JASIDUT
Mencionamos brevemente el modelo de los cuatro niveles de entendimiento de la Torá basados en las letras hebreas. Este modelo se denomina por el acrónimo: TaNTA (טנת”א). El Ta es de ta’amim, las marcas musicales de cantilación que describen la forma en que el texto de la Torá debe ser cantado – el canto de la Torá. La Nhace referencia a nekudot, los signos vocálicos que nos indican cómo pronunciar cada palabra. La T es de taguin, las coronas caligráficas trazadas con tinta en la parte superior de algunas letras. Finalmente, la Arepresenta las otiot, las propias letras.
Para el uso diario, ahora usamos volúmenes impresos del texto de la Torá. En el volumen impreso típico solo aparecen tres de estos niveles: las letras, las vocales y las marcas de cantilación. En un rollo de Torá manuscrito real del que podemos leer públicamente, solo aparecen las letras y las coronas. Las vocales y las marcas de cantilación musical, transmitidas por la tradición oral, no aparecen, pero la persona que lee la Torá en público memoriza las vocales y las cantilaciones para poder leer correctamente el texto.
Coronas sobre las Letras
Existen varias tradiciones respecto al entintado de coronas sobre las letras de un rollo de la Torá, pero generalmente seis letras reciben una sola marca o corona y siete letras, en principio, tienen tres marcas o coronas. Esto deja nueve letras que normalmente no tienen corona:
| sin coronas | א ו כ (ך) ל מ (ם) ס פ (ף) ר ת | |
| 1 corona | ב ד ק ח י ה | Bedek jaia |
| 3 coronas | ש ע ט נ (ן) ז ג צ (ץ) | Sha’atnez getz |
Un pasaje talmúdico altamente simbólico[1] relata un episodio que transcurre cuando Moisés estaba aprendiendo la Torá del Todopoderoso en la cima del Monte Sinaí. Moisés se sorprendió al ver que Di-s estaba colocando coronas en algunas de las letras de la Torá. Preguntó a Di-s cuál era el propósito de esas coronas, y Di-s respondió que en el futuro un hombre llamado Akiva, hijo de Iosef, desprenderá un sin fin de leyes prácticas de la Torá a partir de estas coronas. De esto aprendemos que cada elemento del texto de la Torá contiene infinitas capas de significado y misterio a las que se puede acceder y accionar mediante una exégesis inspirada.
Modelos de Cuatro y Nombre de Di-s
En este modelo, las letras del nombre de Di-s corresponden a los cuatro niveles del texto de la Torá desde arriba hasta abajo:
| Letra de Havaia | parte de la Torá | Nombre hebreo |
| Iud | Marcas de cantilación | טְעָמִים – taamim |
| Hei | Vocales | נְקֻדּוֹת – nekudot |
| Vav | Coronas | תָּגִין – taguin |
| Hei | letras | אוֹתִיּוֹת – otiot |
Dado que la Torá es la manifestación de la Voluntad de Di-s y del Nombre esencial de Di-s, Havaia, que tiene cuatro letras, no es sorprendente que este modelo de los componentes del texto de la Torá sea paralelo al que quizás sea el modelo de cuatro partes más famoso de la Torá. Este modelo se conoce por el acrónimo PaRDeS, que se refiere a cuatro modos interpretativos diferentes que pueden aplicarse simultáneamente a cada palabra, versículo, historia y mitzvá de la Torá.
La P significa Peshat y se refiere al significado llano o literal del texto. La R representa el Remez o modo de interpretación, que emplea herramientas lingüísticas que suelen ser técnicas como guematría (valores numéricos), sustituciones de letras, análisis abreviado (notarikon) y muchas otras, que suelen categorizarse como alusiones. La D representa al Derash, que busca el significado homilético, alegórico, metafórico o simbólico del texto. Finalmente, la S alude al Sod, el significado místico o secreto, revelado por la tradición oculta de la Torá documentada en diversas obras cabalísticas.
