CAPÍTULO 7 1: DAAT. LO ESPECIAL DE ISRAEL

DOS LADOS: DERECHA E IZQUIERDA

Hemos discutido que las facultades intelectuales de jojmá y biná han establecido que la Torá es nuestra única fuente de autoridad, y esta integridad debe ser buscada en todas las cuestiones esenciales para el Estado, esto es la observancia de toda la Torá por todo el pueblo judío a lo largo de toda la Tierra de Israel. La facultad de daat es el enfoque concentrado de la mente que la conecta con las emociones del corazón2, estas son los atributos del alma que corresponden a las etapas concretas de rectificación en el proceso que se describirá.

La Cabalá explica que daat tiene dos partes: Su lado derecho es el conocimiento o reconocimiento de lo que es bueno, acompañado de una sensación de atracción hacia el bien similar al magnetismo. Su lado izquierdo es el conocimiento o reconocimiento de lo que es malo, acompañado de una sensación de rechazo del mal. Estos dos costados de daat son aludidas en el primigenio Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal.3

En mayor profundidad, la fuerza negativa o repelente inherente en la facultad intelectual del alma de daat es su capacidad para distinguir entre el bien y el mal, para evitar que el bien y el mal se mezclen, para evitar que lo malo contamine a lo bueno. La fuerza positiva o atractiva inherente en daat, le permite convertir en bueno ese núcleo interior que existe en todo mal. El objetivo que ese bien que ya existía, se una con el bien extraído del mal,4 y así traer a la existencia una progenie bendecida, emociones y acciones rectificadas.

En este punto de nuestra discusión, sólo nos referiremos al lado izquierdo (negativo / repelente) de daat, su capacidad de separar, porque este pone en posición a la mente para dar comienzo al real proceso de rectificación,5 cuyos primeros cinco pasos se basan en el principio de “separación”. Recién al llegar a la sexta etapa pasa a un primer plano el poder inherente en el lado derecho de daat. ¿Qué sucede en la sexta etapa? La unión de la Torá y la ciencia, las aguas superiores de la creación descienden hacia las aguas inferiores, y las aguas inferiores se elevan hacia las aguas superiores).6

 Daat distingue entre el bien y el mal que están confundidos dentro de la realidad. En las palabras de los sabios: “¿Sin conocimiento cómo uno puede diferenciar?”7 La diferenciación “entre lo sagrado y lo mundano, entre la luz y la oscuridad, entre Israel y las naciones”,8 es esencial para la rectificación práctica y el refinamiento de la realidad. Sin la diferenciación entre la luz y la oscuridad, puede ser que no tengamos una orientación correcta hacia la rectificación, y por lo tanto no tenemos una real posibilidad de cambiar, todo sigue siendo teórico.

Como se señaló anteriormente, la mente rectificada tiene que distinguir claramente entre la verdad Divina contenida en la Torá y todas las otras sabidurías y entre la santidad intrínseca de la Tierra de Israel y de todas las otras tierras. Pero en primer lugar, la distinción debe hacerse entre el pueblo judío y las otras naciones, pues aunque nuestro objetivo final es la rectificación de todo el mundo para que todas las naciones sirvan a Dios juntos, la rectificación de toda la humanidad depende en primer lugar de la nuestra y el reconocimiento del mundo de la diferencia esencial entre judío y no judío-

NOTAS

1 Este nivel de conocimiento es llamado en la Cabalá el “conocimiento inferior” (daat tajtón) o como el “conocimiento extendido” (da´at hamitpashet), en contraste con el “conocimiento superior” (da´at elión) o el “conocimiento oculto” (da´at haneelam) que unifica en la mente las dos facultades intelectuales de jojmá y biná.

2 El pecado original de Adám y Javá, al comer del fruto prohibido del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal, dio lugar a la confusión de los límites destinados a separar el bien del mal. El bien y el mal se mezclaron, ya no existió más la pureza, la bondad inalterada, sino solamente un estado contaminado del bien, que debido a su estado existencial de contaminación, su “espíritu impuro”, está condenado a morir. Este estado caído del bien solo se rectificará al final de los días, cuando el espíritu de impureza será removido de la tierra (Zacarías 13: 2) y los muertos resucitarán.

Se enseña en Cabalá que el fruto del árbol del conocimiento se hubiera vuelto permitido para Adam y Java al comenzar el Shabat, apenas tres horas después de haber pecado. Si hubieran esperado y comido el fruto en Shabat, el resultado habría sido la unión positiva (es decir, el “conocimiento”) del bien y del mal. La raíz del mal se habría transformado en bien y la unión de los dos habría dado a luz a una descendencia santa (“muy buena”, es decir, super buena).

3 En el pueblo judío como un todo, esta es la unión de los tzadikim (los “justos”, que nunca han pecado y han logrado arrancar la inclinación al mal de sus corazones) y los baalei teshuvá (aquellos que han pecado, pero que han regresado a Dios de verdad, y abandonaron sus malos caminos para siempre).

Las letras iniciales de baal teshuvá forman la palabra bat, “hija”. El baal teshuvá es mencionado en la Biblia como “la hija de Tzión” (Zejariá 2:14, entre otros). El tzadik es “el hijo de Tzión” (Ioel 2:23, entre otros), quien corteja y se casa con “la hija de Tzión” (porque “es la manera del hombre buscar y cortejar a una mujer [su ‘lado perdido’] “[Kidushin 2b]). De su unión nacen las “nuevas almas” del futuro, cuyo nivel de conciencia Divina será considerablemente superior al de las almas actuales.

Cada alma individual posee sus tzadik y baal teshuvá propios. El tzadik en cada uno de nosotros es la conciencia de un estado prístino de pureza (de alma y cuerpo), un sentido de unidad con Dios sin mácula. El baal teshuvá en cada uno de nosotros es nuestra conciencia de haber caído de nuestro estado prístino, lejos de ser uno con Dios, y ahora tenemos que dedicarnos a volver a elevarnos y acercarnos a Dios. En nuestro servicio Divino, la manifestación del baal teshuvá debe generalmente preceder a la revelación del tzadik potencial interior (porque, sólo después de la aparición inicial de la mujer, fue “el camino del hombre es buscar y cortejar a una mujer “[Kidushin 2b], tal como se explica en el Tania, capítulo 43). Esto está aludido en el dicho de los sabios que “una hija [que nació] primero es una buena señal para [que nazcan después] hijos” (Bava Batra 141a). En primer lugar, debemos tener en nuestros corazones la conciencia del baal teshuvá, “la hija de Tzión”, y después de eso vamos a merecer la revelación en nuestros corazones de “los hijos de Tzión.”

De hecho, según la Cábala, hay seis hijos en el corazón y una sola hija. Los seis hijos son los seis atributos emotivos de jesed a iesod y la hija es maljut. Aunque en el orden de las etapas del proceso real de rectificación maljut viene al final, tiene que nacer primero como una meta ideal de su conciencia en el alma, porque “el final de la acción está primero en el pensamiento” (Liturgia de Kabalat Shabat, Leja Dodi). En relación con el alma colectiva de los judíos, el impulso para establecer el reino de Dios en la tierra es el poder motivador de la verdadera teshuvá hacia Dios, “el regreso desde el amor” (Ioma 86a).

4 Ver Tania, final del capítulo 43, donde se afirma que, en general, el lado izquierdo de daat se manifiesta antes que el lado derecho.

5 Este es el comienzo de la existencia “dulcificada” de toda la realidad.

6 I. Berajot 5:2.

7 Bendición de la Havdalá.

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