El rabino Aharon Iejiel Hopstein de Kuzhnitz (Reb Ahraleh Kuzhnitzer) nació en 5651 (1891), la sexta generación, hijo tras hijo, del famoso Maguid de Kuzhnitz. Además de las historias de su completa inmersión en el servicio de Dios y los milagros que realizó, Reb Ahraleh también fue famoso por sus formas maravillosas e inusuales y su capacidad para llevar a los judíos no observantes a la observancia religiosa. Reb Ahraleh falleció el 3 de Tishrei de 5703 (1943) en el gueto de Zelikhov. Inusual para aquellos tiempos de horror, ameritó un gran funeral.
Un participante activo en la siguiente historia fue el rabino Avraham Eliahu Kitov (Mokotovsky). Nació en 5672 (1912) en Polonia de padres que eran jasidim del rabino Tzadok Hakohen de Lublin. Aprendió y enseñó Torá en Varsovia, incluso en escuelas sin observancia religiosa, y también participó activamente en asuntos públicos con Agudat Israel. Después de casarse hizo aliá a la Tierra de Israel, donde enseñó y asumió un papel activo en los asuntos públicos de Tierra Santa. El rabino Kitov fue autor de varios libros, el más famoso de los cuales es “El libro de nuestra herencia”. Falleció el 6 de Adar Alef de 5736 (1976) y fue enterrado en Har Hamenujot en Ierushalaim.
Cuando era niño, el rabino Eliahu Kitov estudió Torá en un shtieble (sinagoga) de la comunidad jasídica de Guer en Varsovia, uno de los muchos shtiebles de Guer en Varsovia en ese momento. Un
o de los tzadikim famosos e importantes de esa época fue el Rebe Ahraleh de Kuzhnitz. Era conocido como un “Rebe salvaje” y sus jasidim eran conocidos como “jasidim salvajes”.
Una persona no debe ser salvaje sin razón. En asociación a un rebe o a jasidim, el salvajismo puede ser bueno. Significa que pueden pensar y actuar fuera de lo común con mucha energía sagrada y entusiasmo por las mitzvot y las buenas obras. Lo salvaje también puede estar en el ámbito del pensamiento. Por ejemplo, si pienso que quiero traer al Mashíaj, y tal vez si bailamos durante cinco horas seguidas sin parar el Mashiaj vendrá, este es un pensamiento descabellado, que carece de moderación. En Kuzhnitz en ese momento eran salvajes, pasaron a la acción por Dios en formas fuera de lo común.
El Rabi Kitov relató que un viernes, justo antes de Shabat, el Kuzhnitzer entró en el shtiebel donde estudiaba, golpeó la mesa y dijo que necesita dos muchachos fuertes para acompañarlo en una misión. Los muchachos de la ieshivá en Guer eran un grupo muy ordenado. Cada grupo tenía su propio “comandante”. El comandante, que no quería permitir que se perturbara el estudio de Torá de los muchachos de la ieshivá, accedió a que solo un muchacho acompañara al Kuzhnitzer. El Rebe prometió que el niño regresaría a tiempo para la oración “Kgavna” de la víspera de Shabat.
El rabino Kitov era un joven fuerte, se unió al Kozhnitzer que no le explicó nada, lo tomó del brazo y lo condujo por las calles de Varsovia. Caminaron y caminaron y entraron en una parte de la ciudad donde había menos judíos practicantes. Finalmente, llegaron a la entrada de un teatro -que no es exactamente un lugar apropiado para un chico de una ieshivá y un rabino. El Rebe Ahraleh a menudo “salvó almas” de esos lugares, almas preciosas que luego acercaría a la Torá y al judaísmo.
Mientras se acercaban, Reb Ahraleh le dio instrucciones al joven Eliahu Kitov: “Voy a señalar a cierto joven judío que no es religioso, acércate a él junto conmigo, lo atraparemos y lo sacaremos de aquí. Te traje porque eres fuerte y no puedo atraparlo solo”, explicó. “E incluso si grita y protesta”, continuó Reb Aharaleh, “no prestes atención. Lo sacaremos de aquí de todos modos.”
Efectivamente pronto apareció el joven. El Rebe Ahraleh lo señaló y ambos lo agarraron y lo arrastraron. Como era de esperar el joven comenzó a gritar y protestar. “¡Pagué un boleto de entrada y por tu culpa me perderé el espectáculo!” protestó. A pesar de las protestas, el Rebe y Eliahu lo arrastraron hasta el shtieble de Kuzhnitz. Con eso, Eliahu Kitov terminó su misión y regresó a su shtieble de Guer justo a tiempo para la oración de Kgavna, como lo había prometido el Rebe.
Unos días más tarde el Kuzhnitzer una vez más llegó al shtieble de Guer y preguntó por Eliahu Kitov. Esta vez no estaba solo, con él estaba el chico del teatro, vestido con el atuendo jasídico completo. El Rebe dijo que había hecho su trabajo y ahora dependía de los muchachos de la ieshivá continuar enseñándole y llevarlo al Jasidut Guer. El joven le rogó a Reb Ahraleh que no lo dejara, pero fue en vano. “Sé cómo convertir a un no judío en judío”, dijo el Rebe Ahraleh. Por mí en el shtieble de Kuzhnitz, somos buenos para sacar a los judíos de lugares donde actuaban como no judíos y traerlos de vuelta al judaísmo. ¿Pero convertir a un judío en un jasid? Eso es lo que saben hacer en Guer. Así que ahora que lo he convertido en judío, puedes continuar con el trabajo”.
El Rebe Pnei Menajem de Guer relató que cuando era niño, había visto a ese judío entre los jasidim que acudían a su padre, el Imrei Emet, y le parecía un ángel.
Primera Aclaración y Segunda Aclaración
La idea de alguien que sabe cómo convertir a un no judío en judío y otros que saben cómo convertir a un judío en jasid es un fundamento importante en el jasidut. Estas dos etapas se denominan Clarificación1 y Clarificación 2. Una clarificación es una rectificación. Hay gente que es buena para hacer la primera clarificación -traer a un judío de la calle- pero no saben hacer la segunda clarificación – elevar y refinar a la persona que trajeron. En cambio, hay gente que son talentosos en la segunda clarificación, pero no tan buenos en la primera clarificación. Es importante que todos conozcan su talento y que todos trabajen juntos.
Está escrito que todos los hijos de Iaacob, y particularmente Iehudá, fueron talentosos en la primera clarificación. Después de ellos, fue Iosef el Tzadik quien supo hacer la segunda clarificación. La redención depende de la conexión y la hermandad entre hermanos. Cuando todo se hace con amor y esfuerzo combinado, ello trae más alegría al mundo.
Imagen: Rabino Eliahu Kitov: מאת מקור, שימוש הוגן,