UNIVERSIDAD DE LA TORÁ
CABALÁ Y POLÍTICA
MALJUT ISRAEL – EL REINO DE ISRAEL
¿CÓMO TRATAR LA PROTESTA CONTRA LA REFORMA DE LA JUSTICIA EN ISRAEL?
En estos días, en torno a las protestas y discusiones sobre la reforma legal, se está dando una lucha cultural en Israel entre dos enfoques, los representantes del ‘Reino de Israel’ secular, el reino de la izquierda del norte (también llamado ‘Reino de Efraim’), y el ‘Reino de Iehudá’ religioso, el reino del sur-derecha. Hay quienes sienten aquí una división severa que amenaza nuestra existencia y lleva a que caigan ‘juicios severos’ sobre nosotros, Dios no lo quiera.
Aparentemente, así es como se expresa en el Midrash:
Rabi dice que el shalom es tan grande que incluso si Israel realiza idolatría, o sea el culto a las estrellas y hay paz entre ellos, dice Dios, por así decirlo, no puedo controlarlos porque hay paz entre ellos, como está dicho “Apegado a los fetiches está Efraim, déjalo (Iehudá)”, pero cuando están divididos, ¿qué dice? “Se dividió su corazón, ahora quedarán desolados”. ¿Has aprendido la grandeza de la paz y lo odioso que es la discordia?
¿Significa esto que incluso cuando hay una corrección necesaria, un cambio de mentalidad necesario de las cosmovisiones distorsionadas que se han ‘instalado’ en el pueblo de Israel, es mejor darse por vencido para evitar la discordia? Cabe señalar que el Lubavitch Rebe, el más gran amante de Israel, instruyó de tal manera que un gobierno estrecho dirigido a una acción correcta es preferible a un gobierno con un amplio consenso, que finalmente se paraliza, evita la actividad correcta o actúa en direcciones equivocadas. También instruyó que cuando algo se debe hacer bien, se debe hacer con contundencia y rapidez, sin hablar demasiado del tema, mientras que la extensión de las discusiones en espera de acuerdos solo aumenta el daño y en ocasiones también impide la debida corrección.
Pero en una dimensión más profunda, sin hablar de la reforma en sí, ¿cómo es correcto tratar la contienda y la división?
CORRECCIÓN CON SUMISIÓN-SEPARACIÓN-DULCIFICACIÓN
El significado simple del versículo” Apegado a los fetiches está Efraim, déjalo (Iehudá)” es que Efraim es adicto a los “ídolos”, la idolatría, y las palabras de reprensión no ayudarán, por lo tanto, simplemente “Déjalo”, cuando tus palabras no son útiles es mejor permanecer en silencio. Cuando se trata de una lucha entre cosmovisiones y no de una discusión sobre una base ideológica común, el intento de predicar y convencer, argumentar y discutir es innecesario. Este es el momento de “decir poco y hacer mucho”. Hay que reconocer con sumisión las limitaciones de la realidad y canalizar toda la buena voluntad para influir en el prójimo con una plegaria desde lo profundo del corazón por el arrepentimiento de todos. Debemos tener misericordia del pueblo de Israel en general y de aquellos que se oponen y luchan en particular y en lugar de ser arrastrados al odio o el exitismo, debemos aumentar el amor a Israel y las oraciones por todos.
De hecho, el que ora desde lo más profundo del alma no está satisfecho con la oración, sino que trata de actuar y liderar un cambio (de lo contrario, se vuelve claro en retrospectiva que su oración no fue genuina). El cambio requerido es una “conexión” nueva, reemplazando “la conexión a los fetiches” con una conexión sagrada basada la aspiración al Mashíaj. No es suficiente una reforma cosmética, que corregirá ciertas deformidades y probablemente dará lugar a otras: debemos alcanzar un común denominador nuevo y más elevado para nuestra existencia en Israel. Para hablar de un cambio real se necesita ‘coraje de kedushá’, la creencia de que en lo profundo de su corazón todo judío quiere un bien completo y absoluto y el reconocimiento de que el inconformismo con la situación existente refleja una voluntad y un deseo, consciente o inconscientemente, de avanzar un paso en nuestra vida pública. Aquí se requiere diferenciar: terminar con la contienda que se está dando en el escenario actual, que está llena de consideraciones mezquinas y dependientes de la posición de cada uno y participar en una visión completa y diferente que pueda encender corazones y unirnos en el pueblo de Israel.
Cuando actuamos de esta manera con el coraje sagrado y por el amor puro al prójimo de Israel acrisolados en todas las partes de la sociedad, tanto los representantes de ‘Iehudá’ como los representantes de ‘Efraim, y por la fe completa de que hay una raíz de fe que une al religioso y al secular, llegamos a alcanzar una nueva y completa unión del pueblo de Israel, la dulcificación. Más allá de que debemos llegar al “tiempo de amantes” con Dios, el Amado Supremo, también dentro de la nación de Israel con los dos reinos como si fueran el novio y la novia. Incluso si en este momento hay cierta hostilidad, celos y estrechez de miras, todo puede revertirse por completo: las sociedades deben enamorarse y comprender que uno se complementa con el otro. Esta es la corrección de la teshuvá (el retorno que trae redención), no solo el arrepentimiento que los religiosos predican a los seculares, sino un nivel completamente diferente de teshuvá, uno que revela la raíz común.
Sobre esta etapa se dice “Quitará los celos de Efraim y los opresores de Iehudá serán cortados, Efraim no envidiará a Iehudá y Iehudá no oprimirá a Efraim”. Cuando reconozcamos el deseo de bondad y la chispa del Mashíaj que existe en cada una de las congregaciones, la chispa del Mashíaj hijo de Iosef hijo Efraim y la chispa del Mashíaj hijo de David de Iehudá, podrán ser redimidos sin celos ni hostilidad, como dos ‘testigos’ de Dios, el tercer socio que reposa entre nosotros.
Editado por rabino Itiel Giladi, según la enseñanza del rabino Itzjak Ginsburgh