CIENCIAS SOCIALES

TORÁ Y CIENCIA

Universidad de la Torá

CIENCIAS SOCIALES

CIENCIAS SOCIALES

INTRODUCCIÓN 2

EL COLECTIVISMO 3

EL INDIVIDUALISMO 3

TORÁ 3

Las Tres Coronas y la Jerarquía de Necesidades de Maslow 6

Analizando y Expandiendo la Pirámide de Maslow 7

Ciencias Sociales – Sefirá de Jesed

COMPARATIVA DE LAS VISIONES DEL MUNDO

INTRODUCCIÓN

En Cabalá existen tres modelos generales para la organización de las estructuras sociales, todas ellas se derivan de una concepción extralimitada de la verdadera identidad de un ser humano. Esta identidad incluye tanto la universalidad “abstracta” como la individualidad “concreta” jugada por las tensiones positivas experimentadas por el sujeto atrapado en las corrientes de la vida política y social. A los tres modelos que tratan de las relaciones de la universalidad e individualidad se les conoce como mundos, ya que el término olam, “mundo,” en el pensamiento jasídico tiene una connotación de marco de referencia y una óptica para visualizar un cierto ámbito de la realidad. Los términos para estas tres diferentes visiones de la realidad, son:

akudim -“aglutinados”, nekudim- “puntos” y berudim- “veteados”

Cada una de estas visiones del mundo se pueden describir como estructuras sociales y políticas.

EL COLECTIVISMO

La primera visión del mundo, ekudim “aglutinados”, se refiere a una situación donde el espectro de los detalles individuales de la realidad es expresado como “aglutinados” en un sólo paquete homogeneizado. Por lo tanto, sólo refleja universalidad, y no hay un reconocimiento de los componentes individuales que conforman el conjunto. Más concretamente, esta visión del mundo representa una forma pura de colectivismo social o socialismo, a través del cual el individuo es anulado por la sociedad y su identidad particular debe ceder siempre para el beneficio general.

Esta perspectiva se deriva de la noción de que el individuo, en última instancia, no requiere de nada para sí mismo, y puede ser totalmente desinteresado al grado de que nada importe, a excepción del colectivo, y todo es entendido de manera ideológica o se expresa retóricamente desde el punto de vista de la colectividad.

EL INDIVIDUALISMO

Por el contrario, la segunda visión del mundo, nekudim “puntos,” sugiere que cada individuo es un “punto” en la realidad. Este individualismo radical es puramente egoísta en su intención, viendo al prójimo como un objeto para ser asimilado por la propia autobiografía, o ser removido como irreconciliable con nuestra propia autenticidad. En el caso de esta visión del mundo, cada individuo viene en su propio paquete estilizado, que es independiente y distinto de todos los demás, sin embargo, no hay un verdadero sentido de integración inter-personal. Como modelo de la estructura social, se asemeja a la forma pura del capitalismo, donde cada quien trata de acumular para sí mismo tanto como le sea posible. La persona se encuentra en constante competencia con el prójimo así como en una búsqueda incesante de la fama y la fortuna. Siente como si debiese desafiar e imitar a los demás.

La frase en la Cabalá para este tipo de visión social altamente individualista se relaciona a la descripción de la Torá de los Reyes de Edom, de los cuales se dice, de cada uno de ellos excepto el último, que “Reinó y luego murió”. De acuerdo a la Cabalá, estos reyes representan al caótico mundo de los “puntos” que es fundamentalmente inestable debido a la falta de integración de sus diversas fuerzas. Así también, las personas ejercen su autoridad, llegan al poder, a la riqueza y el éxito, y luego caen y son tragados por las próximas generaciones o por sus competidores inmediatos, y consecuentemente mueren, desapareciendo de la escena en la que, al menos por un tiempo, tenían el escenario central.

TORÁ

La tercera visión del mundo, que podría llamarse “la perspectiva de la Torá,” es el mundo de los berudim “rayados.” Lo que está implícito en la palabra berudim es que hay un ensamble de los puntos individuales así como de las líneas que los conectan, interconectados uno al otro. En otras palabras, combina los aspectos positivos de los dos mundos anteriores. Por consiguiente, a veces se le llama el mundo de la rectificación –que lleva consigo la promesa del continuo mejoramiento – trabajando dentro de las limitaciones humanas, mientras que es asistido con ayuda Divina. Lo paradójico de esta visión del mundo es la combinación de opuestos al mismo tiempo que sugiere que la estructura social requiere tanto del colectivismo como de la individualidad simultáneamente.

