LECTURA DE LA TORÁ VAERÁ:
Y SE REVELÓ CON EL NOMBRE HAVAIÁ PARA RECIBIR LA TORÁ VERDAD Y MENTIRA
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Exodo Capítulo 6 2 Dios le habló a Moshé y le dijo: “Yo soy el Señor. 3 Me revelé ante Avraham, Itzjak y Iaakov como Dios Todopoderoso (El Shadai), y no les permití que Me conocieran por Mi nombre el Señor. 4 También hice Mi pacto con ellos, [prometiendo] darles la tierra de Cnáan, la tierra de su peregrinaje, donde vivieron como extranjeros. 5He también oído el gemido de los israelitas, a quienes los egipcios mantienen como esclavos, y he recordado Mi pacto. 6 ”Por consiguiente, diles a los israelitas [en Mi nombre]: ‘Yo soy Dios. Los sacaré de su trabajo forzado en Egipto y los libraré de la esclavitud de ellos. Los libertaré con una demostración de Mi poder y con grandes actos de juicio. 7 Los tomaré para Mí como nación, y Yo seré para ustedes por Dios. Sabrán que Yo soy Dios su Señor, Quien los está sacando de debajo de la subyugación egipcia. 8 Los traeré a la tierra respecto de la cual levanté Mi mano, [jurando] que se la daría a Avraham, a Itzjak y a Iaakov. La daré a ustedes como herencia. Yo soy Dios’”.
INSTITUTO GAL EINAI EL PORTAL A LA DIMENSIÓN INTERIOR DE LA TORÁ RABINO ITZJAK GINSBURGH
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*📌EL EXILIO PARA UNA GRAN REVELACIÓN*
HILULA DEL RAMBAM Y DEL ARMUS HAZAKÉN
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PARASHÁ VAERÁ – “Y SE REVELÓ”
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💬EL EXILIO PARA UNA GRAN REVELACIÓN
En Parashá Vaerá, Hashem dice: “Yo soy Havaie; Me aparecí a Abraham, Itzjak y Iaacov como KE-l Shad-ai, pero Mi Nombre Havaie no les di a conocer” (Éxodo 6:2-3). Según Jasidut, esto revela que Havaie representa la esencia divina ilimitada, mientras que Elokim simboliza la limitación y la naturaleza.
Los patriarcas vivieron con fe profunda, percibiendo a Hashem a través de los velos naturales, pero en la redención de Egipto, Hashem se reveló como Havaié: la unión de lo infinito con lo finito, la esencia divina que trasciende y llena toda existencia. Esto enseña que incluso en nuestras limitaciones podemos revelar la infinitud de Hashem.
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RAMBAM: MISHNÉ TORÁ
Introducción al Rambam 1 a la Mishné Torá
“En el nombre de Dios, Señor del mundo”2 (Génesis 21:33): “Entonces no me avergonzaré cuando
Las mitzvot dadas a Moisés en el Monte Sinaí fueron dadas todas junto con sus explicaciones,4 como se implica en [Éxodo 24:12]: “Y te daré las tablas de piedra, la Torá y la mitzvá”.
“La Torá” se refiere a la Ley Escrita; “La mitzvá”, a su explicación. [Dios] nos ordenó cumplir “la Torá” de acuerdo a [las instrucciones de] “la mitzvá”. 5 “La mitzvá” se llama la Ley Oral.
Moshé, nuestro maestro, transcribió personalmente toda la Torá antes de morir. Le dio un rollo de la Torá a cada tribu y colocó otro rollo en el arca como testimonio, como dice [Deuteronomio 31:26]: “Toma este rollo de la Torá y colócalo [junto al arca…] Y estará ahí como un testimonio”.
Toda la Torá fue escrita por Moshé Rabeinu antes de morir de su puño y letra. Y dio un libro a cada una de las tribus, y un libro lo pusieron en el arca para siempre. Como se dice: “Toma este rollo de la Torá y ponlo, etc.”
“La mitzvá”, es decir, la explicación de la Torá, no la transcribió. 6 En cambio, lo mandó [verbalmente] a los ancianos, a Josué y a la totalidad de Israel,7 como dice [Deuteronomio 13:1]: “Tengan cuidado de guardar todo lo que les prescribo”. Por esta razón, se le llama la Ley Oral.
Aunque la Ley Oral no fue transcrita, Moisés, nuestro maestro, la enseñó en su totalidad en su patio a los setenta ancianos. Elazar, Pinjás y Josué recibieron la tradición de Moisés.
