UNA HERENCIA APURADA

Meditación diaria del Rabino Itzjak Ginsburgh

42-43. Matot Masei – Tribus Travesías 

Los hijos de Gad y Reuven vienen a Moshé Rabeinu y le piden tener su herencia de tierra en el lado oriental del Iarden. Moshé se opuso al principio, porque temió que sea una repetición del pecado de los espías. Pero después de que las dos tribus se comprometieron a marchar al frente en la conquista de la tierra y solo luego de terminar la tarea regresar a su herencia, entonces él aceptó.

Los sabios en el Midrash critican a los hijos de Gad y Reubén, trayendo el versículo de Proverbios 20:21:

“Una herencia adquirida con ligereza, al final no será bendecida”.

“נַחֲלָה מְבֹהֶלֶת בָּרִאשֹׁנָה וְאַחֲרִיתָהּ לֹא תְבֹרָךְ”

Najalá mevohelet barishoná veajaritá lo tevoraj.”

Estaban muy “apurados”, actuaron por impulsividad y sin meditar concienzudamente, estaban ‘presionados’ por recibir ya su parte, aquí y ahora. Pero Moshé había planeado que todas las tribus reciban primero la herencia en el lado occidental, más sagrado.

Sin embargo, hay un lado positivo oculto en la actitud de los hijos de Gad y Reuven. ¡En realidad los Bnei Gad querían estar conectados con Moshe Rabeinu! Porque Moshé fue quien conquistó la parte oriental del Iarden, y finalmente fue enterrado allí. La tribu de Gad son judíos simples, “fervientes jasidim” de Moshé que quieren estar vinculado a él, durante su vida y su muerte (como está escrito con la bendición de Gad en la parashá Bezot Habrajá, y “Y esta es la bendición”.) Moshé mismo los critica primero, no sea que su compromiso sea superficial, pero al final prueban que son sus seguidores verdaderos y leales.

También hay algo muy bueno en el impulso de heredar la tierra de Israel. En las últimas generaciones aparece en el grito profundo de abandonar el exilio, “¡hasta cuándo!”, y alcanzar rápidamente la redención verdadera y completa.

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