BAMIDVAR בְּמִדְבַּר
Números 1:1 – 4:20 Haftara: Hosea 2:1-22
PARASHÁ BAMIDVAR
La movilidad y la singularidad del Mishkan 6
¿Dónde están los Hijos de Moisés? 7
La Chispa de Moisés en Cada Persona 8
La Maravilla de la Recreación 8
Despertar de la Chispa Divina 9
LA CONSTRUCCIÓN DE UN LIDERAZGO 9
- ¿EL LIBRO DE LOS NÚMEROS? 11
- LOS HIJOS DE LEVÍ 12
- ¿HIJOS Y CONSTRUCTORES? 13
- EL PADRE ESPIRITUAL 14
- LOS CUIDADORES DEL TEMPLO 14
- “273”, EL FRÍO DE LA HEREJÍA 15
- LAS VARAS QUE RECTIFICAN 16
Videos Rabino Itzjak Guinsburgh 18
El Jumash Bamidbar [el Libro de Números 23
La revelación en el desierto 24
Parashá Bamidvar y la alegría de Rabí Shimon Bar Iojai 25
Animales domésticos permitidos y prohibidos 26
Meditaciones jasídicas
Año 5782 y anteriores
PARASHAT BEJUKOTAI-BAMIDBAR EN ERETZ ISRAEL 5782
EL SECRETO DE LA REDENCIÓN
Al final del Libro de Rut tiene lugar un drama con respecto a quién va a redimir a Rut, es decir, que la tomará como su mujer. Boaz le dijo a Rut: “En la mañana, si Tov te ha de redimir, está muy bien, pero si él no quiere redimirte, yo te voy a redimir; por el Dios viviente.” Boaz tenía un pariente que le precedía en relación con el proceso de redención, alguien cuyo nombre es Tov” y si él no quiere redimirla, entonces Boaz lo iba a hacer. Esto es lo que sucedió al día siguiente, cuando el redentor se negó a casarse con Rut y en su lugar Boaz se casó con ella, lo que finalmente llevó al nacimiento de David, el rey de Israel.
Desde una perspectiva más profunda, el proceso de redención de Ruth alude a la redención de todo el pueblo judío. Hay una redención que viene del aspecto de “bondad”, como vemos en “Si Tov [lit: ‘Bueno’] te ha de redimir”, es decir, la redención con mucha bondad y luz, de buen corazón y con abundante amor. Estas son cosas muy buenas, pero no son suficientes para traer la redención. La redención genuina viene a través de la audacia de Boaz, es decir, de la revelación de firmeza esencial más interior, directamente desde la propia esencia de Dios y no sólo de una maravillosa y agradable revelación de luz. También nosotros, como personas que queremos acercar la redención, también debemos buscar dentro de nosotros la medida correcta de audacia y valentía, y extraer tercamente ese poder esencial de ser tan audaz como tigres desde lo más profundo de nuestras almas.
Como conclusión: con sus noticias de redención, Boaz le dijo a Rut: “Entonces te redimiré yo” (וגאלתיך אנאכי , uguealtija anoji) que es, evidentemente, una alusión al primero de los Diez Mandamientos: “Yo soy Havaiá tu Dios”14 (אנכי הנוה אלוהך , Anoji Havaiá Elokeja) Identificándose con esta versión de “yo” (אנכי, anoji), que es mucho más intrínseca y esencial que la otra forma gramatical de yo aní, (אני) y revela la audacia interior; la audacia de Boaz (que significa “tiene audacia”) el redentor y la audacia de Dios, que nos da la Torá y nos redimirá pronto.
Shabat Shalom,
El equipo Gal Einai
LOS SOLDADOS DE LA TORÁ Y LOS SOLDADOS DEL MISHKÁN
El Jumash Bamidbar [el Libro de Números] relata la historia de la larga travesía del pueblo judío por el desierto, desde el Monte Sinaí hasta las puertas de la Tierra Prometida. Después de una estadía prolongada ante el Monte Sinaí, donde recibimos la Torá y donde se construyó el Mishcán (Tabernáculo), Parashat Bamidbar comienza con los rigurosos preparativos para el viaje que tendrían por delante, llevado a cabo con un espíritu militar. Con el censo que se toma de todos los hijos de Israel y el campamento organizado de acuerdo con sus insignias, el pueblo judío se convierte literalmente en el ejército de Dios.
El Zohar nos enseña que:
El mundo no estuvo completo hasta que el pueblo judío recibió la Torá en el Monte Sinai y el Mishkán fue construido. Entonces los mundos fueron solidificados y completados, y los [mundos] superiores y los [mundos] inferiores fueron bañados en una fragancia gloriosa. Una vez establecidas la Torá y el Mishkán, el Todopoderoso deseó hacer un censo de los soldados de la Torá para saber cuántos soldados de la Torá había allí y cuántos soldados del Mishkán había allí.
En este punto de la historia, todo el pueblo judío se alistó para la vida en el ejército de Dios, y el Zohar revela que el censo fue de hecho doble, contando la cantidad de “soldados de la Torá” y el número de “soldados del Mishkán” que había en el pueblo. ¿Cuál es la importancia de esta distinción?
Dos tipos de soldado
El Zohar está aludiendo a un nivel profundo donde las raíces de las almas del pueblo judío se dividen en dos funciones principales: los que se dedican a la Torá y los dedicados al Mishkán. Aunque esta división no puede ser fácilmente observable en la mayoría de los judíos, cuya devoción religiosa sincera los hace participar voluntariamente de toda causa sagrada que se les pida, ya sea en aras de Dios, por la Torá, por el Mishkan, o por el judío la gente en general. Sin embargo, entre los agentes especiales y oficiales de alto rango en el ejército de Dios, uno puede identificar generalmente dos tipos: los soldados de la Torá, los consagrados fundamentalmente a la Torá, y los que se dedican a servir a Dios, o soldados Mishkán.
Los sabios nos dicen que: “El mundo se apoya en tres pilares: En la Torá, en el servicio Divino y en los actos de bondad”. El soldado de la Torá se dedica al pilar de la Torá, mientras que la dedicación del soldado del Mishkan recae en el pilar de servicio Divino. Obviamente, ambos son indispensables: uno no puede existir sin el otro. Pero la pregunta es ¿qué es más dominante y significativo? El soldado de la Torá sigue la directiva que la Torá es nuestra vida y todo gira en torno a ella, mientras que el soldado del Mishkan está motivado y energizado por el servicio Divino (en nuestras generaciones, esto se refiere sobre todo a la oración).
