Es costumbre contar una historia jasídica sobre el Baal Shem Tov todos los Motzaei Shabat, la salida del Shabat por la noche en una comida de Melavé Malká, acompañar a la novia (el Shabat).
Una segulá para un buen sustento, para tener hijos y tener satisfacciones de ellos, para una vida buena y larga y para salud
Cuanto amor del Baal Shem Tov
Rabi Israel Baal Shem Tov estaba lleno de amor por el pueblo de Israel. Observar su conducta y acciones enseña el camino para lograr el amor al prójimo.
Se dice que el Baal Shem Tov solía decir en público:
- “No tienes una persona de Israel en la que no encuentres una virtud y una chispa de santidad”.
Y agregaba,
- Dos veces encontramos en la Torá la palabra ‘y amarás’:
- “Y amarás al Señor tu Dios” (Deuteronomio 6:5)
- “Y ama a tu prójimo como a ti mismo” (Levítico 19:18)
¿Por qué? Porque el amor a cada uno de Israel debe equipararse en nosotros como el amor a Dios, bendito sea.
Necesitamos amar a Dios aunque a veces nos parezca que sus acciones hacia nosotros son contra nuestras acciones y deseos. Y bendecir por lo malo como se bendice por lo bueno. Así es como debemos amar a cada persona del pueblo de Israel aunque también haga actos contra nuestro deseo.
Sea Su voluntad que tengamos verdadero amor por Israel.
2 La Recompensa del Jasid Fiel
Había un Jasid del Baal Shem Tov, que vivía un poco lejos de Mezhibuzh. No se perdía ninguna Melave Malká con el Baal Shem Tov. No importaba el estado del tiempo, siempre llegaba a toda melave Malká a la salida de Shabat. Pero…, un motzaei Shabat salió de la casa y había tanto viento, tanta nieve, que después de algunos minutos sintió que no tenía fuerza, y en cualquier instante se iba a desmayar. Otro paso, y otro paso, no podía más…Regresó a su casa, se sentó al lado de la mesa y se dijo a sí mismo:
- Nu, no hay alternativa, traté…esta vez haré melave malká en casa solo.
Pero de repente, se levantó y con un gesto de las manos dijo:
- ¡Imposible, no puedo aceptar que vaya a desperdiciar una melave malka!
Se puso más ropa y más ropa, y salió a la noche fría y blanca. Se estaba por desmayar de nuevo, cuando de repente…Lo vio un cochero que pasaba con su carreta
- Espera, espera, le pidió.
El carrero paró y le preguntó a dónde quería ir
- ¡A Mezhubuzh, a lo del Baal Shem Tov!
- Sube, te voy a llevar.
Se subió a la carreta, se calentó un poco. El cochero le dio algo caliente para beber. Y mientras bebía pensaba, en unos minutos estaré en el beit midrash con el Baal Shem Tov, y todos los javerim. Allí, escucharé palabras de Torá, cantaremos melodías jasídicas. Y comenzó a cantar sin darse cuenta:
- Eliahu Hanaví,
- Eliahu Hagiladi.
- Bimeira iabo eleinu…
Eliahu el Profeta, Eliahu de Gilad, pronto vendrá a nosotros…
Mientras cantaba junto al carretero llegaron a lo del Baal Shem Tov.
- “Rev Shloime, Shulem Aleijem, ven aquí!” le dijo el Baal Shem Tov.
- “¡¿Dime, qué se sintió cantar Eliahu Hanaví, …junto con Eliahu Hanaví?!”
- Bimeira iabó eleinu, im Moshíaj ben David. Muy pronto, vendrá a nosotros con el Mashíaj ben David