LAS SIETE ESPECIES DE LA TIERRA DE ISRAEL

Partzuf:

 SIETE ESPECIES Y SIETE NACIONES

Bondad-jesed חֶסֶד
trigo חִטָּה  
Poder-Guevurá גְּבוּרָה
cebada שְׂעֹרָה
Belleza Tiferet תִּפְאֶרֶת
vid גֶפֶן    
Victoria-Metzaj נֶצַח
higo תְאֵנָה  
Esplendor-Hod הוֹד
granada רִמּוֹן 
Fundamento-Iesod יְסוֹד
oliva זַיִת   
Reinado-Maljut מַלְכוּת
Palmera datilera תָּמָר

Parashat Eikev está plena de referencias a la próxima entrada de los israelitas en la Tierra de Israel. Las siete especies son los tipos de fruto con los que la Tierra de Israel está bendecida, como se describe en los versículos de nuestra parashá:

Porque Havaia tu Di-s te lleva a una buena tierra, una tierra de arroyos, de fuentes y de manatiales que brotan de valles y colinas; una tierra de trigo, y cebada, y vides, e higueras, y granados; una tierra de aceite de oliva y miel.[1]

Cuando se come una variedad de frutos, estas especies tienen precedencia sobre otras (como naranjas o manzanas) y, por lo tanto, recitamos la bendición para frutas sobre ellas. En el pan elaborado con trigo o cebada[2] (las dos primeras de las siete especies) recitamos la bendición especial para el pan. Sobre los pasteles hechos de trigo o cebada recitamos la bendición especial para pasteles, y sobre el vino preparado a partir de uvas (la tercera especie) recitamos la bendición especial para el vino. Después de comer de este tipo de frutas, también recitamos una bendición especial (y después de una comida con pan, las cuatro bendiciones completas del Birkat HaMazon (bendición de agradecimiento después de una comida).

Analicemos la correspondencia que se encuentra en este modelo. Este es uno de los modelos más bellos de la Torá porque sus siete elementos corresponden, en orden, a las siete sefirot inferiores.

Trigo y cebada

El trigo y la cebada suelen constituir los alimentos básicos de nuestra dieta. En el Perek Shirá (Canto de la Creación), una antología que documenta el verso individual “cantado” por varias criaturas en alabanza al Creador, el trigo y la cebada cantan versos que se relacionan con la oración. El trigo canta el verso: “Un canto de ascenso: Desde las profundidades te he invocado, Di-s”.[3] La cebada canta el verso: “Una oración por el pobre: Ante Di-s derrama sus palabras”.[4] Estos dos versículos sugieren que el trigo y la cebada corresponden al alimento básico de la dimensión espiritual de nuestras vidas, la oración, y cada uno ilustra un tipo particular de oración. El trigo es un “canto de ascenso”, la cebada “una oración del pobre”.

Tradicionalmente, la cebada se consideraba el alimento de los pobres y necesitados, mientras que el trigo se reservaba para los ricos. Del mismo modo, la cebada canta la oración del individuo empobrecido que clama a Di-s para que supla sus necesidades físicas, mientras que el trigo corresponde a la oración del individuo acaudalado, que solo es verdaderamente capaz de orar cuando ha alcanzado las mayores profundidades de su corazón, cuando ha tocado la raíz de su ser espiritual.

La experiencia existencial del rico es la de la bondad de Di-s, de la abundancia; que toda la realidad está destinada a satisfacer todas sus necesidades. El individuo que lucha por la vida tiene una experiencia existencial del poder de Di-s, lo que se traduce en el sentimiento de que cada centavo cuenta. Mientras que la sefirá de bondad representa la abundancia y la posibilidad infinitas, la sefirá de poder representa un sentido de apreciación por las fuerzas de separación y división en la realidad, fuerzas que la fragmentan en sus partículas más pequeñas.

Uva

Las uvas de la vid cantan el versículo: “Así dice Di-s: Como se encuentra vino en el racimo [de uvas] y se dice: ‘No lo destruyas, porque hay bendición en él’, así haré Yo por amor a Mis siervos; no los destruiré a todos”.[5] La palabra para “vid”, guefen (גֶפֶן) en hebreo proviene de la misma raíz que la palabra para “cuerpo”, guf (גוּף). En la introducción al Tikunei Zohar, la sefirá de belleza se describe como “el cuerpo”, tiferet gufa (תִּפְאֶרֶת גּוּפָא).