La tradición de Jabad ilustra bellamente la diferencia entre los dos. Cada Lubavitch se esfuerza por ser un soldado fiel y dedicado, y cada uno sabe que tiene que dedicarse tanto al intelecto (a través de un estudio en profundidad de las enseñanzas jasídicas) y al servicio Divino (especialmente a través de la oración). Pero en última instancia, cada individuo es reconocido ya sea como maskil (de inclinaciones intelectuales) o un oived (inclinado hacia el servicio, sobre todo la oración). El maskil es el soldado de la Torá, y su principal ocupación es estudiar y conocer la Tora (incluyendo a sus dimensiones ocultas y reveladas), siguiendo así la directiva de “conoce al Dios de tu padre”, hasta llegar a una comprensión profunda. La profesión de soldado de la Torá es la Torá e invierte toda su vida y sus energías en estudiarla. En cambio, el oived es el soldado del Mishkan y toda su vida está dedicada a lograr la unión devota con el Todopoderoso, siguiendo la directiva “servirás a Dios con todo tu corazón.”
Otra forma de expresar la diferencia entre estos dos tipos de dedicación es que el maskil [intelectual] se centra en cómo las facultades de la mente controlan las emociones del corazón, mientras que el oived se centra en la consolidación de los atributos de su corazón, empezando por el amor y el temor. (El oived acepta que la mente controla el corazón, pero destaca que esto se aplica sólo las emociones relativamente reveladas del corazón, mientras que la esencia más íntima del corazón controla la mente. En respuesta, el maskil esgrime que la esencia interior de la mente controla incluso la esencia interior del corazón. Y así continúan debatiendo para un lado u otro, hasta el infinito).
[En la historia de Jabad, los dos jasidim más destacados eran Rabí Isaac de Homil y Rabí Hilel de Paritch. Rabí Isaac era conocido como el maskil y Rabí Hilel el oived. Sin embargo, a pesar de su genio intelectual, Rabi Itzjak fue un gran hombre de oración, y con toda su profundidad en el servicio Divino Rabí Hilel fue también un maskil notable.]
La Torá para todo el mundo
¿Torá y la devoción en servir a Dios? Echemos un vistazo a los estados de la mente fomentados por la Torá y el Mishkán.
La Torá es la verdad eterna que nunca cambia. Desde el momento en que recibimos la Torá en el Monte Sinai nos ha acompañado en todos nuestros viajes. De hecho, la Torá está por encima del tiempo y del espacio. Incluso mientras el pueblo judío viajó a través del desierto, así como hoy, cuando seguimos vagando por el desierto del exilio, la Torá permanece siendo un todo integrado. Por lo tanto, el soldado Torá no es perturbado por los cambios en la realidad o las circunstancias, porque en el fondo nada ha cambiado desde que se entregó la Torá en el monte Sinaí. Los conflictos y las dificultades que llenan nuestras vidas no tienen ningún interés para él y su enfoque está dirigido a la misión de su vida: revelar y expandir la luz eterna de la Torá.
Obviamente, el soldado de la Torá no es egocéntrico. Estudia con el fin de enseñar y acercar a otros a la Torá. De hecho, tiene la capacidad constructiva de acercarse a todos por igual: cada judío, no importa cómo se identifique, es bienvenido a una clase de Torá e invitado a ponerse tefilín (filacterias). La Torá pertenece por igual a todos los judíos y no se hace ninguna distinción por su ascendencia o situación en la vida. Como dicen los sabios “la corona de la Torá está en su lugar, cualquiera que desee reclamarla puede ir y reclamarla.”
La movilidad y la singularidad del Mishkan
En contraste con la naturaleza constante de la Torá, el Mishkán participa de muchas aventuras, por así decirlo. El Mishkán es donde reside la Presencia Divina. A pesar de que en última instancia, cuando se construya el Templo del futuro tendrá una residencia permanente, mientras tanto, hay muchos altibajos en este sentido. Esto es particularmente evidente en el Jumash Bamidbar (el Libro de los Números), que relata que al inicio de cada etapa de su viaje el pueblo judío debía desmantelar el Mishkán y luego reconstruirlo cuando acampaba. En esencia, los viajes del Mishkán eran como una marcha hacia la batalla. Cuando el Arca Santa comenzaba a moverse, Moshé decía: “Levántate Havaiá y tus enemigos se dispersarán”, y como el Zohar explica que el propósito de los viajes ‘fue la guerra contra las kelipot (las fuerzas del mal) que habitan en el desierto, que se manifiesta en la forma de “serpientes, víboras y escorpiones.”
En contraste con la predisposición permanente de la Torá a ser estudiada por todos, no todos están en el mismo estatus cuando se trata del servicio en el Mishkán. La corona del sacerdocio fue concedida sólo a Aarón y a sus hijos, mientras que los levitas montaban guardia alrededor del Mishkan para asegurarse de que ningún extranjero se acercara, “Y el extranjero que se acerque, morirá.” La diferencia en la situación personal en relación con el Mishkan también se puede comprobar en la distribución de los Hijos de Israel en el campamento del desierto. El Mishkan estaba en el centro rodeado por los levitas y luego el resto de las tribus, divididas en cuatro insignias (tres tribus por cada una). Parece que el carácter especial de cada tribu tiene que ver con esta estructura y su ubicación en particular en relación el Mishkan situado en el corazón del campamento judío.
[Por cierto, haciendo hincapié en cómo se relaciona el Mishkan e incluso acentúa las diferencias de carácter, encaja muy bien con la interpretación del Gaón de Vilna del Zohar refierida a los soldados de la Torá y los soldados del Mishkán. El Gaón de Vilna explica que los soldados de la Torá se refieren al censo que aparece en el capítulo 1, antes de que las tribus fueron colocadas en sus lugares específicos alrededor del Mishkan, mientras que los soldados del Mishkán se refiere a la enumeración de las tribus, en referencia a su acampe alrededor del Mishkan que aparece en el capítulo 2.]
Al igual que el Mishkán, el soldado del Mishkán experimenta altibajos. Así como el corazón emocional con su flujo y reflujo, el soldado del Mishkan busca hacer de Dios una morada abajo, pero cuando es necesario, lo desmonta para reconstruirlo después. No puede acercarse a cada judío porque siente que no todo el mundo puede entender su enfoque y no todo el mundo comparte su dedicación a la construcción de una morada para la Presencia Divina. Más bien tiende naturalmente a trabajar con aquellos que comparten sus convicciones, aquellas personas pertenecientes al círculo interior de su propia comunidad que puedan apreciar sus grandes ideales.
