HEIJAL HANEGUINÁ – EL PALACIO DE LA MÚSICA
Compuesto por el rabino Ginsburgh en honor al cumpleaños del Rebe de Lubavitch y la Rabanit
Este es un nigún en honor al día del nacimiento del Rebe de Lubavitch, y también hoy es por Providencia Divina 25 de Adar, el día del nacimiento de la rabanit, la esposa del Rebe. Es decir que ella comienza el capítulo de los Salmos 112, y el Rebe dentro de unos días el capítulo 111. Los dos capítulos son una continuidad [tzemed], dos capítulos que están ordenados de acuerdo al alefbet. Hay sabios que acostumbran por placer supremo [de acuerdo al Zohar: raava deravin], cantar los dos capítulos juntos. O sea que esta pareja de capítulos pertenece al raava deravin, el lugar más elevado que existe.
Es un nigún simple, porque por supuesto pensamos también en los niños del “jeider” [la escuela elemental], que se adapte a ellos, y todos nosotros también somos niños del “jeider”. Luego se puede cantarlo nuevamente, en una escala más alta. Escuchemos esto nuevamente, cantaremos esto otra vez.
Quien quiere cantarlo pronunciando el Nombre de Dios, también puede agregar entre los versos la palabra “Haleluiah”, al principio. Como Haleluiah no es parte de la rima, entonces la melodía no se adapta de una forma natural, pero ciertamente se lo puede agregar, quien lo quiere recitar con el Nombre de Dios. Pero nosotros lo cantamos así.
Tehilim 111
Alabad a Dios. Agradeceré a Adonái con todo mi corazón en el círculo íntimo de los rectos y en su congregación. Grandiosas son las obras de Adonái; accesibles a todos los que las desean [contemplar]. La majestad y el esplendor son Su obra; y Su rectitud perdura por siempre. Él ha establecido un memorial para Sus maravillas; graciable y compasivo es Adonái. Dio alimento a quienes Le temen, siempre tiene presente Su pacto. Ha dado a conocer el poder de Sus obras a Su pueblo, para darles la herencia de las naciones. Las obras de Sus manos son ciertas y justas; todos Sus mandatos son fidedignos. Hallan apoyo por siempre, hasta el fin del tiempo, establecidos en la verdad y la rectitud. A Su pueblo envió redención. Su pacto ha ordenado para siempre; santo y temible es Su Nombre. El principio de la sabiduría es el temor a Adonái. Es sano juicio para quien quiera lo hace; Su alabanza perdura por siempre.
Tehilim 112
Alabad a Dios. Dichoso el hombre que teme a Adonái, que inmensamente anhela Sus mandamientos. Su descendencia será poderosa sobre la tierra; será bendecido con una generación recta. La fortuna y la riqueza acudirán a su hogar, y su rectitud perdura por siempre. La luz brilla para los rectos, incluso en la oscuridad, [pues El es un Dios] graciable, misericordioso y justo. El hombre bueno da prestado con gracia, y mide sus propios asuntos con rigor. Jamás vacilará; de eterno recuerdo gozará el justo. No temerá noticias malas; su corazón es firme, confiando en Adonái. Su corazón se fía [de Dios]; no sentirá temor; finalmente, verá [la caída de] sus opresores. Ha distribuido [su riqueza], dando al necesitado. Su rectitud perdura por siempre; su cuerno se mantendrá alzado en honor. El malvado lo verá y sentirá enojo; rechinará sus dientes y se derretirá. El apetito de los malvados sucumbirá.