Una vez en una reunión de la comisión de Rabinos de cuatro países, el líder de la comunidad, el famoso Rabino Avraham Aba, preguntó frente al público reunido:
– ¿Cómo se puede decir que el santo Baal Shem Tov tiene el Ruaj Hakodesh, Inspiración Divina, si “no hay am haaretz[un ignorante de la Torá] que sea jasid”?
Por lo tanto, de la asamblea enviaron personas a llamar al santo Baal Shem Tov, y él vino de inmediato, y el rabino mencionado era el principal orador. Se volvió hacia el santo Baal Shem Tov y le dijo:
– Tal como te comportas parece que te inspira el Ruaj Hakodesh, y algunos dicen que su señoría es un ignorante de la Torá, bueno, escuchemos si su señoría conoce una halajá.
Ese día era Rosh Jodesh, el rabino Avraham Aba le preguntó al santo Baal Shem Tov:
– Quien se olvida de decir “iaalé veiaavó“, [que ascienda y venga, una bendición especial que se agrega en la plegaria silenciosa para rosh jodesh] ¿cuál es la ley? El santo Baal Shem Tov respondió:
– No hay necesidad de esta ley, ni su señoría ni para mí, porque si su señoría se olvida de decir ‘ascienda y venga…’, incluso si regresa y reza de nuevo, se olvidará de nuevo de decir ‘ascienda y venga…’. -mostrando que conocía la halajá, y que también tenía Ruaj Hakodesh, cuando:- el rabino Aba admitió que se había olvidado de decir ‘ascienda y venga’, también por segunda vez. El santo Baal Shem Tov continuó diciendo:
– Ciertamente yo no me olvidaré de decir que ‘ascienda y venga’.
Dice el Rebe: Cuando entra el mes de Ab disminuimos (las cosas no deseadas) en alegría.