Lo cierto es que necesitamos ambos tipos de personas. No podemos prescindir de los soldados de la Torá, dedicados al pilar de la Torá, cuya única preocupación es difundir la Torá a todas las personas, sin distinción, con el propósito de reunir a todos los judíos acercándolos a su Padre en el Cielo. Tampoco podemos prescindir de los soldados del Mishkán, dedicados a la columna del servicio a Dios (con la oración) y diligentemente fomentar una comunidad fuerte, fiel y afectuosa que pueda llevar a cabo la importante misión que el pueblo judío está destinado a cumplir. Juntos traerán la redención.
LIBRO BAMIDVAR – EN EL DESIERTO
LA PERASHÁ DE LA SEMANA
BAMIDVAR
¿PODEMOS NACER Y DAR A LUZ?
¿Dónde están los Hijos de Moisés?
Después de realizado el censo de los Hijos de Israel en la porción semanal de la Torá, Bamidbar, la cuarta sección de nuestra perashá comienza con este versículo: “Estas son las generaciones de Aarón y Moisés…” Estos versículos continúan enumerando a los cuatro hijos de Aarón, pero los dos hijos de Moisés no son mencionados.
El famoso comentarista literal de la Torá, Rashi, explica la ausencia de ellos con una enseñanza de los sabios, quienes aprenden de esta omisión que cuando una persona enseña Torá a otra es como si la hubiera hecho nacer. Para aclarar este punto, al enumerar a los hijos de Aarón la Torá incluye a Moisés como su progenitor. Moisés, el Rebe por excelencia (“Rabi” o “maestro”) de todo Israel, incluyendo a los hijos de Aarón, es considerado su padre.
Revelación y Esencia
Aprendemos en jasidut que la transmisión del conocimiento y las ideas de la Torá de una persona a otra puede ser comparada a una revelación de luz espiritual. Por otro lado, cuando una persona trae hijos físicos al mundo, no está transmitiendo luz sino su propia esencia. ¿Entonces cómo podemos entender la interpretación de los sabios que cuando una persona enseña Torá a otra es como si lo hubiera hecho nacer?
Un Rebe Verdadero
Jasidut explica la diferencia entre un maestro común y uno como Moisés. Mientras que el primero transmite ideas y luz a sus estudiantes, el Rebe, quien es la manifestación de Moisés en cada generación, imbuye su propia esencia –todo su corazón y su alma- en las palabras sagradas de Torá que transmite. Esta devota enseñanza es tan intensa que penetran al alma de su discípulo impregnándolo con su propia esencia. Este acto de unión entre el verdadero Rebe y el verdadero discípulo hace nacer de nuevo a su discípulo y en cierto sentido, al Rebe también. Al impregnar al discípulo con sus nuevas concepciones de la Torá, el Rebe revela profundidades desconocidas de la esencia de su propia alma, renovándose también.
El Cantar de los Cantares es la parábola del matrimonio entre Di-s e Israel. La parábola de este poema también se aplica a la relación entre el Rebe verdadero y su estudiante. Son como cónyuges dando nuevamente a luz al discípulo. En ese sentido, este se vuelve más hijo del Rebe que de su padre biológico. Cuando el Rebe da a luz a su discípulo, su nuevo status de padre está fundado también hasta en la ley judía.
La Chispa de Moisés en Cada Persona
Todo judío tiene dentro de sí una chispa del máximo Rebe, Moisés. Por lo tanto, cada uno puede aspirar a transmitir con todo su corazón y toda su alma la Torá que aprendió. Esto es mucho más que simplemente compartir conceptos o pensamientos con otros, incluso los tan sublimes de la Torá. Requiere una devoción total a la Torá, de manera que esta se vuelva nuestra verdadera vida. En esta situación, podemos transmitir nuestra esencia a los otros. Un verdadero discípulo abrirá su corazón y su alma para integrar las enseñanzas esenciales de su Rebe a su propia esencia.
La Maravilla de la Recreación
El primer mandamiento que se le dio al hombre fue ser fructífero y multiplicarse. Esto se aplica por supuesto a la mitzvá (mandamiento) literal de traer hijos al mundo. La cabalá explica que otra dimensión de este mandamiento es que cuando una persona es merecedora de nuevos destellos de ideas de la Torá, está siendo fructífero y se está multiplicando en la sagrada esencia de su mente.
Rabí Schneor Zalman de Liadi, el primer Rebe de Lubavitch y autor del Tania, explica este mandamiento como la mitzvá que tiene todo judío de hacer otro judío. Esto no es necesariamente una directiva biológica; la Torá nos insta a dedicarnos en tal medida a otro judío, hasta que realmente lo hayamos re-creado.
Algunas personas creen que el rol principal del Rebe es realizar milagros. Pero aquellos con una comprensión más profunda de este rol, saben que sus verdaderas maravillas provienen de su habilidad de imbuir a sus estudiantes con su propia esencia. Cuando el Rebe enseña Torá a sus estudiantes desde lo profundo de su corazón y su alma es como si hubiera tomado un trozo de materia prima y creado un ser humano nuevo.
Despertar de la Chispa Divina
La Torá se dirige a cada individuo en todas las épocas. Al referirse al rol de Moshé como padre de sus discípulos, nuestra porción de la Torá instruye a la chispa de Moshé en todos nosotros a que sea fructífera y se multiplique en nuestras relaciones interpersonales. Di-s nos trajo a este mundo no sólo para compartir nuestro conocimiento de la Torá, sino para impregnar realmente otras almas con la esencia de la Torá presente en nuestras almas. Así, juntos, podemos hacernos renacer a nosotros mismos y a los demás, llenando completamente el mundo con la revelación de Di-s.
Libro Bamidvar – En el Desierto
La Perashá de la Semana
Bamidvar
EN EL DESIERTO SILENCIOSO
LA CONSTRUCCIÓN DE UN LIDERAZGO
El cuarto de los Cinco Libros de Moshé es llamado comúnmente Números, porque comienza con un censo del pueblo de Israel, pero en hebreo es conocido como Bamidbar, que significa literalmente: “en el desierto”. Es fascinante notar que la raíz de la palabra hebrea para “desierto”, midbar, ( מידבר ) es daber, ( דבר ) que significa “hablar”, y uno de los temas recurrentes de este libro es justamente la lucha -los diálogos y debates- permanente por el liderazgo que tuvo lugar durante los cuarenta años que los judíos deambularon por el desierto.
Pero paradójicamente, cuando uno se imagina un desierto, piensa usualmente en una enorme, árida extensión de penetrante silencio. Iaakov, Moshé y David eran líderes del pueblo judío que cultivaron su potencial innato de líderes mientras cuidaban sus rebaños en el silencio meditativo del desierto. También muchos profetas encontraron el silencio del desierto como un ambiente perfecto para la experiencia profética.