Cuando ubicamos estos dos modelos uno al lado del otro, obtenemos la siguiente correspondencia:
| Letra de Havaia | Parte de la Torá | Modo de interpretación |
| Iud | Marcas de cantilación | Sod |
| Hei | Vocales | Derash |
| Vav | Coronas | Remez |
| Hei | letras | Peshat |
Las letras son consideradas como el nivel más bajo y básico del texto y están conectadas al peshat, el significado literal del texto. Las coronas (taguin) que se describieron anteriormente corresponden al remez, las alusiones en la interpretación de la Torá. Las vocales (nekudot) son la fuerza motriz y dinamizadora del texto. Sin las vocales no sabríamos cómo articular las letras y palabras. El dinamismo de las vocales corresponde al drash, el entendimiento alegórico, metafórico y simbólico de la Torá.[2] Las marcas de cantilación musical (ta’amei hamikra) se consideran el nivel más alto de entendimiento del texto. Aunque revelan un componente de canción, están estrictamente ligadas al texto y así revelan sus secretos. Este nivel de exégesis corresponde al sod, la interpretación secreta, mística y cabalística del texto de la Torá.
Los ta’amei hamikra tienen tres funciones básicas: proporcionan puntuación al texto de la Torá, indican la entonación y énfasis adecuados dentro de un verso, y sirven como notas musicales para indicar cómo debe recitarse o cantarse el texto.
Si se comparara un texto de la Torá con la comida, las letras corresponderían al color y forma de la comida, y las coronas corresponderían a la fuente del alimento, ya sea mineral, vegetal o animal.[3] Las vocales corresponderían a la textura del alimento y las marcas musicales de cantilación se relacionarían con el sabor del alimento. La raíz de la palabra para marcas de cantilación, ta’amim, significa tanto “sabor”, es decir, el sabor del alimento, como “razón”, la lógica que subyace tras el texto. Pero hay un nivel incluso más elevado que las marcas de cantilación, que están conectadas y vinculadas por el texto. Este quinto nivel es la música que la cantilación conlleva independientemente de las palabras. Esta música, que es el nivel más oculto de la Torá, puede compararse con el aroma de la comida.[4]
| Letra de Havaia | parte de la Torá | Modo de interpretación | Nombre hebreo |
| Punta de la Iud | Música sin palabras | Sha’ashu’im | שַׁעֲשׁוּעִים |
| Iud | Marcas de cantilación | Sod | טְעָמִים – taamim |
| Hei | Vocales | Derash | נְקֻדּוֹת – nekudot |
| Vav | Coronas | Remez | תָּגִין – taguin |
| Hei | letras | Peshat | אוֹתִיּוֹת – otiot |
El quinto nivel es conocido como el nivel de recreación o divertimento de la Torá. Los primeros cuatro niveles de interpretación de la Torá siguen reglas conocidas de razonamiento. En el quinto nivel, estas reglas son superadas en cierto sentido por una amena creatividad en el estudio de la Torá. Este es el tipo de aprendizaje en el que solo pueden participar quienes han alcanzado el dominio de la Torá en los niveles más altos. La analogía con la música es bastante poderosa. Aunque tocar piezas musicales ya existentes es gratificante y agradable, solo cuando uno se lanza a crear música nueva que exprese su esencia, es cuando se siente la verdadera alegría de la música. En el Midrash, este tipo de interpretación de la Torá se describe como “una nueva Torá saldrá de Mí“[5], jidush Torá meiti ietzé (חִדּוּשׁ תּוֹרָה מֵאִתִּי יֵצֵא). El “mí” en esta frase comporta dos significados. Por un lado, se refiere a la Torá que proviene de “Mí“, es decir, del Todopoderoso, ya que es una extensión perfecta de la Torá dada en el Sinaí y no contradice en modo alguno nada de lo ya establecido; por otro lado, se refiere a “mí“, es decir, al individuo, porque la sensación es que esta revelación del canto sin palabras de la Torá es un reflejo perfecto de mi ser más profundo. El Rebe Hilel de Paritch se refirió a ella como la melodía que cada alma escuchaba en el Jardín del Edén, antes de nacer en un cuerpo físico, y que busca y anhela encontrar de nuevo todos sus días sobre la tierra.
