Vaetjanan ואתחנן de guematria 525. Dicen los sabios esa es la cantidad de formas en que Moshé le rogó a Hashem que lo deje entrar a la tierra de Israel.
Si entraba era la gueulá. ¡¡Pero había que esperar unos poquitos miles de años todavía!! Hasta nuestra generación la última del exilio y la primera de la redención.
Moshé era perfecto porque abarcaba a todas las almas de Israel, pero no era suficiente para traer la redención final, el mundo todavía no estaba rectificado, faltaban muchas chispas que rescatar todavía.
¿Cuántas Chispas Sagradas faltaban rescatar?
Trae la Cabalá que Dios creó dos mundos, (Bereshit בראשית, En el Comienzo, es Bet Reshit, “dos comienzos”) El primero se destruyó, el mundo de Tohu o Caos que creó Hashem con energías tremendas y luces infinitas, pero sin capacidad creativa porque no había conexión entre ellas.
Se destruyeron por shvirat hakeilim, la destrucción de sus recipientes que no las podían contener, (¿hiperactivas, autistas, geniales, desconectadas de su entorno? Así las chispas cayeron a lo más bajo de este mundo material, el segundo mundo creado de la rectificación, para su rectificación, que comenzó en el Bereshit que conocemos, el primer día que Dios creó.
Esas chispas eran 288, רפח, (la lerapeaj, raíz de curar). Adam no las puedo rescatar, al contrario, las hundió más abajo, (todo es Providencia Divina, por algo Hashem lo escribió en la Torá antes de que sucediera) y dos mil años después trajo a Abraham, a Itzjak y a Iaacov para comenzar de nuevo la tarea y traer la rectificación verdadera.
Sus hijos salieron de Egipto 2448 años después para recibir la Torá, las instrucciones precisas para su trabajo, y 40 años después entraron a la Tierra de Israel.
Al salir de Egipto salieron con otros pueblos que también eran esclavos, los erev rav, ערב רב. Explica el rabino Ginsburgh, traído del Arizal, que rav, רב, de guematria 202 representa a las chispas que habían caído en Egipto y se rescataron de las klipot, se rectificaron-curaron e ingresaron al Pueblo Elegido.
Pero todavía faltaban 86 de las 288. 86 de guematria הטבע, hateva, “La Naturaleza”, igual al Nombre de Dios Elokim. Esas 86 chispas son las que cayeron en la Creación del mundo físico, nuestra naturaleza que oculta la Divinidad y a esas chispas con el Nombre Elokim, el único en los 6 días donde figura 32 veces (el secreto de los Senderos de Sabiduría del Sefer Ietzirá)
Así queda claro que nuestra tarea es trabajar en la naturaleza para depurarla de las cáscaras que cubren la Luz Divina. A través de cumplir los preceptos en la práctica que nos enseña la Torá, los incorporamos por completo dentro nuestro, física, psíquica y espiritualmente y elevamos lo puro y descartamos la escoria.
Ese mundo que estamos depurando es tanto nuestro propio cuerpo, como los alimentos que incorporamos, los elementos físicos de la naturaleza que están en nuestro dominio, mineral, vegetal, animal, los integrantes de las naciones del mundo que se van agregando a nuestro pueblo revelando su Alma Divina, los que se comprometen a cumplir las leyes noájidas para trabajar junto al pueblo de Israel en la misma tarea (y eventualmente el Mashíaj los incorporará también al Pueblo Elegido). La ciencia, el arte, la espiritualidad, la política, educación, etc. todo tiene que pasar por el proceso de depuración y ser apto para revelar la verdadera Divinidad, representada por el Supremo Nombre de Hashem Havaiá, el poder de “Ser”.
Este nombre pretende ser utilizado por muchos incautos hoy en día, pero hasta que no venga Mashíaj y se construya el Templo no será revelado completa y verdaderamente. Lo que se escucha por ahí son todos plagios y copias falsas.
2000 años de Tohu, 2000 años de Torá y 2000 años de Gueulá. Números que también son utilizados con argumentos varios e infundados por incompetentes y falsificadores, para quizás soportar un poco la angustia existencial del exilio y acaso su falta de veracidad en sus argumentos por autoindulgencia o pereza física y mental.
¡¡¡Que tengas sueños y pensamientos jasídicos!!!