Una alusión al silencio que precede y lleva al potente discurso de un líder está contenida en la palabra más misteriosa de la Biblia, jashmal, utilizada por el profeta Iejezkel para describir su pasmosa visión de la carroza:
“Y miré y contemplé un viento tormentoso viniendo del norte, una enorme nube y una llamarada de fuego y un resplandor había por encima, como jashmal, saliendo de en medio del fuego.”
Jashmal se traduce a menudo como el “color del electrum” o el “color del ámbar”, pero los sabios entienden que no era sólo un color sino una energía, y por cierto el hebreo moderno lo traduce como “electricidad”. Dividiéndola en sílabas produce dos conceptos contrapuestos: “silencio” (jash) y “palabra” (mal). Esto sugiere que el estado del habla rectificada viene precedido de una preparación meditativa tranquila en silencio. En un nivel más profundo, está describiendo un estado simultáneo de “silencio” en el hablar y de “hablar” en el silencio.
La idea de la palabra en el silencio es ilustrada en la vida de otro profeta, Eliahu. Huyendo de la ira del Rey Ajab y su esposa Yezabel, cuyas sendas malvadas había condenado, Eliahu llegó al desierto del Sinaí. Fue allí que tuvo un encuentro con Dios, descripto en un inolvidable pasaje del Libro de los Reyes:
Y he aquí, que Dios iba pasando y un grande e impetuoso viento rompía los montes y despedazaba las piedras ante Dios, pero Dios no estaba en el viento. Y luego del viento, un terremoto, pero Dios no estaba en el terremoto. Y después del terremoto, un fuego, pero Dios no estaba en el fuego. Y después del fuego, una voz suave y silenciosa. Y cuando Eliahu la oyó cubrió su rostro con un manto y salió y se paró en la entrada de la caverna. Y luego una voz le dijo: “¿Qué estás haciendo aquí, Eliahu?”
Esta voz “silenciosa” es la manera en que Dios le habla a cada uno, de acuerdo a la preparación que tenga para escuchar Su mensaje personal.
La experiencia de Eliahu con la voz suave y silenciosa de Dios ocurrió en el desierto, un lugar donde Dios, en muchas ocasiones, Se revela al líder en potencia, a veces desprevenido. Este es el lugar donde el líder se enfrenta por primera vez con la tarea que tiene por delante, la misión que es exclusivamente suya.
Conceptualmente, el desierto representa el espacio mental donde la chispa de liderazgo, aletargada dentro de cada uno de nosotros, tiene la oportunidad de crecer a pesar del entorno desfavorable, como una planta en el desierto. Allí se encuentra una atmósfera natural de separación y aislamiento, que brinda espacio para la contemplación y la meditación, el silencio necesario antes de que el líder sea revelado, primero a sí mismo y a Dios, y sólo después a su pueblo.
El fenómeno de un futuro líder experimentando un período de “letargo” o “silencio”, ingresando más tarde en su rol, está presente en alguna medida en las historias de casi todos los héroes bíblicos, sobre todo en Moshé y David. Sus historias ilustran una importante faceta del liderazgo, el llamado a la acción. Dios busca un líder para Su pueblo y lo desafía a liderarlo.
En el caso de David, Dios le ordenó al profeta Shmuel que encuentre un reemplazante para el rey Shaul, quien no había seguido las órdenes de Dios respecto a la guerra con la nación de Amalek:
Y Dios dijo a Shmuel: “Cuánto tiempo seguirás llorando por Shaul viendo que lo he rechazado como soberano sobre Israel. Llena tu cuerno con aceite y ve, te enviaré a Ishai de Betlejem, porque he provisto para Mí un rey entre sus hijos.”
En el caso de Moshé, el diálogo frente a la zarza ardiente se considera como el ejemplo supremo de Dios designando a un individuo que se resiste en principio a asumir un rol público.
“Ahora ve, te estoy enviando al Faraón, y traerás a Mi pueblo, los hijos de Israel, fuera de Egipto”. Moshé le dijo a Dios: “¿Quién soy yo que debo ir al Faraón? ¿Soy capaz de sacar a los hijos de Israel de Egipto?”
Esto, justamente, apunta a una paradoja más: el prototipo de líder judío es una persona introvertida, que por naturaleza reniega, en su timidez, de tomar un rol central en la escena. Y es precisamente este tipo de personas que no buscan la fama o la gloria a quienes Dios elige para liderar. Cuando comparamos este modelo de liderazgo con el de la sociedad moderna nos llenamos de sorpresa. Hoy en día, se busca estudiar ciencias políticas para liderar, o ingresar a la política como profesión, perfeccionando aquellas habilidades que permitan competir en el mundo del dinero y el poder. En el pensamiento judío, el liderazgo es una responsabilidad que uno debe asumir, pero nunca como un medio para satisfacer una necesidad de dinero y auto engrandecimiento.
(Extraído del libro Despertar de la Chispa Interior, versión española en preparación)
Meditación diaria del Rabino Itzjak Ginsburgh
Bamidbar-Números: En el Desierto
Domingo 28 de Iar 5778 – 13 de mayo 2018
¿EL LIBRO DE LOS NÚMEROS?
Cada meditación una lección de Jasidut y Lashón Hakodesh
El Libro de Bereshit-Génesis es el libro de la creación del mundo y las historias de nuestros antepasados. El Libro de Shemot-Éxodo es el libro del éxodo de Egipto, la entrega de la Torá y el Tabernáculo. El Libro de Vaikrá-Levítico es el libro de las leyes de los sacrificios y de la santidad. Y el Libro de Deuteronomio es el libro de la repetición de Moshé de la Torá y los preparativos para entrar en la Tierra de Israel.
El Libro de los Números puede parecer menos central. Relata lo que sucedió en el intermedio: las historias del viaje en el desierto entre el éxodo de Egipto y las planicies de Moab. Pero hay algo muy importante específicamente en estas historias del viaje, porque durante todas las generaciones hemos estado de viaje, las historias del Libro de los Números y sus rectificaciones que se repiten una y otra vez.
Una alusión a la centralidad del Libro de los Números está en los nombres hebreos de los Cinco Libros de la Torá: Bamidbar/במדבר/Números = 248, el mismo valor numérico que Abraham, אברהם. ¡Los nombres de los cinco libros: בראשית-שמות-ויקרא-במדבר-דברים= 10 veces Bamidbar/במדבר/ Nombres!
