SHAVUOT
SHAVUOT
- ALGO JASÍDICO EN HONOR A LA FESTIVIDAD DE SHAVUOT: 5
- MENSAJE DEL RABINO GINSBURGH PARA SHAVUOT Y LA SITUACIÓN ACTUAL EN ISRAEL 8
MEDITACIÓN DEL RABINO ITZJAK GINSBURGH: 11
Siguiendo el camino del mundo 11
El equilibrio entre el amor y el miedo 12
- HEMOS LLEGADO A LA META, ¿QUÉ HACEMOS AHORA CON TODO ESTO? 14
- VIENDO EL SONIDO 15
- MEDITACIONES PARA RECIBIR LA TORÁ 17
¿Podemos Llegar Hasta el Portal Cincuenta del Entendimiento? 21
Los Cincuenta Portales del Entendimiento 22
Moisés, el rey David y el Baal Shem Tov 22
Los Tres Niveles de la Dimensión Interior del Corazón 22
El Rey David – El Entendimiento del Corazón 23
Moisés – La Sabiduría del Corazón 23
El Baal Shem Tov – el Conocimiento del Corazón 24
La Corona de un Buen Nombre 24
- SHAVUOT: EL SECRETO DE LA UNIÓN 25
- ¿EXISTE ALGO EN LA CREACIÓN QUE NO HAYA SIDO CREADO EN LOS 7 PRIMEROS DÍAS DE LA CREACIÓN? 28
¿Qué significa que “viene el Shabat viene el descanso”? 31
- EL SALTO DE FE DE LA PIEDRA DEL MONTE SINAÍ 35
- DEL BAAL SHEM TOV 35
- EL SECRETO DE BAT SHEVA Y EL MASHÍAJ 38
La Última Semana del Omer y Shavuot 38
Mashíaj ben David nace de Batsheva 39
Los orígenes de Mashíaj en David y Ajitofel 39
Batsheva y Parashat Behaalotjá 39
El destino de Batsheva es estar con David 39
El pecado de Adám y David y Batsheva: el secreto de la higuera 39
Volviendo para Atrás: Uriá el hitita, Frente: Rey David 40
Uriá el hitita y Uriá el sacerdote 41
David y Batsheva: un estado evolucionado de Adam y Javá 41
La muerte de David y el primer hijo de Batsheva 41
El alma de Mashíaj reencarnado en Nejemiá 41
David debería haber esperado siete años más 42
Paciencia en espera del reinado 42
2) DE LOS MAESTROS JASÍDICOS 46
ACTIVIDADES SUGERIDAS PARA SHAVUOT 47
- MOSHÉ – DAVID – BAAL SHEM TOV, VENCER EN LA GUERRA 48
- SHABAT DE UNIÓN ANTES DE SHAVUOT PARA RECIBIR LA TORÁ 49
Esencia de las Cosas Silencio Día de Ierushalaim 49
- SANGRE Y LECHE EN EL DESIERTO DE LA ENTREGA DE LA TORÁ 50
- Bamidbar – Shavuot 50
- TODO EL PUEBLO VIO LOS SONIDOS… VIERON Y TEMBLARON!!! 51
Ultimo Dia Del Omer y Shavuot 5780 51
MEDITACIONES JASÍDICAS
ALGO JASÍDICO EN HONOR A LA FESTIVIDAD DE SHAVUOT:
Shavuot es también el día de la hilula de nuestro maestro el Baal Shem Tov.
Durante el viaje del Santo Baal Shem Tov
Hacia la Tierra de Israel, se demoró en la ciudad de Estambul.
Allí se le acabó el dinero y su hija que lo acompañaba tenía gran preocupación
por cómo celebrarían la próxima noche el Seder de Pesaj.
(se acuerdan que compartimos esa historia hace unas semanas?)
Milagrosamente, un judío rico de Polonia que estaba en la ciudad
para recibir una bendición de hijos del Baal Shem Tov
llegó a la calle donde este se hospedaba,
Preguntó por él y pidió permiso para hacerle el Seder para él.
él traería todas las necesidades de la festividad.
Después de que Baal Shem Tov terminó de leer la Hagadá,
Se volvió hacia el rico y le dijo:
“Sé lo que estás pidiendo. No puedes tener hijos.
Pues te juro que por el mérito de lo que has hecho
por revivir mi alma, tu esposa te dará un hijo”.
Inmediatamente el Baal Shem Tov escuchó una voz que anunció y dijo
por este juramento que has hecho
has perdido la parte que te prometieron en el Mundo por Venir,
Porque estaba decretado que el hombre sea estéril y su mujer sea estéril,
y en este juramento el Baal Shem Tov forzó
cambiar el orden de la naturaleza para ellos.
Cuando el Baal Shem Tov escuchó la proclamación
se llenó de gozo y dijo en su corazón:
“¡Gracias a Dios! Ahora puedo servir
De verdad a Hashem bendito sea.
He perdido mi parte en Gan Eden
Y ahora puedo eliminar cualquier pensamiento ilegítimo de recompensa y ganancia,
en este mundo o en el Mundo por Venir”.
Así que se volvió feliz hacia el hombre y le dijo:
“No sabía que eras estéril.
Aún así, no dejes que tu corazón se caiga y no te arrepientas.
Lo que te he jurado se cumplirá, con la ayuda de Hashem”.
Inmediatamente el Baal Shem Tov escuchó otra proclamación declarando:
Le han devuelto todos los derechos que le corresponden,
porque accedió a servir a Hashem sin ninguna recompensa.
¿Por qué estaba feliz el Baal Shem Tov?
¿Y por qué no quiere ameritar el Mundo por Venir?
Y si es tan bueno servir sin recompensa
¿Por qué en el Cielo fue “castigado” y devuelto la recompensa?
Es obvio que de forma natural hay resultados buenos y felices.
por nuestras buenas obras.
Y por supuesto somos felices y disfrutamos mucho
por nuestro progreso espiritual, y por la solución de las dificultades y problemas,
y por el placer Divino que nos espera al final.
Pero también podemos sufrir por el hecho,
de que pensar en los resultados positivos para nosotros
Nos distrae de estar conectados
y estar verdaderamente concentrados en la buena acción.
Este pensamiento superficial,
interfiere en permitir a los poderes Divinos
actuar dentro de nosotros sin molestarlos
con interrogantes inquietantes y extraños
como “¿Qué gano?”, “¿Cómo progreso?”,
“¿Cómo esto fortalece mi estatus?”, etc.
Pero, ¿es posible trabajar e incluso vivir sin estos pensamientos?
El poder del Baal Shem Tov
-que también nosotros podemos ameritar y recibir de él-
es liberarnos al menos en ciertos momentos
de estas cuestiones secundarias y marginales,
y concentrarnos por cierto tiempo simplemente en las cosas verdaderas.
¿Cómo se concreta este poder?
Esto es a través de un sentimiento de humildad y bajeza.
No estuve correcto y realmente merezco que me nieguen
incluso todo lo bueno que ya tengo.
Y listo, ahora soy libre de ser y actuar correctamente.
¿Y ahora?
El bien que viene, el placer y la alegría,
y también los beneficios que recibo en la vida,
ya no me molestan en mi acción recta y llana,
entonces, por supuesto, también vendrán.
¿Cómo no va a ser así?
Feliz Shavuot,
Que todos recibamos la Torá con alegría e interioridad,
Iosi Plai
Torat HaNefesh
Escuela de Psicología Jasídica de Gal Einai
Del rabino Itzjak Ginsburgh
MENSAJE DEL RABINO GINSBURGH PARA SHAVUOT Y LA SITUACIÓN ACTUAL EN ISRAEL
En vísperas de Shavuot 5741
A nuestros hermanos, toda la casa de Israel
En Shavuot, el momento de la entrega de nuestra Torá, debemos recordar la enseñanza de la Torá de que una guerra por una ciudad que no se rinde es “hasta que caiga” (“e incluso en Shabat”).
Este es el día adecuado para ser fortalecido por las palabras del rey David de Israel, quien nació y murió en Shavuot: “Perseguiré a mis enemigos y los venceré y no regresaré hasta que sean destruidos”.
Los jefes de estado y el ejército deben aprovechar la oportunidad y atacar con fuerza al enemigo árabe en Gaza, luchar por una victoria estratégica en la eliminación de los terroristas, la destrucción de su infraestructura y el colapso del gobierno hostil a Israel. Como dijo el Rebe de Lubavitch en casos similares, las circunstancias políticas de hoy, que permiten una lucha ininterrumpida, son una ‘invitación del cielo’ para hacerlo.
Nuestro maestro el Baal Shem Tov, quien también se fue en Shavuot, colocó el amor y la unidad de Israel como base. Este es el momento de aumentar la garantía mutua en toda nuestra tierra santa y decir: ¡fortalezcan sus manos, todos los que vienen en ayuda de Dios para proteger a los judíos de aquellos que buscan su maldad!
El Baal Shem Tov también dijo que “el corazón de Israel está vivo” y así como uno cree en Dios, debe creer en cada judío. Por eso, así como es posible arrepentirse por las acciones privadas, incluso en la esfera pública, quien se ha equivocado en declaraciones y hechos incorrectos puede y debe arrepentirse. Los eventos de los últimos días invitan a los funcionarios electos a decir “las cosas que dije antes están mal” y cambiar su camino hacia otro liderazgo: será “bueno para el cielo” y “bueno para la gente” y bueno para ellos mismos en todos los niveles (incluido el nivel político).
Con la bendición de recibir la Torá, para la sociedad y el individuo, con alegría y por dentro.
Rabino Itzjak Ginzburg
RABI ISRAEL BAAL SHEM TOV Y LOS TZADIKIM OCULTOS
Introducción:
Rabi Israel Baal Shem Tov nació el 18 de Elul 5458 (1698). Sus padres eran Rabi Eliezer y Sará. Cuando era un niño pequeño sus padres fallecieron y él se unió a un grupo de tzadikim ocultos, vagando con ellos por Ucrania. En su juventud el Baal Shem Tov trabajó como asistente de melamed (maestro de niños pequeños), ocultando su rectitud y grandeza en la Torá detrás de la personalidad de un huérfano sin educación. Se casó con su primera esposa en Okopy, Ucrania, y enviudó poco después. El joven viudo luego se casó con Jana, la hermana del rabino Gershon de Kitov, y se mudó a Kitov, donde pasaba horas en soledad, en estudio y oración en las montañas. En 5494 (1734) comenzó a instruir a otros en el servicio de Dios y se hizo famoso como hacedor de milagros y sanador de cuerpo y alma. Fundador del Jasidut, el Baal Shem Tov transformó la Torá y el servicio a Dios en una conexión personal en la que el mundo, el individuo y el Creador se interesan y están conectados entre sí. En el año 5500 (1740) el Baal Shem Tov se estableció en Mezhibuzh, donde vivió hasta su fallecimiento en la festividad de Shavuot, 5520, (1760).
Historia de Vida:
El Baal Shem Tov tenía solo cinco años cuando su anciano padre, el justo Rabi Eliezer lo llamó antes de morir y le dijo: “Mira, hijo mío, estoy a punto de seguir el camino de los que viven en este mundo. Puedo ver que tu Torá iluminará el mundo, pero no tendré el privilegio de educarte. Hay dos cosas que te pido: no temas a nada más que a Dios; entonces Dios estará contigo toda tu vida. Ama a cada judío desde lo más profundo de tu corazón sin distinción alguna en cuanto a quién es y cómo se comporta”.
Solo pasaron unos años y la anciana madre del joven Baal Shem Tov también falleció, por lo que quedó huérfano de sus padres. La gente de su pueblo se hizo cargo de todas sus necesidades y contrató a un maestro para educarlo. Tuvo mucho éxito en sus estudios y comenzó a experimentar excitación espiritual.
Después de estudiar con su maestro, se escapaba del jeider [escuela] al bosque por un día o dos y luego regresaba con su maestro para estudiar como de costumbre. Esto sucedió algunas veces y nadie supo lo que hizo mientras estaba en el bosque.
Cuando tenía unos siete años un día fue al bosque y a lejos vio a un hombre judío parado junto a un árbol, envuelto en un talit, vistiendo tefilín y rezando con agradable devoción. La escena capturó el corazón del joven Baal Shem Tov, porque en su ciudad natal de Akopi nunca había visto tanta devoción durante la oración.
Después de orar el hombre se sentó a estudiar Torá. Al terminar su estudio sacó un poco de pan seco de su bolsa y un frasco de agua, se lavó las manos, bendijo sobre el pan, y al finalizar dijo la bendición después de las comidas con gran devoción. Luego tomó su bolsa y su bastón y continuó su camino.
El Baal Shem Tov salió de su escondite y se acercó al hombre porque quería saber quién era. Cuando el hombre vio que un niño caminaba por el bosque, lo llamó y le preguntó: “¿Cómo es que no tienes miedo de caminar solo por el bosque? ¡Eres muy joven!”
El pequeño Isrulik respondió: “Antes de morir, mi padre me ordenó que no temiera a nada más que al Todopoderoso”.
Entonces el hombre preguntó: “¿No eres tú el hijo del tzadik Rabi Eliezer de Akop?” El Baal Shem Tov respondió: “Sí. Mi padre era el tzadik Rabi Eliezer de Akop”.
Luego los dos se sentaron en el tronco de un árbol y el hombre sacó el Tratado de Pesajim de su bolsa y estudió con él.
El hombre le preguntó: “¿Quieres acompañarme?” Y él respondió: “Sí, quiero ir contigo a donde vayas”.
El hombre lo llevaba de un lugar a otro, a veces a una ciudad, a veces a un pueblo, y nunca pidieron caridad. El hombre pagaba el viaje con su propio dinero. Así pasaron tres años desde el día en que el Baal Shem Tov se unió a él.
Una vez, el hombre le dijo: “Hoy te llevaré a un tzadik oculto que es un estudioso de la Torá muy respetado. Su nombre es Rabi Meir, vive y trabaja en el bosque y se gana la vida hirviendo raíces de árboles y extrayendo un tipo de alquitrán y otros extractos. Todos los días va a la ciudad a rezar y la gente del pueblo no tiene idea de su erudición. Piensan en él como un simple artesano, pero en verdad, es el jefe de los tzadikim ocultos, y ellos no hacen nada sin antes consultarle.
El Baal Shem Tov accedió a ir a lo de Rabi Meir y estudió con él durante unos cuatro años. Allí se familiarizó con los tzadikim ocultos y se unió a su grupo, hasta que después de unos años, incluso los ancianos entre ellos aceptaban su opinión sobre muchos asuntos.[1]
MEDITACIÓN DEL RABINO ITZJAK GINSBURGH:
Siguiendo el camino del mundo
Por lo general, cuando consideramos la vida y la muerte, vemos el nacimiento como el comienzo de nuestro camino en la vida y la muerte como su destino final. Al nacer, bendecimos al alma recién nacida en el mundo y, al morir, la bendecimos cuando se va.
