EL HIJO DEL BAAL SHEM TOV

(Nota del Traductor: un shiur del rabino Ginsburgh en Ramat Aviv, en ocasión del Shloishim, los 30 días del fallecimiento de su nieto Menajem Mendel Ginsburgh. Durante todo el año el rabino cada mes dio una clase con cuentos y enseñanzas frente a un conjunto de niños y dedicadas a ellos en recuerdo y mérito de su nieto.)

Noche del 8 de Tevet de 5767 (2006) – Casa del Rabino Yossi Ginzburg Resumen de una clase del Rabino Yitzjak Ginsburgh

Hay un nigún (melodía jasídica) que conecta al Rebe [Rabí Menajem Mendel Schneerson] con el Alter Rebe [Rabí Shneur Zalman de Liadi] – “Tzamá Lejá Nafshí” (“Mi alma tiene sed de Ti”). Es un nigún del Alter Rebe que no era conocido hasta que el Rebe lo enseñó.

Abramos el Tania en el capítulo 32 – el capítulo del amor a Israel (Ahavat Israel) – el “corazón” (לב, lev, guematria 32) del Tania. Hace algunas semanas (al comienzo de la impresión [de una nueva edición]) empezamos a leer este capítulo. Al final del capítulo, el Alter Rebe habla del amor a Israel y plantea una dificultad sobre el amor a todo judío que se exige en el capítulo: hay una Guemará que dice que a veces alguien que observa la Torá y las Mitzvot, sin embargo, se comporta de manera incorrecta, y según nuestros Sabios, si se le reprende y no acepta la corrección (y se trata de alguien que sabe, que es “tu prójimo”, etc.) uno debe odiarlo.

De todos modos, no queremos quedarnos con un sentimiento negativo en el mundo hacia ningún judío, sin importar quién sea o qué haga, y por eso el Alter Rebe introduce aquí una gran innovación, que endulza las palabras de nuestros Sabios de que en ciertos casos se debe odiar. Primero dice que esta Mitzvá de odiar, de origen rabínico, no viene a reemplazar la Mitzvá de la Torá de amar a Israel, que es un “gran principio en la Torá” – “y es necesario amarlo también [desde la perspectiva del bien oculto que hay en ellos…]” – y luego, la innovación principal está en las últimas líneas del capítulo:

 “Y también despertar misericordia en el corazón por ella [el alma Divina], pues está en un estado de exilio dentro del mal del Otro Lado (Sitra Ajra) que prevalece sobre ella en los malvados. Y la misericordia anula el odio y despierta el amor, como se sabe de lo que está escrito: ‘[a la casa de] Jacob, que redimió a Abraham’ “.

Esta es la innovación principal: que si uno siente misericordia por alguien, precisamente porque no está actuando bien, esto anula el odio y despierta el amor. Si uno ama a alguien por su lado bueno y lo odia por su lado malo, entonces el amor y el odio coexisten, pero la misericordia se dirige precisamente a la parte mala de esa persona y por lo tanto anula el odio, incluso la parte inicial del odio que está escrito que hay un precepto de sentir. La misericordia lo convierte todo en amor; endulza completamente el juicio en mi corazón. Sobre esto trae un versículo: “a Jacob, que redimió a Abraham”. Jacob es el atributo de la misericordia (rajamim), la interioridad de la sefirá de Tiferet (también está “Da verdad a Jacob”, pero aquí se refiere a la misericordia), y el Nombre que ilumina en ella es el Nombre Havayah, bendito sea, el Nombre de la Misericordia. Abraham es amor y Jacob es misericordia, y si el amor está algo dañado y en cautiverio, Jacob es capaz de redimirlo, no solo para que el amor coexista con el odio, sino para que el odio mismo se transforme en amor.

Esta interpretación del versículo es una innovación, una interpretación del Jasidut. Este versículo también se menciona en la Guemará, y nuestros Sabios dicen allí que Abraham nuestro patriarca fue salvado del horno de fuego por el mérito de Jacob (que aún no había nacido). Por el mérito de que Di-s vio en el futuro a Jacob, el elegido entre los patriarcas, cuya “cama estaba completa” [todos sus hijos fueron justos], destinado a establecer las doce tribus de Di-s, salvó a Abraham del horno de fuego.

