Cuando el Baal Shem Tov tenía 18 años y era parte del grupo de justos ocultos, al que se unió cuando tenía 14 años, propuso que todos los justos ocultos recorrieran los pueblos y aldeas y enseñaran Torá a los niños del Pueblo de Israel. Su propuesta fue aceptada, y así los justos ocultos deambularon por los pueblos remotos para influir sobre los residentes para que enseñaran Torá a sus hijos. Y si era necesario, enseñaban ellos mismos a los niños.
El Baal Shem Tov enseñaba él mismo a los niños de Israel y era un “asistente del maestro” en el jeider, la escuela judía, y en su trabajo se sentaba con los niños y decía con ellos: “Amén, iehé shemé raba mevoraj…”, al contestar el kadish, “Que Su Gran Nombre sea Bendecido”, y les enseñaba a leer el alef bet con sus vocales: “kamatz alef, “o”, kamatz bet, “bo”.
Después de que el Baal Shem Tov se hiciera famoso en el mundo y tuviera muchos seguidores, habló acerca de ese “maestro asistente” cuando era joven y dijo: “Cuánta satisfacción me daba cuando los chicos decían “Amén iehe shemei raba…” y “Kamatz alef o”, más aún, cuánta satisfacción le daba eso a Dios.
(Una historia contada por el Rebe de Lubavitch en una alocución a sus Jasidim)
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Si se quiere explicar un poco ¿cuál es la gran satisfacción del espíritu en educar niños judíos puros y dulces?
Quizás los educadores entre nosotros puedan testificar y explicar mejor. Mi padre es educador desde hace muchos años, intentaré explicar lo que percibo de él:
Un niño judío es inocente, de verdad. No se ensució con las tonterías del mundo y su visión de la realidad también es sencilla e inocente. Esta no es una opinión tonta, y no porque no haya estudiado o desarrollado lo suficiente: la experiencia inocente de la presencia de Dios vive en él de una manera muy fuerte.
Al enseñar a los niños volvemos un poco a su inocencia. Si observamos el comportamiento del niño podemos recibir algo de su comportamiento y volver a ser lo que solíamos ser.
– El objetivo no es volver al pasado, y los que se ocupan y añoran el pasado están perdiendo el tiempo… pero el significado es que incluso cuando creces y quieres seguir adelante, es bueno revivir y re-abrazar la perspectiva infantil inocente y pura. Ella es quien nos da más fuerzas para seguir adelante con fuerza y no, Dios no quiera, volver atrás.
En realidad, todos los padres, papá y mamá, pueden mirar y ver esto en sus hijos…¡Para la elevación del alma de Rabi Arie Iehuda Levi ben Shaul, HaLevi