La bendición de Iaacov a Iosef comienza: [Bereshit 49:22] ”Iosef es un hijo fructífero, [como] una vid fructífera junto al manantial, con ramas que suben por encima del muro.” Explica el autor de Mei Hashiloaj [Rabi Mordejai Iosef Leiner de Ishbitz] que la grandeza de Iosef, que de la cárcel salió a reinar, es que su redención en un instante, en un abrir y cerrar de ojos. En un momento lo observo y lo veo encarcelado, y de repente lo vuelvo a observar y lo veo como un rey. Aparentemente no es así el orden de la redención. Sobre la redención está escrito en el Midrash que es paso a paso, en etapas, lentamente. Pero aquí sucede todo junto, en un segundo sucede una transformación completa. De la cárcel salió a reinar, “de sobre el manantial”, “un hijo fructífero”, porat significa brotar como un árbol. “Iosef es un hijo fructífero, [como] una vid fructífera junto al manantial,” Esta característica, está escrito en el Sagrado Zohar, que engrandecerse de repente es característico de Eisav, pero el suceso repentino de Eisav, tiene un gran éxito, poco a poco va disminuyendo y cae, pero con Iosef, el Mashíaj descendiente de Iosef, crece instantáneamente pero no de acuerdo a un orden paso a paso y persiste. De Iosef se expande hacia todos sus hermanos, a todo el Pueblo de Israel. Así pues, que tengamos el mérito de “Iosef es un hijo fructífero, [como] una vid fructífera junto al manantial”, que la redención venga de inmediato, que “repentinamente venga el Amo”, y que desde la individualidad de Iosef, el Mashíaj hijo de Iosef, se expanda la grandeza y las luces múltiples [del Mundo del Tohu, el Caos] las podamos incorporar en los amplios recipientes del Mundo del Tikún [la Rectificación].