Aquí, el Rebe [es decir, el Alter Rebe] nos da una interpretación jasídica que es relevante para cada uno de nosotros sobre la esencia de Jacob que redime a Abraham: que si el amor a Israel no es perfecto, incluso por una razón justificada según la Torá, es necesario fortalecer y redimir el amor con toda su fuerza, sintiendo misericordia por ese judío, sintiendo cuán santo es y que se encuentra en una situación desgraciada, una situación difícil, y la compasión por él es muy grande.

Dado que aquí hay una innovación muy hermosa en la interpretación del versículo “a Jacob, que redimió a Abraham”, es apropiado verificar si este versículo se menciona en otro lugar. Parece que se menciona otras dos veces en el Tania, y compararemos el contenido de su interpretación. El versículo completo es “a la casa de Jacob, que redimió a Abraham”, pero el Alter Rebe, siguiendo a nuestros Sabios, lo abrevia: “a Jacob, que redimió a Abraham”.

La interpretación en el capítulo 32: “Y la misericordia anula el odio y despierta el amor, como se sabe de lo que está escrito: ‘a Jacob, que redimió a Abraham’ “.

Este versículo también aparece en el capítulo 45. En este capítulo, el Alter Rebe habla de un cierto nivel de amor a Di-s (Ahavat Hashem) (mientras que en el capítulo 32 hablaba del amor a Israel y la necesidad de anular el odio y convertirlo en una gran fuerza de amor). Habla de cómo alcanzar el amor a Di-s despertando el atributo de Jacob nuestro patriarca, el atributo de la misericordia. En resumen, habla aquí del descenso del alma al cuerpo, “de un tejado alto a un pozo profundo”:

Y esto es [el secreto de] “Y Jacob besó a Rajel, y alzó su voz y lloró”. Porque Rajel es la Congregación de Israel, la fuente de todas las almas. Y Jacob, en su atributo superior, que es el atributo de la misericordia en [el mundo de] Atzilut, es quien despierta gran misericordia por ella. “Y alzó su voz” hacia lo alto, hacia la fuente de la Misericordia Suprema, llamada “Padre de la Misericordia” [Av HaRajamim, que corresponde a Keter, la corona, misericordia infinita]… “Y lloró” para despertar y atraer desde allí gran misericordia sobre todas las almas y sobre la fuente de la Congregación de Israel, para elevarlas de su exilio y unificarlas en la unión suprema de la Luz Infinita, bendito sea, en el nivel de “besos” [neshikin]…

[Hoy diríamos que despierta misericordia para que venga el Mesías, para que veamos la redención ante nosotros, pero aquí escribe de tal manera que despierta misericordia para llevarnos a una “unión de besos” con Di-s, y aparentemente es lo mismo. De hecho, el Rebe siempre trae la interpretación de Rashi sobre “Que me bese con los besos de Su boca”, un versículo citado aquí, que se refiere a los secretos más profundos de la Torá, el “aceite” de la Torá, que serán revelados por el Rey Mesías.

Los “besos” son la Torá del Mesías, “una nueva Torá saldrá de Mí”. Y Jacob despierta misericordia porque ahora estamos en el exilio y necesitamos salir de él, pero no simplemente para tener bienestar material, lo cual es obvio y simple para todo jasid, sino para llevarnos a la “unión de besos”. En otro lugar, en Igueret HaTeshuvá, explica extensamente que la “unión de besos” es el “apego de espíritu a espíritu” (it’dabkut ruja be’ruja), una expresión que está aquí y que allí explica con más detalle, que es más elevada que “y se unirá a su esposa y serán una sola carne”, o “y vosotros que os aferráis a Havayah vuestro Di-s estáis todos vivos hoy”.]

