JASIDUT PARA NIÑOS
“PAKOD IFKOD” – EL CÓDIGO DE LA REDENCIÓN
Antes de su muerte, Iosef reúne a sus hermanos y les hace jurar que llevarán sus restos desde Egipto para enterrarlos en la Tierra de Israel. Junto con este juramento, Iosef les entrega la clave de la redención, una frase en la que insiste dos veces: “Pakod Ifkod” (“Dios ciertamente los recordará”).
Yosef profetiza que llegará un tiempo en el que sus descendientes estarán hundidos en el sufrimiento del exilio hasta el cuello. Les pide que transmitan de generación en generación este código secreto, asegurándose de que pase de padre a hijo. Cuando llegue el redentor y pronuncie este código, deben saber que ha llegado el momento: “Pakod Ifkod”.
El cumplimiento de la profecía
Y efectivamente, unos doscientos años después, cuando el pueblo de Israel se encuentra en la profundidad del exilio, clamando desde el sufrimiento en Egipto, aparece Moshé Rabenu con el mensaje de redención:
“Pakod Pakadti etjem ve’et haasui lachem beMitzraim” (Shemot 3:16) He recordado ciertamente lo que se les ha hecho en Egipto”).
El pueblo de Israel escucha estas palabras y de inmediato se enciende de fe: “El pueblo creyó.”
¡SÍ COMANDANTE!
Una vez al año, la clase se convierte en un hervidero. Esto ocurre un poco después de las festividades, cuando el maestro ya conoce bien a los alumnos y la carga inicial del año ha quedado atrás: es el momento de las elecciones para el consejo de la clase.
¿Saben cómo se ve este período de elecciones? Como un mercado. Cada candidato intenta convencernos de que es el más adecuado para el cargo, para que votemos por él, y solo por él.
“Yo,” declara, por ejemplo, Moti, “cumplo lo que prometo, por lo tanto, pueden confiar en mí. No soy de los que olvidan sus promesas al día siguiente.”
¿Hay relación entre la memoria que declara Moti y el cargo que busca asumir?
Al parecer, sí. Un cargo suele estar relacionado con responsabilidades (pkudá), y quien es elegido y asume la responsabilidad de las actividades de la clase comienza, como un comandante, a asignar tareas a los demás.
Sin embargo, un verdadero comandante es aquel que demuestra un genuino compromiso con la causa que se le ha encomendado. No solo recuerda los planes en su mente, sino que también se dedica activamente a hacerlos realidad, asegurándose de que todos disfruten de los resultados.
Para él, el cargo termina solo cuando los objetivos se han concretado.
Este es el contraste entre recordar (zikarón) y actuar con responsabilidad (pkidá).
¿Qué más está relacionado con pkidá (responsabilidad)?
Por supuesto, la sefirá (conteo). El recuento de las almas de Israel en la Torá se denomina mifkad (censo), el cual realiza el líder, el comandante del pueblo.
Un verdadero comandante toma su papel con seriedad, cuidando cada detalle. Por ello, debe conocer con precisión la cantidad de personas bajo su mando y cuántos soldados están a su disposición.
EL GRAN COMANDANTE
Cuando Hashem, bendito sea, viene a recordar y redimirnos, lo hace con total fuerza y completa seriedad. En la promesa de Yosef, asegura que llegará el día en que Hashem “recordará” (Ifkod), expresado en tiempo futuro.
Cuando Hashem ordena a Moshé anunciar al pueblo de Israel la buena noticia de la redención, dice: “Pakadti” (“He recordado”), usando tiempo pasado. Esto implica: “Ya estoy aquí, listo para actuar.”
Lo que resulta menos evidente es el uso del doble lenguaje en ambos casos. Tanto en la promesa de Yosef para el futuro como en la llegada efectiva de Moshé, se repite la expresión “Pakod” – “Pakod Ifkod” (“Ciertamente recordará”) y “Pakod Pakadti” (“Ciertamente he recordado”).
Este énfasis subraya la certeza y la continuidad de la redención, conectando pasado, presente y futuro en una promesa divina irrevocable.
MÁS ALLÁ DEL TIEMPO
¿Extrañas las lecciones de gramática? Aquí tienes un breve segmento:
- Cuando quiero describir una acción de “recordar” פְּקִידָה , que realicé en el pasado, digo: ‘פָּקַדְתִּי’,“Pakadti” (“Recordé”).
- Si estoy describiendo algo que estoy haciendo ahora mismo, digo: ‘פֹּקֵד’,“Poked” (“Recuerdo”).
- Si hablo de planes futuros para recordar, digo: ‘אֶפְקֹד’, “Efkod” (“Recordaré”).
- Si doy una orden a alguien para que actúe de cierta manera, diré: ‘פָּקֹד’“Pakod” (“Recuerda”).
