EL LIBRO DE RUT Y LOS SECRETOS DETRÁS DE LA CREACIÓN DE LA HUMANIDAD

1. “HAGAMOS AL HOMBRE” – ¿A QUIÉN LE ESTABA HABLANDO DIOS?

Hoy vamos a meditar sobre una pregunta muy básica que presentan los sabios sobre la creación. Sabemos que Hashem creó el mundo en seis días y el pináculo de la creación es el hombre. Hay algo único y no tan claro en la terminología utilizada para describir la creación del hombre. La Torá escribe que el Todopoderoso dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, a nuestra semejanza”, naasé Adam betzalmenu kidmutenu (נַעֲשֶׂה אָדָם בְּצַלְמֵנוּ כִּדְמוּתֵנוּ). Exactamente lo que significan los dos términos, imagen y semejanza, eso por sí mismo es un tema importante. Pero, el primer problema que surge en el significado literal de este versículo que describe la creación del hombre es la primera palabra, “Hagamos”, naasé (נַעֲשֶׂה). Cada vez que Dios se dispuso a crear algo durante los seis días, la creación comenzó con las palabras: “Y Dios dijo”. Pero, aquí Dios aparentemente se está dirigiendo a alguien, como lo indica el plural “Hagamos”. ¿A quién se dirige y consulta Dios antes de crear al hombre? Y por supuesto, ¿por qué Dios necesitaría tener a alguien con quien consultar?

Cuatro posibilidades por las que Dios consultó

Los sabios[1] ofrecen una serie de posibilidades diferentes sobre a quién consultó Dios antes de crear al hombre. La primera posibilidad es que Dios se esté dirigiendo al resto de la creación. Lo que esto significa es que cada parte de la creación contribuyó de alguna manera a la creación del hombre, haciendo verdaderamente del ser humano un microcosmos de todo el Universo.[2] En nuestras conferencias sobre evolución, hemos analizado cómo esta interpretación particular arroja nueva luz sobre el proceso de extinción en la naturaleza.

La segunda sugerencia es que Dios tomó consejo en los días de la creación. Al principio, esto puede sonar similar a la primera interpretación pero en realidad es muy diferente. Según esta interpretación Dios está tomando consejo con el tiempo, de tal manera que la conciencia del ciclo de siete días quedó imbuida en el hombre. Esta es la razón por la que el domingo de cada semana experimentamos (ya sea consciente o inconscientemente) la creación de la luz y la cualidad emotiva del amor bondadoso, que corresponde al primer día. Asimismo, el lunes de cada semana podemos experimentar la división del agua en aguas supraiores e inferiores y la ubicación del firmamento entre ellas, así como la facultad emotiva de poder a la que corresponden; etcétera. En la primera interpretación, Él estaba tomando consejo en algo más parecido al “espacio”, todo lo que existe hasta ahora. Dios se vuelve hacia el primer día en que creó la luz y consulta con él, y así sucesivamente.

A medida que continuamos con la tercera interpretación, vemos que son progresivamente más profundas. La tercera es que Dios tomó consejo de Su propio corazón, belibó nimlaj (בְּלִבּוֹ נִמְלָךְ), como si dijera que Dios tiene un corazón y consulta consigo mismo. El punto de esta interpretación es que Dios contempló profundamente si crear al hombre a Su semejanza y a Su imagen era Su verdadero y profundo deseo.

La cuarta explicación de estas palabras es la más conocida. Afirma que Dios consultó las almas de los tzadikim, las almas justas de aquellos que vivirán hasta la generación del Mashíaj. En esencia, todos los judíos son justos, como dice el versículo: “Y tu pueblo es todo justo”, por lo tanto, lo que esto está diciendo es que Dios consultó con el alma-raíz de todo el pueblo judío. En el capítulo dos del Tania se explica que la fuente de todo niño está en el punto seminal de la mente supra-racional de su padre. El pueblo judío en su conjunto también son hijos del Todopoderoso y, por lo tanto, la raíz de su alma es la mente supra-racional de Dios. Así para Dios consultar con las almas de los justos es como consultar con la esencia de Su mente supra-racional.

