LOS TRES PRINCIPALES MECANISMOS DE DEFENSA (del yo) Y EL FIN DEL EXILIO
Proyección y otros mecanismos de defensa
En la parashat Devarim, encontramos un versículo que refleja el mecanismo de defensa psicológica conocido como proyección: “Por el odio que Di-s nos tiene, nos sacó de Egipto para entregarnos en manos de los amorreos y destruirnos”. [Deuteronomio 1:27[ De hecho, este versículo puede identificarse como el origen en la Torá de la proyección. Freud fue el primero en hablar de los mecanismos de defensa en la psicología moderna, pero, obviamente, estos existen desde las etapas más tempranas de nuestra existencia. En resumen, los mecanismos de defensa son establecidos por el ego para protegerse a sí mismo. Cuando “operan” correctamente, generalmente funcionan a nivel subconsciente. Los mecanismos de defensa distorsionan la realidad de alguna manera para permitir que nuestro sentido del yo continúe funcionando.
¿Qué es la proyección? El ejemplo básico es que odio a alguien, pero por una razón u otra no puedo soportar esa realidad. Entonces, en lugar de aceptar mi propio odio, lo proyecto sobre la persona que no me agrada y construyo una realidad mental en la que es él quien me odia a mí. Entender la proyección como centrada en las emociones – en su nivel más básico, sobre el amor frente al odio – es la forma más sencilla de entenderlo.
Volviendo a nuestro versículo, Rashi explica que refleja un tipo de mecanismo de defensa colectiva. Por el amor de Di-s por nosotros, nos sacó de Egipto y prometió traernos de regreso a la Tierra de Canaán. Pero tras el informe de los espías de que sería imposible colonizar la tierra debido a sus habitantes actuales, el pueblo se desilusionó. Tal vez se sintieron manipulados, tal vez las razones eran más profundas, pero llegaron a odiar a Di-s debido a lo que consideraban una situación imposible en la que Él les había situado. Pero no podían admitir ni enfrentar su odio y por eso lo proyectaron sobre Di-s: es Di-s quien nos odia, afirmaban, por eso nos sacó de Egipto para destruirnos.
Aunque según algunos relatos hay más de 30 mecanismos de defensa diferentes que se encuentran en la psique, todos utilizados para proteger el ego, podemos identificar tres que son los más básicos: negación, proyección y represión. Como veremos, corresponden a muchas estructuras cabalísticas básicas, entre ellas los tres Mundos inferiores: Creación, Formación y Acción.
Tres acciones prácticas para traer al Mashíaj
Dado que estamos en medio de las Tres Semanas, comenzamos con la pregunta de en qué debemos enfocarnos para traer la Redención y el Mashíaj. Decimos en nuestras oraciones que debido a nuestras transgresiones hemos sido exiliados de nuestra tierra, lo que significa que somos responsables del triste estado en el que todavía se encuentra el pueblo judío, sin un Templo, sin un redentor, el mundo no está en su estado ideal. Hay sufrimiento en la realidad. La primera pregunta es: ¿Quién tiene la culpa? La respuesta obvia es que “yo tengo la culpa”. Cada persona debe asumir la responsabilidad del estado en el que nos encontramos. Esta es la meditación contemplativa que debemos realizar durante las Tres Semanas.
Hay un famoso dicho de los sabios, que dice que “toda generación en la que no se haya reconstruido el Templo, es como si en ella hubiera sido destruido. Esa es la forma habitual en que se cita. Pero, en la cita original del Talmud, no dice eso exactamente, sino más bien “que es como si nosotros mismos lo destruyéramos”. Algunas fuentes incluso colocan la carga sobre cada individuo: “Quienquiera que en sus días no se haya reconstruido el Templo, es como si él mismo lo hubiera destruido”. Esa es una afirmación muy fuerte.
Volviendo al primer dicho de que hemos sido exiliados a causa de nuestros pecados. Los sabios dicen que el pecado todo inclusivo por el que estamos en el exilio es el odio infundado. Por lo tanto, la rectificación es justo lo contrario. Lo que tenemos que hacer para traer al Mashíaj es alcanzar un estado de amor incondicional. Así como el pecado fue el odio incondicional, la rectificación es el amor incondicional.
