Dos letras, una reish y una zain, se combinan para formar la letra cuf. La zain hacia la izquierda, desciende por debajo de la línea, la reish hacia la derecha, sobrevuela encima ella. La paradógica unión simbolizada por los dos componentes de la cuf es el secreto de “No hay nadie sagrado como Di-s”. En general, la cuf está “parada” por kedushá, santidad. El nivel de santidad sin igual inherente a Di-s, es expresado en las palabras del Zohar de esta manera: “El está aferrado en todos los mundos, por eso nadie lo puede aferrar a El”. La zain descendente de la cuf simboliza Su estar aferrado o incluido en todos los mundos, permeando todos las esferas de la realidad “por debajo de la línea”, es decir, mundos incompatibles con aquellos en los que se revela la Presencia de Di-s. La reish, la trascendencia eterna de Di-s, permanece “separada” y santa (en hebreo “santo” significa separado) en relación a Su inmanencia descendente.
El nombre de la letra tzadik, en su forma originaria de leerse, tzadi, se refiere a “cazar” las chispas caídas. La chispa santa, capturada por “debajo de la línea” en la materia física (“antimateria”, en relación a aquella de los reinos espirituales) es el secreto de la siguiente letra, la cuf, con la que la tzadi se conecta para formar el nombre completo y rectificado – tzadik.
La tzadik es la decimooctava letra del alef-bet, la guematria de jai, “vivo” por lo que simboliza el poder de revivir las chispas caídas, representadas por la cuf. La cuf es la letra decimonovena, es el secreto de “Eva” (Java = 19; según la numeración ordinal de las letras, Adam equivale a 1 más 4 más 13 = 18 = jai), cuyo nombre también deriva de la raíz que significa “vida”, como está dicho: “..y Adam llamó el nombre de su esposa Eva (Java) porque ella fue la madre de toda vida”. Sin embargo está dicho de ella: “su pie desciende hasta la muerte”, por el pecado primordial de comer (el “sentido” del tzadik, como ya se explicó) del Arbol del Conocimiento, ella fue en definitiva responsable de traer la muerte al mundo. Pero dentro del cuerpo “roto” (muerto), permanece oculta una chispa de vida, aguardando que el poder del tzadik, (jai, vida) dé nuevas fuerzas a su potencial de vida dormido y reviva el cuerpo al que pertenece.
Así como hay una oculta chispa interior de vida, un envolvente “vapor” relativamente trascendente está presente por encima de cada cadáver o cuerpo físico caído (muerto). (La palabra hebrea para “vapor” hevel, es también el nombre de Abel, el segundo hijo de Adán y Eva, que fue matado por su hermano mayor Cain. Hevel = 37 = 18 más 19.) Estos dos componentes de vida presentes dentro de un estado aparente de muerte, corresponde a las dos letras, la reish (el vapor que rodea) y la zain (la chispa oculta), que componen la letra cuf. Por esta razón, smboliza en particular la realidad de las chispas caídas, como también la paradoja de la omnipresencia simultánea de la trascendencia e inmanencia de Di-s. La santidad innata de cada chispa, asegura su redención y elevación final por parte del tzadik (es decir las almas de Israel).
El significado más importante del número diecinueve en la Torá, es el ciclo de diecinueve años de la luna en relación con el sol, lo que constituye la base del calendario judío. La luna representa la figura femenina, el secreto de la sefirá de maljut (“reino”), personificado por Eva (Java = 19 como se dijo antes). El sol representa la figura masculina (el que brinda la luz, mientras que la luna recibe), y en particular la sefirá de iesod (“fundamento”; iesod = 80 = 8 · 10, jet veces iud = jai), personificado por Adán. Así como fue explicado en el secreto de la letra zain, “la mujer virtuosa” que es la “corona de su marido”, cuando la letra cuf precede a la letra tzadik, se forma la palabra ketz, el “final” de los tiempos”. Esto se insinúa en el versículo: “…El ha fijado un final [ketz] para la oscuridad”. El “final”, la llegada del Mashiaj y la subsecuente era de la resurreción, es la revelación definitiva de la gran luz y energía latente, presente dentro del secreto de la letra cuf.
FORMA
Una reish arriba con una zain descendiendo por debajo de la línea a la izquierda.
Mundos:
“Cáscaras” de impureza “absorbiendo” fuerza de vida en este mundo.
La zain y la reish forman la palabra zar, “extraño”.
Almas:
La misión del alma – su descenso para purificar las chispas de santidad.
La zain y la reish forman la palabra zeir, “corona”.
La propiedad de “boomerang” del alma.
Divinidad:
“El está aferrado en todos los mundos [la zain], por eso nadie puede aferrarlo a El [la reish]”.
La reish y la zain forman la palabra raz, “misterio”.
NOMBRE
Mono; rodear o tocar; fortaleza; en arameo: el ojo de una aguja.
Mundos:
Mono – vanidad, la falsa imitación de este mundo.
El ojo de la aguja – el punto vacío del tzimtzum.
Almas:
El contacto y conección entre las almas.
El alma abriéndose a Di-s.
Divinidad:
La gran fuerza que se revela en los milagros.
NUMERO
Cien
Mundos:
Los cien años de vida del águila.
“El joven morirá a la edad de 100 años”.
“A la edad de 100 años, se es considerado como muerto, se fue y es anulado de este mundo”.
Almas:
La edad de Abraham en el nacimiento de Isaac.
“Ve por tí”: a la fuente de tu alma, o a entrar en tu cuerpo.
Divinidad:
Belleza perfecta.
La perfección del cuadrado, 10 veces 10.
Las diez sefirot interincluidas.
Las cien bendiciones diarias.