En hebreo, El libro de Números se llama Bamidbar, ‘En el desierto’. Tiene un nombre adicional: El Libro del Censo, porque se relaciona con el recuento de los Hijos de Israel. La palabra hebrea para contar, pekidá/פקידה, también alude a la relación íntima entre marido y mujer (como en la ley judía “el hombre está obligado a tener relaciones íntimas su esposa”, Shlján aruj 144). Todo el libro habla de la tensión en la relación íntima entre Di-s e Israel. Esta tensión debe ser rectificada y endulzada para convertirse en pekidá/relaciones íntimas, una relación rectificada entre Di-s e Israel.
Lunes 29 de Iiar 5778 – 14 de mayo 2018
LOS HIJOS DE LEVÍ
Después del censo de todas las tribus de Israel quedó claro que la tribu de Leví tiene un estatus especial:
“Pero la tribu de Leví no contarás (tifkod) y no elevarás sus cabezas entre los hijos de Israel. Y designarás (hafked) a los levitas sobre el tabernáculo del testimonio.” [Bamidbar 2:49-50]
“אַךְ אֶת מַטֵּה לֵוִי לֹא תִפְקֹד וְאֶת רֹאשָׁם לֹא תִשָּׂא בְּתוֹךְ בְּנֵי יִשְׂרָאֵל. וְאַתָּה הַפְקֵד אֶת הַלְוִיִּם עַל מִשְׁכַּן הָעֵדֻת”
“Aj et maté Leví tifkod veet rosham lo tisá betoj Bnei Israel. Veatá hafked et haLeviim al Mishkán Haedut”.
Hasta ahora, la raíz pakod había aparecido en el contexto de “contar”. En este versículo vemos que también significa ‘designar’. La tribu de Levi tiene una tarea especial (tafkid-תפקיד), pero de esto ahora vemos que el recuento (mifkad-מפקד) de todas las tribus está asociado con una tarea especial (tafkid-תפקיד).
El énfasis en la tribu de Levi comienza aquí y continúa a lo largo de todo el Libro de los Números. Podemos ver todos los libros de la Torá como etapas en la formación de la Nación de Israel: El Libro del Génesis es el libro de los antepasados, el Libro del Éxodo es el libro de los hijos, el nacimiento de la Nación de Israel. El Libro de Levítico es la “Torá de los Sacerdotes”, en la cual se resalta el papel de los sacerdotes en el servicio sagrado del Templo. El Libro de Números destaca el papel especial de los levitas. Finalmente, el libro de Deuteronomio destaca el status de Israel, relevante para todas y cada una de las personas en la Nación de Israel (Shema Israel/שמה ישראל/Oye Israel) que están a punto de heredar la Tierra de Israel (a diferencia de los Sacerdotes y Levitas, que no reciben una porción en la Tierra).
Meditación diaria del Rabino Itzjak Ginsburgh
Bamidbar-Números: En el Desierto
Martes 30 de Iar 5778 – 15 de mayo 2018
¿HIJOS Y CONSTRUCTORES?
Cada meditación una lección de Jasidut y Lashón Hakodesh
“Cada persona con su bandera y emblema según la casa de sus padres, acamparán los Hijos de Israel”. [Bamidbar 2:2]
אִ֣ישׁ עַל־דִּגְל֤וֹ בְאֹתֹת֙ לְבֵ֣ית אֲבֹתָ֔ם יַֽחֲנ֖וּ בְּנֵ֣י יִשְׂרָאֵ֑ל מִנֶּ֕גֶד סָבִ֥יב לְאֹֽהֶל־מוֹעֵ֖ד יַֽחֲנֽוּ:
Ish al digló beotot lebeit abotam iajanú bnei Israel minegued saviv leOhel Moed iajanú.
El censo detallado de todas las tribus aparece dos veces: Primero en el censo en sí: El número de soldados potenciales en cada tribu (como lo leímos ayer). La segunda vez está aquí, en relación con la disposición del campamento. En otras palabras, primero hay contar por contar y luego hay que contar por la construcción.
Esto concuerda con el dicho de nuestros Sabios: “Los eruditos de la Torá aumentan la paz en el mundo, como está dicho: ‘Y todos tus hijos (banaij) aprenderán sobre Di-s’. No lo leas banaij/tus hijos, sino más bien bonaij/tus constructores”. Inicialmente los Hijos de Israel son considerados hijos, todos ellos son hijos de reyes. Luego los hijos se convierten en constructores. Juntos construyen un hermoso edificio multifacético que tiene un lugar especial para cada individuo y en el que cada individuo puede expresar su matiz único.
Este progreso del conteo a la construcción está impulsado por la Torá, porque los eruditos de la Torá son los constructores. Con el éxodo de Egipto, en Pesaj, ya somos hijos, pero para ser constructores debemos experimentar la entrega de la Torá en la festividad de Shavuot.
También podemos aplicar el pasaje de hijos a constructores, del recuento a la construcción, a la Torá misma, particularmente cuando nos relacionamos con su lado numérico (similar al conteo de los Hijos de Israel aquí). Por ejemplo, tomamos un verso de la Torá y meditamos sobre el número de letras en el versículo y luego sobre qué estructura se puede construir a partir de este número. (Por ejemplo, hay números que se pueden construir como cuadrados, otros como triángulos, etc.) Cuando los hijos buscan y construyen las estructuras de la Torá, aumentan la paz en el mundo.
Miércoles 1 Sivan 5778 – 16 de mayo 2018
EL PADRE ESPIRITUAL
“Y estas son las generaciones de Aarón y de Moshé… y estos son los nombres de los hijos de Aarón”. Los hijos de Moshé no se mencionan aquí en absoluto, a pesar del hecho de que el versículo anterior habla de las generaciones de Aarón y de Moshé. Rashi explica que los hijos de Aarón también fueron llamados las generaciones de Moshé porque les enseñó: “Para todos los que enseñan al hijo de su amigo Torá, la Torá lo considera como si lo hubiera dado a luz”. Esta es una explicación de la primera mitzvá, “se fecundo y multiplícate” en el contexto del estudio de la Torá, para enseñar a más y más estudiantes-hijos.
El Rebe de Lubavitch explica que para cada rabino que enseña Torá, es como si hubiera dado a luz al alumno. Pero con respecto a Moshé, los estudiantes literalmente se llaman sus hijos. Esto se debe a que Moshé no solo transfiere la luz intelectual, sino que “pone todo su ser” en la enseñanza.
Si Moshé es el padre espiritual de los hijos de Aarón, entonces, en relación con él, Aarón es como la madre. (En hebreo, אהרן/Aharon es similar al embarazo/heraión). Esto también se alude en sus nombres: אהרן משה / Aarón Moshé, que es un acrónimo de אם/em/madre.
