Partzuf LAS TRIBUS DE ISRAEL

CORRESPONDENCIAS DEL ARIZAL

La fascinante correspondencia que el Arizal enseña entre las tribus, el órgano de control, los sentidos y los meses del año

Las Tribus de Israel

El Libro del Génesis, como toda la Torá, termina con las bendiciones dadas por el líder de la generación a las Tribus de Israel. En la parashat Vaiejí es el patriarca Iaacov quien los bendice y en la parashat Berajá es Moshé.[1] Existe cierta confusión con respecto a cómo contar las Tribus de Israel. ¿Hay doce o trece? ¿Se considera a Efraim y Menashé como tribus distintas, o ambos son parte de Iosef?

Encontramos varios órdenes de las Tribus en la Torá. En el que nos vamos a enfocar es en el que presentó el Arizal, Rabí Isaac Luria – el orden de las ofrendas traídas por los reyes de cada una de las Tribus cuando se inauguró el Tabernáculo. Este es también el orden de los campamentos de las Tribus alrededor del Tabernáculo. Es marcadamente diferente del orden de nacimiento de los hijos de Iaacov, y del orden de las bendiciones de Iaacov dadas en la parashat Vaiejí (así como del orden de las bendiciones de Moshé).

La correspondencia más importante y reveladora que el Arizal trae en su estudio es entre las Tribus y los meses del año, comenzando con Nisán. En el Sefer Ietzirá, cada uno de los meses está asociado con un mazal (constelación) particular en el zodíaco, una de las 12 letras “simples” en hebreo, un “sentido” en la psique y un órgano controlador en el cuerpo. Al agregar la correspondencia entre las Tribus y los meses del año, el Arizal nos proporciona uno de los partzufim más ricos de toda la Torá.

A la correspondencia del Arizal añadiremos las sefirot. A primera vista, esto puede parecer imposible, ya que hay 12 meses y 12 Tribus, pero solo 10 sefirot (u 11 si contamos tanto conocimiento como corona). Sin embargo, existe una tradición bien consolidada que identifica tres elementos distintos en corona – la más complejo de todas las sefirot – conocidas como cabezas.[2] Cuando añadimos estas tres cabezas en la corona a las 10 sefirot (incluyendo conocimiento), tenemos 13 poderes del alma, 10 que son conscientes y 3 que son super-conscientes. 13 es 12 más 1, haciendo alusión al mes intercalado (jodesh haibur) añadido al calendario hebreo 7 veces cada 19 años. El mes 13 corresponde a la tribu de Leví, como veremos.

Primero presentemos una forma única de ilustrar nuestro partzuf. La división de 13 en 12 y 1 se refleja hermosamente en la figura del Maguén David (Estrella de David), que geométricamente se compone de 12 triángulos que rodean un hexágono central.[3] Los 12 triángulos corresponden a las 12 Tribus y el hexágono a la Tribu de Leví.

Más sobre el calendario hebreo: https://galeinai.org/calendario-hebreo/

Iehuda y el mes de Nisán

Iehuda es el rey entre las tribus. Del rey, los sabios dicen: “Cuando el rey habla, puede arrancar una montaña” (אַמַר מַלְכָּא, עֲקַר טוּרָא). Un líder en el lenguaje de los sabios es llamado dabar דַבַּר, un orador. Nisán trata de la celebración del Éxodo de Egipto. Es el primer mes del año: “Este mes será para ustedes el primero de los meses”.[4] La razón por la que el líder tiene tanto poder en sus palabras es debido a su fe, la experiencia interna asociada con la cabeza más alta en la corona – el poder del alma de Nisán y Iehuda – el Radla, que significa “la cabeza incognoscible”.

La letra asociada con Iehuda y el mes de Nisán es hei (ה), la fuente fonética de las 22 letras del alef-beit. Los sabios nos enseñan que “con la letra hei Di-s creó este mundo”. Como dice al comienzo del segundo relato de la Creación, “Cuando fueron creados”[5], behibram (בְּהִבָּרְאָם) y esta palabra está escrita de una manera que significa “con [la letra] hei, fueron creados”. Así como un rey humano habla y dirige, Di-s habló y creó. Por lo tanto, no es sorprendente que el sentido del alma de Iehuda y Nisán sea el habla.

