QUÉ ES LA CONFIANZA

22 de Marjeshván, 5786

Rabí Gedalia Moshe Goldman fue el quinto Admor (líder jasídico) de la dinastía de Zvhil. Nació de su padre, Rabí Shlomo de Zvhil, y se casó con la hija de Rabí David Shlomo de Kobrin. Después de que su padre emigró a la Tierra de Israel, fue nombrado en el año 5686 (1926) como Rabino en la ciudad de Zvhil en Ucrania, y fue conocido como un hombre santo, estricto consigo mismo y lo más indulgente posible con los demás. Fue perseguido por el régimen soviético por guardar la Torá y las Mitzvot y fue sentenciado a siete años de trabajos forzados en Siberia. También allí demostró una fe firme y valentía, diciéndoles a sus jueces que no hay nada en el mundo que se haga sin permiso del Cielo. Tras su liberación, sirvió un tiempo como rabino en un pueblo cerca de Moscú, y en el año 5697 (1937) logró huir de Rusia y ascender a la Tierra de Israel. En Jerusalén vivió con modestia, y en el año 5705 (1945), tras el fallecimiento de su padre, comenzó a servir como Admor de Zvhil. Falleció el 24 de Marjeshván de 5710 (1949) y fue enterrado en el cementerio de Givat Ram; su tumba se ha convertido en un lugar de oración para multitudes.

Relató Rabenu (nuestro maestro) que el Maguid (predicador) de Zlotshov ZI”A (que su mérito nos proteja) vino una vez a Mezritch y pidió entrar a [ver] al Maguid de Mezritch. Los miembros de su casa le respondieron que el Rebe estaba sumido en una gran preocupación por uno de los miembros de su familia, que estaba gravemente enfermo y debatiéndose entre la vida y la muerte, y no estaba recibiendo gente.

El Maguid de Zlotshov pidió de todos modos entrar a verlo, abrió la puerta, entró donde el Maguid de Mezritch y le dijo: ¿No entiendo por qué el Rebe se preocupa? ¡Si este enfermo comerá la cena con nosotros! Y así fue, el enfermo sanó y participó en la cena de esa noche.

Después, dijo el Maguid [de Mezritch], que él no había visto ninguna vía para la curación del enfermo, sino que las palabras llenas de confianza (Bitajón) del Maguid de Zlotshov obraron su efecto.

Una vez le dijo a su discípulo, R’ Eli Roth: “La cualidad de Confianza (Bitajón) que yo sostengo es creer que lo que ocurre en el mundo y lo que sucede, todo es para bien. Sin embargo, hay un nivel más alto: que con la fuerza de una fe intensa, uno atrae aquello que solicita”.

“¿Acaso deseas saber qué es la confianza (Bitajón)?”

 – se dirigió una vez Rabenu a su discípulo Rabí Eli’, “Te contaré”:

En Zvhil había la costumbre de comprometer a las hijas a los doce años, mientras que la boda no se celebraba hasta tres años después, a los quince. Esos tres años estaban destinados a recolectar una suma de dinero, centavo a centavo, para los gastos de la boda. Conocí a un judío, residente de Zvhil, que comprometió a su hija y, como era costumbre, durante los años entre el compromiso y la boda, reunió una suma considerable.

El judío pensó para sí: ‘He aquí que nuestros Sabios dijeron que “todo el sustento de una persona le es asignado desde Rosh Hashaná hasta Rosh Hashaná, excepto los gastos de Shabat y iom Tov”‘. Seguramente, el dinero para los gastos de otros en honor al Shabat tampoco está incluido en la cuenta. Y dado que en Zvhil hay muchos pobres y menesterosos que no tienen dinero para los gastos de Shabat, es apropiado, por lo tanto, que la suma de dinero que ahora está en mi poder sea repartida para el beneficio de estos pobres para Shabat y Yom Tov, ya que este dinero estará fuera de la cuenta que me fue asignada. Resultará que los pobres saldrán beneficiados, mientras que yo no perderé nada en absoluto de este trato.