…que es el apego de espíritu a espíritu… es decir, la conexión del habla de la persona con la palabra de Di-s, que es la Halajá, y así también el pensamiento con el Pensamiento [Divino] y la acción con la Acción [Divina], que es la acción de las Mitzvot, y en particular la acción de la caridad y la bondad. Pues la bondad es el “brazo derecho”, que es el nivel del abrazo mismo… Y ocuparse de la Torá con el habla y el pensamiento de la meditación profunda son el nivel de los besos mismos…

[Hay besos y hay abrazos, y también hay unión. Y explica que las Mitzvot en general, y la caridad en particular, son el secreto del abrazo, “y su diestra me abrazará”. Y cuando un judío cumple las Mitzvot, y principalmente la caridad, está abrazando a Di-s y Di-s lo abraza a él. Pero cuando estudia Torá, y en particular la interioridad de la Torá, ese es el nivel de los besos, “apego de espíritu a espíritu”.]

…Y he aquí, a través de esto puede llegar al nivel de “gran amor” en la revelación de su corazón, como está escrito: “a Jacob, que redimió a Abraham”, como se explica en otro lugar.

La última frase es un resumen de la meditación de todo el capítulo. Todo el Tania es una meditación para despertar el amor y el temor a Di-s y todos los buenos atributos. Aquí, es una meditación para despertar el amor a Di-s. Dice que a través de la meditación en el atributo de la misericordia –y cuando uno medita en la misericordia, siente misericordia, por sí mismo y por todos nosotros– se puede despertar un gran amor por Di-s.

En el capítulo 32 es tener misericordia por el prójimo, y aquí es despertar misericordia por mí dentro de todo el pueblo de Israel, toda la Congregación de Israel, para llevarnos al nivel de los “besos”. Esta es la segunda vez que trae el versículo, y como vemos, es en un contexto algo diferente: antes era sobre el amor a Israel y para endulzar un sentimiento negativo opuesto, y aquí habla de una situación de exilio general de la Congregación de Israel, y al despertar misericordia por la Congregación de Israel (incluyéndome a mí mismo) se puede revelar en el corazón un gran amor de manera revelada (a diferencia de lo que escribe en capítulos anteriores, que a veces hay un amor pero está oculto en el corazón).

La tercera vez es al final del Kuntres Ajarón, en el pasaje sobre “y la justicia como un arroyo perenne” (ve’tzedaká ke’najal eitán). Aunque aparece al final del libro, este fragmento original del Alter Rebe podría haber sido la introducción a todo el Tania, como se sabe que Tania (תניא) tiene las mismas letras que eitán (איתן – fuerte, perenne). Y aquí explica cuál es el asunto de eitán. “Eitán” aparece como nombre en la Biblia, y nuestros Sabios dicen que “Eitán” es también un nombre de Abraham nuestro patriarca. …En lo que a nosotros respecta, Tania es eitán, y eitán es “el mes de los perennes” (iéraj HaEitanim, el mes de Tishrei)… cuando el alma desciende al cuerpo, se le debe dar una fuerza para que pueda cumplir su misión en este mundo, y esa fuerza se le otorga a través de ese juramento [con el que comienza el Tania, “Se le hace jurar…”], una carga de fuerza infinita para superar y hacer frente a todas las dificultades de este mundo, que son todas pruebas… Se necesita mucha fuerza para superar las pruebas, hasta que merezcamos al Mesías, y eso lo recibimos del juramento…

Aparte de que “eitán” es Abraham nuestro patriarca, el primer judío, el que se unificó con el alma Divina, también son las letras que se utilizan para el tiempo futuro en la gramática del lenguaje sagrado (alef-yud-tav-nun). Él escribe, en resumen, que la raíz de eitán está en la sabiduría (jojmá), en la sabiduría más interna del alma Divina… En el libro del Tania en general, no habla tanto de Keter (la corona), y la esencia del alma Divina la identifica generalmente con la sabiduría interna. En ella se encuentra el eitán, solo que necesita iluminar en el punto interno del corazón, donde se encuentra el amor, la fuerza del amor más grande e inmenso por el Santo, bendito sea, que es donde se revela el alma…

Más adelante trae nuestro versículo:

Y he aquí, ahora en “el exilio de esta hueste”, también hay un consejo para iluminar un poco de la luz de Di-s del nivel de eitán [el verdadero “nada” que está en la mente] dentro del punto de la interioridad del corazón [el verdadero “algo” que se revelará en el futuro]… y esto es despertando sobre la chispa Divina en el alma una gran misericordia suprema… porque mientras una persona no merezca que la luz de Di-s se revele desde el nivel de eitán en el punto de la interioridad de su corazón… para anularse en Su unidad desde la profundidad del corazón hasta el punto de la expiración del alma misma, entonces realmente hay una gran misericordia por la chispa en su alma… y a través de una gran misericordia suprema, sale del exilio y del cautiverio e ilumina dentro del punto de la interioridad del corazón este nivel de “gran amor”, como se sabe de lo que está escrito: “a Jacob, que redimió a Abraham”, y como está escrito en Likutéi Amarim, capítulo 45.

Aquí aparentemente lo explica como en el capítulo 45, e incluso lo escribe así explícitamente, y sin embargo, hay una gran innovación aquí, porque habla del “eitán” en el alma, que no se menciona en absoluto en el capítulo 45. En resumen, aunque escribe explícitamente que es como en el capítulo 45, sin embargo, hay aquí una innovación; en el capítulo 45 no mencionó en absoluto el concepto de eitán en el alma, aunque el final sea aparentemente el mismo: que el gran amor se revelará en el corazón a través de la meditación en la misericordia sobre el exilio de la Shejiná. Dicho en el lenguaje de la Cabalá y el Jasidut:

En el capítulo 32 describe un proceso en el que una persona se encuentra en una situación no buena (pero según la Halajá), en la que odia a alguien, y necesita tratar esto y endulzarlo a través de esta meditación de “a Jacob, que redimió a Abraham”. Esto es la rectificación del Nombre Divino Ban (בן) [asociado con el mundo de la acción y el juicio].

En el capítulo 45 y en el Kuntres Ajarón, es una meditación sobre el exilio de la Shejiná, que incluye y comienza con el exilio de uno mismo. Esto es la redención y revelación de un “gran amor” que proviene del Nombre Divino Mah (מה) [asociado con la emoción y la rectificación].

La rectificación del Kuntres Ajarón es la revelación del Nombre Divino Av (עב), el “eitán” en el alma. Este es un nivel de Divinidad que está por encima de toda ruptura y rectificación. Rectificar el amor a Israel en el capítulo 32 es rectificar una situación rota. Pero la raíz verdadera, de Jacob y aún más de Abraham, a quien Jacob viene a redimir –el eitán en el alma, el Mesías mismo– es el Nombre Av. También ahora, en el tiempo del exilio, revelar un poco de eitán en el punto interno del corazón es una revelación de la esencia judía, que está por encima de los conceptos de ruptura y rectificación… es un lugar que ni la ruptura ni la rectificación tocan, y esto se llama el eitán en el alma.

Los tres significados: rectificación de Ban, la rectificación de la realidad. Revelación de Mah, la revelación de la esencia judía. Revelación de Av, la revelación de la esencia misma del judío, que está por encima de todos los conceptos de ruptura y rectificación.

HISTORIA DEL HIJO DEL BAAL SHEM TOV

Esto que voy a contar se relaciona con la historia del tzadik Rabí Tzvi, hijo del Baal Shem Tov, cuya Hilulá (aniversario de fallecimiento) es hoy (uno de varios tzadikim cuya Hilulá es el 7 de Tevet) –:

Al Baal Shem Tov le nació una hija, Adel, poco después de su matrimonio cuando tenía veintidós años. Él tomó su alma de un lugar muy elevado y dijo que la tomó del versículo “Una ley de fuego para ellos” (Esh dat lamo). La hija le era muy devota; era una profetisa, poseía espíritu de santidad (ruaj hakodesh), y servía al Baal Shem Tov. Mucho de lo que sabemos sobre él proviene de ella.

También fue madre de grandes Tzadikim. Desde los veintidós años, el Baal Shem Tov se separó de su esposa durante catorce años. Es muy especial entender y meditar en esto. El versículo “HaShem conoce los días de los íntegros” se interpreta en el Jasidut como una enseñanza sobre la gran importancia de meditar en los días de los tzadikim, y en particular en los días del Baal Shem Tov. Es un joven erudito que se casa a los veintidós años, le nace una hija y luego durante catorce años se aparta y se santifica. Entonces, en el año de su revelación, por una orden del Cielo le dijeron que se uniera a su esposa.