Cuando se fue de este mundo, Rabi Eliezer describió su muerte inminente diciendo: “Estoy a punto de seguir el camino del mundo”, describiendo así la muerte no como un momento de desaparición, sino como parte de una progresión continua. El alma inició su estadía en el mundo cuando llegó aquí al nacer y con la muerte continúa su camino. Los sabios afirman que “los justos no tienen descanso; ni en este mundo ni en el Mundo por Venir”.[2] Aunque sus vidas físicas han terminado, cuando los justos parten de este mundo continúan yendo de fortaleza en fortaleza,[3] porque la vitalidad de sus almas nunca cesa, incluso después de la muerte.
En su sabiduría el rey Salomón enumeró veintiocho etapas o épocas que un individuo encuentra a lo largo de la vida. Los dos primeros son “Un momento para nacer y un momento para morir”.[4] Uno de los principios utilizados en el análisis de la Torá es que “todo sigue [de acuerdo con] el comienzo”.[5] Por lo tanto, todo lo que sigue, sigue a estas dos primeras etapas, nacimiento y muerte, pero entre ellas, el nacimiento es primario mientras que la muerte es secundaria. La muerte es simplemente otro detalle en el desarrollo de la vida, a medida que avanza y se desarrolla desde el momento del nacimiento.[6]
Dado que todas las otras épocas de nuestra vida mencionadas en la lista del rey Shlomó requieren voluntad, son acciones conscientes en las que un individuo elige participar, y siguiendo este análisis, aprendemos que la muerte también involucra nuestra voluntad.[7]
Apagando el “No”
Hay una serie variantes en los relatos de la última voluntad y testamento que el padre de Baal Shem Tov le dio a su hijo. Lo que comparten en común son las dos directivas: temer solo a Dios y amar a cada judío. Lo que se destaca en este relato en particular es que estas dos directivas aparecen en relación con la declaración profética del padre de Baal Shem Tov: “Veo que iluminarás el mundo con tu Torá”. Meditemos sobre la relación entre las directivas y esta predicción. Hacerlo nos brindará una visión más profunda de la clave del éxito del Baal Shem Tov en su misión de iluminar al mundo con sus enseñanzas.
Amar a cada judío es obviamente una herramienta importante para difundir la luz de la Torá porque las personas reaccionan uno con la otra y reflejan las emociones de los demás.[8] Si tu objetivo es afectar a los demás debes cultivar un amor esencial por ellos. La naturaleza esencial del amor es que despierta un amor y afecto como respuesta, abriendo a los demás para que aprendan y se conecten contigo.
Podría ser que con su mirada profética Rabi Eliezer vislumbró la gran oposición que su hijo encontraría en el futuro. El Baal Shem Tov ciertamente necesitaba una receta potente que anulara todo temor porque él y sus sucesores enfrentarían una tremenda oposición y muchos peligros antes de que el movimiento jasídico se estableciera firmemente. Y así, el padre del Baal Shem Tov, con su perspicacia penetrante, consideró oportuno reforzar a su hijo pequeño y fortalecerlo enseñándole a no temer nada más que al Todopoderoso. Solo el temor y el respeto a Dios equiparían al Baal Shem Tov y a sus discípulos con la perseverancia y la firmeza necesarias para superar con éxito todos los obstáculos.
En una línea similar, el Maguid de Mezeritch, su sucesor, una vez le enseñó a su devoto discípulo, el Alter Rebe:[9]
“Un fuego constante arderá en el altar, no se apagará”.[10] Tú, mi alumno, necesitas un fuego constante, porque debes apagar el “no” [de tu oposición] y Dios convertirá el “no” en un “sí”.
El fuego ardiente simboliza el temor asombroso total a Dios que se necesita para estar cada vez más cerca del Todopoderoso y Su servicio. Es un ingrediente esencial para difundir el camino divinamente inspirado de Baal Shem Tov. Las llamas del asombro y el temor a Dios apagan automáticamente la oposición, encendiendo a los detractores con un entusiasmo sagrado y transformando su hostilidad en apoyo entusiasta.
El equilibrio entre el amor y el miedo
Pero hay otra forma de ver la conexión entre las pruebas que se encuentran en el futuro de Baal Shem Tov y las dos directivas de su padre. Con su temor a Dios puro y refinado, el Baal Shem Tov pudo extinguir el fuego opositor de la oposición a su camino. El amor al pueblo judío es también un poderoso antídoto contra los falsos miedos y la confusión existencial que parecen ser una parte ineludible de toda vida humana.
Un porcentaje muy alto de toda nuestra confusión psicológica es el resultado de un egocentrismo excesivo. A lo largo de nuestra vida sufrimos diversos eventos y experiencias dolorosas. Muy a menudo, como resultado sentimos que en sentido figurado nos hemos caído de nuestro caballo. Sentimos que hemos descendido espiritualmente. Si en esos momentos uno solo se tiene a uno mismo, a la propia imagen de uno mismo y el ego en que apoyarse, entonces la carga puede volverse demasiado pesada de llevar. Como dicen los sabios, “¡La persona que ha caído de su nivel es descrito como muerto”![11]
Sin embargo, si el corazón y el alma de uno están conectados con todo el pueblo judío, participando de su gozo e identificándose con sus dolores, entonces, como la congregación que nunca puede morir,[12] él tampoco perecerá. Ser parte del cuerpo comunitario infunde al individuo poderes a los que nunca habría podido acceder por sus propios méritos y le proporciona una razón para vivir incluso cuando su dominio personal se está desmoronando.
Hay muchas mitzvot que nos guían para amar al pueblo judío, comenzando con la mitzvá general de “amar a tu prójimo como a ti mismo”.[13] Además tenemos la mitzvá de la oración comunitaria y el mandato ético de los sabios de compartir la conciencia comunitaria.[14] El fundamento de todas estas directivas es el reconocimiento de que, de hecho, las almas del pueblo judío no existen por separado, sino que están conectadas integralmente como una entidad.[15]
El resultado de nuestra solidaridad nacional es que las almas judías están conectadas por fuertes relaciones de responsabilidad mutua y cada alma puede influir en los demás, ya sea para bien o para mal. Además, cada individuo puede realizar su propia razón de ser dedicándose a otra alma o dedicando su vida a beneficiar a toda la comunidad de almas judías.[16]
El título “Baal Shem” (בַּעַל שֵׁם), literalmente significa “Amo del Nombre” y se refiere a un sanador de almas. Quizás la fuente de los sutiles pero potentes poderes curativos del Baal Shem Tov emanó de las instrucciones que recibió en el testamento final de su justo padre.
NOTAS
[1] Traducido de Reshimot Devarim vol. 3 de Jitrik, p.8.
[5] Esta expresión utilizada profusamente por el Rebe de Lubavitch, Rabi Menajem Mendel Schneersohn, proviene de la enseñanza de los sabios de que “Todo sigue de acuerdo al final” (Berajot 12a). La formulación original del Rebe se basa en las palabras del Talmud, “todo el cuerpo sigue a la cabeza” (Eiruvin 41a).
[6] La forma en que percibimos los “tiempos de nuestra vida” depende de si los experimentamos como una extensión de nuestro nacimiento o como eventos que acercan nuestra muerte inminente. Dado que “un momento para dar a luz” es la introducción general a las veintiocho etapas de la vida, uno puede experimentar estas etapas como un desarrollo del nacimiento. Desde este punto de vista, incluso la muerte se convierte en una etapa más de nuestro continuo nacimiento.
Como el nacimiento, la sabiduría se describe como aquello que “vitaliza a su poseedor” (Eclesiastés 7:12), permitiéndole percibir y experimentar el futuro como una recreación ex-nihilo en todo momento (ver Tania cap. 43). Pero si alguno de los detalles de la vida, nuestro tiempo, se desconecta de la sabiduría de la Torá, en lugar de elevarnos a una nueva dimensión de nacimiento, es probable que termine en la ruina y la desintegración, condenándonos al curso natural de la entropía que actúa sobre todo lo que está esclavizado a las limitaciones naturales del espacio-tiempo, como dice el versículo, “Mueren, pero no en [es decir, mientras están conectados a] sabiduría” (Iov 4:21)
Si todos los contenidos de la vida de un individuo están conectados con el nacimiento, entonces se recrean constantemente en todo momento, los grilletes de la muerte entrópica se rompen y merecen la vida eterna.
[7] De hecho, para los verdaderamente justos, tzadikim, la muerte misma (no solo la preparación para la muerte) es un acto de libre albedrío. Como veremos con respecto a otra historia, el Baal Shem Tov declaró que era capaz de salir intacto de este cuerpo mundano, pero expresó su deseo de cumplir el decreto del Todopoderoso con respecto al hombre: “De polvo estás hecho y al polvo volverás” (Génesis 3:19).
[8] Que reflejamos los sentimientos y la actitud de los demás hacia nosotros mismos se aprende del versículo: “Como el agua refleja un rostro en el rostro, así es el corazón del hombre para con el prójimo” (Proverbios 27:19).
[15] Esta perspectiva no solo cura el alma e inmuniza al individuo contra las dificultades asociadas con la hostilidad y el antagonismo, sino que también nos enseña la forma correcta de abordarlos: “Uno debe orar por sus antagonistas que son el alma reencarnada de un individuo justo, etc. A través de sus oraciones, él [el alma del individuo justo] se endulza en su fuente y retira su espíritu de ellos y lo que queda de ellos inevitablemente se desintegra” (Keter Shem Tov, 18).
[16] Véase Tania cap. 32, y Derej Mitzvoteja en la explicación de la mitzvá de amar al pueblo judío. También vea arriba en la nota final 6 de la historia “El alma de Israel”.
HEMOS LLEGADO A LA META, ¿QUÉ HACEMOS AHORA CON TODO ESTO?
En la víspera de Shavuot, la fiesta de la Entrega de la Torá, estamos parados justo en la línea de meta, al pie de la montaña, esperando ansiosamente recibir la Torá con alegría e interioridad.
No son días fáciles y nos recuerdan a todos la necesidad crítica del amor a Israel y el fortalecimiento de la garantía mutua, y como en la entrega de la Torá, ser ‘como un solo hombre con un solo corazón’.
Entonces, ¿qué teníamos? Agárrense fuerte…
Aprendimos acerca de la manifestación del amor natural de cada judío en la sefirá de Jesed, Bondad, y el deber de ser sensibles hacia los demás mientras regulamos adecuadamente entre el silencio y el habla en la sefirá de Guevurá, Rigor.
También meditamos en el significado interior de la sefirá de Tiferet, Belleza: el atributo de la misericordia en el alma y la forma correcta en que debe revelarse.
En la sefirá de Netzaj, Eternidad, aprendimos sobre la necesidad de traducir los sentimientos cálidos en buenas acciones y al entrega en aras de los demás y en la cualidad de gratitud y agradecimiento por el bien que recibimos, a la vez que reconocemos nuestras deficiencias.
La sefirá de Iesod, Fundamento se dedicó al trabajo de moderación y moderación y al desarrollo de un sentido sutil de cuándo es bueno contenerse y cuándo es el momento de desbordar.
Y de la semana del reinado, Maljut, aprendimos qué es una humildad corregida y cómo se puede refinar incluso la política…
Entonces, ¿qué hacemos ahora con todo esto?
No importa cuánto trabajemos en nuestras cualidades, mañana por la mañana todos recibiremos la Torá como un regalo de Dios. Pero ¿qué haces al día siguiente de la festividad? ¿El trabajo de refinar las virtudes ‘se sube al altillo’ hasta Pesaj del próximo año?
¡La respuesta es, por supuesto, no!
Toda la cuenta de Omer es una especie de circuito de espejos acelerado que tiene el poder de darnos un fuerte impulso para todo el año que viene (por lo menos…), para avanzar y desarrollarnos, para ser más sensibles, más delicados y más felices.
Hasta ahora nos hemos analizado por dentro y aprendido juntos sobre el “refinamiento de las cualidades”. Y ahora, como con cualquier buen análisis, debemos encargarnos de poner las cosas en práctica. Así que lo que queda es… ¡empezar a trabajar!
¡Que sea con éxito!
¡Que tengas un Shavuot con alegría y desde lo profundo del corazón, y buenas noticias para nosotros y para todo el pueblo de Israel!!
VIENDO EL SONIDO
Zohar:
“Todo el pueblo vieron los sonidos… vieron y temblaron” (Ex. 20:15)
Estos Diez Mandamientos de la Torá incluyen todos los mandamientos de la Torá y todos los asuntos de Arriba y abajo, incluidas las Diez Aserciones con las cuales se creó el mundo. (Avot 5:1)
Todos los mandamientos se derivan esencialmente de estos diez. Esto también se insinúa por el valor numérico de la palabra “Torá”, תורה. 611, más los 2 primeros de los Diez Mandamientos que escuchamos de Di-s mismo, dando un total de 613, el número de mandamientos en la Torá. (Makot 24a) Además, el número total de letras que comprenden los Diez Mandamientos es 620, la suma de los 613 mandamientos bíblicos más los siete mandamientos rabínicos (Megalé Amukot, Ranav Ofanim ofan 197)
El Midrash (Bereishit Rabá 1:1) explica que así como un arquitecto usa un plano para construir un palacio, Di-s también usó la Torá para crear los mundos. “Di-s miró la Torá y creó los mundos a partir de ella”. (Zohar II 161a) En consecuencia, toda la Creación está contenida en ella.
Estos [Diez Mandamientos] fueron grabados en tablas de piedra y todos los secretos contenidos en ellos fueron revelados a todos [los israelitas que estaban al pie del monte Sinaí]. Ellos vieron todo esto con sus propios ojos, y sus corazones pudieron observar la sabiduría que los iluminó.
Esta sabiduría también afectó sus emociones.
MEDITACIONES PARA RECIBIR LA TORÁ
Hay dos facetas de la Torá, las cuales se reflejan en la festividad de Shavuot, El Tiempo de la Entrega de Nuestra Torá.
Por un lado, es la Torá de la bondad, “La Torá comienza con actos de bondad y termina con actos de bondad.”1 En Shavuot leemos el Libro de Rut, que es totalmente actos de bondad, como le dijo Boaz a Rut: “Tu último acto de bondad es más grande que el primero.”2 Del mismo modo los sabios afirman: “¿Por qué leemos el Libro de Rut en el Festival de Shavuot? Debido a que este rollo es completamente bondad y la Torá es completamente bondad, como está dicho “Y la Torá de la bondad está sobre tu lengua”, y fue dada en el Festival de Shavuot.”3
Por otro lado, la Torá también contiene gran cantidad de valentía, autoridad y fuerza, “No hay bravura sino la Torá, como dice, “Dios da bravura a Su pueblo.”4,5 Aunque la Torá es un regalo incomparable de Dios, sin embargo, la revelación en el Monte Sinaí no se puede comparar en absoluto a una ceremonia de premiación. Fue una experiencia electrizante, “La entrega de la Torá fue con miedo y temor, con estremecimiento y temblor,”6 como lo encontramos en la expresión común de los sabios, que la Torá fue entregada desde la “Boca del Poder”. De igual manera, los que reciben la Torá y la estudian también deben tener la característica necesaria de bravura, “Se audaz [bravo] como un tigre… para hacer la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos.”7 Hace falta bravura, audacia para seguir el camino de la Torá sin hacer demasiados cálculos y sin mirar para otro lado. Los únicos que pueden proclamar: “Haremos y escucharemos”,8 es el pueblo judío, “la nación más valiente”.9 Porque sólo ellos pueden comprometerse desde un principio con decisión y terquedad y asertivamente adquirir la Tora sin verla primero, y observar todo lo que se les ordenó a partir de entonces.