Y así, repartió el dinero para las necesidades de Shabat de los pobres de la ciudad. Desde entonces, comenzó con su costumbre de repartir cada miércoles una suma considerable a los pobres. Ciertamente, desde el Cielo lo ayudaron, y tampoco le faltó el dinero para las necesidades de la boda que se acercaba, y todo llegó a su lugar en paz. Desde entonces, la costumbre se extendió en Zvhil, de que cada víspera de Shabat salían carretas repletas de comida para los necesitados de Shabat.

Rabenu terminó su relato a Rabí Eli’, y dijo: “¡Eso es Fe (Emuná)!”.

Rabí Eli’ escuchó la historia con seriedad, pero no se atrevió a preguntarle a su Rabino quién era dicho judío… ‘Es posible’, pensó, ‘que ese judío maravilloso no fuera otro que el propio narrador…’

Para profundizar bien estas historias conmovedoras, prestaremos atención, como es nuestra costumbre, a los matices entre las muchas expresiones de fe (Emuná y Bitajón) que contienen. Si bien Rabí Guedalia Moshe las describe todas con las palabras “fe y confianza”, parece que ciertamente pueden explicarse según nuestro método aquí, como expresiones de las tres facetas de la dependencia del judío en Dios, Bendito sea: Fe (Emuná), Confianza Pasiva (Bitajón Savil) y Confianza Activa (Bitajón Pa’il).

La Fe (Emuná), la más pasiva y básica de las tres, es la que Rabí Gedalia Moshe testifica que él mismo posee: una fe pura en la bondad de Dios y Su providencia, que elimina el temor a los eventos negativos.

La Confianza Pasiva (Bitajón Savil), en contraste, “interviene” en las consideraciones Divinas y está segura de que su experiencia personal tiene peso, y que el Santo, Bendito sea, dirigirá su camino de la manera deseada por el que confía. Este nivel es similar a la historia del Maguid de Zlotshov, que está seguro de que el enfermo sanará, y no simplemente consuela al Maguid [de Mezritch] diciendo “todo es para bien”.

Pero el tercer nivel, y el más interesante, es el que el Rebe de Zvhil demuestra con sus propias acciones: cuando reparte las enormes sumas destinadas a la boda de su hija, con la confianza absoluta de que Dios no lo decepcionará. Esta es la Confianza Activa (Bitajón Pa’il), que confía en que Dios se manifestará a través de sus acciones y las deseará; no solo [confía] en un bien Divino abstracto, ni siquiera en el bien según su propio entendimiento, sino en el bien que Dios obra a través de él y a través de sus acciones en el mundo.

Y en verdad, la principal expresión de la fe y la confianza en Dios es aumentar en el precepto de la Caridad (Tzedaká). Tanto con su dinero, como con su cuerpo y con su alma. La entrega al prójimo, ya sea materialmente o difundiendo los manantiales [de la Torá] hacia el exterior: la persona que confía en Dios lo da todo, literalmente se abandona a sí misma para dar caridad y ayudar a un judío. En tal caridad también aparece la fe (Emuná), la fe en que cada judío es digno de que yo me sacrifique por él. Además, se requiere también la confianza (Bitajón) de que no importa cuánto le dé al otro, nada me faltará a mí.

Abraham Avinu, el primero de todos los creyentes, fue también el primero de los que confían en Dios. Sobre él se dijo: “Y creyó en Hashem, y Él se lo consideró como caridad (Tzedaká)”, y él encarnó en su vida el versículo: “Mas el que confía en Hashem, la bondad (Jésed) lo rodeará”. Una bondad Divina que fluye sobre él, y una bondad Divina que también fluye desde él, en una entrega sin límites. Sobre el versículo “Y creyó en Hashem, y Él se lo consideró como caridad” – se trae en el Jasidut que “la Fe es considerada como Caridad” y también “la Fe viene a través de la Caridad”. La fe y la confianza están ligadas a la caridad con un vínculo profundo, y quien realmente confía en Dios, dará caridad sin límites.

(Extracto de la clase del 22 de Tamuz 5779 – Fe y Confianza 25)

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