Se explica que el peor tipo de encarcelamiento es aquel que le quita a una persona la libertad de expresión. Con el Éxodo de Egipto, fuimos libres para expresarnos. De hecho, es un mandamiento hablar y volver a relatar la historia del Éxodo en la víspera del 15 de Nisán. El texto de la Hagadá comienza con la letra hei, “Este [hei] es el pan de la pobreza”, He lajma ania (הֵא לַחְמָא עָנְיָא). El 14 de Nisán, se nos ordena sacrificar el cordero de Pesaj, el signo zodiacal del mes de Nisán. La redención de Egipto (el estado existencial de “confinamiento”, la incapacidad de expresarse verdaderamente: “todos los exiliados se denominan Egipto”) simboliza la libertad de expresión.

El Sefer Ietzirá afirma que el órgano que controla todo esto es el pie derecho. Así como el liderazgo depende del habla, también depende de la propia forma de andar, particularmente del pie derecho, que representa la confianza activa en Di-s (y por lo tanto, en uno mismo). Pronunciar palabras de Torá mientras se camina inspira nuevos hallazgos sobre los secretos de la Torá. Por esta razón, encontramos que muchos de los secretos del sagrado Zohar fueron revelados en el contexto de “caminar por el camino”.

Isajar y el mes de Iyar

Isajar es la tribu de los eruditos. El Sanhedrín era predominantemente de Isajar, quienes son conocidos como maestros del secreto del calendario judío: “conocedores del entendimiento de los tiempos”.[6] La tribu de Isajar es contemplativa por naturaleza, y servían como consejeros a sus hermanos, particularmente al rey.

Aunque no hay días festivos especiales en Iyar, todo el mes es parte de la Cuenta del Omer, la época del año en la que se nos pide que usemos nuestro entendimiento de la Torá para domar y sanar nuestra alma animal, nuestro yo inferior, simbolizado por el signo del zodíaco de este mes, Tauro, el toro. En la Torá, el mes es conocido como Ziv, que literalmente significa “resplandor”, simbolizando la luz de la Torá actuando sobre el alma animal. Iyar es el mes de la curación (natural): “Yo soy Di-s tu Sanador”[7], Ani Havaia rofeja (אֲנִי י-הוה רֹפְאֶךָ).

La letra asociada con Isajar y el mes de Iyar es vav (ו), que actúa como una conjunción y además transforma el pasado en futuro y viceversa en hebreo. Iyar actúa como la conjunción entre los dos meses de Nisán y Siván, de nuevo en virtud de la Cuenta del Omer, que comienza en Nisán, continúa a lo largo de Iyar y concluye en Siván. Estos tres meses son, en cierto sentido, una sola unidad, y son los únicos tres meses que la Torá enumera, llamándolos el primer mes, el segundo mes y el tercer mes del Éxodo.

Por lo tanto, Iyar conecta la redención de Egipto con la entrega de la Torá, asegurando que la libertad sirva a un propósito superior, la búsqueda de una relación con el Todopoderoso y un refinamiento del carácter. Este refinamiento depende del verdadero entendimiento, contemplación e introspección (la palabra para “buey” en hebreo, también significa mirar, es decir, introspección).

En el cuerpo, todas estas importantes funciones están controladas por el riñón derecho. Los riñones en general se asocian con el consejo sabio, y el riñón derecho se relaciona con el consejo espiritual o la introspección. Los riñones actúan como un tipo de conciencia, “por la noche mis riñones me castigan”,[8] y por el riñón derecho la noción es la de rendir cuentas de la propia conducta, que en hebreo significa literalmente “contabilidad propia”, jeshvón nefesh (חשבון נפש), una expresión que una vez más se relaciona con la raíz de “pensamiento” y “cálculo”, como se mencionó anteriormente.

Zebulun y el mes de Siván

Según el Arizal, la tribu de Zebulun corresponde al mes de Siván. El nombre Zebulún (זְבוּלֻן) comienza con la letra zain (ז) y es la única zain en los nombres de todas las tribus de Israel. Siván es el tercero de los doce meses del calendario judío. Es el mes en el que Di-s descendió al Monte Sinaí y entregó la Torá al pueblo judío.