ENSEÑA El REBE: SABOREAR LA REDENCIÓN
Nuestra tarea, ahora, al final del tiempo del exilio, es hacer “recipientes” para las revelaciones de la redención futura. Se entiende, entonces, que dado que sobre el futuro está dicho “porque todos me conocerán”, también ahora debe haber un “reflejo” de este propósito. Es decir, cada uno debe esforzarse en la comprensión y el entendimiento de la divinidad.
Es conocido lo que se menciona en los escritos del Arizal, y también está traído en la halajá, que en la víspera de Shabat se debe “saborear” de los manjares del Shabat, como está dicho: “Los que la saborean, merecen la vida”. Y dado que nos encontramos en la víspera de Shabat, después de la plegaria de Minjá, debemos “saborear” ya ahora de la profundidad interior de la Torá, la cual será revelada en el futuro.
¿Hasta cuándo un judío tendrá que sufrir y ocuparse de los asuntos del mundo?
En el futuro, se cumplirá la profecía: “Y extranjeros estarán de pie y apacentarán vuestro rebaño”. Entonces, el judío no tendrá necesidad de ocuparse en los asuntos del mundo (como arar, sembrar, etc.) y podrá dedicarse al estudio de la Torá todo el día, acorde a su naturaleza y voluntad.
Por eso, el judío clama a Hashem: “¿Hasta cuándo? ¿Hasta cuándo tendrá que sufrir y ocuparse de los asuntos del mundo? ¿Es posible que una persona esté arando en el tiempo de la aradura y sembrando en el tiempo de la siembra…? ¿Qué será de la Torá?”.
Y si se necesita “tu grano, tu vino y tu aceite”, hay una “solución” para Hashem: traer la redención, y entonces se cumplirá la profecía: “Y extranjeros estarán de pie y apacentarán vuestro rebaño”.
(Tomado de “Hitvaaduyot 5743”, vol. 2, págs. 871-872, citado en “Likkrat Shabat”).
NIGUNIM DEL PEREK SHIRÁ
“מִקֹּלוֹת מַיִם רַבִּים, אַדִּירִים מִשְׁבְּרֵי יָם, אַדִּיר בַּמָּרוֹם יְהוָה“
(Psalmos 93:4)
“Más que el estruendo de muchas aguas, más que las poderosas olas del mar, poderoso es el Señor en las alturas.”
(Salmos 93:4)
Este verso del libro de los Salmos expresa la majestuosidad y la grandeza de Dios a través de imágenes de poderosas aguas y olas. El sonido de muchas aguas y la fuerza de las olas del mar simbolizan la inmensidad y la intensidad de la creación, pero, aun así, se resalta que Dios es más poderoso y majestuoso que estos elementos naturales. En el trono celestial, Dios está por encima de todo, trascendiendo incluso las fuerzas más imponentes de la naturaleza.
En el Perek Shirah (Capítulo de la Canción), el Sol y la Luna tienen sus respectivos versos de alabanza a Dios:
El Sol (Shemesh):
הַשֶּׁמֶשׁ אוֹמֵר: “אוֹר זָרֻעַ לַצַּדִּיק, וּלְיִשְׁרֵי־לֵב שִׂמְחָה.”
Traducción:
“El sol dice: Luz está sembrada para el justo, y alegría para los rectos de corazón.”
(Salmos 97:11)
La Luna (Yareaj):
הַיָּרֵחַ אוֹמֵר: “עֵדֶיךָ נֶאֶמְנוּ מְאֹד, לְבֵיתְךָ נַאֲוָה קֹדֶשׁ, ה’ לְאֹרֶךְ יָמִים.”
Traducción:
“La luna dice: Tus testimonios son muy confiables; la santidad embellece Tu casa, oh Señor, por siempre jamás.”
(Salmos 93:5)
Ambos cuerpos celestes son expresiones de la grandeza de Dios en la creación, proclamando su magnificencia y justicia a través de sus canciones eternas.
Resumen de Parashá Vaerá
En la parashá Vaerá, Dios se revela a Moisés con el nombre Havaiá, mostrando un nivel más elevado de relación con el pueblo de Israel, diferente al de los Patriarcas. Le promete redimirlos de la esclavitud en Egipto con cuatro expresiones de redención: “los sacaré,” “los salvaré,” “los redimiré,” y “los tomaré.”
Moisés y Aarón confrontan al faraón para que deje salir al pueblo, pero su corazón se endurece. Entonces, Dios envía las primeras siete plagas sobre Egipto: sangre, ranas, piojos, animales salvajes, peste en el ganado, úlceras y granizo.
