El Comienzo la realización de Nuestro Sueño
La experiencia interior del atributo del alma de iesod (“Fundamento”) es la verdad, no sólo en el sentido intelectual de la palabra, sino la verdad en el sentido del poder hacer que las cosas se concreten, hacer que nuestras promesas y metas en la vida se hagan realidad.1 Por lo tanto iesod implica la realización personal y la concreción. El fundamento firme y estable de toda nuestra personalidad reside en nuestra capacidad para concretar los talentos que nos dio Dios, para realizarnos en la vida, para que nuestros sueños se hagan realidad.2 Nuestra discusión comenzó con los sueños destrozados. En esta etapa, las piezas rotas empiezan a converger.
El objetivo del proceso de rectificación que hemos descrito hasta aquí, ha sido el de establecer correctamente los males que aquejan al Estado de Israel en particular, y el mundo judío y no judío en general. Pero, como dijo Maimónides tan elocuentemente: “los sabios y los profetas no anhelan la era mesiánica con la finalidad de gobernar el mundo… sino para tener la libertad de ocuparse en el estudio de la Torá y su sabiduría… y con ello ganar la recompensa de la vida en el mundo venidero.3 “Cuando por fin estaremos seguros y seremos libres, podremos emplear nuestros talentos dados por Dios para cumplir los sueños de nuestra vida.
El sueño más íntimo de cada judío es hacer del mundo un hogar para Dios. Esto significa revelar la presencia de Dios en cada aspecto de la vida, incluyendo en particular los fundamentos teóricos y culturales en que se basa la estructura de nuestras vidas. Con este fin, una fase crucial del advenimiento del mundo a su futuro mesiánico será la boda de la sabiduría secular con la sabiduría de la Torá.
Desde el Renacimiento, la tendencia –ya sea manifiesta o subterránea- ha sido que la ciencia sustituya a la religión. A los ojos del público culto, la visión de un científico distinguido, incluso fuera de su campo de experiencia, despierta autoridad. Si la mayoría de los ganadores del Premio Nobel tienden políticamente hacia la izquierda, esto tiene un gran peso en la conformación de la opinión pública. Antes de que la sabiduría secular despose a la Torá, tiende a dirigirse naturalmente hacia la izquierda.
En la Cábala estudiamos que la sabiduría secular, en relación con la sabiduría de la Torá, es de naturaleza femenina. Antes del matrimonio, la estructura psicológica general de una mujer es “de izquierda”. Con el matrimonio, la izquierda es dulcificada por la derecha. La izquierda queda incluida en la derecha.
Habiendo alcanzado esta etapa del proceso de rectificación del estado, seremos testigos de una revolución espiritual en la cual la sabiduría secular en general (y las ciencias exactas en particular) afirmarán y, desde su propia perspectiva, darán pleno crédito a las enseñanzas de la Torá. Del mismo modo, la Torá irradiará su luz Divina y su sabiduría en el reino de la ciencia secular, y así la elevará y santificará (en la terminología de los sabios, “[menesteres] seculares que se realizan en la pureza de la santidad”4 y por lo tanto se transforman de seculares en sagrados).
Arriba, en nuestra discusión de daat, explicamos cómo el poder de la parte izquierda de daat, el principio de la separación, dirige los primeros cinco pasos activos del proceso de rectificación (de jesed a hod). Ahora, habiendo alcanzado la sexta etapa (iesod), el lado derecho de daat -su poder de iluminar la realidad mundana y la sabiduría secular- comienza a dirigir el proceso de rectificación.
NOTAS
1 En Cabalá, las promesas a los demás o a uno mismo, están asociados con los dos poderes anteriores de netzaj y hod. El atributo de iesod es la fuerza impulsora del alma para hacer que las promesas de netzaj y hod se vuelvan realidad en la realidad exterior –maljut (“reinado”), la culminación del proceso de rectificación.
El profundo sentido de satisfacción y alegría que surge con la realización de nuestros sueños y promesas en la realidad –en Cabalá la unión de iesod y maljut- se asemeja a la que viene de la consumación de la relación matrimonial. Por cierto, la unión iesod y maljut es representada en Cabalá como la unión del novio y la novia.
La unión definitiva de iesod y maljut es la culminación de todo el proceso de rectificación. Cuando esté consumado, seremos testigos de que nuestro sueño de crear una morada para Dios en este mundo se vuelve realidad. Ahora vamos a explicar que dentro de la etapa de iesod en sí también hay un fenómeno de unión, producido entre “aguas masculinas” superiores de la Torá y las “aguas femeninas” inferiores de la ciencia secular. En relación a la unión final de iesod y maljut, la unión que tiene lugar dentro de la esfera de iesod en si, está la unión de los componentes masculino y femenino dentro del masculino mismo.
La unión de la sabiduría Divina dada por Dios (de la Torá) y la sabiduría secular humana (de la ciencia) tiene lugar en la mente humana, que se refleja en los atributos emotivos del corazón en el atributo de iesod, cuya esencia interior es la verdad. (La verdad intelectual se refleja en la verdad emotiva, el impulso de verificar, corroborar, que a su vez es la fuerza motivadora del método científico basado en la experiencia). La unión final y definitiva tiene lugar en el dominio de la propia realidad externa –maljut (con iesod asociado a ella). En esta etapa final, el mundo físico se vuelve una morada para Dios –Y DIOS será el rey sobre toda la tierra, y en ese día DIOS será uno y Su Nombre uno” (Zejaria 14:9).
2 Como se ha indicado antes y como se explicará más adelante, esta es una propiedad intrínseca a la raíz espiritual de Iosef, el soñador e intérprete de sueños (ver Transformando la Oscuridad en la Luz, pág. 102-103).
3 Mishné Torá, Melajim 12: 4.
4 Jaguigá 19b. El Baal Shem Tov enseña que hay tres etapas de Servicio Divino: “sumisión”, “separación” y “dulcificación” (Keter Shem Tov 28). En la etapa de la sumisión, se aprende, al suprimir el ego, a identificar y distinguir en la propia psique lo sagrado de lo secular con claridad. La separación real de lo secular y lo sagrado, que permitemanifestarse plenamente a lo sagrado, se produce en la segunda etapa, la separación. La tercera etapa, dulcificación, comienza cuando el alma llega a ser lo suficientemente fuerte como para, habiéndose identificado uno mismo puramente con lo sagrado, para irradiar su luz en el reino de lo secular y santificarlo. Esto refleja el proceso de transformar la oscuridad en luz descrito en el comienzo de nuestra discusión.