La Torá como Canto
El Canto de la Torá, su música sin palabras, constituye un quinto nivel que actualmente nos resulta mayormente inaccesible y va más allá de los cuatro niveles revelados del texto de la Torá. Este quinto nivel se alude en varios lugares de la Torá, uno de los cuales se encuentra en la famosa afirmación del Zohar de que hay tres nudos que están atados entre sí: la Torá, el pueblo judío y el Todopoderoso.[6] Esta conocida afirmación del Zohar continúa: “y cada uno de ellos tiene un nivel oculto y otro revelado. Esta dimensión oculta es la dimensión musical de la Torá, del pueblo judío y de Di-s. La dimensión musical oculta en la Torá es el Canto de la Torá.
De manera significativa, en el Libro del Deuteronomio, el Todopoderoso mismo se refiere a la Torá como un canto: “Y ahora escribid este canto para vosotros mismos y enseñadlo a los israelitas.”[7] Los sabios explican que, aunque esto se refiere ostensiblemente al Canto de Ha’azinu, en la práctica aprendemos de estas palabras que cada persona tiene el mandato de escribir por si misma una Torá completa, ¡porque toda la Torá se considera una canción![8]
Vino y Besos
En nuestro artículo anterior sobre el Perek Shirá, analizamos la idea de que los niveles más altos de entendimiento de la Torá se relacionan simbólicamente con “besar” y beber vino, ambos mencionados juntos al principio del Cantar de los Cantares: “El Cantar de los Cantares, que es de Salomón. Me besará desde los besos de Su boca; porque Tu amor es mejor que el vino.”[9] La palabra para vino en hebreo, iain (יַיִן) es igual numéricamente a 70, igual que la palabra para “secreto”, sod (סוֹד). Los sabios enseñan: “Cuando entra el vino, se exhala un secreto.”[10] Esta enseñanza expresa el anhelo de Israel por la cercanía con Di-s, por recibir sus secretos más profundos de la Torá. Esta experiencia es mayor que cualquier gratificación física o estimulación que el mundo pueda ofrecer.
El Canto de la Torá, revelado a través de las marcas de cantilación, incluye tanto las notas musicales con las que cantamos el texto de la Torá como el quinto nivel de interpretación de la Torá que las marcas de cantilación solo pueden insinuar y que incluye las razones subyacentes de las mitzvot, así como un nivel completamente diferente de conocimiento de Di-s. Esto último por el momento no puede ser revelado completamente, pero lo será por el Mashíaj.[11]
Para traducir esto a la parábola del rey Salomón, el vino de la Torá se relaciona con su nivel intelectual, manifestado en las sefirot de sabiduría (jojmá), entendimiento (biná) y conocimiento (da’at). Pero el Canto sin palabras de la Torá son los besos de Di-s, cuyo origen es incluso superior al intelecto. Estos besos provienen de la sefirá de corona (keter), el nivel superconsciente del alma que se cierne sobre el intelecto – el beso supera el sabor del vino. Son los besos que Di-s nos da a través de la Torá los que dan testimonio de Su amor infinito por nosotros: “Me besará desde los besos de Su boca; porque Tu amor es mejor que el vino.”
[1] Menajot 29b.
[2] Para más información sobre la sección anterior, véase Sod HaShem Li’iereiav, (El Secreto de Hashem para Sus temerosos) cap. 24.
[3] La fuente de las letras viene de arriba, de ahí la razón por la que las coronas siempre se dibujan encima de las letras, como si estuvieran conectando la letra arriba con su fuente.
[4] Véase Música: La pluma del alma, págs. 35-40.
[5] Vaikra Rabá 13:3.
[6] Zohar 3:73a.
[7] Deuteronomio 31:19.
[8] Hiljot Tefilin Mezuza veSefer Torá 7:1.
[9] Cantar de los Cantares 1:1-2.
[10] Eiruvin 65a.
[11] Rashi sobre el Cantar de los Cantares, loc. cit. Midrash Otiot DeRabi Akiva §7. Ialkut Shimoni, Isaías 429.




