En la parashat Vaiejí, Iaacov Avinu bendice a sus hijos antes de su desaparición. A cada hijo, a cada tribu lo bendice con una bendición particular que le corresponde y al final lo reúne a todos.
Está escrito en Jasidut, que la diferencia entre los patriarcas, Abraham, Itzjak y Iaacov respecto a las tribus es que los patriarcas representan características generales, y todo judío tiene todas las características de los tres patriarcas. Pero las tribus ya tienen características particulares. Está el que pertenece por la raíz de su alma a una tribu, y el que pertenece a otra, cada uno con su personalidad, su tarea especial, su sentido especial de esa tribu. Hoy la mayoría del pueblo de Israel pertenece a la tribu de Iehudá, entonces comencemos por ella, porque del nombre Iehudános llamamos judíos, iehudim.
Una de las expresiones en la bendición en que Iaacov bendice a Iehudá, dice: uvedam anavim sutó, “[lava sus ropas en vino], y en la sangre de las uvas su manto”. [Génesis 49:11] ¿Qué significa la palabra sutó, traducido como “manto”? Rashi dice que se refiere al concepto “asatá“, “incitar”. Esto expresa un poder especial en esta tribu, por el cual la mujer tiene la capacidad de incitar o seducir para bien al hombre, a su marido de poner sus ojos en ella para que se produzca la unión matrimonial, y el shalom entre El Creador y la Shejiná, Su presencia en este mundo. LaShejiná es la mujer, la congregación de Israel, y el marido es Hakadosh Baruj Hu. Sobre esto está dicho “y con la sangre de las uvas su manto”.
Uno de los maestros de los discípulos más importantes del Baal Shem Tov, es el Rebe de Ishvitz, que escribió Mei Hashiloaj. Dice que en todo lugar que está escrito en la Torá “uvas”,anavim….
Quizás antes destaquemos que en la Torá está escrito 6 veces la palabra anavim, “uvas” en plural, plural es por lo menos dos. Está escrito una vez en la Torá, al final en la parashat Haazinu, “Presten Oídos”, donde Moshé rabeinu utiliza la palabra en singular einav, “uva”, “la sangre de la uva”. Pero en nuestro verso dice: La sangre de las uvas. “y con la sangre de las uvas su manto.”
Los sabios dicen respecto a la mujer que se desvía, [sotá] que es el producto del vino. Mucho vino puede producir confusión. Como está escrito “el hombre no trasgrede sino porque ingresó en él un espíritu de locura (shtut, similar a sotá) Entra en él el error, la confusión y el olvido, se olvida el precepto de Dios. Nuevamente, hay algo en las uvas que puede hacer olvidar lo queHashem quiere de verdad.
Pero la naturaleza de la tribu de Iehudá es que nunca se da por vencido, es una regla general, en especial en el Jasidut Ishvitz. La característica principal de Iehudá es que aunque se cae, se levanta. Nunca se da por vencido ni baja su moral. Siempre hay esperanza, y si me caí me levanté, si pequé se puede hacer teshuvá, arrepentirme y regresar al camino, y Dios me recibirá cuando regreso. Y también después de las uvas, de todos los errores y confusiones que produce el vino, que confunde la razón, y la persona cae, se puede levantar.
De todas maneras, dice “y con la sangre de las uvas”. Iaacov lo bendice con “la sangre de las uvas”, en plural, y también “con la sangre de las uvas su manto, [sutó, “se sedujo”]. En cambio, Moshé rabeinu al final de la Torá escribe una expresión similar, “sangre”, las uvas representan a la sangre, pero lo dice en singular: “y beberá la sangre de la uva como vino”. [Deuteronomio 32:14]
Explica el Mei Hashiloaj, que hay dos malas inclinaciones, la idolatría y las relaciones sexuales prohibidas. Iaacov avinu teme que en Iehudá hay que depurar esas dos inclinaciones, por eso dice “sangre de las uvas”, en plural. Pero Moshé Rebeinu conoce el interior de Iaacov, y sabe que la inclinación a la idolatría en el judío ya se anuló, está depurado, ya no existe más. Lo que queda hasta la llegada del Mashíaj es la inclinación sexual prohibida y por eso lo dice sólo en singular, “y beberá la sangre de la uva como vino”.