Releyendo el Libro de Rut, también revelamos el atributo de la audacia (עז, oz), que incluso se alude en (באז) Boaz. Ruth, la princesa moabita, no era sólo una chica amable, también tenía una fortaleza de carácter especial, y estaba dispuesta a dejar todo atrás y decirle a Naomi, “Dondequiera que tú vayas iré y donde tú duermas dormiré, tu nación es mi nación y tu Dios es mi Dios. Dondequiera que vayas a morir, allí moriré…”10 De hecho, la conversión genuina no es un acto que traiga consigo beneficios especiales, la verdadera conversión es a por una decisión valiente y personal de unirse a la alianza entre Dios y el pueblo judío, e incluso deben estar dispuestos a sufrir por ello (aunque por nuestra parte, no tratamos de persuadir a nadie para que se convierta).11 La propia decisión de unirse al pueblo judío refleja el carácter del converso, alguien preparado para unirse al pueblo judío, el más audaz de la naciones. Ruth es sin duda uno de los más grandes modelos a seguir para un justo converso y una mujer y madre judía arquetípica, que está coronada con el título “Una mujer de valor”, y no “una mujer de bondad”.12 A pesar de que sus acciones sin duda estaban llenas de bondad, y la Torá de la bondad estaba en su lengua, el hecho de que sea “una mujer de valor” se refiere a su audacia interior sin igual, “Ella ciñe sus lomos con valentía.”13
El secreto es la combinación de poder y bondad. En nuestro contexto, el poder representa una firmeza interior esencial inigualable, mientras que bondad “reviste” esa firmeza por fuera. Por lo tanto, como una preparación muy importante para la entrega de la Torá en Shavuot, debemos reforzar nuestra audacia positiva, conectándonos con la Esencia de Dios y recibiendo la Torá de la Boca del Poder.
El Secreto de la Redención
Al final del Libro de Rut tiene lugar un drama con respecto a quién va a redimir a Rut, es decir, que la tomará como su mujer. Boaz le dijo a Rut: “En la mañana, si Tov te ha de redimir, está muy bien, pero si él no quiere redimirte, yo te voy a redimir; por el Dios viviente.” Boaz tenía un pariente que le precedía en relación con el proceso de redención, alguien cuyo nombre es Tov” y si él no quiere redimirla, entonces Boaz lo iba a hacer. Esto es lo que sucedió al día siguiente, cuando el redentor se negó a casarse con Rut y en su lugar Boaz se casó con ella, lo que finalmente llevó al nacimiento de David, el rey de Israel.
Desde una perspectiva más profunda, el proceso de redención de Ruth alude a la redención de todo el pueblo judío. Hay una redención que viene del aspecto de “bondad”, como vemos en “Si Tov [lit: ‘Bueno’] te ha de redimir”, es decir, la redención con mucha bondad y luz, de buen corazón y con abundante amor. Estas son cosas muy buenas, pero no son suficientes para traer la redención. La redención genuina viene a través de la audacia de Boaz, es decir, de la revelación de firmeza esencial más interior, directamente desde la propia esencia de Dios y no sólo de una maravillosa y agradable revelación de luz. También nosotros, como personas que queremos acercar la redención, también debemos buscar dentro de nosotros la medida correcta de audacia y valentía, y extraer tercamente ese poder esencial de ser tan audaz como tigres desde lo más profundo de nuestras almas.
Como conclusión: con sus noticias de redención, Boaz le dijo a Rut: “Entonces te redimiré yo” (וגאלתיך אנאכי , uguealtija anoji) que es, evidentemente, una alusión al primero de los Diez Mandamientos: “Yo soy Havaiá tu Dios”14 (אנכי הנוה אלוהך , Anoji Havaiá Elokeja) Identificándose con esta versión de “yo” (אנכי, anoji), que es mucho más intrínseca y esencial que la otra forma gramatical de yo aní, (אני) y revela la audacia interior; la audacia de Boaz (que significa “tiene audacia”) el redentor y la audacia de Dios, que nos da la Torá y nos redimirá pronto.
De la clase del Rabino Ginsburgh del 25 de Iyar 5773.
NOTAS
1 Sotá 14a
2 Rut 3:10
3 Pesikta Zutrata, Rut.
4 Salmos 29:11.
5 Shir Hashirim Rabá 1:23.
6 Berajot 22a
7 Avot 5:20. Ver también Tur Oraj Jaim 1.
8 Éxodo 24: 7.
9 Beitzá 25b.
10 Rut 1:16.
11 Ver Maimónides, Leyes del Matrimonio Prohibido. 14.
12 [12] Proverbios 31:10.
13 Ibid v.17.
14 Éxodo 20:2.
SHAVUOT
Leemos en el versículo que sigue inmediatamente al relato de la entrega de los Diez Mandamientos a Israel, por parte de Dios en el monte Sinaí, la experiencia que se vivió en el mas grande de los días: “Y todo el pueblo vió las voces y las antorchas y el shofar tronó y la montaña humeante…” (Exodo 20:15).
Se enseña en cabalá que los niveles de la experiencia de la gente son cuatro:
1. Ver las voces
2. Las antorchas
3. El tronar del shofar
4. La montaña humeante
y corresponden a la experiencia de los cuatro componentes/letras del nombre de Dios:
jojmá | sabiduría | voces | iud |
biná | comprensión | antorchas | hei |
midot | emociones | tronar del shofar | vav |
maljut | expresión | montaña humeante | hei |
El primer verbo del versículo: “y todo el pueblo vió” (literalmente, “ve”, en presente simple), alude en general a los cuatro niveles del versículo, pero en particular al primero de ellos: “ve las voces” (refiriéndose a las palabras dichas por Di-s, como nota Rashi). Nuestros sabios interpretan el significado así: cuando la Torá fue dada a Israel, la experiencia de la absoluta Unicidad de la Divinidad de Di-s fue tan intensa, que unificó y sintetizó los sentidos humanos de ver y oir: “ver lo oido y oir lo visto”. Esto refleja el nivel de sabiduría Divina en el alma – jojma, la iud del Nombre de Di-s – que es el único poder del alma que percibe directamente la unicidad Divina.
“Las antorchas” representan la llama interna del alma, su deseo de volver y ser consumida en la Luz Infinita de Di-s. Esta es la experiencia de lo profundo de la comprensión y la meditación, bina, la hei superior del Nombre de Di-s.
Se explica en el jasidismo que “el tronar del shofar” representa el poder Divino de “hacer bajar” y grabar las palabras de Di-s en el corazón del hombre. El sonido del shofar causa, en principio, estremecimiento en el corazón por el temor frente a Di-s, y luego desear con toda la fuerza de nuestras emociones vivir según la palabra de Di-s y caminar en Sus senderos. La raíz de la palabra shofar significa “mejorar”, que es la fuente de la motivación en el corazón de mejorar y progresar continuamente en el cumplimiento de la Tora. Este nivel de experiencia Divina corresponde a las midot, las emociones del corazón, la vav del nombre de Di-s.
Los tres primeros niveles de experiencia Divina en el Sinaí son revelaciones desde arriba. Pero el último y consumado nivel de la experiencia es “despertar desde abajo”, la “montaña humeante”. La palabra “humeante” (ashein) es explicada en cabalá como un acrónimo de las tres dimensiones que abarcan toda la realidad (fisica):
“mundo” (“olam” = espacio),
“año” (“shana” = tiempo) y
“alma” (“nefesh” = el cuarpo humano viviente).
La montaña en sí misma simboliza el más bajo de los elementos físicos de la creación, la tierra, alzándose a sí misma hacia el cielo. Ver la montaña “humeante” es experimentar la chispa Divina innata en todas las dimensiones de la realidad física, elevándose a sí misma por el deseo de retornar a Di-s, el Creador. Esto corresponde a maljut, la hei final del Nombre de Di-s (conocida en cabalá y jasidismo como “teshuvá inferior” en contraste con la “teshuvá superior” de la primera hei, descripta arriba).
Al mantenernos despiertos la noche de Shavuot, estamos todos capacitados, cada uno en su propio nivel para reexperimentar la entrega de la Torá en el Sinaí. El misterio del Nombre Inefable de Di-s llega a ser cincelado en la esencia de nuestras almas. Nos volvemos capaces de experimentar Su Unidad Absoluta en todas las facetas de nuestra vida, el “retorno” de nuestra conciencia finita a Su Luz Infinita, el caminar en (o sea emular) Sus caminos, y la elevación de toda la creación para reconocer a su Creador.
Con esta conciencia rectificada, nos convertimos en recipientes verdaderos, con ojos abiertos para contemplar la revelación de Mashiaj y la verdadera y completa redención de toda la realidad.
Que seamos meritorios de esto, este año, Amen.
LAS TRES ALMAS JUSTAS DE SHAVUOT
Extraído del libro del Rabino Ginsburgh “Even Israel”
¿Podemos Llegar Hasta el Portal Cincuenta del Entendimiento?
En la Torá, la festividad de Shavuot está asociada ante todo con el hecho de ser el día cincuenta, el último de la cuenta del omer. Esta conexión esencial existe a pesar de que esta festividad conmemora un hecho sumamente trascendental como lo es la entrega de la Torá al Pueblo Judío en el monte Sinaí.
La Torá nos ordena contar cincuenta días, pero en realidad contamos cuarenta y nueve. Jasidut explica que Dios Mismo cuenta el día cincuenta para mérito nuestro.
¿Qué hay en este día del omer que nos impide contar por nosotros mismos?
Los Cincuenta Portales del Entendimiento
Los días de la cuenta del omer corresponden a los Cincuenta Portales de Entendimiento. Los primeros cuarenta y nueve son de rectificación espiritual y elevación. Cada día corresponde a un aspecto diferente de las emociones del corazón, las que pugnamos por rectificar como preparación llegar al momento culminante de la cuenta: el Portal Cincuenta.
Sin embargo, este no puede ser alcanzado simplemente por el mérito del servicio Divino realizado por la persona, sólo puede ser revelado por Dios, de la misma manera que sucedió cuando la entrega de la Torá en el monte Sinaí.
A través del esfuerzo en perfeccionar los cuarenta y nueve atributos del corazón durante los días correspondientes, podemos obtener el mérito de alcanzar los primeros cuarenta y nueve portales humanamente accesibles y gracias a ese logro, Dios cuenta entonces para nosotros el día restante y nos revela el Portal Cincuenta.
En Shavuot se revela la luz de la entrega de la Torá. En este día podemos volver a vivir la revelación de este último portal e integrar esta manifestación a nuestro servicio Divino para el próximo año.
Moisés, el rey David y el Baal Shem Tov
El Rebe de Lubavitch enseñó que hay tres almas de tzadikim, “justos”, que están relacionados directamente con de Shavuot.
La festividad de la entrega de la Torá esta obviamente relacionada con Moisés, que trajo la Torá al Pueblo de Israel, pero el día que se festeja es también la fecha del aniversario del fallecimiento del rey David y del Baal Shem Tov (quien fue la reencarnación del rey David).
El núcleo de la dimensión interior del corazón se manifiesta en las almas de los tzadikim. Este es el punto del Portal Cincuenta, que es inalcanzable a través de nuestro servicio Divino de simples humanos. Pero cuando contemplamos a los tzadikim, especialmente a los tres de Shavuot, nos identificamos y conectamos con ellos, podemos iluminar y revelar la dimensión interior de sus corazones y así intentar revelar y manifestar un pequeño resplandor del Portal Cincuenta en nuestras almas.
Los Tres Niveles de la Dimensión Interior del Corazón
Aprendemos en cabalá y jasidut que la relación entre las dimensiones interior y exterior de la realidad es la misma que hay entre los tres atributos intelectuales y los siete emocionales del alma.
Durante los primeros cuarenta y nueve días de la cuenta del omer, nos esforzamos por perfeccionar la dimensión externa de nuestras almas trabajando sobre la rectificación de los siete atributos emocionales del corazón. Cuando el día cincuenta llega Shavuot tenemos la oportunidad de refinar la dimensión interior de la realidad y de nuestras almas y aunque no podemos llevar a cabo la tarea por nosotros mismos, cuando nos conectamos a los tres tzadikim de Shavuot revelamos en cada uno de ellos uno de los tres atributos intelectuales de la dimensión interior del alma, entendimiento, sabiduría y conocimiento.
El Rey David – El Entendimiento del Corazón
Dicen nuestros sabios que en realidad David no debería haber sido vulnerable al incidente con Batsheva (y hasta afirmaron que “Quien diga que David pecó comete un error”). Ellos explicaron que Dios creó las circunstancias que condujeron a este incidente de tal manera que David, a través de su propio ejemplo, pudiera demostrar la teshuvá, el arrepentimiento que lo acercara nuevamente a Él. Por su parte, David no presentó excusas o negó su pecado, muy por el contrario, aceptó el reproche del profeta Natán de todo corazón y regresó a Dios desde lo profundo de su corazón.
Al hacer esto, David le mostró a todos los judíos que existirán hasta la llegada del Mashíaj, que no importa dónde se encuentre y cuán severamente hayan trasgredido, tienen la fuerza de encontrar a Dios y retornar a Él.
En los versos de los Salmos, el Rey David expresó conmovedoramente las ansias del corazón que desea liberarse de su desesperanza y su angustia y regresar a hacia Dios.
El poder eterno e imponente de la teshuvá -el entendimiento del corazón que sin importar dónde está un judío espiritualmente, permanece unido a Dios y siempre puede retornar a su Creador- es uno de los esenciales de la dimensión interior del corazón de cada judío. El origen de este poder está en el Portal Cincuenta.
Moisés – La Sabiduría del Corazón
Moisés corresponde al atributo de la sabiduría en la dimensión interior del corazón. Su atributo, la totalidad de los 32 Senderos de la Sabiduría, se une e inviste en el Portal Cincuenta del Entendimiento.
Moisés le suplicó a Dios que le muestre Su gloria, o en otras palabras, poder ver el Portal Cincuenta, pero su deseo no fue cumplido y sólo Le reveló Su aspecto posterior, o que podríamos traducir como la conducta de Dios frente a la realidad. Explica el Zohar que aunque Moisés no vio el Rostro de Dios con sus ojos, sí vio todo con el ojo del intelecto de su corazón incluyendo el Rostro de Dios.
El poder de ver Divinidad está asociado específicamente con el atributo de sabiduría, mientras que los demás atributos se refieren a la conducta de Dios frente a la realidad material, Su aspecto posterior. Jasidut explica que con todo, el Rostro de Dios es revelado sólo por medio del bitul, la “auto anulación”, la dimensión interior del atributo de sabiduría y la cualidad que más caracterizó a Moisés.
Al conectarnos con el primer redentor y su devoto servicio de contemplación de Dios, podemos llegar a merecer el poder de ver Divinidad, la capacidad de encontrar realmente a Dios y verlo con el ojo de la mente de la dimensión interior de nuestros corazones.
