28 de Shevat 5773 – Ierushalaim
(Notas tomadas durante clase, no han sido revisadas ni editadas por Harav Ginsburgh)
1) LA BASE DE LA PARASHAT MISHPATIM: SER PERSPICAZ (פקח, PIKEAJ)
“Aléjate de la Mentira” – Un precepto positivo según el Sama”g [Sefer Mitzvot Gadol]
Lejaim Lejaim. Estamos en la parashat Mishpatim: [Shemot 21:1]
ואלה המשפטים אשר תשים לפניהם.
Veeile hamishpatim asher tasim lifneihem.
“Y estas son las leyes que pondrás ante a ellos.”
Más adelante en la parashá hay un verso muy singular en la Torá: [Shemot 23:7]
מדבר שקר תרחק, ונקי וצדיק אל תהרֹג כי לא אצדיק רשע.
Midevar sheker tirjak, venakí vetzadik al taharog ki lo atzdik rashá.
“De lo falso te alejarás, y al limpio [una persona que no se ha demostrado sea culpabilidad] o al justo [absuelto] no matarás. Porque no absolveré al malvado.”
Y luego sigue:
ושֹחד לא תקח, כי השֹחד יעור פקחים ויסלף דברי צדיקים
Veshojad lo tikaj, ki hashojad iaver pikjim veisalef divrei tzadikim.
“Y soborno no tomarás, porque el soborno enceguece al perspicaz y tuerce las palabras del justo.”
El Sefer Mitzvot Gadol, Sama”g, uno de los grandes rishonim, incluye el verso “de lo falso te alejarás” como un precepto positivo de la Torá. Por el contrario, el Rambam y el resto de los enumeradores de los preceptos entre los rishonim no cuentan este verso. El Talmud trae 13 interpretaciones de este verso, correspondientes a las 13 cualidades de misericordia; parece que esta orden comprende todos los fundamentos de la Torá que se interpretan también con 13 reglas. Dentro de las 13 interpretaciones el Rambam trae a la halajá 9 interpretaciones, y en cada una de ellas escribe que se aprende del verso “Y de lo falso te alejarás”, y sin embargo no cuenta el Rambam este verso como un precepto dentro de los 613 como sí lo hace el Sama”g. En su orden de los preceptos, divide los preceptos según los temas, como en el Rambam hay una halajá tras otra, y este precepto lo ubica al final de los preceptos del Sanhedrín. Termina con el tratamiento de este precepto al final del verso con que comienza nuestra parashá, “Estas son las leyes que pondrás frente a ellos”, sobre el cual también hay muchas interpretaciones como explicaremos a continuación. El sama”g conecta “y de lo falso te alejarás” con este verso primero de la parashá, y trae la interpretación que también se encuentra en Rashi: “’Ante ellos’ y no ante los idólatras”.
Está prohibido llevar los juicios del pueblo de Israel ante los idólatras, ser juzgado según los principios de los gentiles, porque significa mancillar el Nombre de Dios”. Respecto a la pregunta tan difundida acerca de la persona agresiva que no se le puede obligar a pagar por medio de las leyes de Israel, si está permitido llevarlo frente a los juzgados de los gentiles, hay quien prohíbe y quien permite. De todas maneras, es uno de los temas más importantes de la parashá, y el Sefer Mitzvot Gadol lo conecta con “De lo falso te alejarás”.
“Porque no absolveré al malvado”
“Y estas son las leyes que pondrás ante ellos”, hay que poner las leyes “ante ellos” -el Admur Hazakén dice que esto significa “dentro del nefesh”- y el juicio tiene que ser verdad. Por providencia Divina esta noche salió el cuadernillo sobre los dichos de las Letras Hebreas, donde el primero de ellos es אמת למד פיך, emet lamed pija, “verdad enseñará tu boca”, como está explicado en “Las Letras de Rabi Akiva”. En el cuadernillo está explicado que “verdad enseñará tu boca” está conectado con “de lo falso te alejarás”.