¿Cuándo se utiliza la palabra “Pakod“?
Esta forma es única en el hebreo bíblico. No pertenece a un tiempo específico – pasado, presente o futuro – sino que describe una acción desde una perspectiva que trasciende el tiempo.
Es una expresión atemporal que encapsula la esencia de una acción incluso antes de que alguien la lleve a cabo.
Una Forma Única en el Hebreo Bíblico
Esta es una forma única en la lengua sagrada (Lashón HaKódesh). No pertenece a un tiempo específico – pasado, presente o futuro – sino que describe una acción que trasciende el tiempo. Representa algo que ocurre más allá del tiempo, incluso antes de que alguien lo lleve a cabo.
Cuando Hashem dice la expresión “Pakod Pakadti” (“He recordado ciertamente”), está diciendo que, incluso antes de intervenir activamente para salvar al pueblo de Israel y redimirlos de sus sufrimientos, ya se está llevando a cabo un acto de redención.
En este sentido, Hashem no solo redime al pueblo de Israel; también se redime a sí mismo. Al liberarlos, Él también se libera, demostrando que la redención es un acto que abarca tanto al redimido como al redentor.
“CON ÉL ESTOY EN SU SUFRIMIENTO”
Se cuenta sobre el Baal Shem Tov que, un viernes, cercano a Shabat, llamó a sus discípulos más cercanos y les ordenó: “¡Salimos de viaje!”
¿Hacia dónde? Nadie preguntó, porque los discípulos del Baal Shem Tov estaban acostumbrados a estas decisiones repentinas. Rápidamente, cada uno empacó una pequeña bolsa, se subieron al carruaje y, de manera casi milagrosa, llegaron a una aldea remota.
El semblante serio del tzadik lo decía todo: una dura sentencia pendía sobre el lugar. Durante todo el Shabat, el Baal Shem Tov habló poco, dedicándose principalmente a la oración y a súplicas intensas ante Hashem.
Un poco antes de que terminara el Shabat, en el momento elevado conocido como “Ratzón de Ratzónot”, sus ojos se iluminaron de repente y su rostro se llenó de alegría. Los discípulos entendieron: ¡la sentencia había sido anulada!
“Después de Havdalá”
Solo después de Havdalá, los discípulos se atrevieron a preguntar al tzadik:
“Rebe, ¿cuál fue el significado de este Shabat? ¿Qué ocurrió al final?”
El tzadik respondió:
“Sepan que los enemigos de Israel habían planeado un gran pogromo en esta aldea donde nos encontramos. Durante todo el Shabat, recé e hice todo lo posible para anular el decreto. Solo hacia el final del Shabat logré que se revocara, y los agresores regresaron a sus hogares como si nada hubiera pasado.”
Los discípulos del Baal Shem Tov, acostumbrados a sus milagros, no se conformaron y preguntaron:
“Rebe, sabemos que tienes el poder de anular decretos. Después de todo, ‘el tzadik decreta y el Santo, bendito sea, lo cumple’. Sin embargo,” continuaron con curiosidad, “esto podrías haberlo hecho también desde Mezhybizh, desde tu casa. ¿Por qué fue necesario que viniéramos hasta aquí personalmente?”
La Respuesta del Tzadik
El rostro del tzadik se tornó serio de inmediato, y respondió a sus discípulos:
“Sepan, mis alumnos, que yo hago todo lo posible con todas mis fuerzas. Pero Hashem, bendito sea, tiene sus propios cálculos. Si logro anular el decreto, ¡qué bueno! Pero si no lo logro, quiero estar con esos judíos en el momento de su sufrimiento.”
“Y LOS SACARÉ A USTEDES”
¿De quién aprendió el Baal Shem Tov esta conducta?
Los tzadikim emulan a Hashem. Cuando nosotros, el pueblo de Israel, estamos en sufrimiento, también Hashem, bendito sea, está con nosotros en el exilio. Y cuando somos redimidos del exilio, Él también sale con nosotros.
El mensaje de redención comienza con la propia redención de Hashem, cuando Él mismo sale del marco del exilio. Para despertar en un judío el deseo de levantarse y salir del exilio, primero debemos despertar en él compasión por la Shejiná, la Presencia Divina, que también se encuentra en un profundo exilio.
EL SECRETO DE LA PALABRA “PAKOD”
Cada momento adicional en el exilio constituye una profanación del nombre de Hashem, algo que no puede prolongarse ni siquiera un instante más.
Este es el secreto detrás de la palabra inicial del mensaje de redención:
- “Pakod” – para la Shejiná, atrapada en el exilio.
- “Ifkod” – para mí, para ti, y para todos nosotros.
Que merezcamos salir del exilio con alegría y cánticos.
¡Shabat Shalom umevoraj!