Más todavía, al conectarnos con Moisés también llegamos a captar la razón por la cual deseó ver a Dios: “encontrar gracia” en Sus ojos para poder así amarlo más y cumplir Su voluntad en el mundo.
El deseo íntimo del judío de ver a su Creador está lleno de auto anulación hacia Él; desea minimizar su honor y maximizar el honor de los Cielos y no, Dios lo prohíba, llegar a un sentimiento de auto gratificación y honor personal por tener el privilegio de ver a Dios.
La completa humildad y auto anulación, cualidades compendiadas por Moisés, el más humilde de los hombres, son los únicos instrumentos que permiten ver la dimensión interior de la Divinidad en el corazón.
El Baal Shem Tov – el Conocimiento del Corazón
Se podría decir que el Baal Shem Tov vino a este mundo para despertar a Israel de su coma existencial.
Explicó que la forma de revivir a una persona que se ha desvanecido es susurrarle su nombre al oído, al escuchar su nombre y se despierta, porque es tocado el punto más íntimo de su ser siempre despierto, el de su auténtica identidad,.
“Yo”, dijo el Baal Shem Tov, “soy el susurro de Dios en el oído de Israel. Mi nombre, Israel, es el de toda la Nación”.
Con su bondad, sabiduría y humildad reveló que aunque el pueblo parecía estar débil y en coma, “el corazón de Israel vive”. A pesar de la somnolencia del pueblo judío en el exilio su corazón está despabilado, la nación y cada uno de sus individuos tienen ese punto perenne del despertar hacia una vida eterna en Dios.
Esta no es la habilidad de ver Divinidad, como el caso del punto interior revelado por Moisés, tampoco es la de retornar a Dios desde los abismos de la trasgresión, como en el caso del rey David.
El del Baal Shem Tov es el punto esencial del judío, que no cambia en los ascensos más sublimes ni en los descensos más abruptos: el punto en la Corona de la dimensión interior del Corazón.
Esta unidad con Dios, el atributo del conocimiento, es la raíz del poder de la sabiduría de captar la Divinidad y del entendimiento para retornar a Dios.
La Corona de un Buen Nombre
En un nivel más profundo, todo punto de la dimensión interior del corazón es un punto en la Corona. Moisés corresponde a la Corona de la Torá y el rey David a la Corona del Reinado; la corona del Baal Shem Tov, nombre que significa “Amo del Buen Nombre”, es más excelsa que las otras dos por ser la Corona del Buen Nombre, como dicen nuestros sabios en el Pirke Avot, la Ética de Nuestros Padres.
En palabras del Baal Shem Tov, esta es la Corona de las Coronas.
Cuando nos conectamos a David, Moisés y el Baal Shem Tov en Shavuot, podemos también conectarnos a la Corona de las Coronas y volver a vivenciar un pequeño reflejo del Portal Cincuenta abriéndose en nuestras almas.
SHAVUOT: EL SECRETO DE LA UNIÓN
Estamos a pocas horas de Shavuot, una de las tres festividades en que la Torá nos ordena subir a Ierushalaim, para llevar las ofrendas de la cosecha al Templo sagrado. En Pesaj, el principio de la temporada de la cosecha en Israel, se lleva la ofrenda del trigo, en Shavuot llevamos las primicias de la cosecha de cebada, que conocemos como el Omer. Esta ofrenda es diferente de otras porque es colectiva. Se va acopiando todos los aportes de los agricultores y se toma una pequeña cantidad que se mezcla con aceite para hacer una masa. Esta ofrenda es llevada al Altar, y allí el Sumo Sacerdote realiza la ofrenda de Minjá, que consiste en tomar una pequeña cantidad de esa mezcla entre en sus dedos medio y anular, y arrojarla al fuego. En esa pequeña ofrenda se unen todas las intenciones y almas de todo el Pueblo de Israel.
Esta unión, aparentemente simbólica e indirecta, es justamente la condición para poder recibir la Torá, la sabiduría de Hashem que expresa Su Voluntad para cada pueblo, cada persona y para cada uno y una de los infinitos componentes que creó y crea continuamente. Para llegar a esta unión hace falta un proceso colectivo e individual que lleve a que sea verdadera y profunda, eterna y fuerte que no se desintegre ante las pruebas de la vida. Como en la generación de la Torre de Babel, que estaban unidos en aras de un objetivo en común, construir un edificio que llegue hasta el Cielo y allí luchar contra Hashem.
En otras palabras, creían en que existía Dios, pero pensaban que era un ente que podía ser sometido y utilizado para sus propios fines. Esta era una unión era tan fuerte que Hashem tuvo que confundir sus lenguas para destruirla, estaba destinada al fracaso, porque estaba impulsada por el egoísmo del corazón del hombre que ve a la Creación como algo que fue creado para él, para satisfacer sus deseos y necesidades a expensas de los demás.
Pero la unión para recibir la Torá tiene que ser algo verdadero y eterno. Para llegar a ella el Baal Shem Tov nos enseñó un proceso de refinamiento y superación de tres etapas: sumisión, separación y dulcificación. ¿Cómo sabemos que esto es así? Porque como todas las cosas verdaderas tiene su base en la Torá. Justamente lo aprendemos de los versos anteriores a la llegada del pueblo de Israel al Monte Sinaí, el 1 del mes de Siván, para prepararse a recibir la Torá (Éxodo 19:2-4:):
“A principios del tercer mes, después de haber salido los Hijos de Israel de la Tierra de Egipto, en este día llegaron al desierto del Sinaí”
“Y salieron de Refidim y vinieron al desierto del Sinaí, y acamparon en el desierto, y acampó allí Israel frente al Monte”
“Y Moshé subió hacia Dios y lo llamó Havaiá desde el Monte diciéndole: ‘Así hablarás a la Casa de Iaakov y le dirás a los Hijos Israel”
Explica Rashi “ya había dicho la Torá que estaban en Refidim y fueron al desierto ¿para qué había que repetir que salieron de Refidim? Porque así como llegaron al desierto en teshuvá, (retorno a Dios) también salieron de Refidim en teshuvá”. Para entender este primer paso como la sumisión necesaria para la preparación de la recepción de la Torá, debemos recordar que allí se asentaba el pueblo de Amalek. Amalek, de guematria safek, “duda”. Es ese sentimiento que nos enfría y nos hace preguntarnos ¿Acaso está Hashem en nosotros? En lo que estamos haciendo, en lo que es y significa la Torá.
Explican los sabios Refidim como rifión iadaim, “bajar los brazos”, desalentarse y darse por vencido frente a la tarea del estudio de la Torá, que necesita fuerza de voluntad y decisión de querer retornar a Hashem y conectarse con Él. Entonces “y salieron” es alejarse del pecado, someterse a Dios. Es la teshuvá tataá, el retorno o arrepentimiento inferior de alejarse del pecado proveniente de la duda. Primer paso. Pero un talmid jajam, una persona que se dedica al estudio de la Torá y se aleja del pecado, puede estar haciéndolo por interés propio, o por miedo al castigo, por su ego, por eso debemos seguir adelante.
El segundo paso de “acamparon” en el desierto es la separación o havdalá necesaria para meditar y conocerse a sí mismo y ver las cosas objetivamente. Pensar por qué las hacemos, si es porque nosotros decidimos que eso está bien o es de nuestro interés particular o porque nuestro objetivo es en aras de algo superior en armonía con la Voluntad del Creador. Y no hay mejor lugar para enfrentarnos a nosotros mismos que la soledad del desierto, que en nuestra generación puede ser perfectamente también en medio del bullicio del centro de la ciudad. Solos con Dios, liberados de la influencia de los deseos materiales, nos anulamos frente al infinito. Esta autoanulación nos lleva a retornar a Dios con humildad, de una manera más elevada llamada teshuvá Ilaá, “retorno superior”, de querer cumplir la voluntad de Dios pero sólo porque así Él lo quiere, porque sabemos que Su saber es el correcto y al anularnos nos hacemos uno con Él. Una sola voluntad.
Y salieron… y vinieron… y acamparon… nos está indicando que aún estaban separados entre ellos. Había una pluralidad que habla de la desconexión entre la mente y los sentimientos, que produce a su vez sentimientos enfrentados y disgregados. Pero justamente allí se estaba gestando la tercera etapa de dulcificación, que en nuestro caso es la unidad que nos capacita para ser un recipiente adecuado para la recepción de la Torá. Refinar la mente y los sentimientos es aprender a que trabajen en conjunto, se inter incluyan en estructuras o partzufim.
En el desierto miramos a nuestro alrededor, con la vista baja para que el sol no nos lastime los ojos, pero cuando “y acampó allí Israel frente al Monte” los ojos se dirigieron a lo alto, hacia ese lugar en que Dios se iba a posar para dar por anulado el decreto de que “Las alturas no bajarán a los mundos inferiores y los inferiores no subirán a las alturas”. Esa elevación cósmica produjo en el Pueblo de Israel que “y acampó”, en singular. Como dice Rashi “como un solo hombre y un solo corazón”. La dulcificación final del Baal Shem Tov, que si meditamos en ella podemos referirla y utilizarla para todos los procesos de nuestra vida. En Cabalá esto se denomina la elevación del reinado hacia la corona. El Maljut refinado producto de recibir la interacción armónica de todas las sefirot intelectuales y emocionales, puede elevarse por sobre ellas transformándose en su Corona. El secreto de “la mujer (maljut) de valor es la corona (keter) de su marido (jojmá).
Explica la Cabalá y el Jasidut que la sefirá que justamente tiene la capacidad de producir la unión es Daat, “conocimiento”: “Y Adam conoció (daá) a Javá”. El Sefer Ietzirá dice que las sefirot son 10 y no 11, 10 y no 9. Siempre son diez porque cuando figura Keter no está Daat y viceversa. Daat se ocupa de unir las sefirot intelectuales con las emocionales, por el poder del conocimiento que proviene directamente de la Conciencia Suprema llamada Corona o Keter. Entonces, cuando el Conocimiento Supremo está revelado, todas las sefirot se unen automáticamente. En realidad Daat no se considera una sefirá, sino más bien ese poder de unión. En nuestro mundo material, en que Dios, lo espiritual, lo inconsciente no está revelado, se reconoce a Daat como la sefirá intermediaria de esa unión.
Este es también el secreto de la parashá de semana, Nasó. Esta palabra se traduce comúnmente como “censo”, contar personas o cosas. Pero la traducción del hebreo es “elevar”, como dice “eleva la cabeza de los hijos de Merarí, de la tribu de Leví…”. Siempre que el pueblo de Israel se enfrenta a una prueba o una tarea especial, Hashem los cuenta, como el dueño de un tesoro que no se cansa de volver a repasar y pulir sus joyas. Si falta alguna piedra preciosa la va a buscar por todos lados, aunque tenga miles de ellas. De esta manera Hashem eleva a cada uno y uno de nosotros para saber que tenemos una tarea especial que hacer, que nadie puede faltar, que juntos formamos una unidad estructural.
Este es también el secreto del Jasidut, que nos reúne a todos a través de unir la Torá escrita y la oral, la revelada y la oculta, el Musar y la Cabalá, lo espiritual y la naturaleza (ciencia), la mente y los sentimientos, el Pueblo de Israel y los Justos de las Naciones.
Entonces, cuando estamos unidos, cada uno con la tarea que Dios le ordenó, con la mente y sentimientos en armonía, podemos estar “frente al Monte”, mirar hacia arriba y ver cómo el Moshé Rabeinu de nuestra generación, el Mashíaj Verdadero, sube al monte para descender con la Voluntad Revelada de Hashem, la noticia de la Nueva Torá, esa misma Torá que recibió aquella vez, pero nueva frente a nuestros ojos sin mantos que los nublen.
Porque en ese día, de la Redención verdadera y definitiva, veremos con nuestra carne que “la tierra se llenará del conocimiento de Dios, como la aguas cubren el mar”.
(basado en las enseñanzas del rabino Itzjak Ginsburgh shlita, especialmente de la clase de Rosh Jodesh Siván 5769)
Jag Shavuot Sameaj, recibamos la Torá con Alegría y Profundidad
Con Bendiciones desde la Tierra de Israel
30 DE JULIO DE 2015
MEDITACIÓN
¿EXISTE ALGO EN LA CREACIÓN QUE NO HAYA SIDO CREADO EN LOS 7 PRIMEROS DÍAS DE LA CREACIÓN?
Es importante dar nuestras opiniones, porque así nos damos a conocer y podemos analizar cada tema y aceptar o descartar, traer información correcta y deshacer mitos y cosas que aprendimos y no son correctas. También es importante estudiar y buscar la respuesta en los libros de Torá, porque allí es donde están las verdaderas respuestas, que nos hacen hacer preguntas todavía más elevadas de las que hacíamos antes.
Luego vamos a ver cuál es el verdadero motivo de la pregunta, por qué la creación de los seis días entonces no estaba completa.
Cada noche del viernes, hacemos kidush sobre el vino y decimos “Día sexto, y fueron terminados los Cielos y la Tierra”. ¿Existe un verso como este en la Torá? La respuesta es que no, no hay en la Torá un verso como este, ¡sino que son dos! Un verso dice “Y fue la noche y fue la mañana, el sexto día”, y a continuación dice “y fueron terminados los Cielos y la tierra y todas sus huestes”. En el kidush simplemente tomamos el final de uno y el principio del otro.
Pero aquí hay algo que me pide que lo explique. En los días anteriores hay versos parecidos “y fue la noche y fue la mañana, quinto día”, y antes “y fue la noche y fue la mañana, día cuarto”. Y así en cada día de la creación. ¿Cuál es la novedad en el sexto día? Que no está escrito como todos los días “día sexto”, “shisí”, sino “EL día sexto”, “hashishí”. Esto por supuesto les molestaba a los sabios de bendita memoria y preguntaron para qué hacía falta la hei extra. Sabemos que en la Torá todo es absolutamente exacto. ¿Qué agrega esta hei en el sexto día? Los sabios responden: “El sexto se refiere al sexto conocido”. No es ese sexto día cuando fue creado el hombre, y que no es tampoco el sexto día de la semana, sino el día sexto del mes. El mes de Sivan, ese seis de Siván que iba a suceder 2448 años después que fue dicho y en el cual fue entregada la Torá.
Entonces la Torá viene a enseñarnos que el sexto día de la creación está conectado con el sexto día de Siván cuando se nos entregó la Torá. ¿Qué relación hay entre ellos?
Al contrario, teóricamente no tiene ninguna conexión. Formulado de otra forma. ¿Hay algo que no fue creado en durante los siete días de la creación? La Torá, que estaba antes en la mente de Dios pero no había sido creada, ni escrita ni hecha. Dios escribió la Torá y nos la entregó. Por eso en hebreo se dice “Matán Torá”, nos obsequió la Torá, no así el resto del mundo, del cual está escrito “fue creado”, briat haolam iesh miain, la creación del Mundo ex nihilo, algo a partir de la nada. Esto es, antes de ser creado no existía, y cuando en el principio creó Elokim los Cielos y la tierra, fueron creados algo a partir de la nada. En cambio la Torá estaba, incluso mucho antes de que el mundo sea creado y de que nos sea entregada, pero estaba en la Esencia del Creador. Y Dios con su bondad nos regaló la Torá. Está escrito que Dios se la entregó a Moshé Rabeinu, y él por su amor a Israel nos la entregó.