¿Hay otras cosas prácticas que podamos hacer para traer la redención? En el Zohar, se dice que la forma de lograr la redención con bondad y compasión es mediante la difusión de las enseñanzas del propio Zohar. Raia Mehemna (el alma de Moisés) le dice a Rashbi: “Con tus enseñanzas, el mundo entero saldrá del exilio con misericordia y compasión”. Esto adquirió un significado aún más profundo después de que el Baal Shem Tov le preguntara al alma del Mashíaj: “¿Cuándo vienes?” Y Mashíaj respondió: “Cuando tus fuentes se extiendan hasta los extremos más lejanos posibles”. Esa es una condición.
Para Rashbi la cuestión era de qué manera vendría la redención. Para el Baal Shem Tov estaba aún más claro: la única forma en que el Mashíaj vendrá es cuando tus enseñanzas – el alma interior de la Torá – se difunda ampliamente, hasta llegar a todos. Esa es la segunda cosa que podemos hacer para acercar la venida del Mashíaj.
Una tercera cosa que podemos hacer para traer al Mashíaj se describe en las enseñanzas reveladas de la Torá. El Rambám dice que al final del exilio, el pueblo judío hará teshuvá e inmediatamente será redimido. Lo que significa que la Redención depende solo de la teshuvá. El significado simple de teshuvá es a nivel personal, teniendo en cuenta lo que estoy haciendo mal en relación con las enseñanzas y preceptos de la Torá.
Si todos pensamos en nuestras acciones y nos arrepentimos de lo que hemos hecho mal, y decidimos no volver a repetirlo nunca más y estar a la altura de esta decisión, entonces el Mashíaj vendrá. Esta es la simple condición revelada para la Redención que vendrá. Cada persona debe hacer esto antes de Rosh Hashaná y tomar la decisión de que mañana seré una nueva persona.
Correspondencia con los Tres Mundos Inferiores
Estas tres acciones prácticas corresponden a los tres mundos inferiores de la Cabalá. Los tres mundos inferiores pueden describirse como los reinos de los pensamientos, las emociones y los hechos o acciones. Cada una de las tres acciones que podemos y debemos tomar corresponde a uno de estos Mundos. Dado que los tres mundos inferiores tienen mal en ellos, con proporciones crecientes, cada acción está destinada a curar el mal en ese mundo. Aunque no lo desarrollaremos aquí, es importante señalar que el Mundo de Emanación que está por encima de los tres Mundos inferiores ya está rectificado.
| Mundo | Reino de | Proporción de maldad | Rectificado por |
| Creación | Pensamientos | Mayormente bueno | Difundir la dimensión interior de la Torá |
| Formación | Emociones | Por igual, bueno y malo | Amor sin fundamento |
| Acción | Acciones | Mayormente malvado | Teshuvá |
La difusión de la Dimensión Interior de la Torá corresponde al Mundo de la Creación y representa un cambio de mentalidad. Cambiar nuestra mentalidad es como lo que dijo el Rebe de que necesitamos abrir los ojos para ver la realidad de manera diferente. Esa es la razón detrás de las enseñanzas de la interioridad de la Torá – ver la realidad con nuestra visión interna, ver al Mashíaj. Dice que para Rashbi, el autor del Zohar, el Templo nunca fue destruido, él continuó viéndolo en pie. Si solo dependiera de Rashbi, no tendría que ayunar en Tishá B’av, pero como es parte del pueblo de Israel, hace duelo por nuestro estado de conciencia.
Para transformar nuestra mentalidad, Rashbi enseñó el Zohar, para que pudiéramos adoptar su estado de conciencia. Esto se sitúa en el mundo de la Creación, Beriá, donde hay muy poca autoconciencia (o ego). El Mundo de la Creación es en su mayoría bueno y solo contiene un poco de negatividad, y se define como el mundo de la percepción de la realidad. El bien en la creación significa percibir la realidad correctamente. El mal en la Creación se manifiesta como una percepción errónea de la realidad. Así, rectificar la mente difundiendo los manantiales de la dimensión interior de la Torá – para ver el mundo correctamente y no vivir en una ilusión – es paralelo al Mundo de la Creación. Creación trata, por lo tanto, de la percepción frente a la ilusión.
