De las enseñanzas de Rabí Schneur Zalman de Liadi
“Este Leviatán que Tú has creado con quien jugar…” (Salmos 104:26)
El Midrash Rabá en nuestra parashá describe un encuentro que tendrá lugar en la era mesiánica entre el Leviatán y el Toro Salvaje conocido como el “Shor habar“. El Midrash describe cómo el toro atacará y matará al Leviatán con sus cuernos, mientras que el Leviatán atacará y matará al toro con sus aletas.
¿Cuál es el significado de todo esto?
Nuestra preocupación con un evento que ocurrirá en el futuro es doble: En primer lugar, el conocimiento de los acontecimientos del futuro aliviana la carga de exilio. En segundo lugar, se trata de una parte de la Torá, que como tal es eternamente relevante, así que las profecías sobre el futuro son importantes para nuestras vidas hoy en día (Leviatán 5747).
El Leviatán y el toro se refieren a dos tipos de tzadikim. Los primeros son del tipo oculto, los que sirven a Dios a través del reino del espíritu. Rabí Shimón Bar Iojai pertenece a este grupo. Durante trece años vivió en una cueva, lo que le impedía cumplir muchas mitzvot en su manifestación física. Él y su hijo subsistían con nada más que algarrobas y agua, que fueron creados milagrosamente para ellos. Obviamente, entonces, no podía cumplir con la mitzvá de comer matzá en Pesaj o recitar Kidush sobre el vino o el uso de un etrog o la Sucá, etc.
El Talmud (Shabat 33b) relata que después de poner en peligro su vida criticando a los Romanos, rabí Shimon Bar Iojai, autor del Zohar, pasó a la clandestinidad. Se escondió en una cueva durante 13 años con su hijo Rabí Elazar. Allí ocurrió un milagro y fueron creados un algarrobo y un manantial de agua afuera de la cueva para su sustento.
El Arizal también estaba en este nivel.
En Maamarei admor Hazakén (Maamarei Razal pág. 145), el Alter Rebe dice que este tipo de tzadik incluye a: “…El Arizal y sus colegas de su generación, y el Baal Shem Tov y sus colegas de su generación y así es en cada generación”. También compara estos tzadikim a los patriarcas, que cumplieron toda la Torá incluso antes de que fuera dada a Israel en el Sinaí: “Esto ciertamente no significa que hayan realizado las mitzvot de una manera física, por el contrario, lograron lo que se logra a través de la realización física de las mitzvot con sus meditaciones espirituales, etc., como es sabido en relación con la excavación de pozos de Itzjak y de las acciones de Iaacov con los palos”. (Leviatán 5571)
Su servicio “espiritual” también se compone de experiencias extra corporales, tales como son descritas en relación con la profecía, o como dijo el Arizal: “Si fuera a relatar durante ochenta años…”
El Alter Rebe aparentemente se está refiriendo a la siguiente historia: Mientras el Arizal dormía una tarde de Shabat, su discípulo Rabí Abraham Haleví notó que estaba murmurando. Rabi Abraham se inclinó para oír lo que estaba diciendo el Arizal y este despertó. Rabi Avraham explicó que había querido escuchar las palabras que su maestro estaba susurrando. El Arizal dijo: “Cada vez que me duermo mi alma sube al cielo a través de ciertos caminos conocidos para mí. Los ángeles llevan a mi alma delante de Metatrón, el “Ministro de Interior” celestial, que me pregunta a qué ieshivá deseo asistir. En la ieshivá me transmiten los secretos de la Torá que nunca han sido revelados y no fueron conocidos ni siquiera en la época de los sabios de la Mishná”.