Ahora, lo extraordinario de la incorporación de la colectividad y la individualidad en este punto de vista, consiste en la insistencia de que cualquier tercera alternativa no sería simplemente una síntesis o dilución de los estados puros de las otras dos. Lo que la Cábala sugiere aquí una comprometida sombra de grises, sino más bien la integración de los opuestos como opuestos simultáneamente. El logro de esta posición rectificada requiere que la persona reconozca su lugar, esté satisfecha con su parte, para que se de cuenta de que todo lo que tiene proviene de Dios, y por lo tanto, se incline naturalmente a ofrecer sus dones, talentos y habilidades hacia una única, insustituible contribución a la sociedad.

En pocas palabras, sé que lo que tengo es mío, únicamente mío, con el objetivo de ejercer mi responsabilidad y beneficiar a otros. Mi responsabilidad es únicamente mía. De esta manera, nuestra situación no podría ser descrita como colectivismo, puesto que cada individuo juega un papel esencial como individuo y se reconoce como tal. Tampoco se le puede describir como individualismo, pues nada de lo que poseo o de lo que tengo soberanía es únicamente para mí, sino que siempre se me otorga para que yo la pueda emplear en beneficio del prójimo, para el colectivo. Además, no tiene sentido permanecer congelado en mi soledad como individuo, sino que estoy continuamente siendo entregado en una relación social a través de mi contacto con el prójimo, y por lo tanto, también juego un papel en la identidad colectiva.

* Rabino Asher Crispe, basado en parte en el ensayo “ Sheloshá Olahmot”, “Tres Mundos”, del Rabino Itzjak Ginsburgh

CUATRO CORONAS Y LA PIRÁMIDE DE LAS NECESIDADES HUMANAS

Tres de los utensilios que se le ordena a Moshé que construya en el Tabernáculo, tienen una característica especial en común. El arca, la mesa y el altar de oro, todos debían ser elaborados con una diadema de oro único o corona alrededor de su borde superior.

Con respecto al arca, Dios ordenó:

“Y la revestirás de oro puro, por dentro y por fuera la cubrirás, y le harás una corona de oro alrededor[1]

וְצִפִּיתָ אֹתוֹ זָהָב טָהוֹר מִבַּיִת וּמִחוּץ תְּצַפֶּנּוּ וְעָשִׂיתָ עָלָיו זֵר זָהָב סָבִיב

Para la mesa de los panes de la proposición:

“Y la cubrirás de oro puro, y le harás una corona de oro alrededor[2]

וְצִפִּיתָ אֹתוֹ זָהָב טָהוֹר וְעָשִׂיתָ לּוֹ זֵר זָהָב סָבִיב

Y sobre el altar de oro, sobre el cual se quemaba incienso,

“Y lo cubrirás de oro puro, su parte superior, sus lados en derredor y sus mancuernas; y le harás una corona de oro alrededor [3].

וְצִפִּיתָ אֹתוֹ זָהָב טָהוֹר אֶת גַּגּוֹ וְאֶת קִירֹתָיו סָבִיב וְאֶת קַרְנֹתָיו וְעָשִׂיתָ לּוֹ זֵר זָהָב סָבִיב

La frase de tres palabras que repite y describe estas tres diademas de oro es “una corona de oro alrededor” (זֵר זָהָב סָבִיב, zer zahav saviv).

Rabi Shimón bar Iojai, el maestro de la tradición esotérica de la Torá señala que hay tres coronas diferentes: “la corona de la Torá, la corona del sacerdocio y la corona de la realeza”[4].

Estas tres coronas corresponden a las tres coronas de diademas talladas en el arca, en el altar de oro y en la mesa de los panes de la proposición, en ese orden. En el arca se encuentran las Tablas del Pacto y los rollos de la Torá escritos por Moshé. El altar de oro es un claro símbolo del sacerdocio. La mesa de los panes de la proposición es un símbolo de la mesa del rey, de donde se origina el sustento de todo el reino, ya que el deber del rey es mantener a su pueblo.

Sin embargo, Rabi Shimón bar Iojai agrega una cuarta corona y dice: “Y la corona de un buen nombre se eleva por encima de las demás”. No hemos encontrado una cuarta corona de diadema descrita como parte del Tabernáculo o sus utensilios. La realización de esta meditación particular en las coronas de diadema del Tabernáculo es proporcionada por el análisis cuantitativo de la Torá. Este tipo de hallazgos se pueden identificar como la especialidad del rabino Ginsburgh.