El Mundo de la Formación es la sede de las emociones. La mayoría de las veces decimos que las dos emociones básicas son el amor y el temor, sin embargo, a veces el temor es reemplazado por el odio. El Mundo de la Formación es mitad bueno y mitad malo. Lo que significaría que, si el amor es bueno y el odio es malo, entonces es 50 por ciento amor y 50 por ciento odio. Sin embargo, el odio no siempre es malo, porque está dicho que los que aman a Di-s odiarán el mal, y Di-s mismo odia a Esav, aunque sea hermano de Iaacov. [Malaquías 1:2]
El mismo Esav que Di-s odia, Itzjak amó (más que Iaacov). El hecho de que tengamos dos hermanos aquí ya presenta una situación mitad y mitad. Sin embargo, diremos que el odio es una mala cualidad en general y que el amor es necesario para rectificar el mundo de la Formación, como decíamos, para amar incondicionalmente.
El Mundo de Acción se rectifica obviamente haciendo teshuvá, poniéndonos las pilas y arreglando nuestra conducta: desde el momento en que nos despertamos hasta el momento en que nos vamos a dormir. La conciencia impregna los tres Mundos inferiores. Si la pregunta es “¿Quién tiene la culpa?” y en estas Tres Semanas la respuesta es: “Yo tengo la culpa”. Esa es la respuesta en el mundo inferior. Ciertamente, soy responsable de mi mentalidad (Creación) y de mi falta de amor (Formación), pero de lo que tengo más culpa es de destruir el Templo debido a mis acciones (Acción). La mayoría de las personas evitan la responsabilidad o la culpa. Otra palabra para culpa es responsabilidad moral.
El Mundo de la Acción (Asiá) es el mundo de la culpa frente a la inocencia. Cuando dos personas comparecen ante un juez debido a una disputa, la decisión final debe ser que una es culpable y la otra es inocente. De eso trata el Mundo de la Acción. Eres culpable o inocente. Si puedes asumir la responsabilidad, entonces has revelado lo bueno en el Mundo de la Acción. Sin embargo, el Mundo de la Acción es mayormente malvado, lo que significa que casi nadie puede asumir la responsabilidad.
Esto nos conduce a un paralelismo entre los Mundos y los mecanismos de defensa. En el Mundo de la Acción, el mecanismo de defensa contra la responsabilidad es la represión. Si me declaran culpable ante un tribunal de justicia, eso supone un duro golpe para mi ego. Si el trauma de ser culpable es demasiado para sobrellevarlo, entonces reprimo mi culpa, la olvido. En el Mundo de la Formación, donde el bien es amor y el mal es odio, el mecanismo de defensa es la proyección, con la que comenzamos.
Mediante la proyección, proyectamos nuestro odio en la persona que odiamos. Finalmente, dado que el Mundo de la Creación trata de nuestra percepción de la realidad, el mecanismo de defensa se conoce como la negación. Si la realidad a la que nos enfrentamos es demasiado difícil de manejar, podemos terminar entrando en un estado de negación. Esto no es común, porque la mayoría de Creación es buena, lo que significa que las personas tienden a aceptar la realidad, pero algunas no pueden manejarla y terminan estableciendo un mecanismo de defensa de negación.
Durante las Tres Semanas, tenemos la oportunidad de aprender cómo lidiar adecuadamente dentro del contexto de los tres Mundos.
Por encima de los tres mundos, hay un mundo que es completamente bueno. Se conoce como el Mundo de la Emanación y aquellos que son tzadikim viven en su estado mental. ¿Cómo perciben la realidad los grandes tzadikim? Ellos ven lo que tú y yo vemos, pero ven todo como una vestimenta para Di-s. En el Mundo de la Emanación, Di-s siempre se quita una prenda y se viste con otra prenda, por así decirlo. En cierto momento, tal vez Di-s se desprenda de la vestimenta y Le veamos, “cara a cara, cuando Di-s redima a Tzión”, “Tu maestro ya no estará vestido”, podrás verlo directamente.