Un tema recurrente es que la entrega de la Torá en el Monte Sinaí está intrínsecamente ligada con el número 3, como lo afirman los sabios: “Bendito es el Misericordioso que entregó una Torá triple a un pueblo triple, al tercero, al tercer día, en el tercer mes”.[9] En esta declaración, se hace referencia a Di-s como el “Misericordioso”, ya que el atributo de misericordia de Di-s está relacionado con el número 3, ya que es el tercero de los siete atributos emotivos del alma.

La forma de la letra zain es una vav con una corona en la cabeza que representa la corona que cada alma judía recibía en la entrega de la Torá. Además, la Torá fue dada a través de Moshé, quien nació y falleció el 7º día del mes de Adar, el 12º mes del año, donde 12 es la guematria de “esto”, ze (זֶה), la palabra asociada con el nivel único de profecía de Moshé, en contraste con todos los demás profetas que usan la palabra “así” (כה) en su nivel de profecía.

El signo zodiacal de los gemelos alude a las dos Tablas idénticas del Pacto entregadas a Moshé en el Monte Sinaí, cuando Di-s y el pueblo judío estaban en cierto sentido casados. Di-s se refiere a Su novia, el pueblo judío, como “perfecta” (תמתי), que los sabios leyeron como “mi gemela” (תאומתי). Los gemelos arquetípicos en la Torá son Iaacov y Esav. Lejos de ser idénticos, Iaacov y Esav eran opuestos, sin embargo, a través del poder de la Torá, dada en el mes de Siván, incluso la relación entre estos gemelos diametralmente opuestos puede ser rectificada y los dos pueden unirse.

Esav representa nuestro interés en los aspectos materiales de la vida, que está destinado a sostener nuestra búsqueda de la espiritualidad, representada por Iaacov. Este estado de lo material que complementa y sostiene lo espiritual se ejemplifica mejor en la tribu de Zebulun, que compartía un vínculo especial con la tribu de Isajar. Nacidos uno tras otro de su madre, Leá, heredaron áreas adyacentes en la Tierra de Israel (y en lo temporal, corresponden a los dos meses Iyar y Sivan que se suceden). El corazón de su vínculo estaba en su acuerdo de apoyarse mutuamente. La erudición de Isajar y el estudio de la Torá junto con la marina mercante y los negocios de Zebulun. Acordaron dividir sus riquezas materiales y espirituales en partes iguales.

Cuando el Libro de la Formación describe el viaje o el caminar como el sentido del mes de Siván, se refiere no sólo al movimiento físico, sino al sentido más esencial del progreso y el desarrollo. La Torá fue dada para que la humanidad pudiera progresar, y como tal, la Torá es el instrumento supremo del progreso. Sin la Torá estaríamos siempre atados al tiempo y al espacio cíclicos, incapaces de abrazar el progreso y de distinguirlo del monótono paso del tiempo.

Como tal, es apropiado que cada ley de conducta aprendida de los 613 mandamientos de la Torá sea denominada halajá (הלכה), que en hebreo proviene de la misma raíz que “caminar” (הילוך). El órgano del cuerpo que controla todo lo anterior es el pie izquierdo. Entre la izquierda y la derecha, la izquierda se considera relativamente física y mundana, mientras que la derecha, relativamente espiritual y celestial. En palabras de los sabios, esta dualidad se expresa en el dicho: “Él [Di-s] extendió Su mano derecha y creó los cielos; Extendió su mano izquierda y creó la tierra”.

Al igual que el sentido de Nisán y Iehuda, el habla (controlada por el pie derecho), caminar se relaciona con el liderazgo, pero el habla se usa para guiar a otros, mientras que caminar simboliza la capacidad de liderarse a uno mismo. Es habitual que el sentido de progreso y las habilidades oratorias confluyan en los mejores líderes. La conexión entre caminar y hablar se encuentra en el versículo: “El que camina con sinceridad, caminará con confianza”.

