LA CONCIENCIA MESIÁNICA

Después de Guimel Tamuz

En el apogeo de su campaña para elevar el grado de comprensión y conciencia del tema de Mashíaj y todo lo que significa, el Rebe de Lubavitch, Rabí Menajem Mendel Schneerson se enfermó y desapareció de nuestra percepción. Su ausencia en el reino físico creó un enorme vacío, dejando a cientos de miles de sus seguidores alrededor de todo el mundo reflexionando acerca de cómo continuar la tarea de la vida del Rebe sin su consejo constante y tangible.

El 3 de tamuz, fecha más conocida como Guimel Tamuz, del año 5764 – 2004, fue el 10 aniversario de la desaparición del Rebe. Con motivo de tal ocasión el rabino Ginsburgh escribió este artículo explicando cómo podemos continuar sintiéndonos conectados con el Rebe y de qué manera podemos avanzar y reforzar la realización del objetivo de su vida, ¡traer al Mashíaj YA!

El Rebe de Lubavitch lanzó diez campañas tendientes a incrementar el bienestar físico y espiritual de nuestra generación y rectificar el mundo. Estas campañas eran parte de la más extensa y general “campaña del Mashíaj”, que canalizaba las energías del Rebe y sus seguidores hacia la meta de traer la redención.

La campaña del Mashíaj apuntaba inicialmente a dos temas principales: las tareas del Mashíaj y la determinación de su identidad. Inicialmente el énfasis estuvo puesto en las tareas del Mashíaj en vista de las campañas que el Rebe había instituido. El tema de la identidad, por el contrario –la determinación del exacto poseedor de las cualidades mesiánicas que le permitan llevar la realidad a su consumación- no se enfatizó.

En esa etapa, era posible decir que el Rebe, el líder del movimiento, era la personalidad más cercana a la del Mashíaj identificable en ese momento, pero esto no necesariamente implicaba que estaba asumiendo el rol. Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo se fue poniendo más énfasis en la identificación de la identidad del Mashíaj y se volvió claro que el Rebe estaba esperando de cada uno que busque y descubra al candidato apropiado y lo siga.

El Rebe explica que perder la oportunidad de traer al Mashíaj eventualmente resulta en una forma de revelación más elevada aún de la que era posible previamente. El hecho de que la presencia física del Rebe esté oculta para nosotros -a pesar de que como enseña jasidut el tzimtzum (contracción) no es real- puede ser entendido como un “descenso en aras del ascenso”, con la intención de despertar la chispa del Mashíaj en nuestro interior.

Un asunto crucial es considerar qué factores produjeron este descenso y cómo deberá ser exactamente el ascenso a continuación. No es suficiente simplemente continuar con el mismo tipo de activismo mesiánico con el que estábamos involucrados antes de Guimel Tamuz o incluso incrementarlo. Debemos continuar con la elevación de la conciencia Mesiánica, pero de una manera nueva y totalmente diferente.

(Nunca está demás volver a aclarar que el término mesiánico se refiere a todo lo que tiene que ver con el Mashíaj (Mesías en castellano), sus trabajos para traer la redención y el mundo por venir, de acuerdo a la ley judia –halaja- tal como se explica en los escritos y enseñanzas del jasidismo desde el Baal Shem Tov hasta el ultimo Rebe de Jabad.)

Hablando en términos relativos, todo lo que uno hace en respuesta a las instrucciones directas y explícitas del Rebe es itkafia, “subyugar”, o sea simplemente someterse a su voluntad. Para poder practicar este tipo de itkafia no es necesario llegar echar mano de nuestro potencial oculto, porque como tal, es un servicio que no puede despertar las fibras más íntimas de nuestro corazón.

El Rebe expresó esta queja en su famosa alocución del 28 de Nisan de 5751, abril de 1991, cuando puso en nuestras manos la responsabilidad de traer la redención: ¡”Hagan todo lo que puedan!” dijo el Rebe, ¡”Actúen con la energía de las ‘luces’ de Tohu, “caos”, pero dentro de los ‘recipientes’ de Tikún, “orden-reparación”, para hacer que el Mashíaj venga inmediatamente!

En esa misma alocución se lamentó por el hecho de que sus jasidim gritasen “¡¿Hasta cuándo?!, (hay que esperar para que llegue el Mashíaj)” sólo para cumplir con el pedido de su líder y no porque estuvieran genuinamente motivados para hacerlo.

“Si desearan verdaderamente lo que están pidiendo y gritando, ¡el Mashíaj ya hubiera venido!”, insistió el Rebe.

Cuando no sabemos qué hacer para traer al Mashíaj, dónde poner el énfasis o como concentrar nuestros esfuerzos, nuestro entusiasmo para actuar forzosamente se debilita.

Pero sin dudas, ningún enfoque está más en contra del espíritu mesiánico que aquel que nos dicta que ante la duda es mejor no hacer nada. Al sopesar las opciones, alguien verdaderamente imbuido del espíritu del Mashíaj decidirá que es mejor poner manos a la obra.

Esto puede implicar actuar con cierto grado de incertidumbre, pero el fervor de la redención por su propia naturaleza es estar preparado para bucear dentro del reino de lo desconocido, confiado en que en realidad no hay otra opción.

Como está explicado en las enseñanzas del Rebe, el propósito mismo de la desaparición de la escena por parte del Rebe tiene el objetivo de sacudirnos e inducirnos a actuar en aquellas áreas inexploradas e indefinidas.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *