Cuál es el concepto de rey en el lenguaje de la creación, o sea lo que Dios intenta decirnos para crear, ¿cuál es el ideal al cual tenemos que dirigirnos? Rey en la lengua se dice melej, מלך, mem lamed caf sofit. El rey no tiene nada de sí, lo recibe de sus súbditos que lo eligieron para que sea rey sobre ellos. Y aunque hoy no sea así, los súbditos del verdadero rey son felices y están orgullosos de tenerlo, porque él se preocupa de que en su reino todos vivan bien, todos tengan lo que necesitan, haya paz, armonía plenitud. ¿Cuál es el poder del rey si no tiene nada de sí y todo lo recibe de su pueblo? Su poder es la palabra: dvar hamelej shilton, la palabra del rey es el gobierno, el rey rige y gobierna con su palabra. Sus órdenes tienen el poder de establecer orden y conocimiento para que todo funcione como corresponde. Por otro lado, el rey tiene que saber que su poder proviene de Dios, y que a Él debe rendirle cuentas. Tiene que ser un representante de Dios en la Tierra, y por lo tanto tiene que ser sabio, piadoso y humilde, saber enseñar y reunir a su pueblo para que el pueblo lo corone. Así la verdadera democracia, que el pueblo gobierne, es con el reinado de acuerdo a la Torá. Mem lamed caf son las iniciales de moaj, lev caved, מוח לב כבד, cerebro corazón y hígado. El sendero del rey es desde arriba hacia abajo, mente, emociones y acción, es la forma en que la persona debe gobernarse a sí misma, a su familia, a su empresa, al país, etc. Si el orden se altera y las emociones dominan a la persona, o actúa sin pensar, entonces el carro no tiene quien lo guíe. Hay una historia del Rey Shlomó sobre las 3 gallinas que seguramente muchos de ustedes la han escuchado en nuestras clases, que ejemplifica perfectamente. Y el pedido que hizo Shlomó a Dios cuando iba a ser coronado rey transparenta esto: Dios se le presentó en un sueño y le dijo qué deseas para ser rey: Poder, riquezas, honor. Shlomó le contestó: quiero sabiduría para juzgar a mi pueblo. Dios le dijo, como pensaste en tu pueblo y no en tí, entonces tendrás sabiduría, pero también poder, riquezas y honor.
Rabino Jaim M. Frim