Este Shabat parashát Vaikrá, “Y llamó”, en el mes de Adar también se llama Shabat Zajor, “Recuerda”, porque es el Shabat anterior a Purim.
La Torá nos ordena recordar lo que nos hizo Amalek a la salida de Mitzraim en el desierto, que estábamos cansados y sin saber todavía hacia dónde nos dirigíamos, y nos atacó por la retaguardia, donde estaban los retrasados, los débiles y ancianos. En la misma parashá se nos ordena borrar el recuerdo de Amalek e inmediatamente “no te olvides”. Recordar y borrar y no olvidar es como revelar y ocultar y volver a revelar.
La finalidad es revelar, no ocultar. Para conseguir la verdadera revelación de Dios, de la verdad de la Torá, de nuestra identidad y finalidad en el mundo, debemos recordar que Amalek, de guematria “duda”, nos hace perder el tiempo en cosas inútiles. Una lucha sin cuartel para seguir firmes con nuestra fe y confianza en Dios, y cumplir sus preceptos sin dudar, borrar la duda de nuestra vida cuando decidimos hacer algo bueno, seguir un sendero sano y productivo.
Y entonces recordamos nuestra raíz y nos llama Hashem desde la Tienda de Reunión, ese santuario que construimos en el corazón y en nuestro mundo material que nos rodea, ambos, ninguno debe faltar.
En un solo día se unen la luminosidad del Shabat, el llamado de Dios para revelarse al triunfar en nuestra batalla contra las dudas, la alegría del mes de Adar por los milagros y salvaciones que sucedieron en los días de Purim, como cuenta la meguilat Ester, que significa “ocultamiento”. La nube oscura que oculta se transforma en el instrumento para la revelación de la Esencia del Creador.
Que por el mérito de Moshé nuestro líder que nació en este día 7 de Adar,y su extensión en el Rebe de cada generación hasta el Mashíaj, y por el mérito del pueblo de Israel que lo siguió contra viento y marea durante miles de años, y de los bondadosos de las naciones del mundo que reniegan de toda idolatría, nos unamos para que de la oscuridad de estos días de guerra y mentira, surja la luz del Shalom y la Verdad, la Bondad y la Misericordia, el Temor y el Amor con la llegada del Justo Mashíaj que trae la redención final y completa,
Shabat shalom.