2. CORRESPONDENCIA DE LAS POSIBILIDADES CON EL TETRAGRÁMATON

Para comprender mejor el significado de estas cuatro posibilidades en la comprensión de la declaración de Dios “Hagamos al hombre”, recurrimos a la meditación judía. Cada meditación comienza con un cierto texto de los sabios. En nuestro caso, tenemos un texto en cuatro partes, que describe cuatro formas diferentes de entender este versículo. La meditación comienza por encontrar un modelo arquetípico que tenga el mismo número de partes o elementos. Obviamente, en este caso, debemos usar las cuatro letras del Nombre esencial de Dios, Havaiá, y establecer una correspondencia con cada una de las cuatro interpretaciones. El enfoque más simple (que muchas veces resulta ser el más adecuado para tales textos de los sabios) es hacer corresponder los cuatro elementos con las cuatro letras de Havaiá en orden. En este caso, el orden, como veremos, es de último a primero.

Toda la creación corresponde a la hei final

La primera interpretación, que Dios tomó consejo con todo el Universo, corresponde con la letra final de Havaiá, la hei. La hei se corresponde con la sefirá de reinado. Reinado alude al “espacio”, así como el reino de cada rey terrenal se extiende sobre un área particular del mundo – cada reino terrenal tiene fronteras.

Con cada día corresponde a la vav

Un paso más arriba, los seis días de la creación – el proceso, no solo el resultado final de la creación – corresponden obviamente con la letra vav (cuyo valor es seis), la penúltima letra de Havaiá. Una vez más, la relación entre las dos letras finales, vav y hei, se describe muy a menudo como la relación entre el tiempo y el espacio. La vav es una letra masculina que representa el tiempo y el proceso, mientras que la hei es una letra femenina relacionada con el reino. Las dos letras hei y vav forman un par masculino-femenino, así como el tiempo y el espacio van juntos como dimensiones de la realidad que todos habitamos. En Cabalá, el tiempo masculino es visto como penetrando el espacio femenino.

Con Su corazón corresponde a la primera hei

En el siguiente nivel, Dios toma consejo con Su corazón. Sobre el corazón se dice en la introducción al Tikunei Zohar que “el entendimiento está en el corazón, y con él, el corazón comprende”. La sefirá de entendimiento corresponde a la primera hei.

Hay un punto general que necesitamos hacer aquí. Las dos letras finales de Havaiá corresponden a las “dimensiones reveladas” de la creación. Las dos letras supraiores de Havaiá corresponden a las dimensiones ocultas. La primera de ellas es el corazón y así aprendemos que el “corazón” de Dios, por así decirlo, está por encima de la creación.

Con las almas de los justos corresponde a la iud

Como explicamos anteriormente, el origen de todo hijo está en la esencia más íntima de la mente de su padre. La mente del padre alude específicamente a la sefirá de sabiduría, el principio padre, que se corresponde con la primera letra de Havaiá, la iud. De hecho, el Pataj Eliahu también afirma que la sabiduría es la mente, jojmá mojá (חכמה מוחא). Estas dos letras son las dimensiones ocultas. Luego, las dos letras finales, como se señaló, son las dimensiones reveladas de la realidad, el tiempo y el espacio.

Esta es la primera parte de nuestra meditación.

3. EL LIBRO DE LAS CRÓNICAS COMO ALEGORÍA

Ahora conectemos todo lo que hemos visto hasta ahora con otra fuente muy profunda en la Biblia. Esta fuente no aparece en Génesis sino en el último libro de la totalidad de la Biblia, en Crónicas. Crónicas comienza con la genealogía de la humanidad y continúa con la del pueblo judío. Muchos de los nombres registrados en Crónicas son familiares de libros anteriores de la Biblia, pero hay muchos versículos en los que encontramos nombres nuevos con los que no estamos familiarizados. Por eso dicen los sabios que todo el Libro de Crónicas debe entenderse como una metáfora o alegoría.[3] Por lo tanto, aunque Crónicas repite las historias ya relatadas en la Biblia estas historias se vuelven a contar a menudo con una diferencia en los nombres. Solo un verdadero sabio que tenga Ruaj Hakodesh (רוח הקודש) puede decirnos el significado de los diferentes nombres y lugares mencionados.

