Meditación diaria de Rab Itzjak Ginsburgh
Mishpatim: “Las Ordenanzas”
Shabat 25 de Shevat 5778 – 10 de Febrero 2018
“Y Moshé tomó la mitad de la sangre y la puso en cuencos (aganot) y la otra mitad de la sangre la arrojó sobre el altar. Y tomó el Libro del Pacto y lo leyó a los oídos del pueblo y dijeron: ‘Todo lo que habló Di-s haremos y escucharemos’. Y Moshé tomó la sangre y la arrojó hacia el pueblo y dijo: ‘He aquí la sangre del pacto que Di-s hizo con ustedes sobre todas esas cosas'”.
וַיִּקַּח משֶׁה חֲצִי הַדָּם וַיָּשֶׂם בָּאַגָּנֹת וַחֲצִי הַדָּם זָרַק עַל הַמִּזְבֵּחַ. וַיִּקַּח סֵפֶר הַבְּרִית וַיִּקְרָא בְּאָזְנֵי הָעָם וַיֹּאמְרוּ כֹּל אֲשֶׁר דִּבֶּר ה’ נַעֲשֶׂה וְנִשְׁמָע. וַיִּקַּח משֶׁה אֶת הַדָּם וַיִּזְרֹק עַל הָעָם וַיֹּאמֶר הִנֵּה דַם הַבְּרִית אֲשֶׁר כָּרַת ה’ עִמָּכֶם עַל כָּל הַדְּבָרִים הָאֵלֶּה”
Este pacto, al pie del Monte Sinaí, es una reminiscencia del Pacto de las Partes, Brit Bein Habetarim que hizo con Abraham. La diferencia esta que el pacto fue hecho sobre partes de animales y aquí está hecho con sangre. Es un pacto más interno y esencial.
Las dos mitades de la sangre de los sacrificios representan a las dos partes del pacto: Di-s e Israel. Moshé rocía inmediatamente la primera mitad de la sangre en el altar. Pone la segunda mitad en cuencos y luego la rocía sobre el pueblo. ¿Qué mitad representa a Di-s y qué mitad representa al pueblo? El Midrash dice: “Moshé dijo delante del Santo, Bendito sea ¿Qué haremos con tu porción? Él le dijo: “rocíala sobre el pueblo”. ‘¿Y qué haremos con su porción? Él le dijo: “Rocíala sobre el altar”.
Nuestra sangre rociada sobre el altar es una expresión de nuestra completa devoción a Dios. Anulamos nuestra voluntad antes el Creador, el judío se entrega a Di-s, por el cual se hace un pacto y Dios rocía Su mitad de la sangre sobre nosotros.
¿Qué significa “la sangre de Di-s”? La sangre es la vitalidad, la esencia, como está dicho “dam hu hanefesh”, “la sangre es el alma”. Di-s se nos da desde dentro de la Torá, como dicen nuestros Sabios, que la palabra Anoji, אנכי, la primera palabra en los Diez Mandamientos es un acrónimo de “אנא נפשי כתבית יהבית”, ine nafshi catbit iahabit, “Escribí y me entregué a Mí mismo”). Esta sangre pasa a través de los cuencos, los recipientes apropiados, particularmente los sabios de Israel en el Sanedrín, de quienes dice el Cantar de los Cantares: “Tu ombligo (agan) es como un cuenco resplandeciente”.
Cada vez que recitamos la oración del Shemá Israel: “Oye a Israel… Y amarás… y con todo tu dinero”, nos entregamos a Di-s rociando nuestra sangre sobre el altar. El siguiente versículo a continuación: “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán en tu corazón”. Di-s nos da la Torá y Su sangre llega hasta nosotros.