Entonces si decimos que la Torá no fue parte de la Creación, sino que al contrario, nos fue entregada como obsequio, ¿cuál es la relación entre el sexto día de la creación del mundo que es el sexto día de la semana, y el sexto día de siván, de la Entrega de la Torá, que es algo completamente diferente? Más todavía, la Torá está por encima del mundo, y la Torá que estudiamos los judíos hoy en día, nos eleva por encima de la naturaleza y del mundo. Cuando Rabi Shimón quiso que caiga lluvia, qué hizo? Le dijeron que el mundo necesitaba lluvia. Qué hicieron otros tzadikim cuando hace falta lluvia, como el famoso cuento de Joni el hacedor de círculos, hizo una promesa, le suplicó a Hashem, plegarias, etc. Pero Rabi Shimón cuando escuchó, dijo palabras de Torá, “qué hermoso y agradable, sentarnos los hermanos juntos”, lo explicó de acuerdo a la Cabalá y cayó lluvia. Esto nos ilustra que Rabi Shimón, que está a nivel de la raíz de la Torá, actúa e influencia sobre el mundo, no es parte de la creación, sino que la maneja y domina.
¿Entonces qué nos quieren explicar los sabios cuando conectan el sexto día de la creación con la entrega de la Torá?
El sexto día Dios completó la creación. Pero nadie estaba satisfecho todavía. A pesar de que completó los Cielos y la Tierra de forma completa, maravillosa. La naturaleza estaba perfecta, no había problemas ecológicos, agujero de ozono, aire contaminado, y todo era verde y puro, maravilloso y perfecto. ¿Qué dijo Dios? Pongo una condición a la Creación, con los Cielos y la Tierra. Si el Pueblo de Israel acepta recibir Mi Torá, aunque sucederá dentro de 2448 años, ustedes seguirán existiendo, pero en caso contrario los vuelvo al estado del caos. Significa que a pesar de que los Cielos y la tierra son maravillosos y perfectos, no tienen el derecho a existir, porque depende de algo que sucederá dentro de muchos años. Y cuando el Pueblo de Israel vino y dijo “haremos y luego comprenderemos”, y recibieron sobre ellos el cumplimiento de la Torá, sin preguntas, incluso sin intentar comprender, primero recibir las órdenes, y luego de hacerlas que nos expliquen los motivos. Y así fue.
Y a esto alude la hei del sexto día, a pesar de que Dios terminó los Cielos y la tierra en el sexto día no piensen que en el sexto día se termina el asunto, hay que llegar a “el sexto día”, con la hei agregada, el día de sivan y entonces sabremos de verdad si tienen el derecho a existir.
Esta idea el rey David la resumió en tres palabras del libro de Tehilim: “la tierra temió y calló”. [Tehilim 76:9] El mundo tenía miedo de desaparecer, y llegó a calmarse y callarse. Desde que se creó el mundo hasta la entrega de la Torá, todo el universo temblaba de miedo, no tenía descanso, porque no sabía si tenía derecho a existir. Pero cuando el pueblo de Israel recibió la Torá llegó la calma y el descanso. Entonces vemos que el descanso es un socio del Shabat y la entrega de la Torá. Así como dijimos, que el Shabat trae descanso al mundo, ahora vemos que la entrega de la Torá trae también descanso al mundo.
Ahora llegó el momento de saber qué es descanso, menujá, מנוחה. Vimos que el Shabat tiene que ver con el descanso, la Torá, e incluso la redención tiene que ver con el descanso, y estamos en la víspera de Shabat que se bendice el mes de Siván [esto fue hace dos meses], cuando comienza la bendición y la abundancia del siván, cuyo diamante en la corona es justamente la Entrega de la Torá, necesitamos meditar y comprender qué es el descanso, que tiene un lugar central en el Shabat, la Entrega de la Torá y la Redención.
Ahora veremos que el verdadero sabio de la Torá hace más preguntas, y quizás se podría pensar más irrespetuosas, que las personas corrientes.
Volvamos a lo que dijeron los sabios: en hebreo literalmente la frase dice “¿Qué era [lo que a] el mundo faltaba? Descanso. Vino el Shabat y vino el descanso.” Si decimos que al mundo le faltaba el descanso, y cuando llego el Shabat quedó perfecto. ¿En qué medida lo afectaba? En realidad, no es una pregunta, porque la frase de los sabios hay que leerla en forma diferente, cambiando de lugar el signo de interrogación. “¿Qué era el mundo? Falta de descanso [reposo]”. Entonces no se habla aquí de una carencia, se habla de la situación, el estado en que fue creado. ¿En qué estado Dios creó el mundo? En un estado de falta de reposo. ¿Por qué lo creó así? No suena para nada bien. La respuesta es que el mundo fue creado en un estado de cambio y movimiento. Antes se creía que el cambio y movimiento era por ejemplo, si hay viento y las hojas se mueven. Pero hoy sabemos, que esta mesa que parece estable y podemos poner un vaso de café y no se derrama, su existencia es 100% movimiento. Partículas y energía que se mueven y no hay nada quieto. Y si, Dios no lo quiera, el mundo llega a estar en un estado de inmovilidad, eso es la muerte, no es lo que Dios creó. El fundamento del mundo que creó Dios es cambio y movimiento. Piensen, por ejemplo, si no hubiera “y fue la noche y fue el día”, cuando a la luz llamó día y a la oscuridad llamó noche, y así hay cambio de día en día, pero si no hubiera cambio, estaríamos en un día permanente y nunca llegara la noche, nos sentamos, vamos y venimos y nunca llega la noche, no se sentiría el tiempo. El tiempo se siente, se percibe al cambiar los días, y eso se produce porque hay día y hay noche.
Entonces hay cambio en el tiempo y movimiento en el espacio. Y no hay nada en el mundo que no esté en movimiento, ya sea aparente o lo aparente, y todo está sometido al cambio en el tiempo. Por eso ¿Qué era el mundo? Falta de descanso, porque el cambio y el movimiento son lo contrario del descanso, de reposo. Entonces ¿no es bueno que llegue el descanso!? Buena pregunta. Entonces si antes pensaba que cuando llegaba el Shabat llegaba el descanso, y eso me tranquilizaba, ¡ahora no me tranquiliza! Entonces ¿qué es ese descanso del Shabat?
Surge una pregunta: ¿En shabat no hay día y noche? ¿En Shabat el reloj no se mueve?
Es verdad, que algunos jasidim acostumbran no llevar reloj en Shabat. Algunos no dicen buenas noches a la noche ni buenos días a la mañana. No es porque no son amables, sino porque dicen Shabat shalom, el Shabat de la noche es el mismo que el de la mañana, no están conectados con el cambio, no están bajo la tiranía del tiempo. Esta es una bella costumbre jasídica que conviene adoptarla, pero todavía no nos da la respuesta a lo que estamos preguntando.
Porque en Shabat la lluvia sigue cayendo, los relojes avanzan, y hasta los electrones siguen dando vuelta, porque estuvimos de acuerdo que el universo carece de reposo.
¿Qué significa que “viene el Shabat viene el descanso”?
La respuesta es que el Shabat es un estado del nefesh, alma. Dijimos antes que el universo tiene dos aspectos básicos: tiempo y espacio. ¿Cuál es el tercer aspecto, que es la condición para la existencia de todo lo que existe? Alma. ¿Qué pasa si dejamos que el universo siga existiendo con el tiempo y el espacio, el cambio y el movimiento, pero le quitamos la conciencia humana, la nefesh? No existe nada. Tal como no puede existir nada sin espacio, ni sin tiempo, (en tiempo cero no ocurre nada, y en cero espacio no ocurre nada), sin nefesh, que es el hombre, no ocurre nada. Por eso dijeron los sabios “no hay hombre que no tenga su lugar y no tenga su hora.”
Si es así, sabemos que Dios creó el tiempo y el espacio en un estado de cambio y movimiento, tiempo y espacio. En verdad, si una persona cambia de lugar, también se produce un traslado del nefesh, o sea falta de reposo. Pero si dijo que Hashem otorgó reposo el día de Shabat: ¿A quién se la otorgó? Al hombre, que fue creado el sexto día, que puede estar dentro del tiempo y el espacio, porque la realidad no cambia, y a pesar de eso está verdaderamente en un estado de reposo. ¿Por qué, cómo funciona? Y aquí hacemos una pregunta más profunda: ¿Qué es verdaderamente el reposo? Por supuesto no es la muerte, Dios se apiade, porque ese es un descanso transitorio, ya que volverá con la resurrección de los muertos. No es un estado pasivo. Estamos hablando de un reposo completamente diferente. Hablamos del reposo en medio de la corrida de la vida. ¿Cómo existe un reposo como este?
Ya dijimos que es un estado del alma. ¿Cómo se siente ese estado espiritual? Ya dijimos que hay un triángulo: el espacio, que es llamado “mundo”; el “tiempo”, que es llamado “año” y “nefesh”, que es la conciencia, el hombre. ¿Cuál de los tres afecta a quién? Si lo vemos de forma natural, ¿el tiempo y el espacio es algo que antecede al hombre o el hombre antecede al tiempo y el espacio? Primero Dios creó el tiempo y el espacio el primer día de la Creación, luego agregó a todas las criaturas individuales ¿y el último quién fue? El hombre, Adam. O sea que el hombre que fue creado de forma natural, es influenciado por el tiempo y el espacio. ¿Cómo lo influencia? Falta de reposo. ¿Qué era el mundo, y el mundo pequeño es el hombre? Falta de reposo. Un disturbio psíquico, un estado en que permanentemente carece de tranquilidad interior. Específicamente el hombre, porque los animales y el resto de la creación estaban bien.
¿Entonces qué aportó el Shabat, que trajo, a quién le trajo reposo? Trajo un descanso tal al hombre, que en vez de estar sometido y afectado por el tiempo y el espacio, él somete y afecta el tiempo. Por ejemplo: en el aula hay un niño bueno revoltoso, no deja de molestar, ¿qué le dirá el maestro? Siéntate por favor, cálmate. Pero si hay un niño hiperactivo, y molesta en el aula, el maestro sería muy tonto si le dijera que se siente en su lugar y se calme, porque sólo se aguantará un segundo. A un niño tal hay que realizarle un cambio, y solucionarle su problema que lo hace intranquilo.
Entonces, si decimos que al mundo le faltaba reposo, el reposo del Shabat no es simplemente decirle “cálmate”, o tómate una pausa. El reposo debe ser un cambio de estado. ¿Cómo cambiamos un estado? Demos un ejemplo: Cuando nos levantamos por la mañana, abrimos el periódico y leemos las noticias, o las escuchamos o las vemos. ¿Cómo influencia a la nefesh [nuevamente, alma o psiquis]? Falta de reposo, porque al enfrentarse a eso, estás dejando que los cambios de la realidad, en este caso las noticias, te influencien. Te forman el pensamiento, las emociones,
y al final de cuentas cambian tu comportamiento. Y esto te lleva a una situación de crisis interior, psíquicamente, intranquilidad. Le tienes que prestar atención a infinidad de cosas que te atrapan y preocupan, y llegas a quebrarte en innumerables fragmentos.
Pero si te levantas a la mañana, y dices “Reconozco ante Ti, Rey viviente y eterno, que devolviste mi alma en mí, con cariño, grande es tu confianza”. Antes de la palabra “grande es tu confianza” hay un punto, que indica que en vez de que la persona de disperse en noticias, historias, se concentra en un único punto que es la fuente de todo. Ese es el reposo.
Entonces hay noticias, pero alguien tiene que producirlas. ¿Quién es el que “Renueva en Su bondad cada día el Acto de la Creación? El Uno y Único del universo. Entonces la persona tiene que decidir en qué se concentra. Si se entrega a disgregarse, romperse y quebrarse en fragmentos sometido a todo lo que cambia, a todo el movimiento del mundo, y deja que las ruedas de la realidad lo aplasten, Dios no lo quiera, se encuentra en un estado de falta de reposo. Pero si se eleva con todo su ser por encima de la realidad, porque sabe que todo fue creado para él, el hombre fue puesto como rey del mundo, entonces se une al Creador, que es Uno y Único, entonces puede observar todos los cambios, y en vez de ser influenciado por ellos, y carente de tranquilidad, puede dominarlos. “Fructificad y multiplicaos, llenen la tierra y conquístenla.” [Bereshit 1:28] Así le dijo Dios a Adam. Pone a la realidad bajo su mano, y dirige a la realidad.
Entonces me pregunto: ¿Es esto posible?
¿Es posible que el hombre, que es parte de la Creación, se eleve con sus propias fuerzas y se conecte con el Creador? Porque sabemos la regla de los sabios: “un preso no puede liberarse a sí mismo de la cárcel”. Por ejemplo, me creó dentro de la cárcel del mundo, el sexto día de la Creación, a pesar de que las condiciones eran las de un paraíso, pero es parte de la creación. ¿Cómo puede elevarse por sobre todo eso? La respuesta es que no puede. Por eso dijeron los sabios, “¿qué le faltaba al mundo? Descanso. O como dijimos “¿Qué era el mundo? Falta de reposo.” Y eso comprende a ese pequeño mundo que es el hombre. Y aquí comprendemos por qué el regalo es tan grande: “viene el Shabat, viene el reposo”.
¿Qué sucedió en Shabat? Hashem dejó de crear. En Shabat no salieron los periódicos, no había noticias, no se creó nada nuevo. Dios puso su atención en ningún asunto. Y así, de repente, la persona puede concentrar toda su atención, no en las criaturas que cambian, sino en el Creador, en quien no hay ningún cambio. “Yo Havaiá no cambié”.
Y así sucede con nuestro Shabat. A la persona, durante los días de semana, le toca sostener su hogar, realizar su misión en el mundo, y está ocupado con los asuntos del mundo, olam, que significa “ocultamiento”. Y también tiene que estar actualizado. Cierta vez el Rebe habló acerca de una noticia, refiriéndose a “¿eres de los que leyeron el periódico o los que escucharon a los que leyeron el periódico? No hace falta leer uno mismo el periódico y ver el noticiero, pero hay que estar actualizado, saber lo que sucede. Ahora, con el paso del tiempo, estás con los asuntos del mundo y te es muy difícil sentir al Creador Único, y por lo tanto difícilmente te encuentres en un estado de descanso, al contrario estás intranquilo.
¿Qué produce el Shabat, cuál es ese regalo del Shabat? Eleva a la persona a un estado de reposo. Una situación en que de repente todo se conecta, de repente siente que todo viene de Hashem Ejad.