Meditación diaria del Rabino Itzjak Ginsburgh
Bamidbar-Números: En el Desierto
Jueves 2 de Sivan 5778 – 17 de mayo 2018
LOS CUIDADORES DEL TEMPLO
Cada meditación una lección de Jasidut y Lashón Hakodesh
“Y acampando al frente del Tabernáculo, delante de la Tienda de Reunión, hacia el lado este, estarán Moshé y Aharón y sus hijos, [los levitas] guardarán la guardia [tendrán a su cargo los trabajos relativos al Santuario], al servicio de los Hijos de Israel, el extraño que se acercare morirá” [Bamidbar 3:38]
וְהַֽחֹנִ֣ים לִפְנֵ֣י הַמִּשְׁכָּ֡ן קֵ֣דְמָה לִפְנֵי֩ אֹֽהֶל־מוֹעֵ֨ד | מִזְרָ֜חָה משֶׁ֣ה | וְאַֽהֲרֹ֣ן וּבָנָ֗יו שֹֽׁמְרִים֙ מִשְׁמֶ֣רֶת הַמִּקְדָּ֔שׁ לְמִשְׁמֶ֖רֶת בְּנֵ֣י יִשְׂרָאֵ֑ל וְהַזָּ֥ר הַקָּרֵ֖ב יוּמָֽת:
Vehajonim lifnei hamishkán kedma lifnei Ohel Moed, mizraja Moshé, VeAharón uvanav, shomrim mishmeret haMikdash lemishmeret bnei Israel vehazar hakarev iumat.
El campamento de los levitas alrededor del Tabernáculo se define como guardia. Esta es una de las fuentes en la ley judía para la mitzvá de custodiar el Templo, que se aplica a lo largo de todo el tiempo.
Algunos de los principales legisladores de la ley judía son de la opinión de que la mitzvá de custodiar el Templo se aplica incluso cuando el Templo todavía está en un estado de destrucción, porque la santidad del sitio nunca fue anulada. Por lo tanto, debemos colocar guardias en honor del Templo y advertir a las personas que no entren en el sitio en un estado de impureza y similares.
Hace aproximadamente 150 años, un judío llamado Rabi Moshe Gelbstein hizo Aliá a Israel, a Ierushalaim. El era un estudiante del tercer Rebe de Lubavitch, el Tzemaj Tzedek, fue estimulado a renovar la mitzvá de custodiar el Templo. En su libro “Mishkenot Laabir Iaakov“, Rabi Gelbstein cuenta el mensaje que el Tzemaj Tzedek le envió a través de un mensajero: “Cuando Israel lo escuche, entonces la surgirá la salvación”. Que sea rápido en nuestros días. ¡Amén!
Viernes 3 de Sivan 5778 – 18 de mayo de 2018
“273”, EL FRÍO DE LA HEREJÍA
Nuestra porción de la Torá está repleta de números, y aquí hay otro: Veintidós mil levitas reemplazaron físicamente a los veintidós mil primogénitos. Pero quedaron 273 primogénitos que todavía necesitaban ser redimidos. Cada uno de ellos se redimió con cinco shekels (entregado a Aharón y sus hijos).
Esta es una alusión a la redención de las almas perdidas. Una posibilidad es que la redención se lleve a cabo a través de los levitas, cuyo trabajo es tocar música. Ellos despiertan a cada persona con su propia melodía personal, acercándolo así a la santidad. Pero algunas almas están tan lejos que incluso su melodía no las toca. Solo pueden ser acercados a través de cálculos, con guematria, por ejemplo. ¡El número 273 en guematria es igual a… גימטריה, guematria!
En la ciencia actual, el número 273 es el “cero absoluto” (273,15 grados Celsius bajo cero). En el cero absoluto no hay movimiento ni vida. Es una parábola del congelamiento (כפור, cfor) de la herejía absoluta (kfirá, כפירה, afín a kfor). Quizás la guematria despierte a este hereje (cofer) y caliente su corazón…
Shabat 4 de Sivan 5778 – 19 de mayo de 2018
LAS VARAS QUE RECTIFICAN
Cuando Aarón y sus hijos desmontan el Tabernáculo, cubren todos los utensilios sagrados. Hay cuatro utensilios a los cuales les ponen varas de madera con las cuales las transportan: El Arca, sobre el cual dice el versículo: “Vesamu vadav/וְשָׂמוּ בַדָּיו/ Y pondrán sus varas”; la Mesa de los panes, sobre la cual dice el versículo: “Vesamu vadav/ וְשָׂמוּ בַדָּיו/ Y pondrán sus varas”; el Altar de Oro, sobre el cual dice el verso: “Vesamu vadav/ וְשָׂמוּ בַדָּיו/ Y pondrán sus varas” y el Altar Exterior, sobre el cual dice el verso: “Vesamu vadav/ וְשָׂמוּ בַדָּיו/ Y pondrán sus varas”.
Aarón y sus hijos también son responsables de asegurar que cada uno de los hijos de Kehat esté a cargo de su carga: “Aarón y sus hijos vendrán y pondrán (V’samu) a cada persona en su trabajo y a su carga”. La palabra V’samu, que no había aparecido en la Torá hasta este momento, aparece en estos versículos cinco veces. Luego viene el verso final: “Y no vendrán a ver cuando se cubran los utensilios sagrados, para que no mueran”. Los hijos de Kehat pueden entrar solo después de que Aarón y sus hijos hayan terminado de cubrir los utensilios.
La palabra ‘V’samu’ aparece solo una vez más en la Torá, en la siguiente porción de la Torá Nasó, en la Bendición Sacerdotal:
“V’samu et Shemí al bnei Israel vaAní avarejem
וַאֲנִי אֲבָרֲכֵםוְשָׂמוּ אֶת שְׁמִי עַל בְּנֵי יִשְׂרָאֵל
Y pondrán Mi Nombre sobre los Hijos de Israel, y Yo los bendeciré”.
Así como no miramos los utensilios cubiertos del Tabernáculo, tampoco miramos las manos de los sacerdotes mientras dicen esta bendición.
El Zohar explica que el “V’samu”, y pondrán, se refiere a la rectificación: rectificación de los utensilios y rectificación de los hijos de Kehat. La rectificación comienza cuando se colocan las dos varas, que representan el equilibrio entre la línea derecha y la línea izquierda según la Cabalá. Las seis veces “V’samu” son paralelas a los seis rasgos de carácter. El sexto es el rasgo de Iesod, Fundamento, el rasgo del influyente tzadik, que corresponde a la Bendición Sacerdotal.
La palabra “V’samu” aparece solo una vez más en la Biblia: [Oshea 2:2]
“Y se reunirán los Hijos de Iehudá y los Hijos de Israel y pondrán (vesamu) sobre ellos un líder único, y ascenderán de la Tierra.”
