁיר יַעֲנֶה עַזּוֹת”
“Tajanunim iedaber rash, veashir iaané azot.”
La plegaria de Moshé con palabras de súplica es la plegaria del pobre, pero también está:
“Plegaria de Moshé, el hombre de Elokim”.
[Tehilim-Salmos 90:1]”תְּפִלָּה לְמֹשֶׁה אִישׁ הָאֱלֹהִים”
“Tefilá leMoshé ish haElokim”
Que es una oración desde el lugar del rico, que requiere y exige que le den. “Hombre de Dios”, un hombre que gobierna y ordena a Dios, como está dicho: “el justo decreta y HaKadosh Baruj Hu cumple.”
Como dijimos, la dimensión de la plegaria de Moshé en nosotros es una oración del pobre. Pero resulta que esta plegaria está conectada con la dimensión de la Torá de Moshé, cuya esencia es los Diez Mandamientos. Por el poder de la Torá, la oración de Moshé se vuelve la plegaria del rico que requiere y exige la redención completa, como explican los sabios, le dice al rey “una nación fue destruida y es Tuya, decreta que la reconstruyan”.