El Baal Shem Tov: Desde el Corazón

Traducido de la trilogía del rabino Ginsburgh sobre el Baal Shem Tov

Or Israel Israel – vol. 2, p. 206

Una vez toda la congregación estaba recitando Salmos en la sinagoga. Era un momento de dificultad y todo el mundo estaba llorando. El Baal Shem Tov vio que las alegaciones del acusador eran arrolladoras y se encontraba en un estado de gran tristeza.

En la sección de mujeres había una mujer sencilla que no sabía recitar los Salmos. Al oír el llanto y la angustia dijo:

“Amo del Universo, Tú eres nuestro Padre. Tus hijos te suplican con abundantes lágrimas. Tengo cinco hijos y cuando empiezan a gritar no puedo soportarlo. Tú, Dios, tienes tantos hijos, aun si tuvieras un corazón de piedra tendrías que responderles”.

Y con estas palabras, la mujer simple logró la salvación y el mal decreto fue anulado.

Sabe que lo que es Arriba viene de Ti

Por más que queramos encontrar la grandeza en la conducta de los judíos simples, a veces puede parecer una tontería. Después de todo, Dios tolera todos los mundos, y ciertamente puede tolerar algunos gritos. La declaración de la mujer parece extremadamente simplista e incluso graciosa.

No obstante Dios nos muestra que Sus pensamientos no son nuestros pensamientos. Si tratamos de explicar qué fue lo que en las palabras de esta mujer trajo la salvación, podemos encontrar dos razones:

– Probablemente podríamos decir que tal como son aquí abajo, también son así las cosas Arriba. Las palabras sencillas y sinceras de esta mujer despiertan una sonrisa y una gran sonrisa. La risa es el resultado de un fenómeno particularmente querido y amado, como un padre que se complace con el simple gesto de su bebé. También aquí, las palabras de la mujer tuvieron el poder de anular y endulzar todos los duros juicios.

– En un comentario más ‘serio’, traemos como referencia la explicación del Maguid de Mezritch[1]: La declaración original de los sabios es: “Sabe lo que está arriba de ti” (דַּע מָה לְמַעְלָה מִמְּךָ). El Maguid emplea una puntuación diferente para que la declaración diga: “Sabe [que] lo que está Arriba [proviene de, es decir, es debido a] ti”. (דַּע מָה לְמַעְלָה – מִמְּךָ). Cuando una persona habla o actúa de cierta manera abajo, despierta la misma propiedad Arriba.

Cuando la mujer afirmó con toda sinceridad y desde lo más profundo de la esencia de su corazón que no puede tolerar que sus hijos griten, esta misma característica se despertó Arriba. Si bien Dios puede tolerar todos los mundos, Él “no puede tolerar” que Sus hijos griten de dolor. Sus sentidos gritos traspasan todos los límites y tocan literalmente la esencia.

En el verso “En todas sus aflicciones, Él está afligido”[2] (בְּכָל צָרָתָם לוֹ צָר), hay una diferencia entre la palabra escrita y cómo se lee el verso. Está escrito, “Él no está turbado” (לֹא צָר). Pero se lee como “Él está turbado” (לוֹ צָר). La explicación de esta diferencia según la dimensión interior de la Torá es que el dolor de Israel se percibe Arriba en tres planos diferentes:

– El plano externo, la perspectiva estrecha y limitada que no comprende la grandeza de Dios y Su infinita altura. El significado simple de este versículo es “Él está turbado”. Cuando los hijos de Dios están sufriendo Él también está, por así decirlo, atrapado en un lugar estrecho (el significado literal de las palabras לוֹ צָר), junto con los moradores del mundo inferior.

– Cuando meditamos más encontramos que en un nivel más profundo Él no está preocupado en absoluto, es decir, literalmente el mundo “no es estrecho” en absoluto. Hay una dimensión Arriba donde todos los acontecimientos de este mundo no causan ninguna impresión. En esa dimensión Dios está por encima de cualquier rastro de realidad. La realidad del dolor y los problemas no llega allí, y nada puede hacerla más estrecha.

– Pero cuando los Hijos de Israel, la nación amada de Dios, aprovechan su capacidad para profundizar más y más en su meditación de un versículo, descubren que en el punto esencial el versículo debe leerse como “Él está turbado”. Nuestros problemas son literalmente los problemas de Dios.

Es difícil señalar una forma particular de servicio Divino que pueda llegar a ese lugar. Pero todas las puertas se abren frente al genuino autosacrificio. Cuando un judío revela la esencia de su corazón descrito como decimos en el Shemá sirviendo “con todo su ser”,[3] entonces, aunque su apariencia exterior sea torpe y simple – lo que es Arriba – la esencia que está por encima de todo el orden de causa y efecto temporal se despertará a partir de lo que es abajo.

Hay mucho que aprender de esta historia y del amado remedio espiritual de las palabras sencillas pronunciadas cuando uno derrama su corazón ante Dios; palabras que se pronuncian fuera de las oraciones formales diarias y especiales. Las palabras escritas en el libro de oraciones están destinadas a proporcionar los recipientes para “con todo tu corazón y con toda tu alma”. Sin embargo, es más fácil llegar a un estado de derramar el corazón, “con todo tu ser”, cuando nos damos la libertad de decir exactamente lo que hay en nuestro corazón con palabras que nos salen de forma natural y con las más sencillas vestiduras espirituales.

Los discípulos y sucesores del Baal Shem Tov a menudo destacaban la importancia de este tipo de servicio Divino. Estamos familiarizados con la importancia que el Rebe Najman de Breslev atribuyó a hablar clara y directamente con Dios. Habló extensamente sobre ir a un lugar aislado para hablar de esta manera y lo llamó hitbodedut. El Rebe Najman lo vio como un tipo de servicio a Dios principal del cual depende todo lo demás. El Rebe Raiat”z, el sexto Rebe de Lubavitch, contó que los primeros jasidim de Jabad pasaban más tiempo en los campos que en las ciudades, buscando el silencio fuera de las áreas habitadas. Se esforzaron por enfocar su pensamiento y su palabra hacia Dios sin perturbaciones.


[1] Or Torá 480 sobre Avot 2:1

[2] Isaías 63:9

[3] Deuteronomio 6:5

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