Cuando el rabi Abraham le rogó al Arizal que le revelara sólo un secreto, el Arizal se rio y respondió: “Yo testifico por el cielo y la tierra: si fuera a vivir ochenta años consecutivos, sin exagerar, y relatara lo que aprendí en esta ocasión sobre el tema del burro de Bilam, yo no sería capaz de decirlo todo. Entonces, ¿cómo puedo revelarte uno de los secretos si todos ellos son inseparables…” (Shivjei HaAri, capítulo 2)
Estos tzadikim son llamados “criaturas marinas”. Al igual que los peces están completamente inmersos y ocultos en el mar, estos tzadikim están completamente envueltos por la Divinidad -porque son del mundo de ocultamiento [Alma D’itgalia].
En realidad, hay tres tipos de seres: 1) los peces, 2) los anfibios y 3) los animales de la tierra. Los peces son los ángeles, cuyo servicio Divino es enteramente espiritual. Los anfibios, que viven tanto en la tierra y el mar, son los tzadikim como Rabi Shimón bar Iojai y el Arizal, cuyo servicio Divino se cumplió en los reinos espiritual y físico. Los “animales de la tierra” son los tzadikim cuya atención se centra por completo en la manifestación física de las mitzvot. (Anotaciones del Tzemaj Tzedek)
Estos tzadikim, las “criaturas marinas”, unen los mundos con la Luz Infinita.
Por lo tanto, se les llama “Leviatán”, que implica “unión”. Después de que Lea dio a luz al tercer hijo de Iaacov, ella lo llamó “Levi”, porque “ahora mi esposo se unirá [en hebreo, ‘yilavé’] a mí.”
Levi significa una unión sumamente sublimidad, ya que viene después y por lo tanto más allá del nivel de Reuvén y Shimón, que connota “ver” y “oír ” Divinidad, respectivamente. (Leviathan 5747)
Y al igual que los peces del mar, que se deslizan suavemente de un lado a otro con un solo movimiento, así también estos tzadikim recorren sus caminos espirituales con uno solo impulso inquebrantable, con una trayectoria libre de brechas e incongruencias. Es uno y suave.
Ascienden muy alto pero sin agitación [en hebreo “hitlahavut“] ni “ebullición de la sangre.” Ascienden con “sangre fría” y con calma. Cómo y qué es esto no se puede explicar con palabras.
El segundo tipo de tzadik es el que sirve a Di-s en el aspecto revelado, en el reino físico. Esta tzadik cumple mitzvot en el plano físico, como la mitzvá de regocijarse en las festividades que se cumple a través de comer carne y beber vino. De hecho, la luz espiritual de cada festividad se extrae sucesivamente a través del cumplimiento de las mitzvot físicas asociadas con esa festividad, la matzá en Pesaj, el lulav en Sucot, etc.
Sin embargo, durante su estancia en la cueva rabi Shimón Bar Iojai extrajo esta luz a través de actos espirituales.
Esta tzadik es llamado “Shor habar” [“Toro Salvaje”], que también puede significar “toro purificado”. En otras palabras, este tzadik está involucrado con lo físico -representado por el toro- que se purifica a través de su servicio Divino. En contraste con el servicio fresco y tranquilo del “tzadik Leviatán”, el servicio de este tzadik está lleno de fuego y excitación.
Sin embargo, el servicio de este tzadik es una “cosa pequeña” en comparación con el sendero maravillosa del “tzadik Leviatán”. El Leviatán será, por lo tanto, “degolla”, es decir, eleva al Toro Salvaje. Lo hará con sus aletas, ya que es con sus aletas que el Leviatán se desliza suavemente a través del agua. Por consiguiente, las aletas representan la propulsión del elevado ascenso del tzadik.
Por otro lado, hay una ventaja de los “tzadikim Toro Salvaje”, ya que ellos cumplen la misión de hacer del mundo físico una morada para Di-s. Así, el Toro Salvaje “degolla” al Leviatán y lo eleva también -cada uno imbuye al otro con la virtud que le falta.
El Leviatán y Toro Salvaje también están presentes en el servicio Divino de cada persona: 1) los esfuerzos para “apegarnos” a Di-s [el Leviatán], 2) La elevación del mundo físico [el Toro Salvaje] (Leviatán 5747).