“Esto es lo que Di-s ordenó a las hijas de Tzlafjad, diciendo que, serían esposas de quien sea bueno a sus ojos, pero sólo para la familia de la tribu de su padre serán esposas”. [Bamidbar-Números 36:6]
“זֶה הַדָּבָר אֲשֶׁר צִוָּה ה’ לִבְנוֹת צְלָפְחָד לֵאמֹר לַטּוֹב בְּעֵינֵיהֶם תִּהְיֶינָה לְנָשִׁים אַךְ לְמִשְׁפַּחַת מַטֵּה אֲבִיהֶם תִּהְיֶינָה לְנָשִׁים”,
“Zé hadavar asher tzivá Hashem libnot Tzlafjad lemor: latov beeinehem tihiena lenashim, aj lemishpajat maté avihem tihiena lenashim”.
Una mujer que hereda una porción en la Tierra de Israel solo puede casarse con alguien de su tribu. ¡Este es un mandamiento explícito en la Torá, pero fue promulgado para una generación sola! En la generación siguiente el verso, “Esto es lo que dice” se explicó como “Esto no se promulgará sino en esta generación”. Y luego se declaró que la prohibición había terminado y las tribus podían casarse entre sí.
Esto sucedió el 15 de Av que se celebrará pronto. Esta es la razón por la cual este día es tan feliz. El fenómeno de un mandamiento que se requiere al principio y luego se anula, es una reminiscencia de las palabras de nuestros Sabios: “las mitzvot serán anuladas en los días venideros”. Esto se refiere a una realidad futura en la cual una directiva por la cual se exige hacer algo ya no es necesario. En un nivel más profundo, aprendemos de esto que cuando la mitzvá se ha cumplido a la perfección una vez, como sin duda lo hicieron las hijas justas de Tzlafjad, el propósito de la mitzvá se ha cumplido y se puede acceder al estado futuro de las “mitzvot anuladas”. Si es así, los 613 preceptos en su totalidad están simplemente esperando que finalmente los cumplamos con la perfección adecuada. En ese momento, se habrá cumplido el papel de las mitzvot y pasaremos a la siguiente etapa de apego a Di-s, desde un lugar de alegría y placer.
Sorprendentemente nuestros Sabios explican que las hijas de Tzlafjad no estaban obligadas a casarse con hombres de su propia tribu, Menashé. “Para bien de ellos, serán esposas”, más bien la prescripción de casarse dentro de su tribu era simplemente un “buen consejo” (Baba Batra 120:1). En otras palabras, las hijas de Tzlafjad eligieron lo bueno a sus ojos por su propia voluntad, para cumplir lo que otras mujeres estaban obligadas a cumplir. Este es otro punto en el cual esta mitzvá es instructiva de toda la Torá: En el Zohar, las 613 mitzvot se llaman “consejos”.
La mitzvá es un buen consejo sobre cómo aferrarse a Di-s. En este mundo el consejo es obligatorio, y a veces se realiza contra el libre albedrío. Pero en el futuro veremos con nuestros ojos que este consejo es el mejor y los aceptaremos por completo.