Una vez el Baal Shem Tov lloró. Y luego comenzó a estar muy alegre. Los discípulos le pidieron que les explique qué le había pasado. El Baal Shem Tov respondió:
– Me senté y medité mientras Eliahu el profeta y yo estudiábamos con Ajiá Shiloni. Cuando la gente dice el nombre del profeta Eliahu, inmediatamente dicen ‘Recordado para bien’. Y después de recordar mi nombre, contarán una historia. Por eso lloré y supliqué ante Hashem que, si un hombre de Israel ha de contar una historia mía de espiritualidad, tenga salvación espiritual, y si ha de contar una historia material, tenga salvación material.
Y el Baal Shem Tov continuó:
– Inmediatamente escuché una proclamación del cielo que decía ‘Dichoso el que cree en Israel Ben Sará, cuya obra completa fue para Israel en general y en particular. Y si ha de hablar de él a principios de semana, tendrá una buena semana. Y si al comienzo del mes, tendrá un buen mes. Y si al comienzo del año, tendrá un buen año. Y esto me llenó de alegría
Que incluso cuando ya esté en el mundo de la verdad, los hijos de Israel serán bendecidos a través de mí. Y efectivamente, merecimos la promesa a través de una proclamación del cielo, testificado por el mismo santo Baal Shem Tov, que leer una historia sobre el santo Baal Shem Tov es una segulá para una buena semana.(La historia la cuenta el rabino Israel Iehoshua de Kutna en su libro Ieshuat Israel)