Tercera Etapa

GENERACIÓN DE LA PARTICIÓN (TORRE DE BABEL) – LA DISPERSIÓN

Una personalidad que tenía paz interior entra en conflicto consigo misma, la persona que conocía una vida de relativa armonía y unidad cae en un estado de dispersión de la psiquis.

La tercera crisis, la generación de la Torre de Babel, es la dispersión. Al principio todos los seres humanos eran “una lengua y mismo propósito” [Bereshit 11:1] una sociedad humana única, grande y concentrada. El castigo de la crisis de la generación de la dispersión no fue la muerte y la destrucción del mundo, sino simplemente la dispersión, “Entonces el Eterno los dispersó de allí sobre toda la superficie de la Tierra, y cesaron de edificar la ciudad”, “Se dispersaron los pueblos en la tierra…”. [Bereshit 10:32] En vez de una nación ahora hay setenta naciones, cada una con su propio idioma especial, cada una en su propio país y cada una en su propia cultura. Esta crisis puede parecer más fácil que la expulsión del Jardín del Edén y la destrucción del mundo con el Diluvio, pero no es para nada fácil: el marco social cambió por completo y todos los códigos sociales necesitaron ser reescritos.

La separación no es el propósito. La rectificación del mundo disperso comienza con Abraham, nuestro padre, que aparece al final de la parashá: “Cuando el Altísimo repartió a los pueblos su heredad, cuando Él separó a los hijos del hombre, [la dispersion de la generación de la Torre de Babel] Él fijó las fronteras de las naciones en virtud del número de los Hijos de Israel.” [Devarim 32:8] Abraham y sus hijos después de él llevaron la noticia de la rectificación del mundo disperso. Los tres patriarcas, de los cuales habría de surgir la nación de Israel, producirán una unidad rectificada, no una unidad humana simulada de paz externa sin anulación a Dios, sino una unidad en cuyo centro se encuentra un pueblo elegido que revela al mundo entero que “”Dios es uno y Su Nombre es uno”. [Zejariá 14:9]

La crisis de dispersión se repite mucho en la historia: una sociedad cohesionada y unida comienza a desintegrarse en diferentes partes, y en lugar de la comunicación constructiva positiva que había antes, se empieza a hablar en diferentes idiomas, hasta que la única ‘comunicación’ es tirar piedras el uno al otro… Incluso en el mundo de cada uno se puede señalar esa dispersión: una personalidad que tenía paz interior se vuelve conflictiva consigo misma, la persona que conocía una vida de armonía y una relativa unidad cae en un estado de dispersión psíquica y muchas veces se encuentra vagando por el mundo y tratando de recoger los fragmentos de sí mismo. Todo esto debe encontrar su rectificación, encontrando una columna vertebral central de unidad, tanto como una sociedad en general como en la personalidad del particular.

En resumen: 

La tercera crisis de la historia es la historia de la Torre de Babel.

De un solo pueblo con una lengua común, la humanidad se divide en setenta culturas diferentes.

El marco social que se vino abajo necesita ser reconstruido.

En la vida del individuo, esto se manifiesta en la dispersión del alma, y ​​la corrección es la reunificación de las partes de la personalidad.

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