Cuando era joven, Simjá Bunim era el director financiero de la rica familia Bergson. Viajó por todo el mundo por negocios y aprendió muchos idiomas. Incluso después de convertirse en Rebe, Simjá Bunim viajaría de incógnito a Alemania para acercar a Dios a los judíos que vivían allí.
Una vez viajó a Alemania para acercarse a un judío en particular. Lo vio entrar a un lugar que estaba totalmente prohibido para los judíos temerosos de Dios. Rebe Simja Bunim no tuvo problemas para entrar a bares y tabernas, donde él jugaba al ajedrez y las cartas con los demás clientes y, al hacerlo, eventualmente los acercaba a Dios. Pero aquel era un lugar en el que estaba absolutamente prohibido entrar. El tzadik se quedó afuera y comenzó a cantar una melodía jasídica. Cantó y cantó, hasta que el judío salió y Rebe Simja Bunim logró traerlo de regreso a Dios.