Reubén y el mes de Tamuz

Así como Rubén es el líder del campamento que incluye a Shimón y Gad y estaba ubicado al sur del Tabernáculo, así también el mes de Tamuz lidera la estación de verano, que consiste de los meses de Tamuz, Av y Elul. Fue en Tamuz donde los israelitas adoraron al Becerro de Oro y en ese mismo día, el 17 de Tamuz, cuando las Tablas del Pacto fueron destrozadas por Moshé, que comenzamos el período de luto de tres semanas (que termina el 9 de Av) por el Sagrado Templo en Jerusalén.

Fue también el 1 de Tamuz que Moshé envió a los espías a explorar y ver la Tierra de Canaán. A los espías se les confió la tarea de rectificar el sentido de la vista, el sentido asociado tanto con Rubén como con el mes de Tamuz. Pero fracasaron y, en cambio, vieron todo de manera negativa. De hecho, el verano (el período que comienza con Tamuz) es el tiempo en que uno debe cuidar su vista para ver solo lo que es bueno (en el mundo en general y en el prójimo en particular) y modesto. La vista rectificada se centra en la bendición, el bien y la vida, a la que se alude al final de la bendición de Moshé a los israelitas.[10] Uno debe entrenar sus ojos (tanto espirituales como físicos) para ver solo la dimensión positiva interna de la realidad y no para enfocarse en la cáscara exterior de la realidad.

La letra asociada con Rubén y la vista es la jet (ח), cuya forma está compuesta por las dos letras anteriores del alef-beit hebreo, la vav y la zayin (correspondientes a los dos meses anteriores de Iyar y Sivan) conectados por un puente delgado. Juntas, representan la dinámica de la luz espiritual que se emite desde los ojos (la vav) y la luz física que regresa del objeto observado, a los ojos (la zayin). De hecho, el nombre del mes, Tamuz (תַּמּוּז), en hebreo, significa literalmente “conectando vav y zayin“.

El signo del zodíaco asociado con Tamuz es Cáncer, sartán (סַרְטָן). Uno de sus significados es una “tira” visual, seret (סֶרֶט), que se convirtió en la palabra hebrea moderna para “una película”. Cáncer en hebreo también significa “remover el cuerpo”[11] (סַר טַן), es decir, quitar la cáscara exterior de la realidad (por medio del poder concentrado de la vista) para revelar y ver la bondad interior y la fuerza vital de la realidad.

El nombre de Reubén proviene de la raíz para ver. Todos ellos son controlados y guiados por la mano derecha y, en particular, por su dedo índice, que sirve para dirigir y enfocar la vista. Por ejemplo, al leer la Torá, es una costumbre señalar cada palabra con el dedo índice (algunos usan un dedo plateado). También es costumbre usar la mano derecha para hacer señas que indiquen los matices de la cantilación para el lector de la Torá.

Asimismo, el anillo de boda es colocado por el novio en el dedo índice de la mano derecha de la novia. Esto eleva a la pareja al nivel de “mi paloma”,[12] la intensa expresión de amor transmitida por la mirada incesante de los ojos de uno hacia el otro (volviendo los ojos rojos como un rubí, la piedra de Reubén en el pectoral del Sumo Sacerdote, cuyo nombre es cognado o afín con Rubén): “tus ojos son como palomas”.[13]

Shimon y el mes de Av

Shimón (שמעון) viene de la palabra oír, shemá (שמע). El pecado de los espías el 9 de Av implicó que el pueblo escuchara y aceptara sus difamaciones con respecto a la Tierra de Israel, por lo tanto, la rectificación general del mes de Av es la rectificación de la audición. Shimón es la única tribu que Moshé no bendijo explícitamente al final de la Torá. Esto se debió a su frustración con su participación (más que todas las otras tribus) en el pecado de Peor (prostitución con mujeres extranjeras, que resultó en idolatría).