Cada plaga muestra el poder absoluto de Dios y desafía la idolatría egipcia, preparando el camino para la redención futura.
Puntos principales de Parashá Vaerá
- Revelación de Dios a Moisés:
- Dios se presenta como Havaiá (Yud-Hey-Vav-Hey) y promete redimir a los israelitas con un nivel de relación más elevado que con los Patriarcas.
- Cuatro expresiones de redención:
- “Los sacaré,” “los salvaré,” “los redimiré,” y “los tomaré.”
- Promesas fundamentales de la salida de Egipto y la futura relación con Dios.
- La misión de Moisés y Aarón:
- Moisés y Aarón enfrentan al faraón, exigiendo la liberación del pueblo de Israel.
- Endurecimiento del corazón del faraón:
- Dios endurece el corazón del faraón para mostrar Su poder a través de las plagas.
- Inicio de las diez plagas:
- Se relatan las primeras siete plagas:
- Sangre: Las aguas del Nilo se convierten en sangre.
- Ranas: Una invasión de ranas cubre la tierra.
- Piojos: El polvo de la tierra se convierte en piojos.
- Animales salvajes: Bestias salvajes invaden Egipto.
- Peste en el ganado: Muerte masiva del ganado egipcio.
- Úlceras: Llagas dolorosas afectan a humanos y animales.
- Granizo: Una tormenta devastadora destruye los cultivos y las tierras.
- Se relatan las primeras siete plagas:
- Demostración del poder de Dios:
- Cada plaga desafía y desmantela una de las deidades o sistemas de creencias de Egipto, mostrando la supremacía divina.
- Preparación para la redención:
- Las plagas no solo castigan a Egipto, sino que también fortalecen la fe de Israel y revelan la grandeza de Dios como el Redentor.
PARASHÁ VAERÁ: TORÁ OR DEL ADMUR HAZAKÉN
La esclavitud en Egipto como preparación para la gran revelación
El artículo explica cómo los versículos al inicio de la parashá “Vaerá” contienen una afirmación importante que da continuidad a lo mencionado al final de la parashá anterior: “¿Por qué has hecho mal a este pueblo?” La enseñanza clave es que la esclavitud en Egipto fue una preparación, o más precisamente, una etapa de preparación. Si bien D-os se reveló a los patriarcas, la intención era profundizar y elevar el vínculo con Él, de modo que, después de que el pueblo de Israel pasara por la esclavitud en Egipto, estuvieran preparados para merecer la gran revelación.
El artículo comienza con una pregunta: a) ¿Por qué el versículo dice: “Me aparecí a Abraham, etc.”? b) Según el Midrash, hace referencia a la queja de Moshé: “¿Por qué has hecho mal a este pueblo?” Es necesario comprender el mensaje: si el pueblo de Israel debía pasar por la esclavitud en Egipto, y esta ya había sido decretada en el pacto entre las piezas (Brit Bein Habetarim), ¿qué conexión tiene esto con algún posible pecado?
Para entender esta cuestión, primero debemos examinar los conceptos asociados con el nombre de Hashem (el Tetragrámaton) y el nombre de Elokim. En el relato de la creación, vemos que el mundo fue creado inicialmente con ambos nombres, como dice: “El día en que Hashem Elokim hizo la tierra y los cielos”. La diferencia entre estos dos nombres radica en que “Elokim” implica fuerza y juicio, mientras que “Hashem” se refiere a la unidad y la revelación divina.
Los dos nombres divinos y su significado en la revelación
Estos dos nombres, Hashem y Elokim, representan dos niveles en la manifestación divina. Esto está insinuado en el versículo: “Porque grande es Hashem y digno de ser alabado, y Su grandeza no tiene límite”. Aparentemente, el versículo parece contradictorio: primero afirma “grande es Hashem”, lo que implica una percepción de Su grandeza, mientras que el segundo fragmento, “Su grandeza no tiene límite”, sugiere que es completamente inalcanzable.
La explicación es que la verdadera grandeza esencial de D-os es, de hecho, “inaccesible e incomprensible”, como está expresado en la frase cabalística “ningún pensamiento puede atraparte en absoluto”. Sin embargo, cuando la luz divina se manifiesta en forma de un resplandor limitado o una iluminación parcial, entonces podemos declarar: “Grande es Hashem”.
Estos dos nombres se pueden comparar a dos “almas”: Hashem representa Su esencia absoluta y perfección total, mientras que Elokim simboliza la revelación divina limitada, ajustada para crear y sostener a los mundos. Como está dicho en el versículo: “Sol y escudo es Hashem Elokim” – el nombre Hashem es como el sol, la fuente misma de la luz, mientras que el nombre Elokim es como un escudo que limita y regula esa luz para que pueda ser absorbida y utilizada por los mundos.