Hay otro verso, צדק צדק תרדף, tzedek tzedek tirdof, “justicia, justicia perseguirás” que el Rasa”g, Rabí Saadia gaón lo cuentan como uno de los preceptos positivos de la Torá y el resto de los rishonim no. Una de las interpretaciones, en la cual nos concentraremos, conecta “de lo falso te alejarás” con la continuación del verso “y al limpio y al justo no matarás”. ¿Cómo explican los sabios este verso? Si una persona es declarada culpable a la pena capital, y alguien dice que tiene una prueba de su inocencia, se lo trae nuevamente al bet din, al juzgado y se lo juzga a la luz de la nueva prueba. Es nakí, “limpio”, y no lo mates aunque el veredicto haya sido su ejecución. Vetzadik, “Y justo” es al revés, una persona sale inocente, y alguien dice que tiene una prueba de su culpabilidad, que merece la pena capital, no se lo regresa al bet din. Dice El Santo bendito Es: ¿quizás temes que si no lo juzgamos nuevamente un asesino quedará suelto? Sobre esto dice el final del verso “porque no absolveré al malvado”. Dios no lo absolverá, Dios tiene muchas formas de cumplir el veredicto de muerte que se merece.
Identificar quién es inocente sin engañarse a sí mismo
¿Qué vemos aquí? Que el “tzadik” es quien se piensa que es lo contrario. El fundamento del Tania, el libro básico del Jasidut, es dilucidar quién es justo y quién no. Hay una gradación de cinco niveles: צדיק וטוב לו, צדיק ורע לו, רשע וטוב לו, רשע ורע לו ובינוני באמצע, tzadik vetov lo, tzadik vera lo, rashá vetov lo, rashá veralo, ubeinoní veemtza, “justo que tiene bien, justo que tiene maldad, malvado que tiene bien, malvado que tiene maldad, y el intermedio”. El Tania comienza dilucidando quién es el justo verdadero de la Torá.
Es sabido entre los jasidim que decían que si quisieran resumir todo el Libro de Tania en una frase, sería en idish: זיין ניט קיין נאַר, zain nit kaien nar, “no seas embustero”, no te engañes a ti mismo. Es sabido que incluso los grandes jasidim, hasta que llegaron a Jabad no conocían este principio respecto a sí mismos. Considerado uno de los más grandes jasidim de Jabad de todos los tiempos, Rabi Hilel de Paritsch al principio era jasid del Rebe de Tchernobil, y era muy grande en Torá y en Jasidut, hasta que llegó a Jabad, al Admur Haemtzaí. Rabi Hilel pensaba que era un tzadik (así contaba de sí mismo). Sólo cuando llegó a Jabad entendió que alevai beinoní, “ojalá sea un intermedio”, como dicen los jasidim. Entendió que es muy difícil cumplir “Te alejarás de la mentira” respecto a uno mismo, no engañarse a uno mismo. En nuestro verso el llamado “justo” en realidad es un malvado, un asesino, pero no había suficientes pruebas para culparlo. Luego alguien obtuvo otra prueba, pero no se lo vuelve a juzgar. Así, quien es casi beinoní, “intermedio”, puede errar consigo mismo y pensar que es un tzadik, pero aquí es verdaderamente todo lo contrario.
Sama”k: la persona tiene prohibido considerarse tzadik – Este es el Fundamento de Tania
Explicamos la idea de los rishonim, que el Sama”g cuenta como uno de los preceptos la orden de “te alejarás de lo mentiroso”, y el Rasa”g, Rabí Saadia Gaón, pone en su lista de preceptos “justicia, justicia perseguirás”. De acuerdo al listado de los preceptos del Sama”k (Sefer Mitzvot Katán, de Rabi Itzjak de Corbil, de los comentarios Tosafot) hay un precepto de que la persona no se considere un justo. Teóricamente este precepto es del Libro de Tania, pero no recuerdo que alguien aclare que el Admur Hazakén, [Rabi Shneur Zalmen, el primer Rebe de Jabad] en el libro de Tania se basa en la opinión del Sama”k.
