PARTE 13   LOS SISTEMAS FISIOLOGICOS – EL MODELO AMPLIADO (CONT.)

El tercer poder cognitivo del alma es daat, que corresponde al sistema nervioso. En cabalá y jasidut, se entiende a daat como el asiento de la sensibilidad y los sentimientos en el alma; de manera similar, los nervios son los sensores del cuerpo.

Se explica en cabalá que daat posee dos lados aparentemente contrarios pero que en verdad se complementan. La primera aparición de este término en la Torá es en la frase: “el Arbol del Conocimiento del bien y el mal”. De aquí entendemos que daat es un sentido de polaridad moral o espiritual entre el bien y el mal. La facultad del alma de percibir el bien y ser atraída por él nos es referido como el lado derecho de daat, mientras que el de percibir el mal y repelerlo es conocido como su lado izquierdo. En un alma rectificada, la atracción hacia el bien implica el autoapercibimiento conciente del amor al bien, mientras que el temor al mal encargado de repeler y rechazar el mal opera a nivel subconciente.

Resumiendo y ampliando esta idea, el lado derecho de daat corresponde a todas nuestras sensaciones concientes y reacciones voluntarias, mientras que el izquierdo corresponde a nuestras sensaciones inconcientes y reaciones involuntarias.

En términos de sistema nervioso, el lado “derecho” de daat se asimila al sistema nervioso voluntario, conocido como el sistema nervioso cerebroespinal. Sensación conciente y control corporal implica autopercepción, autoconocimiento. En una personalidad rectificada, conocerse a si mismo tiene por objetivo actuar constructivamente en el mundo y ayudar a los demás. Por esta razón este lado de daat es identificado con la derecha.

El lado izquierdo de daat corresponde al sistema nervioso autónomo, involuntario, que a su vez se divide en simpático y parasimpático. El sistema parasimpático reduce la velocidad del corazón, dilata los vasos sanguíneos, incrementa la actividad glandular, contrae la pupila de los ojos, etc., mientras que el simpático actúa en forma opuesta.

Al funcionar como el lado inconciente de daat, este sistema permite que todas las funciones vitales del cuerpo se ejecuten automáticamente, realizándose naturalmente procesos tales como las funciones digestiva y la respiración sin que la persona se involucre concientemente con ellas. Este tipo de funciones son básicas para el mantenimiento de la persona, preservando la vida del cuerpo propio (sin preocuparse por el del otro). Este es el motivo de que este lado de daat se identifique con la izquierda.

Directamente por debajo de daat, en el eje central del árbol de las sefirot, encontramos a tiferet que corresponde a la carne (como ya comentamos en nuestra descripción general de los cuatro sistemas fisiológicos fundamentales, donde vimos que la carne corresponde a la vav del Nombre de Di-s en general y a la sefirá de tiferet en particular) y al sistema muscular. El corazón, que pertenece tanto al sistema muscular como al de los vasos sanguíneos, se inclina hacia el lado izquierdo, aludiendo a las fuerzas combinadas de guevurá y tiferet.

Iesod, la continuación y extensión de tiferet en el eje central de las sefirot es el poder de autorealización en el alma. En el plano físico se manifiesta como el sistema reproductor, la capacidad innata de reproducirse o recrearse a si mismo a través de la progenie.

Si reflexionamos más profundamente, podremos ver que existe otra propiedad del alma y otro sistema fisiológico que corresponden al Pacto Sagrado, el Brit Milá (el órgano reproductor masculino). El acto de la circuncisión es un proceso doble realizado sobre la piel de este órgano: remover el prepucio y desprender la membrana mucosa para revelar la corona del órgano. Este proceso refina su naturaleza original, la piel física, permitiéndole reflejar luz espiritual. Esto está aludido en la similitud fonética de la palabra “piel” en hebreo (or, escrita con ain) y “luz” (también or, pero escrita con alef). Más aún, cuando el brit milá (el órgano masculino) es puro y rectificado, resplandece y toda nuestra piel comienza a irradiar luz, como fue el caso de Adán y Eva antes del pecado original. Por lo tanto, el brit milá, especialmente la manifestación de la corona del órgano masculino (en hebreo ateret haiesod), se puede considerar como el origen del sistema fisiológico de la piel.

Maljut, que es la sefirá final del árbol sefirótico (y la última de las sefirot del eje central, debajo de iesod), como keter, que es la primera, se vincula con la incorporación de un componente de vida necesario desde el mundo exterior. Extrayendo las “chispas” nutritivas espirituales y físicas de nuestro entorno —las áreas inferiores de la realidad, o sea los reinos mineral, vegetal y animal— e ingiriéndolas, se las transforman en energía vital humana. La digestión también actúa como un proceso de depuración por medio del cual los elementos útiles son asimilados dentro del cuerpo y se expulsan los productos de desecho. En cabalá, el rey es quien desciende desde el trono (en general por medio de palabras y órdenes) hacia las esferas inferiores de la realidad para extraer de ellas los elementos provechosos para su pueblo.

Al contrario de keter —el sistema respiratorio, que funciona con una dinámica de descenso de la energía vital (el oxígeno) al interior del cuerpo— maljut, que representa la digestión, implica la dinámica opuesta, la elevación de las “chispas caídas” de energía (nutrientes) dentro del cuerpo. Como imagen femenina en cabalá, maljut alude al sistema digestivo, como en la descripción bíblica de la “mujer de valor” quien “trae alimento a su hogar [el cuerpo]”.

Regresamos ahora a las dos sefirot restantes, netzaj (la última del eje derecho) y hod (la última del eje izquierdo). Como sistemas fisiólogicos, la primera de ellas corresponde al sistema endocrino, que incluye a las glándulas y las hormonas, y hod representa al sistema inmunológico. De todos los sistemas del cuerpo, estos son los dos de más reciente comprensión en el mundo de la medicina, y de hecho están muy interrelacionados. En las palabras de la cabalá: “netzaj y iesod son dos mitades de un mismo cuerpo”, o, coloquialmente, “dos lados de la misma moneda”.

Situada debajo de jesed en el eje derecho de las sefirotnetzaj significa “victoria” y “eternidad”. Es la capacidad de sobreponerse a los obstáculos que se paran en el camino de los procesos de crecimiento y desarrollo corporal, y aquellos que aseguran la buena salud y longevidad, proveyéndolos con sus hormonas vitales. Con su función de generar nuevas células y estructuras, las hormonas perpetúan la vida del cuerpo y lo ayudan a superar los obstáculos del tiempo. Como una ramificación de jesednetzaj se conoce en cabalá como la “leche” que nutre el crecimiento y desarrollo motivados por jesed.

Finalmente nos referiremos al sistema fisiológico que lucha contra las enfermedades, el sistema inmunológico, relacionado con hod. Monitorea permanentemente para determinar qué pertenece verdaderamente al cuerpo y qué es un invasor foráneo, aniquilando las intrusiones exteriores destructivas dentro del cuerpo. Más adelante nos referiremos en particular a este sistema.

En resumen:

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