Hubiera pensado, que si el Shabat es como un ascensor en el tiempo y en el espacio, me eleva por encima de la realidad, y me lleva a una experiencia y una sensación interior de UNO, es como la experiencia de la persona que pone la mano en los ojos y dice “Oye, Israel, Hashem Elokeinu, Hashem Ejad. ¿Por qué se pone la mano sobre los ojos? ¡Para no ver las noticias! ¿Pero cuál es la dificultad que hay en esto? ¿Qué pasa en el momento en que saco la mano de los ojos? Aquí hay que saber, que justamente en este contexto viene la Torá. Dijimos que dos cosas traen reposo al mundo: el Shabat y la Torá. ¿Cuál es la diferencia entre ellos? El Shabat lleva a la persona al descanso en una primera etapa. ¿Cuál es esa etapa? Elévate por encima de la realidad, tápate los ojos, apaga la radio, deja entrar al Shabat, desconéctate de la realidad, o mejor dicho, elévate por sobre la realidad. Y tienes el poder para hacerlo, porque Hashem nos ha dado el Shabat. Y al elevarnos, podemos ver cómo todo está conectado con Dios, entonces sientes tranquilidad, estás en reposo. Hay cambio y movimiento, los electrones dan vuelta, pero tú estás por encima de ellos. Hay noche y día, pero estás por encima del tiempo en Shabat. ¿Por qué? Porque Hashem te permite conectarte con él por encima del tiempo.
Pero… ¿qué voy a hacer el domingo, qué hago cuando se termina el Shabat?
La Torá significa instrucción, enseñanza. ¿Y la instrucción de la Torá es para los ángeles o para los seres humanos? Los seres humanos. ¿Para los tzadikim-justos, o los beinonim-intermedios y los reshaim-malvados? Para todos, porque tzibur, צבור, “comunidad”, son las iniciales de “tzadikim, beinonim y reshaim. ¿La Torá nos da instrucciones sólo para situaciones de kedushá, como el Shabat, las festividades, o sólo para un lugar sagrado como la Tierra de Israel? Nos da instrucciones para cada instante del tiempo, y para todo rincón del mundo.
Por eso, cuando un judío recibe instrucciones de Hashem Bendito Sea qué hacer aquí y ahora, y luego se encuentra en una situación diferente, y nuevamente recibe una instrucción de Dios qué hacer aquí y ahora, y luego una tercera situación y nuevamente recibe una instrucción de Hashem qué hacer aquí y ahora. Y si no le queda claro, “hazte un rabino y quítate la duda”, en el rabino le enseña cuál es la voluntad de Dios. ¿Qué le produce esto a la persona? Incluso cuando pasa de una situación a otra, en vez de que lo afecte y le falte reposo, en vez de que tenga intranquilidad interior que lo quiera y lo rompe en pedazos, en esencia está concentrándose en el mismo punto, porque en toda situación, estado y momento se encuentra en el mismo punto. ¿Cuál es ese punto? Cuál es la instrucción, qué quiere Dios. Y no se pregunta qué quiere Dios porque está fuera de la realidad, no está actualizado de las noticias, al contrario, es el más actualizado. Y por eso se pregunta qué quiere Dios en esta nueva situación. Su vecino se rompe la cabeza porque ayer fue así y hoy es diferente; todos los comentaristas, los que miran en los astros, ayer dijeron a y ahora todo se transformó en b. ¿Qué hago yo ahora? Pregunta el vecino. Pero el que mira en la Torá, ayer se preguntó qué quiere Hashem y tuvo su respuesta, hoy tuvo su respuesta, y sabe que mañana también tendrá su respuesta, porque la Torá es justamente para dar instrucciones.
Y desde el momento que vino la Torá al mundo, nos permite tomar ese reposo del Shabat y llevarla a todos los días de la semana, a todo instante del tiempo y a todo rincón de espacio. Y esa es la razón de que la Torá fue dada en el desierto, en el lugar menos esperado, en el lugar donde no se asientan las personas, donde no hay tranquilidad de pensamiento, no es un lugar para las personas normales. Las personas no están allí, solo las personas que perdidas. Y justamente también allí hay instrucción, también allí la Torá tiene lo que decir, porque si la Torá no tuviera lo que decir en el desierto, qué le sucedería a la persona que se encuentra de repente en el desierto, estaría intranquilo, carente de reposo. Y la Torá trae el reposo en toda situación posible. No importa si estás en el lugar más sagrado como el Kodesh Hakodashim el día de Iom Kipur, o si estás perdido en el medio del desierto. Si diriges tu mirada a Hashem Bendito Sea, y le pides instrucción, Torá, descubres que recibes allí mismo en el desierto la Torá.
Este es el verdadero descanso. Por eso que rezaremos en Shabat, después de hacer kidush, bendeciremos el pan, y haremos la bendición final de la comida, bircat hamazón, le pediremos a Hashem Bendito Sea, “que el Misericordioso nos otorgue el día que será todo Shabat y descanso para la vida eterna”. ¿Qué nos quiere decir? Hoy, para que esté conectado al Shabat y la Torá, para que esté en un estado de reposo, para que resuelva este disturbio psicológico, esta falta de tranquilidad permanente, necesito un médico. Moshé Rabeinu fue un médico, el Mashíaj es un médico, Rebe es un médico, un médico del alma. Pero desde el instante en que llega la redención, todos seremos sanos, tal como fue en la Entrega de la Torá, cuando todos los enfermos se curaron, los ciegos vieron, los sordos oyeron, y los discapacitados recuperaron sus capacidades. Moshé Rabeinu dejó de tartamudear en la Entrega de la Torá.
Entonces, el punto es que ese día que será por siempre Shabat y descanso para la vida eterna, que es el día de la Redención Final, el reposo se transforma en la realidad normal, el estado natural. Hoy tenemos que prepararnos para llegar a eso. Prepararnos para Shabat, prepararnos para el estudio de la Torá, estudiarla con esfuerzo, recibir la Torá con alegría e interiormente. Pero en el instante de la redención se transforma en algo natural. Y por eso cuando ahora nos preparamos para el Shabat que bendecimos el mes de Siván, el rosh Jodesh Siván, para la festividad de la Entrega de la Torá, tenemos que recordar, que la Torá es entregada justamente en el desierto, en ese lugar en que el ser humano se siente perdido, donde siente desesperación, en ese lugar donde uno piensa que nunca hubo una persona allí, y quizás Hashem no está conmigo, no lo veo. Tengo que recordar que justamente acá Hashem me da la Torá. Y eso se consigue sólo a través de “te esforzaste, lo lograste”. Porque si te esforzaste y no lo lograste, no lo creas”, pero “si te esforzaste y lo lograste, créelo”.
Terminaremos con esto. Nos preparamos para la festividad de Shavuot, y para prepararnos de forma adecuada hay que programar las cosas con tiempo suficiente, una de las cosas más importantes a las que hay que prepararse en la festividad de Shavuot, es traer a todo ben o bat Israel, incluyendo bebés en el vientre materno, que oigan los Diez Mandamientos y la lectura de la Torá en la Shavuot. Allí se lee la Torá, y recibimos la fuerza para vivir en reposo, que lleguemos al día en que será Shabat por toda la vida eterna.
(NOTA DEL TRADUCTOR: Esta maravillosa enseñanza fue brindada por el rabino Jaim Iosef Ginsburgh, rosh Ieshivá Ramat Aviv, Israel, hijo del rabino Itzjak Ginsburgh, en la víspera del Shabat mevarjim mes de Nisán 5775, pocos días antes de la fiesta de la Entrega de la Torá.
Se las brindamos a ustedes esta víspera de Shabat Vaetjanán 5775, 15 de Av, Tet Vav del mes de Menajem Av, el día más feliz del año junto con Iom Kipur. En él las jóvenes en Israel salían en canto y baile a mostrarse para encontrar a su esposo. Que sea para inspiración y buena hora para que se cumplan esos deseos, y todos los deseos que tenga cada uno, que nos alegremos encontrando al que completa nuestra alma, El Rey de reyes de reyes, el Creador bendito Sea.
Fue traducido directamente del video, y hay muchos errores, sepan disculpar, y quien quiera corregirlo, sea sobre él o ella bendición, para ser publicado y de bendición para muchos.
Dedicado a la que ama mi alma, Lili Rivka, en el aniversario 38 de nuestro casamiento frente a Hashem, motzaei Tu Beav, que este año cae Shabat Vaetjanán. Jaim Mates Frim)
EL SALTO DE FE DE LA PIEDRA DEL MONTE SINAÍ
DEL BAAL SHEM TOV
El Baal Shem Tov no sirvió a Di-s con sus logros espirituales, sino con su fe simple.
Publicado en https://www.israelnationalnews.com/Articles/Article.aspx/22173
El Baal Shem Tov, cuyo iohrtzeit (aniversario del fallecimiento) es en Shavuot, dijo que una de las cosas más importantes que debemos aprender de él es que a pesar de todas las elevadas adquisiciones espirituales que había merecido, servía a Di-s con fe sencilla. Una vez, sentó a su nieto, el Deguel Majané Efraim en sus rodillas y le dijo: “Créeme, hay una persona en el mundo que oye la Torá, no de la boca de un ángel o un saraf, sino del la boca del Santo, Bendito Sea Él y Su Shejiná. “(El Baal Shem Tov se refería a sí mismo). “Y en todo momento, teme que pueda caer en el gran abismo”.
¿Cómo podría caer en el abismo el santo Baal Shem Tov, que escuchó la Tora de la boca del Bendito Sea Él y Su Shejiná? La respuesta es que si hubiera sentido aunque sea una mínima sensación de orgullo o importancia por los elevados niveles y logros espirituales que había adquirido, se habría estrellado de inmediato en las profundidades más profundas. Pero el Baal Shem Tov no sirvió a Di-s con sus adquisiciones espirituales, solo confió en su fe simple.
Una vez, después del fallecimiento de Ba’al Shem Tov, sus alumnos se sentaron juntos y contaron historias de los milagros que había realizado. Su hijo rabi Hershele también estaba presente. Luego de varias horas rabi Hershele apoyó la cabeza sobre la mesa y se durmió y comenzó a soñar. En su sueño su padre se le acercó y le dijo: “¿Por qué están contando historias milagrosas sobre mí? ¡No los ayuda y no me ayuda!” ¿Qué deberían decir en su lugar? Hay una serie de versiones:
Una versión es que el Baal Shem Tov dijo que deberían contar historias de su temor al Cielo. El Mitler Rebe, el segundo Rebe de Jabad, dijo que aunque pensamos que el Baal Shem Tov es sobresaliente en el rasgo del amor por Di-s y por cada hijo de Israel, el rasgo en el que sobresalió más que cualquier otro fue su temor al Cielo. Se sabe que si había una taza de agua en el otro extremo de la habitación en la que estaba presente Ba’al Shem Tov, el agua temblaría en la copa por el temor que el Baal Shem Tov irradiaba. Una vez el Baal Shem Tov vio un león acercándose a él. Por un momento, sintió miedo, pero inmediatamente se dijo a sí mismo: “¿Qué es un león? En hebreo, es arié, una permutación de irá, temor. “enfocó sus pensamientos al temor al Cielo y no prestó atención al león. Más tarde vio al león al lado del camino partido en dos. Cuando Di-s pone a una persona en una situación en la que está asustado por amenazas mundanas, debe elevar ese temor a un temor solo al Cielo. El Baal Shem Tov le dijo a su hijo que las historias de su temor al Cielo serían beneficiosas para los estudiantes y también buenas para él.
Otra versión es que el Baal Shem Tov dijo: “¿Por qué están contando historias milagrosas sobre mí? Cuenten acerca de mi autosacrificio, que por cada pequeño aspecto del judaísmo o para ayudar a un compañero judío, me rompería en pedazos. Me tiraría desde una montaña alta y me rompería en astillas por cualquier mitzvá, grande o pequeña. Cuenten historias sobre eso, que fue el principal impulso de mi trabajo en este mundo, y será útil para ustedes y también para mí”.
El Baal Shem Tov dijo que cuando sostenemos una pequeña parte de un objeto, estamos sosteniendo su esencia entera. Cada mitzvá es un objeto inmutable, cada judío es un objeto inmutable y cada pequeña parte de él es la esencia en su totalidad. El Noam Elimelej una vez soñó que vio al Baal Shem Tov de pie en una alta montaña. De repente se tiró de la montaña y se hizo añicos en miles de astillas. Pero cada astilla era un Baal Shem Tov en miniatura, similar a las piedras del Monte Sinaí, en las que está tallada la misma imagen de un arbusto en cada lado de cada astilla de las piedras. El Baal Shem Tov se hizo añicos en 600,000 Baal Shem Tovs en miniatura, de modo que una astilla de sí mismo y su simple fe pueda entrar en el corazón de cada judío.
Cuando el Baal Shem Tov se arrojó (alegóricamente) desde lo alto de la montaña al profundo abismo no confió en sus nobles logros espirituales, más bien fue un salto de su fe simple, su intención de sacrificarse solo por Di-s.
En su encarnación anterior el Baal Shem Tov había sido un tzadik oculto en Tzfat que se negó a revelarle a Eliahu el Profeta qué mitzvá tan especial había realizado en su bar mitzvá, porque lo había hecho por solo Di-s. Esto provocó una gran agitación en el Cielo y en la tierra. Hacer una mitzvá solo por Di-s es un enfoque novedoso del Baal Shem Tov. Se origina en la fe simple y el autosacrificio en los reinos superiores del alma.
Para salvar a un prójimo judío el Baal Shem Tov estaba dispuesto a dar un salto con su fe simple, sabiendo que incluso si se rompiera en miles de pedazos, cada una de esas astillas inculcaría su fe simple en el corazón judío que deseaba salvar y en cientos de miles de preciosas almas judías. En esta fiesta de Shavuot, que todos merezcamos adoptar el temor del Cielo del Baal Shem Tov y su simple acto de fe, sabiendo que incluso si nos estrellamos, esas astillas le infundirán a la realidad esos modelos en miniatura de nuestra fe simple en Di-s.
EL SECRETO DE BAT SHEVA Y EL MASHÍAJ
La Última Semana del Omer y Shavuot
Batsheva y Ruth
En Shavuot leemos el libro de Rut. Rut es la bisabuela del Rey David, descrita por los Sabios como “la madre del Reino”. Durante los últimos días del Omer, justo antes de Shavuot, vale la pena estudiar acerca de Batsheva, la esposa de David y la madre de su sucesor, el Rey Shlomó.
La séptima y última semana del Omer y su servicio espiritual tiene una conexión especial con Batsheva, y por eso lleva su nombre, se llama la semana de Batsheva, que literalmente significa “la hija de siete”.
La palabra “hija” en hebreo, (בת / bat) está relacionada con “Shabat” (שבת). Cada mujer está relacionada con el secreto de Shabat, y especialmente Batsheva, ya que la primera parte de su nombre, Bat, significa ‘hija’, y la segunda parte, Sheva, significa ‘siete’, aludiendo al séptimo día, Shabat.
Según el Arizal, Batsheva y Ruth tienen una conexión muy íntima. De la figura de Batsheva llegamos a la figura de Ruth, aunque cronológicamente Ruth vivió antes.
El verso dice:
“עַ֣ד מִֽמׇּחֳרַ֤ת הַשַּׁבָּת֙ הַשְּׁבִיעִ֔ת תִּסְפְּר֖וּ חֲמִשִּׁ֣ים י֑וֹם”
“Hasta el día después del séptimo Shabat, contarás cincuenta días”.
