HILULA DEL BAAL SHEM TOV

En la festividad de Shavuot, 6 de Siván del año 5520, 1760, Rabi Israel Baal Shem Tov fue llamado a la Ieshivá shel Mala.

Con motivo de la fiesta del Baal Shem Tov que cae en Shavuot contaremos la historia de su fallecimiento.

Durante la festividad de Pesaj del año 1760, el Besh”t se enfermó del estómago y como resultado se volvió extremadamente débil y su habla también era dificultosa. En la noche de Shavuot el Baal Shem Tov dio unas palabras de Torá a sus alumnos. Por la mañana mandó llamar a los miembros de la “jevra kadisha” y les dio instrucciones sobre cómo hacer frente a su entierro. Se fortaleció un poco y oró él mismo frente al arca, en su casa.

Rabi Najman de Horodenka elevó una oración por la paz de Baal Shem Tov, su Rebe.El Besh”t reaccionó a esto:

“Por nada hace ruido con la oración. Si pudiera entrar por la misma abertura donde yo hubiera entrado, habría funcionado”.

Después de eso se lo escuchó susurrar:

“¡Te perdono esas dos horas, no seas cruel conmigo!”. Prepárale una seudá, una comida.

Durante la comida el Besh”t le dijo a su ayudante que colocara una gran botella de miel frente a él. El ayudante fue y trajo una botella pequeña. El Besh”t vio que su pedido no se cumplió y dijo:

“‘Y no hay dominio en el día de la muerte,’ (Eclesiastés 8:8) – esta es una señal de que ya he perdido la capacidad de dirigir, e incluso el sirviente no me obedece”.

Entonces él dijo:

“Hasta ahora me comporté con ustedes con bondad, y ahora compórtense ustedes conmigo con bondad”.

Luego fue al excusado. El sirviente se preocupó por él y quería acompañarlo. El Besh”t le preguntó:

“¿Por qué justamente hoy quieres acompañarme? ¿Hay algo diferente en mí?”

Y el Besh”t se fue solo. Antes de eso, el Besh”t les dio una señal a sus estudiantes: cuando los dos relojes de su casa se detengan, se iría del mundo. Y he aquí, cuando el Besh”t volvió del excusado y se lavó las manos, se detuvo el mecanismo del reloj grande. Sus hombres lo rodearon para que no viera el reloj que se había detenido. El Besh”t les dijo:

“Sé que el reloj se ha detenido, y no estoy preocupado, porque sé claramente que cuando salga de esta puerta inmediatamente entraré por otra puerta”.

El Besh”t se sentó en la cama y pidió a sus alumnos que se pararan alrededor de la cama y les dijo palabras de Torá. El Besh”t les dijo que hay una columna por donde se asciende desde el Gan Eden inferior al Gan Edén superior, y así ocurre en todos los mundos. Y esta columna existe en cada persona y en cada momento, en términos de Olam-Shaná-Nefesh, “mundo – año – alma”, como se explica en los libros de Cabalá.

Entonces el Besh”t explicó y aclaró de acuerdo con estas palabras el “orden del servicio” que el sumo sacerdote hacía en el Templo en Iom Kipur. Cuando terminó les ordenó decir los versos que acompañan al lecho de muerte (Salmos 90:17 91:1)

“וִיהִי נֹעַם אֲדֹנָי אֱלֹהֵינוּ עָלֵינוּ …יֹשֵׁב בְּסֵתֶר עֶלְיוֹן…”

“Vihi noam Hashem Elokeinu aleinu…Ioshev beseter Elión…”

“Que el deleite de Adonái nuestro Dios esté sobre nosotros; dispón para nosotros la labor de nuestros manos; confirma la labor de nuestras manos.”

“Tú que moras en el refugio del Altísimo, que permaneces a la sombra del Omnipotente, yo [te] digo de Adonái que es mi refugio y mi fortaleza, mi Dios en quien confío, que Él te salvará de la trampa cazadora, de la peste que destruye.”

y se acostó y se sentó varias veces en su cama, y sus labios murmuraron cavanot, intenciones, letras y palabras según la sabiduría secreta. Poco a poco su voz se fue debilitando hasta que sus alumnos ya no pudieron entender las palabras y letras que salían de su boca. Mandó cubrirlo con una sábana y comenzó a agitarse y temblar, como solía hacer durante la plegaria silenciosa de Shmoná Esré. Luego descansó un poco y su cuerpo se relajó, y vieron que el reloj pequeño se había detenido. Los estudiantes esperaron para ver si su rabino todavía estaba vivo y finalmente colocaron una pluma frente a su nariz y vieron que su respiración se había detenido.

Pasados los días, el rabino Leib Kessler que estaba allí testificó que vio el alma del Besh”t salir de su cuerpo como una especie de llama color tjelet, azul celeste.

En la festividad de Shavuot, cuando tenía sesenta y un años, ocho meses y dieciocho días, el Besh”t partió hacia su nuevo hogar. Descansando con honor en Mezhibuzh.

En recuerdo de mi madre Reizl bat Azriel y Miriam Gotlib, de bendita memoria
aniversario de fallecimiento jueves 12 de Sivan
que pronto vuelvan con la redención final

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