Higo

Desde el verso que canta, la vid nos llama a mirar el contenido y no solo el empaquetado. El interior alberga una promesa de futuro que no siempre se puede ver desde el exterior. Del mismo modo, en el futuro, el alma será alimentada por el cuerpo; es decir, nuestro yo interior, el alma, será alimentado por nuestro yo exterior – el cuerpo. El alma interior de belleza es la sefirá de conocimiento, que se expresa debidamente cuando reconocemos la importancia tanto del mensaje como del medio a través del cual se transmite.

El higo canta el versículo: “El que guarda la higuera comerá de su fruto”.[6] Los comentarios tradicionales explican que la higuera debe ser vigilada cuidadosamente. Una vez que esté maduro, se echará a perder rápidamente si no se recoge inmediatamente del árbol. La sefirá de victoria, que también s traducida como eternidad, es la que más se relaciona con el tiempo y, por lo tanto, encaja mejor con la urgencia temporal que se encuentra en el higo.

El higo es también el primer fruto mencionado explícitamente en la Torá. Según Rashi, el fruto prohibido del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal era el higo. Después de haber pecado, Adán y Eva, en lugar de vivir para siempre, fueron castigados a morir (lo opuesto a la sefirá de victoria/eternidad). Al darse cuenta de que estaban desnudos, prepararon ropa con hojas de higuera (del mismo árbol de su pecado). Esto sugiere que el higo está conectado con la experiencia del baal teshuvá, el penitente que desea reparar su relación con el Todopoderoso. De hecho, el baal teshuvá experimenta una sensación de urgencia respecto a los mandamientos y prohibiciones Divinos, que tiene como objetivo contrarrestar su anterior tendencia a ignorarlos.

La palabra hebrea para “excusa”[7], toená (תֹּאֵנָה) proviene de la misma raíz que “higo”, teená (תְּאֵנָה). El verdadero baal teshuvá finalmente llega a la conclusión de que su estilo de vida anterior, cuando aún ignoraba a Di-s y los mandamientos, no fue un error. Más bien fue una excusa, un pretexto utilizado por el Todopoderoso para llevarlo a experimentar esta urgencia en su servicio Divino.

Granada

El verso cantado por la granada es “Tus pómulos son como un gajo de granada entre tus trenzas”.[8] Basados en la similitud gramatical entre “pómulo”, raká (רַקָה) e “individuos vacíos”, reikanim (רֵיקָנִים), los sabios afirman[9] que incluso aquellos judíos que parecen carentes [de la práctica de preceptos] están llenos de buenas acciones, como una granada está llena de semillas (el delicioso fruto de la granada).

Entender que incluso el vacío está lleno de bondad requiere que reconozcamos que Di-s y Su bondad son verdaderamente universales y omnipresentes. No hay lugar vacío de la Presencia de Di-s, e incluso lo que por el momento parece vacío está en realidad lleno de la luz infinita de Di-s (es decir, de Su revelación). Esta es la piedra angular de la interpretación del Baal Shem Tov de la doctrina de la contracción (tzimtzum) del Arizal. La granada representa así la necesidad de reconocer la omnipresencia de Di-s y corresponde a la sefirá de reconocimiento.

Aceituna

En el Perek Shirá, el olivo, no tiene una canción específica. Más bien, se incluye en la canción general cantada por los árboles del campo: “Entonces, los árboles del bosque cantarán ante Di-s que ha venido a juzgar la tierra”.[10] Así, el olivo incluye el canto de todos los árboles, como la sefirá de fundamento incluye todas las sefirot sobre ella. De hecho, la palabra “fundamento”, iesod (יְסוֹד) es equivalente [guematria] a las dos palabras “porque todo”, ki kol (כִּי כָל), las palabras iniciales de su descripción, “Porque todo lo que hay en los cielos y en la tierra”.[11]

Los sabios describen las aceitunas como causantes de pérdida de memoria, pero el aceite de oliva como fortalecedor de la memoria. En el versículo que describe las siete especies, la aceituna se menciona con ambas palabras “aceite de oliva”, zeit shemen (זֵית שֶׁמֶן), pero debido a la estructura gramatical, la redacción sugiere que el aceite, que promueve la memoria, se obtiene del fruto, que provoca el olvido. Por lo tanto, el mensaje insinuado es que la memoria sigue al olvido.

