LIMPIO Y FRESCO
Rabi Iaacov Friedman de Husiatin nació en 5639 (1879) siendo hijo de Rabi Itzjak Friedman de Bohush. En 5655 (1895) se casó con Jaia Sará Rajel, la hija de Rabi Israel Friedman de Husiatin y vivió en la casa de su suegro. Desde el momento de su matrimonio hasta que falleció su suegro (54 años después), vivió y trabajó junto a él.
Rabi Iaacov fue único en su apoyo al sionismo. Al final de la Primera Guerra Mundial, fundó (junto con Rabi Jaim Meir Iejiel Shapira de Drohovitz y Rabi Shlomo Jaim Friedman de Sadigora) el sindicato jasídico-sionista, llamado “Compañía del Asentamiento de la Tierra de Israel”. (Este sindicato se unió al sindicato Mizraji en 1918). En la Segunda Guerra Mundial, Rabi Iaacov expresó su actitud positiva hacia el voluntariado en el ejército británico. Cada año, en el aniversario del establecimiento del Estado de Israel, celebraba un farbrenguen jasídico.
En el mes de Tevet 5697 (1937), Rabí Iaacov hizo aliá a Israel con su familia y su suegro. Se establecieron en Tel Aviv y construyeron allí una sala de estudio. Después de su aliá a Israel, Rabi Iaacov dejó su función pública y dedicó su tiempo al estudio de la Torá. Cuando su suegro falleció en Januca 5709 (1949), lo sucedió.
Era famoso por arreglárselas con muy poco, a diferencia de los otros Rebe de la dinastía Ruzhin, que eran conocidos por su estilo de vida acomodado. Era un gran experto en fuentes de la Torá y muchos consultaban con él sobre asuntos de Torá. Rabi Iaacov falleció el 18 de Jeshván de 5717 (1957) y fue enterrado en el antiguo cementerio de Tibería, cerca de su suegro. En su testamento, no nombró a su sucesor y los jasidim acudirían a su viuda en busca de bendiciones. Fue sólo después de su muerte que su hijo, Rabi Itzjak, sucedió a su padre como Rebe.
Como descendiente de la dinastía jasídica Ruzhin, Rebe Iaacov caminaba de manera erguida, firme y mesurada. Su cabeza, sin embargo, no se mantenía erguida. Sus ojos estaban dirigidos hacia abajo y su corazón hacia arriba. Su barba estaba meticulosamente peinada y cada cabello estaba en su lugar. Sus prendas eran elegantes, planchadas, limpias y siempre impecables.
Luego de su fallecimiento, su familia relató que las prendas blancas que vestía sobre su puro cuerpo siempre estaban limpias, incluso después de que se las quitaba para cambiarlas. Era imposible discernir si siquiera si las había usado. Incluso en los calurosos y húmedos días de verano en Tel Aviv, su ropa permanecía fresca, limpia y blanca como si acabara de ponérsela.
La asombrosa limpieza de Rabi Iaacov es más que simplemente maravillosa. Rebe Najman de Breslov explica que la limpieza de la ropa alude a la rectificación del pacto (pureza sexual). Un cuerpo puro se reflejará en la vestimenta impecable de esa persona. Este aspecto de la rectificación del pacto tiene una conexión especial con la dinastía real Ruzhin. Su fundador, Rebe Israel de Ruzhin, era conocido por ser meticuloso en cuanto a la limpieza de sus prendas, y sus descendientes siguieron su ejemplo. Como escribe Rebe Najman, las letras finales de las palabras del versículo “En todo momento vuestras vestimentas deben ser blancas [es decir, limpias]”[1], bejol et iehi begadeija lebanim (בְּכָל עֵת יִהְיוּ בְגָדֶיךָ לְבָנִים), deletrean la palabra “reino”, maljut (מלכות). Rebe Najman también asocia este verso con la pureza sexual.
El valor numérico de “reino” también equivale a 2 veces el valor de “Abraham” (אַבְרָהָם), así como a las palabras dichas por Abraham, “Y yo soy polvo y ceniza”[2], veanoji afar vaefer (וְאָנֹכִי עָפָר וָאֵפֶר). Estas palabras expresan el sentimiento de Abraham de su propia humildad. El hecho de que equivalgan a 2 veces el valor de “Abraham” alude a su doble papel como padre del pueblo judío y como “padre de una multitud de naciones”.[3] La capacidad de asumir estos dos roles está asociada con el amoroso reino del Mashíaj: Incluirá a todos los pueblos de la tierra, preservando al mismo tiempo el papel único del Pueblo Judío. Las vestimentas aluden a algo más que un gobierno y un reinado externos. También son una expresión de adhesión interna al Creador: una prenda que siempre permanece fresca y limpia expresa la constante renovación y refrescamiento del propio servicio a Dios, que era el sello distintivo del tzadik de Husiatin. Además, la prenda que rodea el cuerpo alude al nivel circundante cercano del alma, el viviente, el jaia (חיה). Esta es la parte del alma que descansa sobre la conciencia dentro de nosotros, tocando y no tocando nuestra conciencia y asociado con nuestra voluntad. La voluntad que nos motiva es la unión entre nuestra conciencia y lo que se encuentra más allá de ella. Una voluntad completamente rectificada, que anhela y se adhiere únicamente a Dios, es el secreto de la Tierra de Israel, que es tan querida por los Rebes de Ruzhin
[1] Eclesiastés 9:8
[2] Génesis 18:27
[3] Génesis 17:5