Cada uno de nosotros debe esforzarse por experimentar la realidad de esta manera. Todo lo que sucede y que está en nuestra experiencia es solo una expresión externa de Di-s. Para alcanzar este estado mental, aprendemos Jasidut y tratamos de enseñarlo y difundirlo. Así como vivir la vida en los tres Mundos inferiores requiere que el ego se proteja a sí mismo con mecanismos de defensa, así el tzadik que vive en el Mundo de la Emanación no tiene necesidad de proteger su ego en absoluto. Por lo tanto, no hay mecanismos de defensa per se en el Mundo de la Emanación. Resumamos esto en un partzuf:
| Mundo | Reino de | El bien y el mal sobre | Mecanismo de defensa | Rectificado por |
| Emanación | Anulación | Todo bien: aferrarse a Di-s | ninguno | ya en estado rectificado |
| Creación | Pensamientos | La percepción | negación | difundir la dimensión interior de la Torá |
| Formación | Emociones | La autoimagen | proyección | amor sin fundamento |
| Acción | Obras | La responsabilidad | represión | Teshuvá |
Terminología alternativa
¿Hay otra forma de describir el problema en el Mundo de la Creación, que identificamos como percepción frente a ilusión? Podríamos decir aún más simplemente: conocimiento frente a ignorancia. Eso explica por qué Creación también es vista como el reino de la Torá. Cuando las personas son ignorantes, viven en una ilusión. El conocimiento construye percepción. Socialmente podríamos llamar a esto alfabetización frente a analfabetismo. El mundo es como un libro, algunas personas saben cómo leer el libro – saben leer y escribir. Otros son ignorantes y no pueden entender la realidad. Si no pueden leer el texto, lo más probable es que terminen viviendo en algún tipo de ilusión. Todas las enseñanzas interiores de la Torá están destinadas a alfabetizarnos y hacernos capaces de percibir lo que realmente está sucediendo.
El poder de la confesión
Los tres aspectos malignos de los tres mundos son, por lo tanto, la ilusión, el odio y la culpa. ¿Cómo sabemos que este período trata de la culpa, de sentir culpa? Porque son 22 días, y el rollo de Lamentaciones (Eijá) que leemos en Tishá B’av se basa en las 22 letras del Alefbet, en forma acróstica. La realidad que hemos dañado – el Mundo – es como un texto. Nos convertimos en analfabetos y emborronamos el texto.
Toda forma de rectificación de la realidad comienza con la confesión. De hecho, en la misma Torá, el elemento práctico para hacer teshuvá es la confesión. ¿Por qué? ¿Qué hace que la confesión sea superior a simplemente decidir no volver a pecar nunca más? Confesar con palabras saca a la superficie de la conciencia recuerdos olvidados o reprimidos. Sin una confesión verbal, nunca recordaré estos recuerdos reprimidos con los que no fui capaz de lidiar.
Cuál es la primera palabra de la confesión es “Somos culpables” ashamnu (אָשַׁמְנוּ). La confesión sigue el orden del Alefbet porque su propósito es rectificar todas nuestras palabras, todos nuestros recuerdos. Es la confesión general de que nosotros somos los culpables. Esa palabra corresponde al primer día de las Tres Semanas. Cada día corresponde a una de las 22 palabras de la confesión (vidui).
La Torá y los mecanismos de defensa
Comenzamos nuestra exploración de los Mecanismos de Defensa con un verso de Parashat Devarim, que siempre se lee justo antes de Tishá B’av. Así como este versículo contiene un claro ejemplo de proyección, cada uno de los mecanismos de defensa identificados por la psicología moderna tiene un ejemplo en la Torá o en los escritos rabínicos y todos ellos pueden clasificarse en función de nuestra identificación de los tres mecanismos de defensa primarios: negación, proyección y represión, correspondientes a los tres Mundos de Creación, Formación y Acción.
(basado en una clase dada el 25 de Tamuz, 5779)





Es un viaje a reprogramar nuestra vida y establecer los estados de cada mundo para lograr Elevar y anularse al amor unico incondicional ciando nuestros ego es servir en cumplir la Tora lealmente en gratitud y jesed con pureza dw corazon a Mi padre y Rey nuestro amen