MISIÓN O COMODIDAD FAMILIAR
Últimamente nos enfrentamos a una pregunta que requiere decidir entre el bien de la shlijut (misión) y la comodidad familiar. Además, el cuestionamiento de nuestra realidad actual está generando tensiones entre nosotros, lo que repercute tanto en nosotros como en los niños. Sabemos que necesitamos ayuda, pero nos resulta difícil encontrar una referencia consensuada y disponible para recurrir a ella. Agradeceríamos el consejo del rabino.
Respuesta:
En el tema que plantean, me parece que la decisión correcta debe ser principalmente en función de la shlijut, con la comprensión de que la misión misma traerá mucha vitalidad a los niños y a toda la familia.
Deben saber que el núcleo del problema —su “estar juntos”— depende únicamente de ustedes, de su buena voluntad (que incluye, en términos simples, la disposición de ceder el uno al otro). Si quieren, “esto no es un sueño”: allí están escondidos muchos de los secretos de la Torá.
Que puedan compartir buenas noticias. ¡Con la bendición de “Ufáratzta”!
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LA CHISPA UNIVERSAL
Cuando uno observa hoy la división en el pueblo y ve que la mayoría de los judíos se están despertando a la teshuvá, identificándose con la fe y con la singularidad judía, mientras que, por otro lado, la mayoría de los centros de poder están en manos de la izquierda, surge la pregunta: ¿por qué la Providencia hizo que fuera así?
¿Cuál es la chispa sagrada que sostiene toda la falsedad? ¿Podría decirse que se trata de la “chispa universal”, herencia de lo dicho a Abraham: “y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”, una chispa que con el paso de los años se fue debilitando en la derecha creyente, pero que se mantuvo en la izquierda más inclinada a lo internacional, como un potencial distante para una renovación redentora?
Parece que la “cuarta revolución” de la que habla el rabino podría ser una puerta para un movimiento hacia una universalidad israelí renovada: una unión de opuestos entre jesed y guevurá, entre verdad y justicia, entre izquierda y derecha, entre conversos potenciales, amantes de Israel ya integrados en la sociedad, y también “residentes justos” potenciales.
RESPUESTA:
La iniciativa de invertir en la “cuarta revolución” es sumamente bendita. Pero debemos bajarla a la realidad y llevarla del potencial al acto. En mi opinión, la primera acción es establecer institutos de conversión según la halajá. Hay rabinos serios interesados en esto.
Lo principal es que haya seriedad (acompañada de conocimiento profundo de la halajá, por supuesto) y voluntad de acercar todas las chispas sagradas, con una diligencia equilibrada. Porque este asunto, sin duda, retrasa la Gueulá. Y por supuesto, no es necesario que pase por el marco institucional oficial (incluso el rabinato oficial), ya que esto está lejos de ser su prioridad.
Concluimos con una alusión: chispa universal” = 625 = 25 al cuadrado = 5 a la cuarta potencia = אדם (Adam) en su plenitud (Alef-Mem-Dalet), incluyendo a todos los seres humanos, ya que en cada uno hay una chispa; de lo contrario, no existiría. Por lo tanto, se insinúa que debemos dirigirnos a la chispa de “Adam” que existe en cada persona.
En efecto, “a ustedes se los llama Adam”, pero hay una chispa de Adam en cada ser humano, y es a esa chispa a la que hay que hablar y despertar. Esta es, en esencia, la naturaleza de la cuarta revolución (y la justificación de difundir Torá a todos: “Ésta es la Torá del hombre”).