¿Qué significa esto? El sabor de la aceituna es amargo; por lo tanto, es el amargor de la vida mundana la que tiene la bendición de hacernos olvidar. Al olvidar la amargura del pasado, nos abrimos a recordarlo de una manera positiva. Este es un ingrediente particularmente importante a la hora de volver a contar la historia, especialmente la historia del pueblo judío.

La Torá se compara con el aceite de oliva. Es el estudio de la Torá, la luz Divina que se nos da desde arriba, lo que nos otorga la capacidad de “juzgar la tierra”,[12] de volver a contar la historia de una manera positiva. Cuando el aceite de la Torá juzgue/rectifique toda la tierra, representando la sabiduría mundana (como la ciencia), entonces, todos los árboles del campo cantarán ante Di-s.

Palmera datilera

La palmera datilera canta el verso: “El tzadik florecerá como una palmera datilera, como el cedro del Líbano crecerá”.[13] Las letras finales de las palabras, “el tzadik florecerá como una palmera datilera”, tzadik catamar ifraj (צַדִּיק כַּתָּמָר יִפְרָח) deletrean la palabra Koraj (קֹרַח), el nombre del levita que cuestionó el liderazgo de Moisés. Por lo tanto, la palmera datilera representa una forma rectificada de los argumentos de Koraj contra el liderazgo de Moisés. Koraj afirmó que “toda la congregación es santa”. De hecho, en el futuro, veremos que “Todo tu pueblo son tzadikim“.

Mientras que la santidad individual del tzadik corresponde a la sefirá de fundamento, la santidad colectiva de toda la congregación de Israel corresponde a la sefirá de reinado. El reino se describe como el receptáculo capaz de contener la luz que emana de fundamento. De manera similar, cada judío es como un recipiente que brilla con la santidad del líder de la generación, considerado la extensión del propio Moshé Rabeinu.

Cuando la luz del tzadik se ha integrado adecuadamente en el pueblo judío de su generación, merecemos heredar la Tierra de Israel, como en la conclusión del versículo citado anteriormente: “Todo tu pueblo son tzadikim, para siempre heredarán la tierra”.[14]

Dos mandamientos para comer

Como se señaló, la parashat Eikev contiene la fuente de todas las bendiciones que decimos cada día. Las bendiciones están conectadas inherentemente con la Tierra de Israel: “Comerás y te saciarás, y bendecirás a Havaiá tu Di-s por la buena tierra que te ha dado”[15], veajalta veSavaeta uberajta et Havaia Elokeija al Haaretz hatova asher natan laj (וְאָכַלְתָּ וְשָׂבָעְתָּ וּבֵרַכְתָּ אֶת הוי’ אֱ־לֹהֶיךָ עַל הָאָרֶץ הַטֹּבָה אֲשֶׁר נָתַן לָךְ). Además del Birkat HaMazon (gracia después de las comidas), los sabios también usan este versículo para apoyar la recitación de todas las bendiciones de disfrute, birkot hanehenin (בִּרְכוֹת הַנֶּהֱנִין).

Sin embargo, este no es el único versículo en nuestra parashá que comienza con la palabra “Comerás”, veajalta (וְאָכַלְתָּ). El otro versículo aparece incluso antes (ambos versículos están en la primera aliá) y dice: “Y consumirás a todos los pueblos que Havaiá tu Di-s te entrega; no te apiadarás, ni adorarás a sus ídolos, porque serán una trampa para tí”[16]  (וְאָכַלְתָּ אֶת כׇּל הָעַמִּים אֲשֶׁר הוי’ אֱ־לֹהֶיךָ נֹתֵן לָךְ לֹא תָחוֹס עֵינְךָ עֲלֵיהֶם וְלֹא תַעֲבֹד אֶת אֱ־לֹהֵיהֶם כִּי מוֹקֵשׁ הוּא לָךְ). Esto se refiere específicamente a las siete naciones cananeas: jití, guirgashí, emorí, kenaaní, perizi, jiví y ievusí[17] (הַחִתִּי וְהַגִּרְגָּשִׁי וְהָאֱמֹרִי וְהַכְּנַעֲנִי וְהַפְּרִזִּי וְהַחִוִּי וְהַיְבוּסִי), idólatras que estaban empapados de sacrificios humanos y otras prácticas abominables.