Está escrito en el Jasidut que Moshé Rabenu se separó de su esposa por orden Divina, mientras que el Baal Shem Tov se separó de su esposa por el dictado de su propio corazón y por una orden superior regresó a su esposa; esto es un aspecto del Mashíaj. Entonces, cuando regresó con su esposa después de catorce años dijo que tuvo una unión como no la había habido desde la creación del mundo y atrajo un alma de una “unión de besos” (ijud neshikin, que mencionamos antes), de una unión suprema, el alma de su hijo, el Rebe Rabí Tzvi, cuyo iahrzeit es hoy.

Hay muchas historias sobre él, era un tzadik oculto. El Baal Shem Tov falleció cuando su hijo tenía veintiséis años, y durante un año él fue el líder (Nasí) por orden del propio Baal Shem Tov.

 En Shavuot de 5521 (1761, un año después del fallecimiento de su padre), transfirió el liderazgo al Maguid de Mezeritch, según las palabras que su padre le dijo en un sueño, de que la Shejiná y toda la corte celestial se habían mudado a Mezeritch, y el Maguid aceptó. Está escrito en la tradición de Jabad que esta grandeza suya supera a todo lo demás –que con anulación (bitul) y humildad (anavá), después de ya haber sido nombrado, sin ningún problema transfirió todo al Maguid.

Él era un amigo del alma de Rabí Aharón el Grande de Karlin y falleció a una edad temprana, a los 47 años (como los Tzadikim de quienes se dice que están en el nivel de “los días de nuestra vida en ellos son…”). Entre las historias sobre él, hay una historia maravillosa que ayudará a entender lo que hemos hablado, una historia famosa que tiene varias versiones.

El comienzo de la historia tiene dos versiones: o que unos discípulos del Baal Shem Tov se ahogaron en un río, Di-s no lo quiera; o que había una mujer que traía en grandes carretas alimento para todos los discípulos del Baal Shem Tov (cada vez que era necesario reponer los almacenes con comida), y una vez esta mujer con las carretas y la comida cruzó un río y se ahogó en él.

Cuando este suceso –según ambas versiones– llegó a oídos del Baal Shem Tov, le afectó tanto que fue a ese lugar con su bastón y decretó que el río se secara (o, según otra versión, que cambiara su curso). El Príncipe del Río protestó en lo alto: “¿Qué culpa tengo yo? ¡Los que se ahogaron se ahogaron por un decreto de Di-s!”. El Príncipe del Río se enojó con el Baal Shem Tov y con el Tribunal Celestial por habérselo permitido.

El Tribunal Celestial le dijo al Príncipe del Río que no tenían poder contra el Baal Shem Tov, y que lo que él decretó decretado estaba, pero que lo compensarían: si alguna vez un descendiente del Baal Shem Tov cruzara por ese valle, que una vez fue un río, en ese instante el río volvería y él se ahogaría en él. El Baal Shem Tov también supo de esto, y por eso advirtió y ordenó a su hijo y a su hija y a todos sus descendientes que tuvieran mucho cuidado de no pasar nunca por ese lugar.

Pero una vez, su hijo Rabí Tzvi llegó a una situación desesperada (maim ad nafesh, “el agua le llegó al cuello”); era extremadamente pobre y tuvo que ir a pedir caridad y para ello necesitaba pasar por ese lugar (y también se olvidó del mandato), y pasó por allí. Esto fue muchos años después de que el Baal Shem Tov ya había fallecido, y cuando pasó por allí, en ese mismo instante un río inundó el lugar y de repente se encontró ahogándose en él.

Por más que luchaba por salir del río no podía y en un momento más se ahogaría. De repente, vio una vela encendida sobre el agua y la vela le dijo que la siguiera nadando y al hacerlo se salvó. Hay algunas otras versiones, pero según todas, su padre descendió para salvarlo. Según la versión de que fue una vela, era el alma de su padre; según otras versiones, también era su padre. Realmente hubo un peligro de muerte, estuvo a un momento de ahogarse y su padre descendió para salvarlo.