Como resulta el primer párrafo (llamado parshiiá) en parashat Terumá. Este primer párrafo (Éxodo 25, versículos del 1 al 9) describe la solicitud que Dios hizo a la gente de donar de corazón para el Templo y enumera los diversos materiales que debían entregarse. Los 9 versículos de este párrafo constan de 74 palabras y 295 letras en total. 295 es el valor de la frase de tres palabras que se repite con respecto a cada una de las diademas de oro, “una corona de oro alrededor” (זֵר זָהָב סָבִיב). De hecho, la potencia de este hallazgo maravillosamente relevante se ve reforzada por el hecho de que el total de palabras en el párrafo, 74, es el valor de la palabra “rodear” (סָבִיב). Esta última relación merece una explicación más detallada.

La corona no es sólo una diadema colocada sobre la cabeza de un rey. La corona es el nombre de la sefirá más alta entre las Diez Sefirot, los canales de flujo Divino a través de los cuales Dios crea y mantiene la creación. Como la corona que se coloca sobre la cabeza, la sefirá de la corona y las coronas que adornan los utensilios en el Templo, representan lo que está por encima, por encima del intelecto en el caso de la sefirá de la corona), por encima del individuo en el caso de la corona del rey y la Luz Divina Infinita que se cierne sobre la Torá en el caso de este párrafo. En Cabalá, la luz que está por encima, la luz de la corona, también se llama “la luz que rodea todos los mundos” (סוֵֹבֵב כֹֹּל עָלְמִין), donde mundos aquí se refiere a todas las formas de la realidad.

Notarás que “circundar” y “rodear” en hebreo son muy similares, de hecho, son casi la misma palabra. La corona del buen nombre es, pues, la luz infinita que está más allá de nuestra experiencia consciente y limitada. Esto significa comprender que Dios está aquí abajo en todo lo que existe, pero además el Baal Shem Tov quiso que todos seamos concientes de que en verdad Dios está mucho más que en todo, a la vez también está por encima de todo. Esta es una de las razones por las que fue llamado el Baal Shem Tov, es decir, el Amo del Buen Nombre, una alusión a la corona del buen nombre, la Luz Infinita de Dios que envuelve toda la realidad incluida nuestra alma y, por lo tanto, se cierne sobre él e incluso sobre el Tabernáculo mismo.

Las Tres Coronas y la Jerarquía de Necesidades de Maslow

La palabra “corona” o “diadema” (זֵר, zar) en hebreo, cuyo valor es igual a “luz” (אוֹר), está relacionada con la palabra “cinturón” (אֵזוֹר) o “faja”. En hebreo moderno, esta palabra ha llegado a significar “área”. Y así, los tres vasos, el arca, el altar de oro y la mesa de los panes de la proposición pueden verse como representando tres áreas de la vida.

Comenzando por el área más baja, la mesa de los panes de la proposición corresponde al área o el lado físico de la vida, ya que el pan es el símbolo universal de la alimentación y el sustento. Como mencionamos, la corona que rodea la mesa del pan de la proposición representa la realeza o la soberanía del individuo y su responsabilidad por sí mismo. Como veremos, esta es la seguridad que uno necesita para sus necesidades físicas.

Sobre el altar de oro se quemaba incienso y su fragancia se extendía por todo el Tabernáculo. En el Templo de Ierushalaim, los sabios describen que la fragancia era tan fuerte que se extendía hasta Ierijó (esto podría ser una descripción física o simbólica, o tal vez incluso ambas, ierijó de la raíz “oler”). La fragancia representa las relaciones que son el combustible del espíritu humano. El espíritu se desarrolla a través de las relaciones, particularmente las relaciones familiares. Como dijimos, la corona de la mesa representa el sacerdocio. En la psique, el sacerdocio representa los poderes psicológicos que impulsan nuestra capacidad para construir relaciones saludables. Estos pueden ser nuestra autoestima, nuestra capacidad de respetar a los demás, nuestra fuerza y libertad interior.