Las Siete Naciones Cananeas y las Siete Especies

¿Cuál podría ser la conexión entre estos dos versículos acerca de comer – comer alimentos y comer, es decir, conquistar y derrotar a las naciones cananeas? Dado que el versículo sobre comer alimentos aparece inmediatamente después de la descripción de las 7 especies con las que la Tierra de Israel fue bendecida, se deduce que las 7 especies corresponden a las 7 naciones cananeas que habitaban la Tierra de Israel antes de la conquista judía. Cuando merecemos comer las especies con la intención correcta, merecemos “comer”, es decir, rectificar estas naciones.

De hecho, la palabra especies, minim (מִינִים) en hebreo tiene dos significados: especie y herejes. Comer herejes significa incluirlos dentro de la santidad. “Comer” a las naciones no-judías, eso significa acabar con ellas o transformarlas. Se llama “comer” porque comer es incluir algo dentro de uno mismo. De manera similar, cuando estas naciones son “comidas”, su energía espiritual se convierte en santidad; lo que se incluyó desaparece por completo y se transforma.

Esto es como si la izquierda se incluyera completamente en la derecha. Aunque estas siete naciones cananeas ya no existen, aparentemente hoy en día hay 7 tipos diferentes de herejías, cada una correspondiente a una de las siete sefirot inferiores y rectificadas al comer una de las 7 especies, permitiendo que se revele su raíz espiritual superior.

En general, la raíz espiritual de lo que se consume es más alta que la del consumidor. La comida contiene una chispa que es más elevada que la persona que la come, y eso es lo que está revelando y elevando al consumirla.

El Perizita (Ferezeo) y la Victoria

El orden de las naciones en la mayoría de las enumeraciones es el mismo que el orden de las 7 especies. Por lo tanto, el partzuf/modelo de las Siete Naciones Cananeas y las siete sefirot inferiores es:

bondad-jesed חֶסֶד Cananeo-knaani   כְּנַעֲנִיpoder-guevura גְּבוּרָה Hitita-Jití  חִתִּי
Belleza Tiferet תִּפְאֶרֶת Amorreo-emorí אֱמֹרִי  
Victoria-Netzaj נֶצַח Perizita-perizí  פְּרִזִּיEsplendor-hod הוֹד Heveo-jiví חִוִּי
fundamento-iesod יְסוֹד Jebuseo-Ievusí יְבוּסִי
Reinado-Maljut מַלְכוּת Guirgashita-Guirgashí גִּרְגָּשִׁי

Traígamos un ejemplo de esta correspondencia. Los perizitas (פְּרִזִּי) corresponden a netzaj. En cada oportunidad nos gusta mencionar el Tzetel Katan del Rebe Elimelej de Lizhensk. Escribe que cada vez que uno siente que un rasgo de carácter negativo está despertando en él, puede alejarlo, gritando los nombres de las 7 naciones cananeas. El solo hecho de decir las palabras de la Torá que describen estas inclinaciones negativas tiene el poder de rectificarlas. Ahora aprendemos que es aún mejor comerlos. En todo acto de consumo también hay disfrute, por eso decimos la bendición en primer lugar. El consumo representa una oportunidad para alabar a Di-s.

Volviendo al perizita, ellos corresponden al higo (תְאֵנָה) y a la sefirá de victoria, que según los sabios era el Árbol del Conocimiento. Victoria se asocia con Jerusalén. Cuando comemos un higo, debemos tener presente en primer lugar que es una victoria y que estamos comiendo al perizita, y como dice el versículo, Jerusalén estará tranquila sin muralla, prazut teshé Ierushalaim (פְּרָזוֹת תֵּשֵׁב יְרוּשָׁלַיִם) [Zacarías 2:8], donde la palabra para el perizita y la palabra para “sin muralla” son afines, y la tranquilidad de vivir sin defensas es el signo supremo de la victoria sobre todas las fuerzas opuestas.


[1] Deuteronomio 8:7-8.

[2] Así como otros tipos de grano que no se mencionan en estos versículos.

[3] Salmos 130:1.

[4] Ibíd. 102:1.

[5] Isaías 65:8.

[6] Proverbios 27:18.

[7] Ver Jueces 14:4 y Rashi allí.

[8] Cantar de los Cantares 4:3 y 6:7.

[9] Eiruvin 19a.

[10] 1 Crónicas 16:33.

[11] Ibíd. 29:11.

[12] La tierra corresponde a la sefirá de reinado. Así, el olivo, correspondiente a fundamento, juzga la tierra correspondiente a reinado.

[13] Salmos 92:13.

[14] Isaías 60:21.

[15] Deuteronomio 8:10.

[16] Ibíd. 7:16.

[17] Ibíd. v. 1.

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