Ahora, en Crónicas 1 capítulo 4 encontramos una lista de los descendientes de Iehudá, el hijo de Iaacov. En esta lista hay dos versículos específicos que se puede decir que piden ser interpretados alegóricamente, porque su significado literal resulta sumamente misterioso. Dicen asi:

y Iokim y los hombres de Coziba y Yoash, y Saraf, que se casaron con Moab y Yashuvi Lehem; estos registros son antiguos. Estos fueron los primeros que habitaron en Netaim y Guedera; habitaron allí con el rey en su obra.

El segundo verso comienza con las palabras, “Ellos son los formadores”, hema haiotzrim (הֵמָּה הַיּוֹצְרִים). Sabemos que en hebreo se usan tres verbos para indicar creación: creación, briá (בְּרִיאָה), formación, ietzirá (יְצִירָה) y acción, asiá (עֲשִׂיָּה). La palabra “formadores” alude así a la creación como formación, que es el verbo usado en el segundo relato de la creación del hombre. En el primer relato de la creación dice que Dios creó al hombre, pero en el segundo relato dice que “Dios lo formó del polvo de la tierra”. Primero Dios formó el cuerpo del hombre de la tierra y luego le insufló un alma. ¿Quiénes son entonces estos formadores?

Observando el segundo versículo, las palabras “que habitaban en Netaim y Guederá”, implica que los formadores vivían en lugares conocidos por sus árboles frutales y setos. Las palabras finales, “habitaban allí con el rey en su obra”. ¿A qué obra se refiere? La obra de la creación, y la alusión aquí es que estos formadores se asentaron junto con el rey. Sentarse también significa venir a meditar sobre algo hasta llegar a una conclusión determinada, leiasheb dabar (לְיַשֵּׁב דָּבָר). Entonces, este segundo versículo describe a alguien o algo que estaba junto con Dios cuando Él creó. En cuanto a quiénes eran estos con el Rey, es decir, con Dios, los sabios ofrecen una serie de posibilidades, entre ellas la cuarta explicación que vimos antes con respecto a la creación del hombre, que estos eran las almas de los justos. Se sentaron allí y ayudaron a tomar la decisión final de qué hacer y cómo crear al hombre. Estas almas son también las formadoras, o las creadoras.

En hebreo, “los formadores” también se puede traducir como alfareros. De hecho, el hombre fue creado como la cerámica, del polvo de la tierra. Primero Dios regó la tierra y la humedeció y del barro creó al hombre. Entonces podemos leer los significados literales como “ellos eran los alfareros”. También eran sembradores y seteros. Según la interpretación de que estos eran los tzadikim, las almas justas, este versículo también describe la presencia de las almas de los justos en el Jardín del Edén antes de la creación. Los setos mencionados en el versículo también están relacionados con los setos que se usan para mantener el ganado y los rebaños en un recinto. De hecho, la raíz de “seto”, gader (גָּדֵר) aparece 5 veces en el Pentateuco, 2 veces como un seto que marca un camino y 3 veces como un seto que encierra rebaños. Y así, estos alfareros están involucrados en trabajar con arcilla, con plantas y con ganado; estas tres interpretaciones corresponden a los niveles inanimado, vegetal y animal de la creación, como lo explica el Malbim sobre el verso.

Es importante tener en cuenta que los setos definen los límites. ¿Cuál es el origen de todas las fronteras reales y de los límites reales? La Torá.[4] Entonces, según otra interpretación de los sabios, estos setos se refieren a los límites de la Torá, los límites creados por el Sanhedrín, los límites entre el bien y el mal, que están definidos por la halajá.