וְנִקְבְּצוּ בְּנֵי יְהוּדָה וּבְנֵי יִשְׂרָאֵל יַחְדָּו וְשָׂמוּ לָהֶם רֹאשׁ אֶחָד וְעָלוּ מִן הָאָרֶץ”
En este verso, “Vesamu” se refiere al Rey Mashíaj, correspondiente a la séptima sefirá de Maljut, Reinado. Es entonces cuando se cumplirá el versículo, “En ese día Havaiá será Uno y Su Nombre (Ushmó, ושמו, las mismas letras de vesamu) será uno”.
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A MI MANERA
En parashá Bamidbar Moshé Rabeinu organiza al pueblo judío como un ejército en 4 campamentos. También le da a los levitas su servicio especial, el servicio del Templo. Y hay un versículo que dice: “vehazar hakarev iumat“, “y el extraño que se acerque morirá”. Si alguien es ajeno al servicio de los levitas, y más todavía si es ajeno al servicio de los sacerdotes y efectúa ese servicio, contra al mandamiento de la Torá, entonces está sujeto a la pena de muerte. “Ve hazar hakarev“, cualquiera que se aproxime, si eres ajeno y quieres acercarte, y te acercas, pero Hashem dice “no, esa no es tu función. No es tu shlijus, “no es tu misión, tu cometido”. Si tomas esa iniciativa, de acercarte con audacia, a pesar de que te estás acercando, en realidad no te estás acercando. No sólo no te estás acercando, sino que, si eres ajeno a ese servicio, incluso estás sujeto a morir. “Hazar hakarev iumat“. Este versículo es citado en una muy famosa historia que se cuenta en el Talmud sobre Hilel HaZakén, que era muy humilde. Y era amigo de Shamai, Shamai era kapdán, Shamai tenía dimim, “severidades” de su carácter, severidades santas. Y la guemará nos dice que, en tres diferentes ocasiones, gentiles fueron a ellos para ser convertidos, pues tenían que ser convertidos, pero cada uno de ellos tenía una condición para hacerlo. Pero si quieres convertirte, no pongas tnaiim, condiciones, sólo di que yo sinceramente quiero ser judío. Pero cada uno de estos tres gentiles vinieron y dijeron: “deseo convertirme, pero tengo mi condición”, y tan pronto como Shamai escuchó que se quieren convertir, pero ponen una condición, simplemente los rechaza: “No.” Pero cuando fueron a Hilel, y una vez más esta es una señal de su humildad, Hilel los convirtió, pero lo primero que hizo fue convertirlos y luego se encargó de sus condiciones. La primera historia es la historia de un converso que dijo: “yo solo quiero recibir la Torá escrita, pero no quiero la Torá oral”. Primero fue a ver a Shamai y preguntó ¿Cuántas Torás tienen ustedes judíos? Y [Shamai] le respondió “Tenemos dos, tenemos la Torá escrita y la oral”. Y (el gentil) dijo: “bien, solamente voy a tomar la Torá Escrita pero no la Torá Oral, sólo conviértanme con eso”. Shamai lo echó. Entonces fue donde Hilel, y le dijo “Está bien, maravilloso” y lo convirtió ahí mismo. Entonces le dijo “Ahora comenzaremos a estudiar Torá”.
El primer día vino con Hillel al Beit Midrash, a la casa de estudios y Hillel le enseñó el alef-bet. Así como en nuestra época hay un baal teshuvá, un retornante que no ni sabe ni siquiera las letras del alefbet hebreo, nada. Entonces el primer día Hilel dice: “ alef, bet, guimel, dalet”. Le enseñó las primeras cuatro letras según su orden. El segundo día regresa y [Hilel] le dice: “vamos a repasar lo que aprendimos ayer ¿Qué aprendimos ayer?” y le dice: “bet, alef, guimel, dalet”. El converso dice: “pero ayer me lo enseñaste en un orden diferente, me dijiste que era alef, bet, guimel, dalet y ahora me dices que es bet, alef, guimel, dalet”. Entonces (Hilel) le dijo: “así como me creíste, cuál es el orden de las letras. No existe un versículo en la Torá escrita que explique cual es el orden de las letras del alef-bet, así que tienes que creerme cuando te digo cuál es el orden de las letras. Y así como me creíste cual era el orden de las letras, de igual manera tienes que creerme con respecto a toda la Torá oral”. Y eso fue suficiente. De esa manera él (Hilel) rectificó completamente el alma de ese converso.
Después está la historia más famosa, el converso viene y dice: “enséñame toda la Torá mientras estás parado en un solo pie”. Shamai simplemente dice “No”. Y le dice Hilel: “Te voy a enseñar toda la Torá parado sobre un pie: lo que no quieres que los demás te hagan a ti, no se lo hagas a los demás”. Esta es la segunda historia, la más famosas.
Pero la tercera historia es que iba un gentil caminando por la calle, y escucho por casualidad que los judíos, los estudiantes judíos en el Beis Midrash estaban estudiando acerca de las vestimentas, las hermosas vestimentas de los sacerdotes. Estaban alabando lo hermosas que eran esas 8 prendas, 4 de los cuales eran vestimentas del trabajo del Cohen Gadol. Y este gentil pensó: “si los judíos tienen este Cohen Gadol, este Sumo sacerdote con todas estas prendas hermosas, yo quiero ser judío y quiero ser su sumo sacerdote”. Y fue a donde Shamai y le dijo: “por favor conviérteme, quiero ser judío, pero con la condición de que me convierta en el sumo sacerdote”. Y, por supuesto, Shamai lo echó. Pero luego fue a donde Hilel y éste le dice: “bueno, ¡maravilloso!” y lo convierte, ahora eres judío. ¿Y ahora qué hay acerca de convertirlo en sumo sacerdote? ¡Esa era su condición! Entonces Hilel le dijo: “Un rey. No puedes designar a alguien ser el rey si éste no conoce todo el funcionamiento, todos los secretos internos necesarios para ser rey. Lo mismo pasa con el sumo sacerdote, antes de que aprendas toda la Torá, no te podemos hacer Sumo Sacerdote. Primero tienes que ser un erudito en todas las leyes de la Torá, luego ya veremos acerca de hacerte sumo sacerdote”.
“¡Genial!” Entonces comienza a estudiar, hasta que llega a este versículo en la parashá de esta semana, y las palabras con las que iniciamos: “ vehazar hakarev iumat ”. Dice: el extranjero que trata de acercarse a un servicio que no le pertenece, será castigado con la muerte. Entonces el converso mira a Hilel, quien lo convirtió, y dice: “¿A quién se refieren estas palabras, “ vehzar hakarev iumat ”?” Y Hilel dice: “ afilu al David Melej Israel ”, “estas palabras conciernen hasta al Rey David, el rey de Israel”. Puesto que si el rey de Israel, incluso hasta el Mashíaj, no es un sacerdote ni un levita, y si asumiese el servicio de un sacerdote o levita –y este es el caso de uno de los descendientes del Rey David- estará sujeto a la pena de muerte.
