ACUERDO POR LOS REHENES

Con la ayuda de Dios, 19 de Tevet del año 5785

Ante todo se debe considerar la realidad de acuerdo con la perspectiva de la Torá, Torá de la verdad y Torá de la vida, entregada a nosotros por el Creador del mundo y su líder Moshé. La Torá, que enseña leyes prácticas tanto para el individuo como para el colectivo, es la que determina la realidad e incluso la transforma. Como dice el Midrash: “El Santo, bendito sea, miró en la Torá y creó el mundo”,[1] y, por lo tanto, no es posible que la realidad del mundo contradiga a la Torá.[2]

Por lo tanto, después de considerar todos los datos, los diversos factores y cálculos políticos, la decisión final (la última palabra) debe basarse en la Torá. Como concluye y sella el libro de Kohelet (Eclesiastés), (después de todas las vanidades de este mundo, incluidas las consideraciones de los reyes y las naciones): “La conclusión del asunto es que todo es oído (en el Cielo): teme a Dios y guarda Sus mandamientos, porque esto es todo hombre”.[3]

“No hay fuerza sino en la Torá”.[4] Quien reconoce únicamente la autoridad de la Torá actúa y lidera con firmeza y valentía, guiado solo por el bienestar del pueblo, con dignidad y orgullo judío (“‘Y os haré caminar erguidos’, con una postura erguida”[5]) y no se doblega ante lo que “dirán las naciones”.

Las diversas consideraciones políticas derivadas de la realidad del “mundo de la mentira” (Alma DeShikra), son válidas solo de manera secundaria (bediavad). Sin embargo, un liderazgo verdadero sigue el camino ideal desde el principio (lejatjilá),[6] como dice el dicho jasídico: “Desde el principio por arriba”. De esta forma, al guardar la Torá con valentía, se merece alcanzar una paz verdadera: “Hashem dará fuerza a Su pueblo, Hashem bendecirá a Su pueblo con paz”.[7]

CONTINUAR LUCHANDO HASTA LA VICTORIA
En relación con el “acuerdo de rehenes” actual:

  • La Torá determina según las palabras del rey David, “Perseguiré a mis enemigos y los alcanzaré, y no regresaré hasta aniquilarlos”,[8] sin ceder ante presiones externas que no tienen ninguna base verdadera. En nuestros días, Hashem nos otorga la fuerza para luchar contra el enemigo y vencerlo y debemos reconocerlo y actuar con orgullo judío y con la conciencia de que “Él [Hashem] es quien te da la fuerza para lograr el éxito”.[9]
  • Hoy no se debe aflojar en la lucha contra el enemigo: es necesario completar la tarea con una victoria absoluta, que incluya la eliminación de las organizaciones terroristas, la conquista de todos los territorios de Iehudá, Shomrón y Gaza y el establecimiento de plena soberanía israelí.
  • La liberación masiva de terroristas, cuyas manos están manchadas de sangre y cuyo único objetivo es continuar dañando a los judíos, es un peligro claro e inminente para el pueblo que reside en Tzión y debe ser rechazada con toda firmeza.
  • La redención de cautivos, la liberación de rehenes en manos del enemigo es un precepto supremo sin igual, pero debe realizarse con responsabilidad y cuidado por la seguridad de todo Israel. (Lamentablemente, ya hemos visto los terribles resultados de acuerdos anteriores que liberaron terroristas. Hashem nos proteja).
  • Por lo tanto, un reconocimiento especial a los representantes públicos que lucharon contra este acuerdo. Es necesario continuar actuando con toda determinación en lo que aún pueda prevenirse.

EL RETOÑAR DE LA REDENCIÓN
Debemos esforzarnos por establecer un liderazgo verdadero para el pueblo de Israel, que actúe desde una fe profunda en Hashem y amor a Él, con un amor puro hacia el pueblo de Israel, la Torá y la Tierra de Israel (que engloba el amor a Hashem, al pueblo y a la Torá).

Cada acción realizada con el reconocimiento de la verdad de la Torá y de una manera “lejatjila”, correcto “de un principio”, sin sometimiento a las naciones por una mentalidad de exilio, es una expresión tangible del retoñar de la redención. La redención verdadera y completa, con la llegada del Mashíaj, ocurre de manera progresiva desde abajo: “He aquí que un hombre cuyo nombre es ‘Tzemaj’ (retoño), y desde debajo de él retoñará” [10] y “La verdad brotará de la tierra“.[11]

Salir del sometimiento a cálculos secundarios y liderar proactivamente según la Torá de verdad, es el comienzo del surgimiento de nuestra redención.

Que sea la voluntad divina que pronto merezcamos erguir la estatura de Israel en la redención cercana, “Y daré paz en la tierra”,[12] con la llegada de nuestro justo Mashíaj y la reconstrucción del Beit Hamikdash rápidamente en nuestros días.

1 Según Bereshit Rabá 1:1.

2 Ver Likutei Sijot, volumen 1, parashat Bereshit.

3 Eclesiastés 13:12
4 Shir HaShirim Rabá 1:1 (3).
5 Vaikrá 26:13 y el comentario de Rashi.
6 Como dijo el Rebe Maharash de Lubavitch: “El mundo dice que, cuando no es posible pasar por abajo, se debe pasar por arriba. Y yo digo: desde el principio por arriba (‘ariber’)”, Igrot Kodesh del Rebe Raiatz, volumen 1, página 617.
7 Tehilim 29:11.
8 Tehilim 18:38.
9 Devarim 8:18.
10 Zacarías 6:12.
11 Tehilim 85:12.
12 Vaikrá 26:6.

VER TAMBIÉN:

https://galeinai.org/2022/10/18/respuesta-a-un-periodico-local-israeli-respecto-al-asentamiento-en-la-tierra-de-israel/

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