Así que ahora tenemos dos fuentes separadas para que los tzadikim hayan estado involucrados con la creación del hombre. El primero es el midrash sobre el verso de la Torá (Génesis) y el otro del midrash sobre este verso en Crónicas y ciertamente se complementan entre sí.

4. LOS PROTAGONISTAS DE RUT EN CRÓNICAS

Ahora, si abrimos el Talmud[5] y el Midrash[6] para ver cómo los sabios explican estos versículos en Crónicas, encontramos que, sorprendentemente, explican que no solo se refieren a las almas de los tzadikim, sino a un alma muy particular, que en cierto sentido es el alma más general de la humanidad en lo que se refiere a nuestra creación. Esta es el alma que se sentó con el Rey (con Dios) cuando estaba ocupado en Su obra – la obra de crear al hombre. Esta alma en realidad no es un él, es una ella: es Rut. Rut no es solo un alma arquetípica de un individuo justo, también es una conversa justa. De ella vino el linaje del Rey David y el Mashíaj. El mundo entero fue creado para llevarnos a todos a la era mesiánica, un período de bondad, paz y luz. El alma que es la fuente, aquella en quien Dios toma consejo, es Rut según los sabios. Ella es la que estaba sentada con Dios antes de la creación, y Dios consultó con ella. Una hermosa alusión matemática a esto es que las dos frases que describen que Dios buscó el consejo del alma de Rut son “Hagamos al hombre” (נַעֲשֶׂה אָדָם) y “con el rey” (עִם הַמֶּלֶךְ) y el valor de estas dos frases juntas es exactamente la de la denominación de Rut tal como la usan los sabios,[7] ¡“Rut la moabita” (רוּת הַמּוֹאָבִיָּה)!

Los seis protagonistas de Rut

En realidad, en los versos tal como aparecen en el capítulo 4 de Crónicas, se alude a todos los protagonistas del Rollo de Rut. Una vez más, los nombres son tales que nunca adivinaríamos su conexión con el rollo de Rut. Hay seis personajes. Todos son parte de la familia de Elimelej, un gran sabio de la generación que tuvo el poder espiritual para orar por el pueblo judío y aliviar el sufrimiento de la hambruna. Pero Elimelej, junto con su familia – su esposa Naomí y sus dos hijos, Majalón y Kilión – optaron por huir de Judea y mudarse a los campos de Moab. Primero murió Elimelej y luego sus dos hijos terminaron casándose con mujeres no judías. Cuando ellos también mueren, su madre, Naomi, se entera de que la hambruna ha terminado y se dispone a regresar a su ciudad natal de Betlejem. La acompañan sus dos nueras. Ella trata de disuadirlos de ir con ella, diciéndoles que no tendrán futuro allí. La nuera llamada Orpa regresa, pero la otra, Rut, se aferra fuertemente a Naomí y dice que nada las separará jamás. La historia continúa y conocen al potencial redentor de su familia, Boaz, quien finalmente se casa con Rut y luego da a luz a un hijo, Oved, el padre de Isaí (ישי), quien es el padre del rey David.

Entonces, en esta historia, los seis protagonistas son los cuatro miembros iniciales de la familia – Elimelej, Naomí, Majalón y Kilión – y Boaz y Rut. Como veremos ahora, estos seis personajes son aquellos a quienes, según los sabios, se alude en los versículos de Crónicas. Una vez más, estos versículos culminan con la descripción de ciertas almas que se sentaron con Dios en consejo sobre cómo crear el mundo y cómo crear al hombre.

A partir del primer verso, el texto comienza, Y Iokim, y los hombres de Cozeba y Io’ash, y Saraf. un hombre llamado Iokim y la gente de Cozeba, y dos individuos llamados Ioash y Saraf. Como se señaló anteriormente, estos nombres y lugares no se mencionan en ninguna otra parte de la Biblia. El texto continúa, que se casó en Moab, asher baalu lemoab (אֲשֶׁר בָּעֲלוּ לְמוֹאָב). estas dos personas se casaron con Moab. Esto ya es una pista clara de Majalon y Kilion, los dos hijos de Elimelej y Naomí, quienes se casaron con mujeres no judías en Moab. Luego tenemos otro nombre, Iashuvi Lejem, que literalmente suena como si significara “aquel o aquella que volvió al pan”. Claramente, en el contexto de Rut esto suena como una alusión a Naomí que regresó a Betlejem (“la casa del pan”).