Tenemos que contar el séptimo Shabat (49 días), que es el Batsheva, y desde allí llegamos a la Entrega de la Torá en el quincuagésimo día, el secreto de la Quincuagésima Puerta del Entendimiento, que es el secreto de Rut.
Mashíaj ben David nace de Batsheva
Batsheva estuvo originalmente casada con Uriá el hitita. Según la historia, David la tomó por medio de un asunto impropio. Los sabios, sin embargo, nos enseñan que todos los que dicen que David pecó en el sentido literal, como se puede entender de la historia, están equivocados.
Es cierto que algo andaba mal y se necesitaba mucha expiación.
Aun así, Mashíaj proviene solo de la unión de David y Batsheva. Mashíaj debe descender tanto de David como de Shlomó, su hijo, y no de los hijos de David de sus otras esposas.
Los orígenes de Mashíaj en David y Ajitofel
No todos están familiarizados con los orígenes de Batsheva. Batsheva era la hija de Eliam, el hijo de Ajitofel, quien sirvió como el asesor más importante del rey David hasta que se unió a Abshalón, el hijo de David, cuando este lideró una revolución contra David.
Por lo tanto, vemos que los orígenes de Mashíaj no solo están en el rey David, en Rut, Boaz, y más atrás en Peretz, Iehudá, Iaacov, Itzjak y Abraham. Del lado de Batsheva, Mashíaj también es descendiente de Ajitofel. Hay mucho en lo que meditar a este respecto.
Batsheva y Parashat Behaalotjá
La porción de la Torá de Behaalotjá, que está muy conectada con Batsheva, siempre se lee cerca de la festividad de Shavuot. Behaalotjá contiene muchos temas relacionados con el número 7 (Batsheva- “la hija de siete”). Comienza con el encendido de la Menorá en el Tabernáculo. Uno de los secretos de la Menorá es que también se conoce como Batsheva, ya que es un candelabro con 7 lámparas de aceite, y Aarón el Sumo Sacerdote debe encenderla de tal manera que las “llamas se eleven por sí mismas”. La palabra aquí para llama es שלהבת/shalhevet, de la palabra בת/bat, hija, Batsheva.
El destino de Batsheva es estar con David
Los Sabios dicen que Batsheva estaba destinada a estar con David desde los seis días de la creación, pero que la tomó prematuramente. Batsheva fue el alma gemela predestinada de David, y a pesar de la inclinación al mal involucrada en este acto, David sintió su predestinación y Batsheva también.
De hecho, la primera palabra de la Torá, בראשית / En el comienzo, es igual a בת שבע לדוד המלך / Batsheva para el Rey David. Además, en todos los demás lugares de la Biblia donde aparece la palabra בראשית / En el comienzo, está relacionada con el reino y la soberanía, el comienzo del gobierno de un rey.
El reino básico, el reino eterno de Israel, es el reino del rey David. Por lo tanto, es apropiado que la Torá comience con una palabra que apunta hacia el reino del rey David, especialmente a través de su alma gemela Batsheva, de quien nace Mashíaj.
El pecado de Adám y David y Batsheva: el secreto de la higuera
El versículo en Salmos con respecto a David y Batsheva dice:
“אחור וקדם צרתני ותשת עלי כפכה”[1]
“Detrás y de frente me has formado, y pones tu palma sobre mí”
Originalmente, este versículo fue dicho por Adam al describir su propia creación junto con Javá (Adam es el frente y Javá la parte posterior del mismo ser). El Arizal dice que David y Batsheva son la principal reencarnación de Adam y Javá en la Biblia, y que, como ellos, también comieron prematuramente.
Adam y Javá comieron el fruto del Árbol del Conocimiento demasiado temprano (si hubieran esperado hasta Shabat, se les habría permitido comer de él) y de la misma manera David tomó Batsheva demasiado temprano.
El fruto del Árbol del Conocimiento se identifica en principio en forma directa con el higo, de acuerdo con la interpretación literal de Rashi, a partir de que Adam y Javá se hicieron taparrabos con hojas de higuera para cubrirse.
El Arizal escribe que esto está relacionado con el tipo de higos llamados Bnot Sheva, literalmente, “las hijas de Sheva”, que se mencionan en la Mishná en Maasrot.[2] Allí se habla de dos tipos de higos, los “Levasim” son higueras de mala calidad, mientras que los “Bnot Sheva” (en singular: Bat Sheva) son el mejor tipo de higuera, blanca y hermosa.
El Arizal conecta esta Mishná y Batsheva con el verso sobre Shimshón, quien también “siguió (y fue desviado) a través de sus ojos”,
“כי תואנה הוא מחפש”
“Porque él buscó una razón (para atrapar a los filisteos)”
La palabra para ‘razón’ es תואנה/toaná, que comparte la raíz con la palabra ‘te‘ená, higo. Es como si el Todopoderoso estuviera buscando una manera de atrapar a David y Batsheva. Al igual que todos los pecados que condujeron al pedigrí del Mashíaj, hubo una orquestación por parte del Todopoderoso para provocar estos eventos negativos.
El pecado de David no es lo que podemos entender literalmente de la historia, porque él y Batsheva realmente estaban destinados a estar juntos. El pecado fue la falta de paciencia. La rectificación es tener paciencia.
Volviendo para Atrás: Uriá el hitita, Frente: Rey David
Volvamos a nuestro verso sobre David y Batsheva: “Detrás y de frente Me has formado y has puesto tu palma sobre mí”.
El comentario sobre este versículo explica que Dios creó a Adam como la última de todas las criaturas, pero su alma es la primera: “Atrás y al frente [es decir, la última y la primera] Tú me formaste”.
Lo que aprendemos de esto es que la rectificación del Reinado comienza con un estado de mirar hacia atrás, un estado no rectificado, donde es imposible ver cuál debería ser el proceso. No vemos la verdad o qué es exactamente lo que hay que hacer. Eventualmente, sin embargo, se da vuelta y se vuelve “cara a cara”.
De manera similar, Batsheva inicialmente enfrentó a David al revés, porque originalmente no estaba emparejada con David sino con Uriá el hitita (un matrimonio aparentemente hecho por su padre o abuelo).
Uriá el hitita y Uriá el sacerdote
¿Cuál fue el propósito de este primer matrimonio? Para protegerla, así como la klipá (la cáscara) protege la fruta en su interior.
Hay otro Uriá en la Biblia, Uriá el Sacerdote, un descendiente de Aarón, cuya esposa se llama Elisheva.
Por más que no imaginemos a Uriá como un gran tzadik, en definitiva David provocó su muerte, pero el Arizal, sin embargo, afirma que Uriá el hitita es similar a Uriá el sacerdote, quien tiene una chispa de Aarón el Sumo Sacerdote, quien está conectado a Elisheva.
Todos los sacerdotes son descendientes de Elisheva y todos los reyes son descendientes de Batsheva.
El matrimonio entre Aarón y Elisheva fue completamente sagrado (no estaban espalda con espalda), mientras que el de David y Batsheva fue espalda con espalda, inicialmente no fue del todo sagrado.
David y Batsheva: un estado evolucionado de Adam y Javá
La primera vez que Adam y Javá pecaron, Adam culpó a su esposa por el pecado. Con David, sin embargo, después de que Natán el Profeta le dijo que había pecado con Batsheva, su reacción espontánea fue “He pecado a Dios”. Soy el culpable. En el momento en que confesó y no trató de evitar la culpa, Natán le informó que Dios lo perdonó.
Fue el propio David quien dijo (en la parábola de la oveja del pobre) que el hombre rico debería ser asesinado, por lo que dictaminó que él mismo debía morir. No obstante, Dios lo perdonó, aunque lo castigó con cuatro calamidades.
La muerte de David y el primer hijo de Batsheva
La primera calamidad fue la muerte del primer bebé nacido de David y Batsheva poco después de su nacimiento. Antes de que el bebé muriera estaba muy enfermo, y David ayunó y oró intentando cambiar el decreto. Sin embargo, cuando el niño murió, David se cambió de ropa de inmediato y volvió a su comportamiento normal. Para aquellos que estaban sorprendidos por su conducta, explicó que de ahora en adelante, estaba en camino para ver a su hijo muerto, pero que su hijo ya no podía ir a verlo, por lo tanto, no hay más necesidad de duelo.
Después de la muerte del bebé Batsheva ya no quería estar con David, y tuvo que hacer muchas cosas para convencerla. Entre ellas, él juró que el próximo hijo que ella tuviera (Shlomó), sería su legítimo sucesor.
El alma de Mashíaj reencarnado en Nejemiá
Hay una historia en el Sefer Hajezionot (Libro de las Visiones) de Rabi Jaim Vital, que en un sueño, el Arizal le preguntó si sabía quién era el niño que murió y por qué David oró con tanto fervor para mantenerlo con vida. Rabi Jaim Vital respondió que no sabía la respuesta. El Arizal explicó que este primer hijo era el alma misma del Mashíaj (incluso más que el Rey Salomón).
Más tarde, esta alma regresó como Nejemiá hijo de Jakaliá, el escriba que construyó el muro de Ierushalaim al comienzo del segundo período del Templo. Nejemiá era el vertedor de vino del rey de Persia. Debido a su posición especial, los sabios le dieron permiso para tocar el vino que se usaba para celebrar la idolatría. Debido a este permiso, se le dio el nombre adicional de Hatirshata, que significa “permitido”. Sorprendentemente, el valor promedio de cada una de las 4 palabras de su nombre completo, Nejemiá, Hatirshata ben Jakaliá, es exactamente igual a “David ben Ishia”, “David el hijo de Ishai”
David debería haber esperado siete años más
Como dijimos, el Arizal dice que Elisheva está cara a cara (el estado rectificado de jesed / bondad) con su esposo, mientras que Batsheva está inicialmente de espaldas, lo que significa que ella es Guevurot (juicios severos).
Su nombre implica que David debería haber dejado que Uriá la salvara por otros 7 años. Si eso hubiera sucedido, David se habría casado con ella en santidad, habría nacido el verdadero Mashíaj y el Templo que construiría habría sido el Templo final. Esto no es lo que sucedió en realidad con el rey Shlomó, quien el día que completó la construcción del Templo se casó con la hija del faraón egipcio y sembró las semillas de la destrucción.
Paciencia en espera del reinado
Actualmente, nuestro estado en la Tierra Santa es un ejemplo del reino que no está en el lugar que le corresponde. Alguien más lo está “guardando”. El verdadero esposo, como el rey David, de repente ve y siente que la quiere en este momento, quiere el Mashíaj ahora. Pero se le dice que sea paciente, que siga actuando, pero con paciencia.
Los tres días de Hagbalá, los tres días de limitación y separación antes de la entrega de la Torá en el monte Sinaí, refleja esta paciencia requerida. Moshé recibió instrucciones de cercar el Monte Sinaí para que nadie pudiera acercarse espontáneamente por la emoción ante la posibilidad de acercarse a Dios. El Rebe Najman habla sobre este tipo de inclinación al mal, que impulsa a una persona a querer acercarse a la santidad, pero no en el momento adecuado. El Rebe de Lubavitcher dice que es esencial construir los recipientes para contener la luz antes de bajarla. Cuando se construyen los recipientes adecuados, el reino se le dará a su legítimo propietario.
Actualmente, nosotros también estamos en un estado en el que Batsheva está en manos de Uriá. Todos nos hemos enamorado de ella, e incluso ella siente que está en las manos equivocadas. Ella siente que su verdadero esposo es el rey David.
Pero primero tienen que suceder los tres días de limitación y la entrega de la Torá. Mientras tanto, hay cosas que no están permitidas. La moraleja es mantener la emoción hasta que la llama se levante por sí sola, al igual que al comienzo de Parashat Beshalaj con la iluminación de la Menorá del Mashíaj.
Foto de Ashton Mullins en Unsplash
[1] Salmos 139:5.
[2] Maasrot 2:8.
JAG HASHAVUOT – FIESTA DE LAS SEMANAS
LA GRAN ALEGRÍA
6 de Sivan 5775 – anochecer del 23 de mayo 2015
Terminamos la cuenta del omer, cuarenta y nueve días en los cuales nos ocupamos de la rectificación de las cualidades del corazón. Siete sefirot desde jesed hasta maljut, que también representan esas cualidades de la psiquis relacionadas principalmente con el mundo de nuestras emociones. En la noche de Shavuot ya no contamos en la práctica, y sin embargo está dicho en la Torá: “Y contarán para ustedes cincuenta días”, y de aquí que también en Shavuot hay una cuenta. ¿Cuál es?
Por encima de las siete sefirot con las que trabajamos, se encuentra la sefirá de biná, בינה, “entendimiento”, en la cual hay “cincuenta portales de entendimiento”, jamishím shaarei biná”. Tal cual como el día cincuenta de la festividad de Shavuot. Es decir que después de haber trabajado en el mundo de los sentimientos, relativamente externos, subimos a una dimensión más elevada, el estrato de la mente representada por la sefirá de biná. Aquí la sefirá como que se rectifica a sí misma, un día que “se cuenta” por sí mismo, y así ameritamos recibir la Torá (que habla en el idioma del intelecto, biná). Dentro de los “portales de entendimiento”, el portal cincuenta llamado “shaar hanun”, el portal nun (50), es conocer a Hashem, como la vivencia que se experimentó en el monte Sinaí, donde Hashem se revela y dice “aquí estoy”, Anoji Havaiá Elokeja”, “Yo soy Havaiá tu Dios”.
La experiencia interior de la sefirá de biná es la simjá, alegría. Así después de que culminamos la rectificación del corazón con la cuenta del omer, no caemos en esa baja auto satisfacción (que puede estropear todo lo que hicimos), sino que simplemente nos alegramos. Nos alegramos en la festividad, en este Iom Tov, y nos alegramos por recibir la Torá. La palabra חמשים, jamishím, “cincuenta” misma cambia el orden de sus letras y se transforma en שמחים, semejim, “alegres”.
Jag Sameaj.
EL MES DE SIVAN.
MEDITACIONES PARA RECIBIR LA TORÁ
Cuando nos paramos en el Monte Sinaí para recibir la Torá, Hashem comenzó los Diez Mandamientos con palabras que todos escuchamos: “Yo soy Hashem tu Di-s, Quien te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de esclavos.”
Esto requiere una explicación: Todo el mundo sabe que Egipto era la casa de los esclavos, así que ¿por qué la Torá necesita agregar palabras aparentemente superfluas como “de la tierra de Egipto”, de la casa de los esclavos”? También tenemos que responder a la pregunta que el Santo Zohar pregunta: ¿Por qué Hashem eligió para comenzar los Diez Mandamientos identificándose como “Quien te sacó de Egipto”, en lugar de la identidad más noble y universal como “el Creador, ¿Quien te creó”?
Es posible explicar esto al señalar que, además de la esclavitud física que tuvo lugar en Egipto, también hubo un exilio de la mente y el intelecto. La ideología de la cultura egipcia era que una persona podía ser tan inteligente que de alguna manera podría ser más astuta que Hashem e ir en contra de Su voluntad, como está dicho “Vamos a reunimos para confabular con inteligencia contra Él” (Éxodo / Shemot 1:10). Se imaginaban que podían mantener a los judíos como esclavos tanto como lo desearen a través de artimañas y engaños; que su propio poder y fuerza podrían evitar que se escapen del control egipcio.