Incluso el Mashíaj, si el Mashíaj tratase de convertirse en el sumo sacerdote, y, de pronto tuviere la tavaá, el deseo de ponerse las 8 hermosas vestimentas, merecería ser castigado con la pena de muerte, el mismo Mashíaj. Cuando el converso escucho esto, “ vehzar hakarev iumat ”, afilu al David Melej Israel, Se dio por vencido y dijo: Si hasta el rey David no puede ser Sumo Sacerdote, cuanto menos yo podré serlo, soy sólo un converso”.
El final de toda la historia es, y la guemará dice, que estos tres conversos se conocieron, tuvieron un farbrengen, una reunión jasídica. Y la expresión que dijeron cuando se reunieron fue: “Si hubiese sido por Shamai, seriamos almas perdidas. Pero a causa de la humildad de Hilel, hemos sido tomados bajo las alas de la Shejiná, la Presencia Divina.
Entonces, una de las cosas que es muy importante entender es que todos somos como conversos cuando hacemos teshuvá. Debemos acercarnos a Hashem, pero todos tenemos que reconocer que quiere decir “cercanía”, cómo volvernos cercanos. Pero no tratar de asumir que lo creemos es estar cerca (de Hashem), pero en realidad no lo es. Si tratamos de acercarnos de una manera que no nos sienta, que no es apropiada para nosotros, no es nuestro shlijut [llamado], entonces es incluso lo contrario a la vida.
Pero justamente este versículo nos da el poder de reconocer cuál es nuestra manera verdadera, la verdadera manera de cada quien para acercarnos a Hakadosh Baruj hu. Y como dijimos antes, hasta el Mashíaj (y todos nosotros somos parte del Mashíaj) inclusive el Mashíaj es considerado como ajeno, una extrañeza, la palabra zar significa “extranjero”. Y todos tenemos ese punto interior de ajeno, extraño, en algo.
Eso es obvio, eso mismo es humildad, tal como Hilel fue el epítome de la humildad, todos tenemos que llegar a ese nivel de humildad, pues hasta mi chispa del Mashíaj es extraña y ajena a ciertas maneras de acercarse a Dios, pero yo tengo mi propia manera de acercarme a Dios. Así, que todos y cada uno de nosotros encontremos nuestra verdadera manera de acercarnos a Dios y que vayamos a toda velocidad a acercarnos a Hakadosh Baruj Hu.
PARASHAT BAMIDVAR 5772
VIAJES DE CAMPAMENTOS
Video Mensaje Semanal del Rabino Itzjak Ginsburgh shlita desde Israel Hitvaadut del 29 de Iaar 5772
Pedimos disculpas por los problemas de sonido que no se pudieron solucionar.
En el Desierto: Viaje de Campamento
Rectificación: Ordenar la Vida
Maljut Israel: ¿Por qué te preocupas de tus enemigos?
VIDEOS GAL EINAI
Año 5782 y anteriores
SANGRE Y LECHE EN EL DESIERTO DE LA ENTREGA DE LA TORÁ
Bamidbar – Shavuot
AUDIO: https://t.me/galeinai_audios_es/524
Todos los mandamientos se derivan esencialmente de estos diez. Esto también se insinúa por el valor numérico de la palabra “Torá”, 611, más los dos primeros de los Diez Mandamientos que escuchamos de Di-s mismo, para una suma total de 613 – el número de mandamientos en la Torá. ( Macot 24a) Además, el número total de letras que comprenden los Diez Mandamientos es 620 – la suma de los 613 mandamientos bíblicos más los siete mandamientos rabínicos.
18 Reunieron a toda la comunidad el día primero del mes segundo, y [todas las personas] fueron registradas por ascendencia según sus familias paternas. [Todos] aquellos mayores de 20 años de edad fueron contados individualmente por nombre.
19 Moshé de este modo hizo una cuenta de [los israelitas] en el desierto de Sinaí como Dios le había mandado.
PARASHÁ BAMIDBAR
EL REY CUENTA EN EL DESIERTO
5780
AUDIO: https://t.me/galeinai_audios_es/86
El Jumash Bamidbar [el Libro de Números] relata la historia de la larga travesía del pueblo judío por el desierto, desde el Monte Sinaí hasta las puertas de la Tierra Prometida. Después de una estadía prolongada ante el Monte Sinaí, donde recibimos la Torá y donde se construyó el Mishkán (Tabernáculo), Parashat Bamidbar comienza con los rigurosos preparativos para el viaje que tendrían por delante, llevado a cabo con un espíritu militar. Con el censo que se toma de todos los hijos de Israel y el campamento organizado de acuerdo con sus insignias, el pueblo judío se convierte literalmente en el ejército de Dios.
El Zohar nos enseña que:
El mundo no estuvo completo hasta que el pueblo judío recibió la Torá en el Monte Sinai y el Mishkán fue construido. Entonces los mundos fueron solidificados y completados, y los [mundos] superiores y los [mundos] inferiores fueron bañados en una fragancia gloriosa. Una vez establecidas la Torá y el Mishkán, el Todopoderoso deseó hacer un censo de los soldados de la Torá para saber cuántos soldados de la Torá había allí y cuántos soldados del Mishkán había allí. En este punto de la historia, todo el pueblo judío se alistó para la vida en el ejército de Dios, y el Zohar revela que el censo fue de hecho doble, contando la cantidad de “soldados de la Torá” y el número de “soldados del Mishkán” que había en el pueblo. ¿Cuál es la importancia de esta distinción?
VIVIR CON JASIDUT 5772
La revelación en el desierto
http://www.youtube.com/watch?v=DHhFBjPflbs
AUDIO: https://t.me/galeinai_audios_es/84
VIVIR CON JASIDUT 5773
http://www.youtube.com/watch?v=z7qEkrGqMpU
VIVIR CON JASIDUT 5774
Parashá Bamidvar y la alegría de Rabí Shimon Bar Iojai
http://www.youtube.com/watch?v=_ZQANnjAQWQ
AUDIO: https://t.me/galeinai_audios_es/85
ZOHAR PARASHAT BAMIDVAR
El desierto maravilloso
AUDIO: https://t.me/galeinai_audios_es/87
VIVIR CON JASIDUT 5776
Animales domésticos permitidos y prohibidos