Una historia que precede a la creación

El final del verso es quizás la parte más peculiar, estos registros son antiguos. No hay otra aparición de una frase similar en la Biblia. En los textos cabalísticos, cuando el autor quiere tratar algún secreto muy profundo, generalmente se usa la palabra “anciano”, atik (עַתִּיק). Una de las connotaciones de Dios en la Cabalá es “el anciano de los días”, Atik iomin (עַתִּיק יוֹמִין). De hecho, esta es la denominación más elevada para el Todopoderoso usada en Cabalá.

Ahora, los sabios explican que estas palabras vienen a decir que este peculiar final del verso significa que fue el Anciano de los Días quien pronunció estos versos. El Anciano de los Días es la denominación que se refiere a que Dios planeó la creación antes de que Él realmente la llevara a cabo. Por lo tanto, estos versículos se refieren al propósito final de Dios detrás de la creación. Revelan las razones más profundas detrás de la creación. Podemos concluir que la historia que cuentan estos dos versículos en realidad está volviendo a algo que ocurrió en la luz infinita de Dios, incluso antes de la primera contracción de esa luz descrita por el Arizal. Entonces, por un lado, la historia que se cuenta misteriosamente en estos versículos es la historia de Rut, pero es toda una alegoría de las razones más profundas detrás de la creación y la creación de la humanidad.

IokimElimelej

Así que en el primer verso tenemos cuatro figuras; son los formadores o “alfareros”. El primero Iokim es Elimelej. Este nombre, dicen los sabios proviene de la palabra que significa “propiedad” o “posesiones”. También significa “levantarse”. Fue Elimelej quien se levantó y se llevó todas sus propiedades a Moab cuando llegó la hambruna.

La gente de Cozeba – Majlon y Kilion

Los siguientes dos hombres son de un lugar llamado Cozeba. Cozeba es similar a la palabra que significa “engañar” o “mentir”. De una manera ligeramente diferente, también significa “decepcionar”, leajzeb (לְאַכְזֵב). Los sabios dicen que esto se refiere a los dos hijos de Elimelej, incluso antes de que se mencionen por su nombre. Se decepcionaron porque renunciaron a que Dios redimiera a su pueblo y los salvara del hambre. Vemos su desesperación, su falta de esperanza, insinuadas en sus nombres. El primer hijo, Majalon, se llama aquí Io’ash, que proviene de la palabra “desesperación”, ieush (יֵאוּשׁ). El segundo nombre, Saraf, significa ser quemado, y este nombre literalmente nos recuerda al segundo hermano, Kilaion, cuyo nombre significa literalmente ser terminado o quemado. Ahora bien, aunque podríamos pensar que existe una correspondencia uno a uno entre los dos hermanos y sus nombres en Crónicas, los sabios explican que en realidad se hace referencia a ambos en cada uno de los nombres de Crónicas. ¿Por qué? Porque ambos hermanos experimentaron ambos estados (como en el entrelazamiento cuántico). Ambos hermanos estaban desesperados (de una posible salvación para el pueblo de Judea) y ambos estaban quemados. Se consumieron a si mismos casándose entre sí, abandonando al pueblo judío por completo. Los sabios agregan que, al dejar la tierra de Israel, merecían ser quemados.

Sin embargo, estas son dos almas muy elevadas. Cuando Rut más tarde se casó con Boaz y tuvieron un hijo, Oved, según la Cabalá, todo el linaje que surgió de este matrimonio fue una rectificación para estas dos almas muy elevadas. Esta es una lección de que incluso las almas elevadas pueden pecar y merecen ser quemadas. De hecho, el pecado mismo es para un alma elevada como el castigo de ser quemado.