Esta historia tiene muchas versiones, porque pasó por todas las cortes y tradiciones de los Tzadikim (una señal de que es auténtica). En su versión de Jabad (con Jitrik y otros) hay un detalle muy importante que no he visto en ningún otro lugar: que el Príncipe del Río vio que el hijo de Rabí Tzvi estaba en camino a ese lugar y se alegró por ello, y antes de actuar tuvo que recibir permiso en el tribunal.

Dijo que había llegado el momento de volver a ser un río porque el [descendiente] del Baal Shem Tov estaba llegando, pero que si el Baal Shem Tov se enteraba del asunto inmediatamente iría y salvaría a su hijo, entonces “¿de qué sirvió el decreto de los sabios?”.

Le preguntaron qué proponía y propuso que hicieran un juramento en el cielo de que nadie –ni siquiera el Santo, bendito sea, y Su Shejiná– le revelaría al Baal Shem Tov (a la manera de los hermanos de Iosef que incluyeron al Santo, bendito sea, con ellos). Lo más interesante y fuerte es lo que está escrito a continuación. ¿Quién se sienta en el Tribunal Celestial? Está escrito que hay una rotación de mandatos y cada vez se sienta un tzadik diferente; los Tzadikim que estuvieron en este mundo son los jueces en el Tribunal Celestial.

En ese momento, aparentemente, el Baal Shem Tov no era uno de ellos, pero entre los miembros del Tribunal Celestial había uno de los grandes discípulos del Baal Shem Tov y también a él le hicieron jurar –junto con todos los demás– que no lo revelaría. Este es un vort (dicho) importante para meditar. Ese tzadik, que era uno de los miembros del tribunal, dudó si revelárselo al Baal Shem Tov: “si lo revelo, violaré el juramento, pero ¡¿cómo es posible que no le revele que su hijo [o nieto] se está ahogando en el río?!”

Se dijo a sí mismo: “si voy a revelárselo, primero me echarán del tribunal, y es muy posible que me echen del Jardín del Edén por completo, ¿qué hago?” Decidió optar por el autosacrificio (mesirut nefesh): “no me importa que me echen del Tribunal Celestial, y no me importa que me echen del Jardín del Edén al Guehinom”, y corrió a revelárselo al Baal Shem Tov, quien efectivamente descendió y salvó a su hijo Rabí Tzvi.

Toda esta historia es por el final, el final de la historia, su moraleja, que esa noche el Baal Shem Tov se le apareció en un sueño a Rabí Tzvi y le dijo:

“Mi querido hijo, descendí para salvar tu vida, pero si hubiera sabido cuánto se ha materializado el mundo desde mi fallecimiento y cuántas inmersiones en el Río de Fuego (Nahar diNur) tendría que hacer después de haberte salvado, no habría descendido ni siquiera para salvar tu vida, mi querido y único hijo. Tienes suerte de que no sabía lo que sucede en este mundo inferior”.

MEDITACIÓN SOBRE DIVINIDAD Y EXILIO

¿Por qué esta historia puede ser útil para nuestra comprensión? Es necesario entender la relación entre diferentes niveles de la Divinidad y el exilio. En otro lugar del Tania se explica que en el exilio hay diferentes grados de exilio: está el descenso de la esencia del alma al cuerpo, que ya es un exilio y un descenso “de un tejado alto a un pozo profundo”, pero luego, por los pecados del pueblo de Israel, hay un exilio mucho más severo, la destrucción del Templo, un exilio y un descenso de mal en peor, un exilio tras otro.

La diferencia –y se puede precisar esto en el Tania– es que un tipo de exilio (el de Perek Mem-He, capítulo 45) es relativamente el exilio del descenso del alma al cuerpo, de un tejado alto a un pozo profundo, y el exilio de Perek Kuf-Alef (capítulo 101), “el exilio de esta hueste” (un versículo del final de Abdías, que el Rebe citó en un Davar Maljut que estudiamos hace unas semanas, sobre Francia y España) –cuya rectificación de “la hueste” son las legiones de los ejércitos de HaShem– habla del exilio más profundo que existe, más profundo que el exilio del capítulo 45 del Tania. Hay un exilio que ocurre de todas formas; todos en este mundo están en exilio, sea como sea. Pero está el final del exilio, el descenso por debajo del cual no hay nada más bajo, y por eso “se han agotado todos los plazos [para la redención]”; esto se puede entender a partir de la historia.

