Janucá es la festividad que celebra la victoria sobre el reinado griego. En nuestros días, anticipamos la victoria en la guerra en “la tierra de los Filisteos” (la zona de la Franja de Gaza) y contra un grupo identificado como “palestinos” (una transformación del concepto grecorromano de Palestina).
Los griegos prohibieron principalmente tres mitzvot: Shabat, la proclamación del nuevo mes y la circuncisión. El decreto principal fue contra la circuncisión, el pacto sagrado. La subyugación por parte de los griegos fue principalmente con el propósito de la asimilación – intentaron atraer y seducir a los judíos mediante la sabiduría y la estética. Los griegos lograron tentar a muchos judíos, quienes adoptaron su cultura y se asimilaron a ella. El exilio griego, que fue un castigo por esta asimilación, se debió a estos helenistas. De hecho, la rectificación de esta atracción por la cultura griega es conquistar su sabiduría y belleza y revertirlas hacia la santidad, transformar יון (Iaván, Grecia) en נוי ( noi , belleza, como en el Templo, “la belleza del mundo”), y cumplir “Que Hashem expanda a Iafet, y que habite en las tiendas de Shem”[Génesis 9:27], “la belleza de Iafet en las tiendas de Shem”.
Resulta que existe una conexión entre Grecia y los Filisteos. Se dice comúnmente que los Filisteos se originaron en las islas griegas, particularmente en Creta, la fuente de la cultura griega. (A pesar de que, en la porción de Noé, Iaván procede de los hijos de Iafet y los Filisteos de los hijos de Jam, pero es posible que los Filisteos posteriores tengan un origen diferente). Así se dice en Ezequiel:
“Extenderé Mi mano contra los Filisteos, y destruiré a los Cretenses”, y en Sofonías: “¡Ay de los habitantes de la costa del mar, de la nación de los Cretenses! La palabra de Di-s está contra ti, oh Canaán, tierra de los Filisteos; y te destruiré hasta que no quede ni un solo habitante”.
Y en la profecía de Amós, se dice que los Filisteos vinieron de Caftor, que comúnmente se identifica con la isla de Creta. Los Filisteos invadieron la Tierra de Israel desde los países marítimos y se apoderaron de la “zona costera” (reminiscencia de la horrible invasión de los asesinos malditos en Simjat Torá).
A lo largo del Tanaj, los Filisteos son el principal y marcado enemigo del pueblo de Israel en la Tierra de Israel, un enemigo que vuelve una y otra vez y es muy difícil de derrotar por completo. Especialmente en el libro de Samuel, los Filisteos son el enemigo más acérrimo: toman cautiva el Arca de Di-s y finalmente incluso matan al rey Shaúl. David comienza sus guerras con la victoria sobre Goliat el Filisteo, e incluso como rey lucha repetidamente contra ellos. Son su “eterno enemigo “.
Los Filisteos son como una ” klipá eterna” (cáscara de impureza) frente a Israel, y parece que, tras su desaparición del escenario de la historia, ¡los griegos son considerados sus sucesores! Por ejemplo, aparece en las fuentes que los griegos adoraban a Dagón, el dios con forma de pez de los Filisteos (y por eso lo adoran los habitantes del mar).
Clarificación de las Chispas
La lucha con Grecia no ha terminado, ya que la cultura griega sigue inspirando la cultura occidental hasta el día de hoy. Debemos rescatar y transformar las chispas de Grecia, en la sabiduría y belleza griega. Esta es también la razón interior por la que nunca derrotamos completamente a los Filisteos: contienen chispas de sabiduría y belleza que no han sido completamente clarificadas. Es por eso que Samsón se enamoró de las mujeres Filisteas. Hay algo en ellas que le atraía (ya que fue un alma del “Mashíaj de Tohu (Caos)”, percibiendo los poderes de Tohu y deseando clarificarlos, incluso si él mismo cae).
Los Filisteos son un símbolo del prepucio, como dijo David, “este Filisteo incircunciso”, “para que no se alegren las hijas de los Filisteos, para que no triunfen las hijas de los incircuncisos”. De aquí aprenden los sabios que a todos los no judíos se les llama incircuncisos (a diferencia de Israel, que es llamado circuncidado). Antes de que Shaúl permitiera a David casarse con su hija, tuvo que traerle prepucios Filisteos. El prepucio distingue a Israel de las naciones del mundo, y la atracción hacia los Filisteos incircuncisos es una tendencia hacia la asimilación. Tanto la asimilación literal, los matrimonios mixtos y similares, como la asimilación espiritual a la cultura invasora Filistea.
En la guerra contra los Filisteos de hoy, debemos lograr una victoria absoluta en la que ellos se rindan, reconozcan nuestro derecho a la Tierra de Israel y abandonen su esperanza de luchar contra nosotros. De hecho, internamente, incluso tal victoria no es suficiente. La verdadera y completa redención, a través de Mashíaj ben David, depende de completar la clarificación de todas las chispas de la sabiduría y cultura griegas. Una victoria verdadera y absoluta será cuando terminemos de rechazar toda la “Torá entre las naciones” – su pretensión de presentar la ciencia y la cultura como alternativas a la Torá de la verdad – y acerquemos y rectifiquemos toda la “sabiduría entre las naciones” que necesita unirse con la Torá de la verdad.
Tal aclaración traerá finalmente la victoria final sobre el ángel de la muerte. Por lo tanto, junto con la victoria “local” sobre nuestros enemigos, la guerra actual es también una oportunidad e incluso un llamado Divino para un cambio fundamental en nuestra relación con el mundo – convertirnos en un faro para todas las naciones (los rectificados entre ellos están confundidos hoy en día sobre cómo luchar contra el mal), a través de la “cuarta revolución” de difundir la Torá a todas las naciones.
Concluyamos con la profecía de Ezequiel:
“Así dice el Di-s Havaia: Por cuanto los Filisteos se vengaron, y tomaron venganza con afrenta de alma, para destruir con enemistad eterna, por eso así dice el Di-s Havaia: He aquí que yo extenderé Mi mano contra los Filisteos, y cortaré a los Cretenses, y destruiré el resto de la costa del mar. Ejecutaré contra ellos una gran venganza con reprensiones de ira. Y sabrán que yo soy Di-s, cuando haga mi venganza sobre ellos”. [Ezequiel 25:15-17]
Y la profecía de Sofonías:
“Gaza quedará desierta, y Ashkelon quedará desolada; el pueblo de Ashdod será expulsado al mediodía, y Ekrón será desarraigada. ¡Ay de vosotros, habitantes de la costa, nación de los cretenses! La palabra de Di-s es contra vosotros, oh Canaán, tierra de los Filisteos; yo os destruiré hasta no quedar habitante alguno. Y tú, oh litoral marítimo, serás pastizal, prados para los pastores y rediles para los rebaños. La costa será posesión del remanente de la casa de Iehuda, en ella pastarán, y en las casas de Ashkelon reposarán al atardecer. Porque Havaia su Di-s se acordará de ellos y restaurará sus riquezas.” [Sofonías 2:4-7]