Iashuvi LejemNaomí

El siguiente nombre que encontramos es Iashuvi Lejem, que como dijimos se refiere a Naomí que regresa a Betlejem. En la clase del mes pasado, vimos que Naomí representa el principio cabalístico de madre en esta familia. El principio madre es la primera hei de Havaiá y la ubicación de la teshuvá, del arrepentimiento en el Nombre de Dios. Volver es tanto volver a la tierra de Israel como volver a Dios. La que regresa aquí es Naomi. Ella se convierte en la fuente y la causa de que Boaz se case con Rut y dé a luz a Oved, Isaí y David.

Los formadores – Boaz y Rut

Todo el segundo versículo, que dice: Estos fueron los formadores que habitaron en Netaim y Gedera; habitaron allí con el rey en su trabajo es acerca de Boaz y Rut. con énfasis en Boaz. La primera mitad habla de los formadores (o alfareros) y la segunda de los que moraban allí con el rey, es decir, con Dios. Aunque ambas mitades del versículo están en plural, los sabios no dicen que la primera mitad se refiere específicamente a Boaz y la segunda mitad más específicamente a Rut. Nuevamente hay cierto enredo entre ellos. Pero, es la imagen y semejanza de Rut lo que entra en la formación del hombre.[8]

5. LA MISIÓN DE NUESTRA GENERACIÓN – LLEVAR A LOS CONVERSOS A DIOS

El mundo y la humanidad fueron creados para los conversos.

¿Qué aprendemos de todo lo que hemos visto? El mensaje es muy claro: el mundo no solo fue creado a partir de las almas del pueblo judío, sino para las almas de los justos conversos de las naciones del mundo. Cuando un judío no recibe una educación judía adecuada, debemos hacer todo lo posible para ayudarle a acercarse a Dios. Esto es tanto más cierto cuando se trata de un no judío que está tan alejado de la verdad de la unidad de Dios. Él o ella también tiene que encontrar su camino hacia la Torá y hacia Dios. Muchos sabios nos enseñaron que la redención no puede llegar hasta que todas las almas de los conversos potenciales encuentren su camino hacia el judaísmo y la Torá. De hecho, el mismo Mashíaj solo puede provenir de un converso justo. El mayor fenómeno que hizo que valiera la pena crear el mundo es el alma de un no judío que se convierte al judaísmo y encuentra su camino de regreso a Dios. Por esta razón, el Rambam escribe que el Todopoderoso ama a los justos conversos aún más que a las almas del pueblo judío. Por lo tanto, se nos ordena amar al converso dos veces: una como converso y otra como judío. El alma arquetípica de todos los conversos es Rut y el Mashíaj tiene que venir específicamente de ella.

Los no judíos casados con judíos son conversos potenciales

Ahora, hay otro punto que aprendemos de la historia de Rut. Eran dos cuñadas, como dijimos antes. Naomí disuadió a Orfa de unirse al pueblo judío. Aunque Naomí la disuadió, todos sus caminos fueron placenteros y la besó y lloró cuando la despidió. ¿Cómo puede esto enseñarnos una lección sobre el mundo moderno?

Podría ser que de todas las mujeres no judías casadas con hombres judíos, una de cada dos sea una potencial conversa justa. Los sabios están diciendo que estas dos grandes almas que se casaron entre sí, de ahí debería venir el Mashíaj, esa es la más antigua de todas las historias de la Biblia. Es sólo en la raíz de la mente de Dios que tal cosa puede ser.

Hoy, también, uno de cada dos no judíos casados entre sí puede convertirse. El cincuenta por ciento de las mujeres no judías casadas con hombres judíos son, por lo tanto, conversas potenciales según el Rollo de Rut.

Alentando a los conversos

En generaciones anteriores era muy difícil para nosotros promover o alentar a los conversos potenciales a convertirse. Pero, en nuestra generación, el mensaje es que debemos despertar tantas Rut como podamos. En su mérito, de ellos, vendrá el Mashíaj. Para saber a quién disuadir y a quién acercar a la Torá, tenemos que aprender de Naomí, que todas nuestras palabras deben ser agradables.

