De Noaj a Abraham – Lectura de la Torá parashá Noaj
Rejovot Israel.
La Familia Humana en el Servicio a Dios
En la era mesiánica todas las naciones del mundo se unirán en su servicio al Dios Único de Israel.
En la porción semanal de la Torá llamada Noaj (Génesis 6:9 – 11:32) la Torá trata específicamente el tema de los hijos de Noé, refiriéndose a toda la humanidad, resaltando la importancia de nuestro servicio a Dios individual y unificado a la vez. El siguiente artículo fue extraído de una clase brindada por el rabino Ginsburgh en Jericó el 28 de Nisán de 5764 (2004).
Canalizando el Caos
En su famosa disertación del 28 de Nisán de 5751, el Rebe de Lubavitch, Rabí Menajem Mendel Schneerson, explicó que la manera de traer al Mashíaj es dominar las tremendas luces del mundo del caos y canalizarlas hacia los recipientes perfectos del mundo de la rectificación.
A nivel práctico, este concepto profundo, abstracto y a la vez básico de la Cabalá y el jasidismo, implica que cuando ponemos nuestras energías en traer al Mashíaj, nuestro plan de acción debe surgir a partir de un pensamiento nuevo y creativo, de un lugar que se encuentra más allá del encuadre de la sabiduría convencional, y consecuentemente, nuestras acciones deben seguir también dicho patrón.
El Rebe nos urgió a probar las áreas aún «inexploradas» de nuestras mentes, de la Tierra de Israel y del mundo, y canalizar las inmensas energías almacenadas en esos lugares hacia la acción certera y rectificada para traer al Mashíaj.
El Mashíaj Unirá a toda la Humanidad para Servir a Dios
El apogeo de los trabajos del Mashíaj se alcanzará cuando llegue a unir a toda la humanidad al servicio de Dios «hombro con hombro». Cuando trabajamos en aras de la redención final, debemos también transformar nuestras energías en amor trayendo a todas las naciones del mundo al servicio rectificado a Dios.
¿El Mashíaj es Blanco?
Los sabios y profetas describen al Mashíaj como un leproso (para profundizar en este tema ver El Poder Mesiánico de la Curación). Al discutir el tema de la lepra, tzaarat, la Torá dice (Levítico 13:2):