MELAVE MALKA SEMANA REE – MIRA

SHAVÚA TOV

UNA HISTORIA JASÍDICA PARA DESPEDIR AL SHABAT

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Es costumbre contar una historia jasídica sobre el Baal Shem Tov al terminar Shabat por la noche en una comida de Melavé Malká, acompañando a la Reina, el Shabat

Una segulá para un buen sustento, para tener hijos y tener satisfacciones de los niños, para una vida buena y larga y para salud

1 Endulzar la Ansiedad y la Depresión

Pregunta: A raíz de un trágico suceso en la familia de mi esposa, que viva, ella sufre de depresión y ansiedades. Agradeceríamos el consejo y la bendición del Rabino.

Respuesta: Una bendición para la salud del alma y del cuerpo, y para que la Presencia Divina resplandezca entre ustedes.

“Y dulce es la luz” – esto significa que [la luz] tiene el poder de endulzar la ansiedad y la depresión. Y así se debe tener en mente al decir Ejad (“Hashem es Uno”), ya que EJaD (א–ח–ד) es el acrónimo de Or (mamtik) Jaradá Dikaón (אור-ממתיק-חרדה-דכאון) – “Luz (que endulza) la Ansiedad y la Depresión”.

Deben esforzarse, con todas sus fuerzas, para que en el hogar haya una atmósfera de “luz, alegría, gozo y honor” (como decimos al finalizar cada Shabat, el momento en que pasamos del día de descanso y alegría a los días de [potencial] ansiedad y depresión).

Y además, para un sabio de la Torá (que es el aspecto de la luz del Shabat), toda la semana es luz (sin ansiedad ni depresión en absoluto).

La regla general es: ¡hay que traer mucha luz a casa!

Que anuncien buenas noticias.

2 “El que sabe tocar música” (Iodéa Naguén)

Pregunta: En el servicio a Dios a través de la música, ¿es importante profesionalizarse, o el profesionalismo es solo por diversión?

Respuesta: La música no es para profesionalizarse ni por diversión, ¡es servicio a Dios! Cuando se toca música, vale la pena tocar bien.

Indecisión en un Shiduj (propuesta de matrimonio)

Pregunta: Estoy en la etapa de los shidujim (búsqueda de pareja) y ya me he reunido varias veces con un muchacho, pero me cuesta decidir. Por un lado, no siento que no sea adecuado para mí y, por otro, no siento con certeza que sea él. Me siento cómoda y a gusto en las reuniones, me es fácil hablar y también estar en silencio, pero no siento “chispas” (literalmente: “estar en las luces”).

Tenemos rumbos y cosas en común, pero también hay cosas en las que somos diferentes y tendríamos que aceptar esa diversidad. También tengo claro que hay cosas que todavía no sé y no conoceré hasta que nos casemos (si es que decidimos casarnos). Todo lo anterior me causa temor y no estar segura de si realmente somos compatibles y si nos llevaremos bien y seremos felices juntos en la vida matrimonial. También tengo un temor a la vida matrimonial en sí misma, y eso me dificulta aún más la decisión.

Respuesta: Lo principal (en una situación donde es difícil decidir de manera simple, como describes) es observar si el muchacho tiene buenas cualidades de carácter (midot tovot) y temor del Cielo (irat shamaim) (y qué bueno sería si fuera un verdadero Ben Torá, es decir, en la interioridad de su esencia). Pregúntate: ¿será un buen padre para sus hijos?, ¿tienen un lenguaje común cuando hablan de temas con contenido (contenido de Torá)? Y lo más importante: ¿la visión de la misión (shlijut) y del hogar que aspiran a construir es compatible? (La señal más clara de compatibilidad es que, de manera espontánea, cuando tocan el punto de la misión para con el pueblo de Israel, ambos se entusiasman en la misma dirección).

En resumen, el corazón no decide por sí solo, sino que lo hace con la guía de la mente. (Y así escribe el Rebe, que antes de la boda —para tomar la decisión de casarse— esto pertenece más a la mente que al corazón. Ciertamente, debe haber una base de atracción del corazón, pero el sentimiento principal del corazón debe desarrollarse solo después de la boda).

Una bendición para que haya buenas noticias.

*Y AQUÍ LA HISTORIA*

Un acaudalado gvir (benefactor) fue a saludar a uno de los discípulos y continuador del Baal Shem Tov, el Maguid de Mezritch.

El Maguid le preguntó:
“¿Qué comes cada día?”

El gvir respondió:
“Me comporto con humildad en mi alimentación, como un pobre: pan con sal.”

El Maguid lo reprendió y le ordenó:
“Debes comer carne todos los días y beber agua con miel (licor de miel), como corresponde a un hombre acaudalado.”

Después de que se fue, los discípulos le preguntaron al Maguid por qué le dio esa instrucción.

El Maguid respondió:
“Si el rico come carne todos los días y bebe agua con miel, sabrá que el pobre debe al menos comer pan con sal.
Pero si él mismo se contenta cada día con pan con sal, pensará que el pobre debería comer piedras.”

📖 (Cuentos jasídicos, Zavin, Torá, Parashat Ekev)

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*SHAVUA TOV*

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