El nombre Shimón (שמעון) se puede dividir en “hay pecado” (שם עון). Sin embargo, la reencarnación principal de Moshé es en Rabí Shimón Bar Iojai, quien más que cualquier otro sabio “escucha” la dimensión interior y el significado de la Torá de Moshé. Por lo tanto, la degeneración del sentido del oído conduce a la destrucción del Templo a través de la idolatría. Su rectificación lleva a cabo la reconstrucción eterna del Templo aferrándose al atributo más esencial de Moshé: la humildad.[14]

La palabra “pecado” (עון) permuta para formar la palabra “humilde” (ענו). Permutar el pecado de esta manera depende de la capacidad de escuchar el discurso por excelencia de Moshé a nosotros: “Escucha, oh Israel, Havaia es nuestro Di-s, Havaia es Uno”.[15] Moshé habla a Israel a través de la raíz del alma de Shimón. De hecho, cuando un mensaje penetra profundamente (derher en idish), se dice que viene con un profundo sentido de humildad en el alma. Oír y hablar, el sentido del mes de Nisán y Iehuda van de la mano. El objetivo del mes de Av es, por lo tanto, escuchar el mensaje pronunciado por el mes de Nisán (el mes de la redención) e integrar su fe en nuestra conciencia.

A pesar de que Moshé no bendijo explícitamente a Shimón, aludió a él en la primera palabra de la bendición de Iehuda: “Escucha a Di-s la voz de Iehuda…”[16] Fortaleciendo aún más la conexión entre Shimón y Iehuda, el territorio de Shimón está incluido dentro del territorio más grande de Iehuda en la Tierra de Israel. La suma de Shimón y Iehuda es 496, el valor de “reino”, lo que sugiere que el reino de Iehuda depende de su asociación con Shimón.

La letra hebrea asociada con Shimón y Av es tet (ט), cuya forma se asemeja a un útero. Su valor es 9, aludiendo a los 9 meses de embarazo. La primera aparición de una tet en la Torá es en la palabra “bueno”, tov (טוב), y los sabios señalan que, al igual que un útero, la bondad de la tet está escondida en su interior. Hay un versículo fundamental sobre la bondad de la Tierra de Israel, que combina el sentido del oído, con el nombre del mes, Av, cuyo significado es desear o querer:

“Si quieres y escuchas, participarás de la bondad de la tierra”[17]

Im tovú ushmaetem tuv haaretz tojelu

אִם תֹּאבוּ וּשְׁמַעְתֶּם טוּב הָאָרֶץ תֹּאכֵלוּ


[1] Este paralelismo entre Iaacov y Moisés es una de las razones que llevan al Zohar a señalar que “Iaacov en el exterior, Moisés en el interior”, es decir, que Moisés actúa como una especie de alma que anima la vida y obra de Iaacov. Asimismo, las bendiciones que aparecen al final del Génesis son relativamente externas en comparación con las bendiciones que ofrece Moisés al final de toda la Torá.

[2] Para una discusión en profundidad de las fuentes y consideraciones involucradas en esta expansión del árbol sefirótico, ver nuestro volumen hebreo, שיעורים בסוד ה’ ליראיו, vol. 3, pp. 295 y siguientes.

[3] En otro lugar analizamos una serie de números llamados números Maguén David definidos por la ecuación: Yn = 12rn 1, donde Yn es el n-ésimo número Maguén David y rn es la suma de los números enteros del 1 al n.

[4] Éxodo 12:2

[5] Génesis 2:4

[6] 1 Crónicas 12:33

[7] Éxodo 15:26

[8] Salmos 16:7

[9] Shabat 88a

[10] Deuteronomio 33:28, la palabra “confianza” (בֶּטַח) es un acrónimo de estas tres cosas (בְּרָכָה טוֹב חַיִּים), que aparecen en otros versículos como lo que debemos elegir conscientemente: “Mira, hoy doy delante de ti bendición y maldición. La bendición…” (Deuteronomio 11:26) y “Mirad, hoy os he dado la vida y el bien, la muerte y el mal… y escogerás la vida” (Deuteronomio 30:15-19).

[11] La palabra, tav, טַן significa cuerpo, como en la frase (Kidushin 41a), “es mejor sentarse como dos cuerpos, que sentarse como una viuda” (טָב לְמֵיתַב טַן דּוּ מִלְּמֵיתַב אַרְמְלוּ).

[12] Cantar de los Cantares 5:2

[13] Ibid. v. 12

[14] Números 12:3

[15] Deuteronomio 6:4

[16] Ibid. 33:7

[17] Isaías 1:19

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