Una guematría final

Los sabios nos enseñan que es importante hacer guematriot, análisis numéricos de lo que hemos aprendido. Agregando el valor de los seis nombres que vimos, los seis protagonistas: Elimelej, Naomí, Majlon, Kilion, Boaz y Rut (אֱלִימֶלֶךְ נָעֳמִי מַחְלוֹן כִּלְיוֹן רוּת בֹּעַז) a los nombres que aluden a ellos en Crónicas – Iokim, Yashuvi Lejem, Ioash, Saraf, ellos son los formadores, y habitaron allí con el rey en su obra (יוֹקִים יוֹאָשׁ שָׂרָף יָשֻׁבִי לֶחֶם הֵמָּה הַיּוֹצְרִים עִם הַמֶּלֶךְ בִּמְלַאכְתּוֹ יָשְׁבוּ שָׁם) – obtenemos 4 veces 1118, donde 1118 es el mínimo común denominador de los dos Nombres más importantes de Dios, Havaiá y Elokim (26 y 86). 1118 es de hecho el valor del Shemá (שְׁמַע יִשְׂרָאֵל הוי’ אֱ־לֹהֵינוּ הוי’ אֶחָד), el verso que une estos dos Nombres, diciendo que son uno. En realidad, decimos el Shemá cuatro veces al día (dos veces por la mañana y dos por la noche), también correspondientes a las cuatro letras de Havaiá.

Lo que esto está diciendo es que la unidad de Dios tiene que ser reconocida por todas las almas de todos los justos conversos de las naciones del mundo. Este es de hecho el significado literal del Shemá, como explica Rashi. En nuestra realidad actual, es solo el pueblo judío el que reconoce completamente la unidad absoluta de Dios, pero en el futuro, Dios será reconocido como uno por todas las naciones del mundo, comenzando por supuesto con los justos conversos de todas las naciones.

Imagen por Jeff Jacobs de Pixabay


[1] Bereshit Rabá 8:3-7
[2] Tanjumá Pekudei 3
[3] Rut Rabá 2:1
[4] De hecho, el valor de “seto”, gader (גָּדֵר) es 207, el mismo que “el infinito”, ein sof (אֵין סוֹף). Existencia infinita (sin límites) y tener límites parecen contradictorios. Pero la Torá es de hecho “luz”, or (אוֹר), cuyo valor también es 207, y por lo tanto contiene tanto la esencia infinita de Dios como los límites de Su voluntad, en forma de mitzvot, los preceptos.
Además, el verso que los sabios traen del midrash para mostrar la conexión entre aquellos que moran entre los árboles, los plantadores como arriba, es “Y Dios plantó…” (וַיִּטַּע הוי’ אֱ־לֹהִים). Pero, el valor de estas tres palabras es una vez más 207. El valor de la frase completa, “Y Dios plantó un jardín al este del Edén” (וַיִּטַּע הוי’ אֱ־לֹהִים גַּן בְּעֵדֶן מִקֶּדֶם) es 570, o 6 veces el valor de la primera palabra, “y… plantó” (וַיִּטַּע), lo que significa que la primera palabra es el valor promedio de cada una de las seis palabras en la frase completa.
[5] Bava Batra 91b
[6] Bereshit Rabá 8:7
[7] Véase Shabat 113b, Ievamot 63a y otros lugares.
[8] De hecho, cuando sumamos el valor de Rut (רוּת) al valor de las palabras, “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza” (נַעֲשֶׂה אָדָם בְּצַלְמֵנוּ כִּדְמוּתֵנוּּ), la suma llega a 1820, el muy especial número del Pentateuco, ya que es el número de ocasiones en que el Nombre esencial de Dios, Havaiá, aparece en él. ¡También es el producto de “secreto”, sod (סוֹד) y Havaiá (הוי)!

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