“Razi nos explicará qué es lo que ‘extraemos’ (shoavim) de cada dirección con los movimientos del Lulav”.
¡Hola, niños! ¿Están listos para el viaje de los movimientos?
Recordemos para aquellos que recién se unen: dentro de la Sucá nos encontramos muy, muy profundo en el abrazo con el que Dios nos envuelve. Dentro de ese cálido abrazo, nos sentimos como un niño acurrucado en una toalla en las manos de su mamá al salir todo mojado de la bañera.
Este abrazo queremos desglosarlo, sentirlo en el corazón y no solo desde lejos. Para eso, tomamos las Cuatro Especies y las agitamos en todas las direcciones. Imaginen que el Lulav, que se yergue hacia lo alto, es una espada larga y afilada, una “espada de orgullo” que un judío blande, y con ella ‘pinchamos’ la envoltura que nos rodea. Con cada pinchazo, atraemos una abundancia de bendiciones de la dirección hacia la que nos giramos, una abundancia que nos permite sentir el amor de Dios y Su abrazo de seis maneras diferentes.
Extrayendo Amor y Reverencia
El primer movimiento lo dirigimos hacia el lado derecho. El lado derecho expresa el atributo de la bondad (jésed), el gran amor que Dios nos tiene. Para la mayoría de las personas, la mano derecha es la más fuerte, y por eso la mayoría de nuestras acciones se hacen con ella. Simplemente ‘fluye’ más… Con el pinchazo y el movimiento hacia la derecha, podemos sentir cómo Dios nos da y nos da siempre, sin límite. No recuerdo haber tenido que pedirle aire a nadie para respirar. Lo recibo gratis, sin costo, en cada momento que quiero. Eso es en lo material, pero también en lo espiritual: tuve el mérito de ser judío. ¿Acaso trabajé para ello? ¿Fui elegido para este rol por algún esfuerzo de mi parte? No, también es un regalo. Cuando siento que alguien me ama y me da una y otra vez, también a mí me dan ganas de corresponderle, con la misma moneda, le devuelvo amor. Ya mencionamos que toda la Sucá es un abrazo de amor, pero con el movimiento hacia la derecha ‘extraemos’ de esa pared la cumbre del amor, el amor que está dentro del amor.
Del lado derecho pasamos al lado opuesto, el lado izquierdo. El lado izquierdo se identifica con el atributo del rigor (gevurá). Con el pinchazo en la pared izquierda de la Sucá, nuestros sentidos comienzan a agudizarse. De repente, sentimos que Dios es grande y, al mismo tiempo, que estamos muy lejos de Él. No es que Él esté lejos de nosotros, Dios no lo quiera, somos nosotros. De pura vergüenza, damos un paso atrás, y así ‘extraemos’ una dosis colmada de reverencia a Dios (yirat Hashem). Es verdad, los Días Solemnes ya han quedado atrás, pero en la Sucá puedo sentir cuánto le importo a Dios, y que de tanto amor que me tiene, a veces me hace sentir un poco lejos de Él. ¿Por qué? ¡Por supuesto, para que yo quiera acercarme aún más a Él!
Extrayendo una Providencia Compasiva
¿Qué ‘extraigo’ con los movimientos hacia adelante? Del lado derecho extraje un gran amor, del lado izquierdo extraje sensibilidad y una sensación de distancia. Hacia adelante, conecto ambas sensaciones, y lo que obtengo es mi atención plena a la atención plena que Dios me presta. ¿Suena complicado? Esa atención plena se llama Hashgajá Pratit (Providencia Divina individual). De repente, me doy cuenta de cómo cada detalle en mi vida es preciso y está diseñado exactamente para mí, justo lo que necesito. Cuanto más pienso en ello, más empiezo a sentir cuánta compasión tiene Dios por mí y cómo me cuida en cada paso y etapa de la vida. Incluso cuando me sucede algo no tan bueno, sé que “esto también es para bien”. ¡Y no solo para bien en general, para mi bien! Cuando me doy cuenta de esto, en realidad veo que “no hay nada fuera de Él”, que “¡Dios es Uno!”.
Extrayendo Confianza y Fe Pura
Un chiste dice: ¿cuál es la diferencia entre una persona ‘pesimista’ (que siempre ve lo negativo) y una persona ‘realista’ (práctica y sobria)? El ‘pesimista’ se sienta en la habitación y teme que en cualquier momento se le caiga el techo encima, pero el ‘realista’ no teme, ¡él sabe que el techo se va a caer!… Hasta aquí el chiste, pero ¿qué dice, en contraste, el judío que está en la Sucá, el que agita las especies hacia arriba? “¡He extraído la fuerza para conectarme con lo que está arriba!”.
Es cierto, no todo lo entiendo y no todo lo sé, pero lo que es seguro es que ¡yo confío! Mi fe en Dios está por encima y más allá de lo que entiendo con mi intelecto, está más allá de la lógica y la razón. Esta fe me otorga una fuerte confianza (bitajón) en que Dios está conmigo en toda situación, y con esa confianza tengo la fuerza para vencer, para venir ‘desde arriba’, ¡para conquistar el mundo entero e iluminarlo!
¿Y si a veces la vida se me hace un poco difícil? No todo es siempre fácil. Para momentos así, necesito la ‘extracción’ desde abajo, desde el suelo de la Sucá. Quiero sentir que el suelo es estable, que no se me va a deslizar bajo los pies. Con el movimiento hacia abajo, ‘extraigo’ el atributo de la fe pura y simple (temimut). Mi fe en Dios es completa e íntegra, y eso significa que no importa lo que suceda, ¡siempre estoy conectado a Dios, pase lo que pase!
¿Y qué hay de la pared de atrás? De ella ‘extraigo’ mi capacidad de protegerme. Toda clase de pensamientos no tan buenos pueden infiltrarse en mí, y realmente no me interesan. A veces tengo pensamientos de miedo o de enojo hacia alguien. No es bueno tener miedo y ciertamente no es bueno enojarse, pero ¿qué se le va a hacer? A veces me pasa… La fuerza que recibo del abrazo ‘trasero’ de Dios me permite repeler y rechazar esos pensamientos negativos. ¿Hasta cuándo? Para mañana, para la próxima semana, para siempre…
Así que ahora, después del viaje de extracción y movimientos, podemos relajarnos en la Sucá y disfrutar del largo abrazo…
¡Que tengamos el mérito de extraer de la sombra de la fe hacia nuestro interior!
¡Jag Sameaj! Razi




