14 Shevat 5782

Es costumbre contar una historia jasídica sobre el Baal Shem Tov todos los Motzaei Shabat, la salida del Shabat por la noche en una comida de Melavé Malká, acompañar a la novia (el Shabat).

Una segulá para un buen sustento, para tener hijos y tener satisfacciones de ellos, para una vida buena y larga y para salud

Los judios ricos de Mezhibuz

Una vez que Baal Shem Tov entró junto con su único hijo, rabi Zvi, quien todavía era un niño, a la casa de uno de los judíos ricos en Mezhibuz.

Allí vieron gran lujo, objetos de plata y oro y también muebles hermosos y elegantes. El pequeño Tzvi sintió celos ante la riqueza que se revelaba a sus ojos.

Cuando se fueron, el Baal Shem Tov le dijo a su hijo:

Sentí que sentías envidia del judío rico y su hogar. En la casa de tu papá hay artículos del hogar completamente simples. Mientras que objetos de plata y oro no ves para nada. Créeme hijo mío, que si tu padre tuviera dinero para comprar objetos de plata y oro, no los compraría. En cambio, repartiría la riqueza a los pobres y en su mano no dejaría nada.

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