Finalmente, el arca representa nuestra capacidad de buscar todo lo que está más allá de nuestras necesidades físicas y psicológicas. Se podría decir que el arca representa las necesidades del alma, la necesidad de sentir que la vida tiene un propósito y significado y que estamos aquí con un propósito. El arca no tiene un papel funcional per se. Es más bien como una inspiración para todo lo que sucede en el Tabernáculo y fuera de él. La diadema que la rodea representa a la “corona de la Torá”, que en nuestra vida puede entenderse como la necesidad de recreación. La Torá no es solo una fuente de leyes y no solo establece cómo debemos vivir nuestras vidas. En su nivel más alto, la Torá es un deleite, es el instrumento mediante el cual podemos disfrutar de nuestra conexión con Dios. Como dijo el rey David: “Si tu Torá [Dios] no fuera mi deleite, habría perecido en mi aflicción”.

Habiendo analizado los tres utensilios y sus diademas según su correspondencia con las diferentes áreas de la vida, esto nos recuerda la estructura de jerarquía de necesidades de Abraham Maslow. Veámoslo un momento:

Analizando y Expandiendo la Pirámide de Maslow

Ahora bien, si recuerdan, encontramos tres utensilios con tres diademas o coronas y una corona general que rodea todo el Tabernáculo. Los tres utensilios corresponden al primero, tercero y quinto nivel de la pirámide de Maslow. Como dijimos, la mesa de los panes de la proposición representa nuestras necesidades físicas, el altar de oro nuestras relaciones y el arca representa las necesidades de nuestra alma de plenitud (o autorrealización), lo que significa realizar la misión por la cual nuestra alma entró en este mundo.

Las diademas o coronas de cada utensilio representan la “luz circundante”, o las condiciones más espirituales o psicológicas que hacen posibles y alcanzables aquellas necesidades a las que corresponde el utensilio. Esto nos revela que, en la jerarquía de Maslow, cada nivel tiene un nivel de “condiciones” por encima suyo; cosas que hacen que el nivel inferior sea sostenible y posible.

Por lo tanto, la corona de las necesidades fisiológicas es la seguridad, que según Maslow consiste en la seguridad personal, el empleo, etc. Son como la corona de nuestras necesidades fisiológicas. Lo mismo ocurre con el tercer nivel, el nivel de las relaciones (que aquí se describen como “amor y pertenencia”). El nivel de las relaciones está “rodeado” o coronado por el cuarto nivel, que son condiciones psicológicas para tener buenas relaciones. Un individuo que no siente autoestima, que no se valora, no puede respetar a los demás y no puede desarrollar relaciones positivas.

El quinto nivel, que consiste en nuestra necesidad de realizarnos a nosotros mismos y que hemos descrito como las necesidades del alma, no tiene una corona en la jerarquía de Maslow. Pero, el arca, que corresponde a este nivel, sí tiene una diadema. De modo que nuestra correspondencia nos lleva a suponer que existe un nivel “circundante” que proporciona las condiciones para la autorrealización y las necesidades del alma. Esta es una adición importante a la teoría de Maslow. Ahora veremos cómo el pensamiento jasídico nos ayuda a definir qué contiene esta corona de las necesidades del alma.

Además, vimos que hay una corona general que rodea a los tres utensilios y sus diademas, la llamada Corona del Buen Nombre. Este nivel tampoco es visible en el modelo de Maslow y, una vez más, el Jasidut nos ayuda a definir de qué se trata este nivel. Para entender cómo definir estos dos niveles que faltan, primero dibujemos la correspondencia completa:

El modelo de Maslow consiste en:

Modelo de Maslow Consiste en En el Tabernáculo Sefirot
Fe Corona del Buen Nombre Fe
Deleite Diadema del Arca Alma (espiritual) Placer
Auto realización Motivación / Voluntad Arca Voluntad
Autoestima, etc. Estima, estatus, desapego Diadema del Altar Mente (psicológica) Sabiduría
Relaciones Conexiones (gusto a gusto) Altar de Oro Comprensión
Seguridad Seguridad (confianza, confía en las dos sefirot de victoria) Diadema de la mesa Cuerpo (físico) Emociones
Necesidades fisiológicas Pan, ropa, refugio Mesa del pan de la Proposición Reino

Hay mucho que desarrollar sobre la base de toda esta correspondencia completa, pero ya destaca que los dos niveles por encima de la parte más alta de Maslow en la jerarquía de necesidades son el Placer y la Fe. El placer es la condición necesaria para la autorrealización. En el pensamiento jasídico, este placer se considera el alma de la voluntad de perseguir el propósito de la vida. El nivel más alto, la fe es como el alma de toda la estructura, la condición que permite satisfacer todas nuestras necesidades en la vida.

  1. Éxodo 25:11.
  2. Ibid v. 24
  3. Ibid. 30:3.
  4. Avot 4:13.

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