Cuando la luz divina se canaliza a través del nombre Elokim, se produce un nivel de revelación adecuado para la creación de los seres. Este proceso permite que los mundos reconozcan y alaben a Hashem como el creador, como está dicho: “¡Cuán numerosas son Tus obras, Hashem!”. Este es el significado de la grandeza de Hashem en relación con los mundos inferiores y superiores, una grandeza que es perceptible y elogiada dentro de los límites de la creación.
Sobre los mundos inferiores se dice “¡Cuán numerosas son tus obras, Hashem!”, porque en ellos hay una multitud de seres creados y una diversidad de muchos detalles, desde las categorías de inanimado, vegetación, animal y ser humano, y dentro de cada categoría hay detalles particulares, como diferentes tipos de plantas y frutas, cada una con un sabor único. Todos estos reciben su vitalidad de la luz divina, que se contrae para poder dar vida a cada creación específica.
Sin embargo, sobre los mundos superiores se alaba a Hashem diciendo “¡Cuán grandes son tus obras, Hashem!”, porque allí se habla de seres creados grandes en nivel, como los ángeles y las almas de los justos, que se deleitan en el resplandor de la Shejiná, con múltiples deleites que no se asemejan unos a otros.
Toda esta diversidad, tanto en los mundos inferiores como en los superiores, proviene del nombre Elokim, y por ello este nombre está en plural. En contraste, el nombre Havaya (YHWH) se llama “Uno”, porque es la fuente y raíz de todo, anterior incluso a la luz misma que origina la diversidad.
Del nombre Elokim surge en el corazón del hombre la reverencia y el amor hacia Hashem, ya que “no hay pensamiento que lo pueda captar”. El hombre no puede comprender a Hashem en su esencia, pero el nombre Elokim, que permite cierta percepción y entendimiento, da al hombre el poder de despertar estas emociones. Y a través de este entendimiento, el hombre puede elevarse a un amor supremo hacia Hashem, por encima de los mundos. Esto está relacionado con el concepto de “la unificación de Havaya y Elokim”, como se menciona en el versículo: “Y Elokim habló a Moshé y le dijo: ‘Yo soy Havaya'”.
Con este espíritu se explica la continuación de los versículos. Al principio, Hashem dice que la revelación a los patriarcas fue a través del nombre “El Shaddai”. Este nombre expresa el atributo de limitación y contención (“quien dijo al mundo ‘basta'”). A través de la luz divina limitada, los patriarcas podían despertar atributos de amor y reverencia hacia Hashem desde abajo hacia arriba. Sin embargo, el hombre puede elevarse desde este nivel a un amor supremo que viene desde arriba. Esto fue el estado antes de la entrega de la Torá.
Y esto es lo que dice al final: “Pero con mi nombre Havaya no me di a conocer a ellos”. Es decir, antes de la entrega de la Torá, el hombre no tenía la capacidad por sí mismo de alcanzar a Hashem en su esencia, que está más allá de la manifestación en los mundos. Sin embargo, en el futuro, el pueblo de Israel podrá revelar esto, a través de la Torá y las mitzvot. Y sobre esto se dice: “Yo te saqué”, lo que implica que Hashem nos dio Sus propios mandamientos, y esto se continúa con el cumplimiento de las mitzvot por parte de nosotros.
Sin embargo, para este propósito fue necesaria la preparación de la esclavitud en Egipto, porque las revelaciones superiores vienen en un formato de “avance y retorno” (ratzó v’shov). Y para que ocurra el “shov” (la continuidad hacia abajo), primero debe haber el “ratzó” (la elevación hacia arriba). Por eso, antes de la gran revelación del nombre Havaiá, hubo una etapa de retiro de la vitalidad y su elevación hacia arriba, y la consecuencia de esto fue la esclavitud en Egipto. Esta es la explicación de la prolongación del exilio actual, que es el “ratzó” previo al “shov”, es decir, la revelación inmensa que habrá en la futura redención.
Al final del ensayo, se explica que las dimensiones de los nombres Elokim y Havaiá existen también en el amor a Dios. La primera dimensión, que es la unificación de Havaiá con Elokim, se llama “con todo tu corazón”. Mientras que la revelación de Havaiá en “con toda tu alma” no contiene en absoluto una sensación de autoexistencia, sino una anulación absoluta ante la luz del nombre Havaiá.