Es por esto que Hashem no permitió a los egipcios liberar por propia voluntad a los judíos, por su mérito y de una manera natural, como ocurrió con el milagro de Purim, que fue envuelto en medios naturales, porque entonces incluso si el pueblo judío hubiera salido de la esclavitud física de Egipto, todavía estarían atrapados en una mentalidad de esclavos, pensando con la ideología humanista que todo está bajo el control y la voluntad de los seres humanos. Si se hubieran quedado atrapados en la ideología de la cultura egipcia, no estarían dispuestos a recibir la Torá y cumplir las mitzvot de Hashem, que en ocasiones parecen, a primera vista, para limitar o dañar el éxito humano.
Es por esto que Hashem primero les ordenó realizar una mitzvá que iba en contra del “sentido común”, realizar el sacrificio de Pesaj, en la forma de un cordero que era el ídolo egipcio. Esto crearía un grave peligro porque era de suponer si alguien hacía semejante cosa públicamente, los egipcios iban a matarlos por insultar su religión. Es por esto que Hashem les dio a los judíos esta difícil prueba, permitiendo que cada judío sepa “Yo [Hashem] te doy esta mitzvá, y verás por ti mismo si vas a perder o ganar de ella.”
Por lo tanto cumplieron esta mitzvá, que viola tanto el sentido común como la política, y ni siquiera un solo egipcio fue capaz de matar a un judío en contra de la voluntad de Hashem. El exilio psicológico de la cultura egipcia fue aplastado porque los egipcios ya no podían imaginar que eran capaces de someter a los judíos a través de su propia fuerza, incluso siendo la superpotencia mundial, y poco tiempo después perdió su supremacía. Entonces Hashem tomó a los judíos de Egipto, junto con una enorme riqueza monetaria, y despojó a los egipcios (Éxodo/Shemot 12:36), y destruyó al Faraón y a su ejército en el Mar Rojo (ibid., 14:27-28).
Cuando los judíos se acercaron al Monte Sinaí para recibir la Torá, existía el temor de que hubiera algunos entre ellos que proteste con la lamentable y común objeción que escuchamos hoy de los secularistas cuando dicen: “Mantener las mitzvot no me da nada, sólo me cuesta dinero y placer. Mantener Shabat impacta en mis negocios y restringe mis medios de vida. Mantener el kosher me impide disfrutar de diversos alimentos. Orar con un minián y estudiar Torá me hace perder tiempo… ¿Por qué debo poner tanto esfuerzo sólo para perder?” (Dios no lo quiera).
Es por esto que Hashem nos enseñó que es justo lo contrario. Cuando una persona es fuerte en la observancia de la Torá, sólo gana. Cuidar las mitzvot eventualmente resulta en riqueza y honor.
Es por esto que Hashem comenzó los Diez Mandamientos con las palabras: “Yo soy Hashem tu Di-s que te sacó de la tierra de Egipto.” Por el mérito de cumplir una mitzvá que desafía el orden de la naturaleza, uno sale automáticamente de la casa de esclavos, y ya no está esclavizado a la ideología de la cultura egipcia. Esta es la razón de que el siguiente mandamiento sea: “No tendrás otros dioses”, es decir que no se debe confiar en otra cosa que no sea Hashem. A partir de esto, también podemos aprender a “recordar el día de Shabat para santificarlo”, y para cumplir con todas las mitzvot porque nunca podemos perder por mantenerlos. Hashem nos dice “Yo soy el que da el poder” de una manera sobrenatural, y por el mérito de cumplir las mitzvot, Hashem promete “os haré una enorme riqueza y honor.”
Todo esto sigue siendo una lección para cada generación, para corregir el error de aquellos “que ponen su fe en los príncipes y los seres humanos que no tienen poder para salvar” (Salmos/Tehilim 146:3) y desean copiar la cultura secular “de los que confían en sus riquezas y se jactan de sí mismos por la multitud de sus riquezas” (ibid, 49:7), porque la verdad es que uno puede ver con sus propios ojos que “un caballo (o cualquier cosa material) es una cosa vana para la seguridad; tampoco le permite escapar su gran fuerza” (ibid 33:17)
El único consejo seguro para asegurar nuestro éxito en todos los asuntos es dirigirnos a Di-s, estudiar la Torá y cumplir sus mitzvot, porque “la salvación pertenece a Hashem” (ibid, 3:9). Mashiaj AHORA!!!
Del Rabino Itzjak Cohen, sheliaj del Rebe en Londres, Inglaterra)
DE LOS SABIOS DE LA CABALÁ
En el verso “Tus dos pechos son como dos cervatillos, hijos gemelos de la gacela” (El Cantar de los Cantares 4: 5), Rashi comenta que la expresión shnei shadeja, “tus dos pechos”, se refiere a las dos tablas de la Ley. Son descritos como “gemelos” porque eran dos dimensiones idénticas y contenían cinco mandamientos cada una. Los mandamientos son paralelos entre sí.
El mandato de no asesinar corresponde al mandamiento de que “Yo soy el Señor tu Dios”, porque el asesino disminuye la estatura de Dios al destruir la obra de Sus manos.
El mandamiento de no tener otros dioses corresponde a la prohibición del adulterio, porque la adúltera practica el engaño de su marido, mientras que el adorador de ídolos practica la infidelidad contra su Hacedor.
El mandamiento de no usar el nombre de Dios en vano corresponde a la prohibición de robar; al final todo ladrón recurrirá a un falso juramento para negar lo que hace.
El mandamiento de observar el Shabat y guardarlo de forma sagrada corresponde a la prohibición de dar falso testimonio; quien no cumple el Shabat testifica que Dios no creó el universo y descansó el séptimo día.
El mandamiento de honrar al padre ya la madre se corresponde con el mandamiento de no codiciar; el que ambiciona a la esposa de alguien en última instancia engendrará niños de que lo repudiarán y maldecirán en vez de honrarlo.
[Seleccionado con el permiso y adaptado de los tres volúmenes de la edición en inglés de Shnei Lujot HaBrit – el Shlah, según la traducción, condensación y edición de Eliahu Munk.]
El Midrash dice que la Torá nos fue dada en tres etapas: a través del fuego, a través del agua y en el desierto. Estas tres etapas son simbólicas y nos enseñan cómo uno llega a merecer la Torá. Fuego: representa al fogoso despertar del anhelo de su Padre en el Cielo que arde en el corazón de judío. Agua: representa a la moderación, la meditación y la claridad de pensamiento, para pensar según los caminos de la Torá, con el espíritu y la mente correctos. Desierto: representa prescindir de todos los placeres y deseos de este mundo que impiden a la persona llegar a la perfección. (Shemot)
Se pone un gran énfasis (ver Ex. 19:18) en el fuego que acompañó a la Entrega de la Torá. Esto nos enseña que todo lo relativo al estudio de la Torá, la observancia de las mitzvot, la oración, y cada forma de servir agradecer a Dios, deben llevarse a cabo con “fuego”: con el calor vital y con el deseo ardiente de cumplir la voluntad de Dios. Nuestro poder para hacerlo se deriva del fuego que ardía en el monte durante la entrega de la Torá. (Basado en el Sefer HaMaimorim 5701)
¿Por qué Shavuot es llamada: “El Tiempo de la entrega de la Torá” en lugar de “la Recepción de la Torá”? Se debe a que el seis de Sivan fue el momento de la entrega de la Torá, hace más de tres mil años, pero el momento de la recepción de la Torá no termina nunca; cada día el judío tiene que recibir la Torá de nuevo. (Jidushei HaRim)
Cada festividad la Torá nos informa que uno tiene que sacrificar una ofrenda del pecado. Sólo en la festividad de Shavuot no se menciona la palabra “pecado”. Para la festividad de Shavuot, el día de la recepción de la Torá, todos los judíos son como el converso “recién nacido”, y así libre de todo pecado. (Rabi Levi Itzjak de Berdichev)
La Torá fue entregada en una montaña, para enseñar que el estudio de la Torá e ir en los caminos de Dios nos debe dar una cierta elevación emocional. Al mismo tiempo, uno tiene que tener cuidado de no caer en la arrogancia. Ese es el significado de ‘frente a la montaña’: ser extremadamente cuidadoso para oponerse al auto engrandecimiento que puede venir del estudio y conocimiento de la Torá. (Maimorim Taf Shin Guimel)
EL PRIMER SHAVUOT tuvo lugar en Shabat, cincuenta días después de la salida de Egipto, en el sexto día del mes de Siván, 2448 años después de la creación del mundo (9 de mayo 1313 AEC), hace 3.327 años. Ese día, al amanecer, Dios dijo los Diez Mandamientos. Aunque todo el período de cincuenta días fue una época de purificación, las preparaciones más intensas se iniciaron el primer día de Siván, cuando toda la nación judía llegó a Monte Sinaí. Del mismo modo, cada año Dios nos da la Torá en Shavuot de nuevo. Al utilizar los últimos seis días adecuadamente para revivir los acontecimientos de ese momento trascendental, nos preparamos física, espiritual, mental y emocionalmente para recibir la Torá de nuevo.
ACTIVIDADES SUGERIDAS PARA SHAVUOT
1) ¡Cambiar a una velocidad más alta! [automovilísticamente hablando]
2) Permanece despierto toda la noche estudiando Torá para rectificar nuestro error del Shavuot original.
3) Hacia el amanecer, sumergirse en una mikve (o el mar o la piscina), pero no ir en coche allí, es Iom Tov!
4) Ir a una sinagoga y escuchar los Diez Mandamientos. Trata de traer a otros también, especialmente a los niños judíos, porque fueron nuestros garantes en la primera entrega de la Torá y ellos también se beneficiarán al experimentarlo ahora. Aceptar la Torá incondicionalmente con alegría y sinceridad.
5) Comer algunos alimentos lácteos. Cuando nos dieron la Torá (incluyendo las leyes de kashrut), nos dimos cuenta de que nuestros recipientes de cocción no eran kosher, así que hasta que los casherizamos comimos sólo productos lácteos.
6) Leer el libro de Rut: a) El Rey David, su descendiente, murió en Shavuot. b) Ruth era una converso y en el Sinaí éramos como conversos. Dios nos transformó de ser un pueblo como todos en una nación especial.
¡Buen Iom Tov! (de Instituto Ascent de Zfat)
VIDEOS
Shavuot – La Entrega de la Torá
MOSHÉ – DAVID – BAAL SHEM TOV, VENCER EN LA GUERRA
https://www.youtube.com/watch?v=hDzAqZwuo9U&t=0s
AUDIO: https://t.me/galeinai_audios_es/527
SHABAT DE UNIÓN ANTES DE SHAVUOT PARA RECIBIR LA TORÁ
– Meguilat Rut –
Día de Jerusalem
Esencia de las Cosas Silencio Día de Ierushalaim
Números 1:14
[Con ellos estará] la tribu de Gad, y el líder de los descendientes de Gad era Eliasaf hijo de Reuel.
2: 14 Por Gad, Eliasaf hijo de Deuel.
SANGRE Y LECHE EN EL DESIERTO DE LA ENTREGA DE LA TORÁ
Bamidbar – Shavuot
AUDIO: https://t.me/galeinai_audios_es/524
Todos los mandamientos se derivan esencialmente de estos diez. Esto también se insinúa por el valor numérico de la palabra “Torá”, 611, más los dos primeros de los Diez Mandamientos que escuchamos de Di-s mismo, para una suma total de 613 – el número de mandamientos en la Torá. ( Makkot 24a) Además, el número total de letras que comprenden los Diez Mandamientos es 620 – la suma de los 613 mandamientos bíblicos más los siete mandamientos rabínicos.
18 Reunieron a toda la comunidad el día primero del mes segundo, y [todas las personas] fueron registradas por ascendencia según sus familias paternas. [Todos] aquellos mayores de 20 años de edad fueron contados individualmente por nombre.
19 Moshé de este modo hizo una cuenta de [los israelitas] en el desierto de Sinaí como Dios le había mandado.
TODO EL PUEBLO VIO LOS SONIDOS… VIERON Y TEMBLARON!!!
Ultimo Dia Del Omer y Shavuot 5780
El Midrash (Bereishit Rabá 1:1) explica que así como un arquitecto usa un plano para construir un palacio, Di-s también usó la Torá para crear los mundos. “Di-s miró la Torá y creó los mundos a partir de ella”. (Zohar II 161a) En consecuencia, toda la Creación está contenida en ella. *Estos* [Diez Mandamientos] *fueron grabados en tablas de piedra y todos los secretos contenidos en ellos fueron revelados a todos* [los israelitas que estaban al pie del monte Sinaí]. *Ellos vieron todo esto con sus propios ojos, y sus corazones pudieron observar la sabiduría que los iluminó.* Esta sabiduría también afectó sus emociones.
VIENDO EL SONIDO
Zohar:
“Todo el pueblo vieron los sonidos… vieron y temblaron” (Ex. 20:15)
Estos Diez Mandamientos de la Torá incluyen todos los mandamientos de la Torá y todos los asuntos de Arriba y abajo, incluidas las Diez Aserciones con las cuales se creó el mundo. (Avot 5:1)
Todos los mandamientos se derivan esencialmente de estos diez. Esto también se insinúa por el valor numérico de la palabra “Torá”, תורה. 611, más los 2 primeros de los Diez Mandamientos que escuchamos de Di-s mismo, dando un total de 613, el número de mandamientos en la Torá. (Makot 24a) Además, el número total de letras que comprenden los Diez Mandamientos es 620, la suma de los 613 mandamientos bíblicos más los siete mandamientos rabínicos (Megalé Amukot, Ranav Ofanim ofan 197)
El Midrash (Bereishit Rabá 1:1) explica que así como un arquitecto usa un plano para construir un palacio, Di-s también usó la Torá para crear los mundos. “Di-s miró la Torá y creó los mundos a partir de ella”. (Zohar II 161a) En consecuencia, toda la Creación está contenida en ella.
Estos [Diez Mandamientos] fueron grabados en tablas de piedra y todos los secretos contenidos en ellos fueron revelados a todos [los israelitas que estaban al pie del monte Sinaí]. Ellos vieron todo esto con sus propios ojos, y sus corazones pudieron observar la sabiduría que los iluminó.
Esta sabiduría también afectó sus emociones.
CÓMO RECIBIR LA TORÁ TODOS LOS DÍAS
Shavuot 5780
Del Encierro a la Libertad
SHAVUOT: PREPARACIÓN PARA RECIBIR LA TORÁ: EL MATRIMONIO CON DIOS
por el Rabino Jaim Frim
¿Por qué Hashem se oculta a nuestros ojos? ¿Porque es sagrado y nosotros no somos sagrados, porque es puro y nuestros ojos no son puros, porque es espiritual y este mundo es físico?
Para recibir a Hashem, y a su regalo de bodas, la Torá. Para recibir la Torá con alegría y por dentro.