Meditación diaria de Rab Itzjak Ginsburgh
Vaikrá-ויקרא: Y Llamó a Moshé
“Y todas tus ofrendas de Minjá salarás con sal. Que en tus ofrendas de Minjá no falte la sal del pacto de tu Elokim. Con todas tus ofrendas debes ofrendar sal. [Vaikrá 2:13]
“וְכָל קָרְבַּן מִנְחָתְךָ בַּמֶּלַח תִּמְלָח וְלֹא תַשְׁבִּית מֶלַח בְּרִית אֱלֹהֶיךָ מֵעַל מִנְחָתֶךָ עַל כָּל קָרְבָּנְךָ תַּקְרִיב מֶלַח”.
“Vejol korbán minjateja bamelaj timlaj, velo tashbit melaj brit Elokeja meal minjateja al col korbaneja takriv melaj”.
Rabi Moshé ben Najmán, el Rambán, explica que en la sal existe una unión del agua y el fuego: la sal se extrae del agua, en especial del “iam hamelaj”, el mar de sal, conocido comúnmente como el mar muerto, pero la sal misma arde como el fuego. En ella se unen dos cualidades opuestas el jesed-bondad (agua) y el juicio (fuego).
También dentro del Pueblo de Israel hay muchos matices diferentes e incluso opuestos. No hay que anularlos sino encontrar esa sal que los conecta. Y por cierto, la expresión “brit melaj”, ברית מלח, “el pacto de la sal”, se cita también en los atributos del sacerdocio en la parashá Koraj [Éxodo 18:19]. Y también sobre el reinado de la Casa de David: [2 Crónicas 13:5]
“Porque Havaiá el Dios de Israel le dio el reinado eterno a David sobre Israel, a él y sus hijos hay un Pacto de Sal”.
“כִּי ה’ אֱלֹהֵי יִשְׂרָאֵל נָתַן מַמְלָכָה לְדָוִיד עַל יִשְׂרָאֵל לְעוֹלָם לוֹ וּלְבָנָיו בְּרִית מֶלַח”
“KI HAVAIÁ ELOKEI ISRAEL NATÁN MAMLAJÁ LEDAVID AL ISRAEL LEOLAM,LO ULBANAV BRIT MELAJJ”
El rey-melej-מלך es la sal-melaj-מלח que une al pueblo.
La ciencia nos enseña que la sal es Cloruro de Sodio, un compuesto de los elementos químicos Sodio y Cloro. El Sodio es la parte peligrosa de la sal, es sabido el daño que puede producir su consumo excesivo, por eso lo asociamos con el atributo de juicio, din. El Cloro es la parte buena de la sal, el atributo de Bondad.
El número atómico del es 11, del Cloro es 17, y así el número molecular del cloruro de sodio es 28. En solución acuosa el Sodio dona un electrón libre al compuesto, por eso se lo considera el elemento masculino, dador. El cloro por su lado acepta un electrón que le falta para completar sus orbitales, por lo tanto es el elemento femenino, receptor.
Y por cierto esos números están aludidos en nuestro verso. En las palabras del precepto fuerte y negativo: ולא תשבית מלח ברית אלהיך מעל מנחתך, “Que en tus ofrendas de Minjá no falte la sal del pacto de tu Elokim.”, hay exactamente 28 letras, en las tres primeras palabras hay 11 letras y en el resto hay 17 letras.
También en la orden al final על כל קרבנך תקריב מלח, “Con todas tus ofrendas debes ofrendar sal.”, nuevamente hay 17 letras. Y también, en nuestro versículo hay 17 palabras y en el anterior 11. [Vaikrá 2:12]
“Ofrenda de primicias podrán ofrendar a Havaiá, pero sobre el altar no elevarán como fragancia agradable”.
קָרְבַּן רֵאשִׁית תַּקְרִיבוּ אֹתָם לַה’ וְאֶל הַמִּזְבֵּחַ לֹא יַעֲלוּ לְרֵיחַ נִיחֹחַ
“Korván reshit takrivu LaHAvaiá veel hamizbeaj lo iaalú lereiaj nijoaj”.