El exilio de la generación del Baal Shem Tov no es el exilio de la siguiente generación, en la que el Baal Shem Tov ya no está; es tan esencialmente diferente que el Baal Shem Tov no puede entender desde arriba hasta qué punto hemos descendido. Ni siquiera el Baal Shem Tov lo entiende, es demasiado grande para él, ¿y qué puede salvar del exilio más profundo? Solo la revelación del Nombre Divino A”b (עב). La revelación del Nombre Ma”h (מה) es una revelación de luz y también de gran amor; esto puede salvar y sacar de un exilio dentro del mecanismo normal de ruptura y rectificación, del descenso del alma al cuerpo de la manera habitual. Pero para salvar del exilio de hoy en día se necesita la revelación de la esencia misma del alma.

Según la sensación del exilio, así es el despertar de la misericordia; la misericordia de “y la justicia como un arroyo perenne” es infinita incluso en relación con “Y Iaakov besó a Rajel”. Allí, es un despertar de misericordia suficiente para despertar la esencia judía, el Nombre Ma”h, pero hay una diferencia entre la esencia (mahut) y la esencia misma (etzem). Para despertar la esencia misma de la misericordia es necesario vivir “el exilio de esta hueste” –y si así era en la generación de Rabí Tzvi, ay de nosotros dónde estamos ahora– y sentir la compasión, una misericordia que puede llegar hasta la esencia misma, para despertar lo “perenne” (eitán) en el alma, para despertar en la interioridad del corazón, “Para heredar a los que me aman lo que es [verdadero ser], y sus tesoros llenaré” (y “No encontró el Santo, bendito sea, un recipiente que contenga la bendición para Israel sino la paz, como está dicho: ‘HaShem dará fuerza a Su pueblo, HaShem bendecirá a Su pueblo con la paz'”).

En el capítulo 45 [del Tania] se encuentra la revelación del bien, “no hay bien sino la Torá”, donde uno puede adherirse a Di-s incluso en una “unión de besos” (ijud neshikin). El capítulo 45 es llegar al abrazo y al beso, pero ambos son solo un preludio para la unión misma (zivug). “Y la justicia como un arroyo perenne” (ve’tzedaká ke’najal eitán), esa es la unión, como está escrito que en este mundo estamos solo en el nivel de desposada (arusá), pero el matrimonio mismo (nisu’in) es para el futuro por venir. El matrimonio es el Nombre Divino Av (עב), el despertar de la esencia (etzem), y esto ocurre por medio de la misericordia.

Concluyamos con una mirada a lo que fue impreso al principio del libro del Tania que se imprimió aquí:

“Este Santo Tania fue impreso en una edición especial para alentar el estudio y la memorización del Tania de memoria por los soldados de los Ejércitos de Hashem con un llamado y un clamor interior: ¡¿Hasta cuándo?! ¡Basta de exilio! (Ad Matai!!! Dalay Galut!!!)

“Estamos listos para recibir el rostro de nuestro justo Mashíaj en la práctica misma.

“Viva nuestro Señor, nuestro Maestro y nuestro Rebe, el Rey Mashíaj, por siempre jamás.

“Jéder Tzivot Hashem” Ramat Aviv Guimel, Tel Aviv 14 de Kislev de 5767 (2006)”

Hay que suponer que si para el Baal Shem Tov fue difícil descender al río, cuánto más difícil le habría sido descender a Ramat Aviv (quizás lo contrario…). En cualquier caso, aquí se necesita una “sala fuerte” (jéder eitán) de los Ejércitos de Hashem. Los niños son mis ungidos (meshijai) – “No toquéis a Mis ungidos” – y por su mérito mereceremos la revelación del Rey Mashíaj, pronta e inmediatamente.

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