¿De dónde aprende esto el Sama”k? Del verso en la parashat Ekev: “no dirás en tu corazón… que por ser justo me trajo Havaiá a heredar esta tierra”. Está prohibido sentir que Hashem me hace el bien porque soy un justo. Hay que pensar que recibí el bien por el mérito de los patriarcas o por otro motivo, o en el peor de los casos (así escribe) porque en verdad soy un malvado, Hashem me hace bien en este mundo para que suceda lo contrario, Dios no lo permita, en el mundo por venir…, lo principal es no pensar que yo soy tzadik. Esta es uno de los 613 preceptos de la Torá de acuerdo a su sistema.
Perspicacia, alegría y rapidez con moderación
Todo el Tania se ocupa en que la persona no se engañe a sí misma. ¿Cómo denomina el Baal Shem Tov a esta característica en la psiquis, cuando la persona es auténtica y no se engaña a sí misma? Hay un dicho clásico que dice: 3 cosas son la base de todos los preceptos. El primer precepto es ser perspicaz, no sólo en la Torá sino también en los asuntos de este mundo. No ser tonto. Segundo, dice el Baal Shem Tov, hay que estar siempre alegre. Todo te sucede por providencia Divina del Cielo, y hay que alegrarse. Tercero es ser “rápido pero con moderación”. Hay que estar activo todo el tiempo, en acción, pero ser considerado, moderado. Eso no debería afectar o disminuir la rapidez del ritmo, sino sólo provocar ser ligero pero con criterio.
El tema de la moderación y ser “rápido con moderación” a la vez se relaciona con los juicios, con nuestra parashá. Una de las cosas que aprenden los sabios del primer verso de la parashá es lo que constituye la fuente de la primera halajá de los sabios en la Torá Oral:
הוו מתונים בדין
hevé metunim badin,
“sean moderados en el juicio”.
Por un lado está prohibido posponer [prolongar] el juicio, como se hace hoy en día. Hay que dar el veredicto con celeridad, definir la halajá, pero a la vez moderado. Rápido pero no atolondrado. El tema de ser “moderados en el juicio” lo aprendemos de que “y estos son los juicios” viene a continuación del final de la parashá Itró “y no ascenderás por escaleras a Mi altar”. La ascensión por escaleras debe ser con paso firme y determinado, y también así debe ser “y estos son los juicios que pondrás frente a ellos”. De la misma manera, no hay que dar pasos bruscos, “para que no se revele tu desnudez sobre él” (esta es una de las muchas interpretaciones de los sabios de “y estos son los juicios”). La parashá Mishpatim se llama parashat dinim, “de los juicios”, y la primera halajá de la Torá Oral es “sean moderados en el juicio”.
“El soborno ciega a los perspicaces” – “Y si todo el mundo te dice que eres un tzadik, considérate un malvado”
Y así también, el primer precepto del Baal Shem Tov es ser perspicaz, que es la continuación de la parasha: “y soborno no tomarás porque el soborno ciega a los perspicaces y tuerce las palabras de los tzadikim”. En el libro Mishné Torá del Rambam hay un verso equivalente, justo antes del exhorto “justicia, justicia perseguirás” que recordamos antes, también en él está escrito “Y no tomarás soborno porque el soborno ciega los ojos de los sabios y tuerce las palabras de los justos. Con respecto a “Y tuerce” está escrito en forma parecida, aunque por algún motivo hay una pequeña diferencia en la escritura. En nuestra parashá está escrito צדיקים, tzadikim, “justos” en forma completa y en el Rambam está escrito צדיקם, tzadikim en forma incompleta, sin la segunda iud, como si se hablara en singular (insinuando que esto concierne incluso a quien es el justo principal de su generación).
De todas maneras, respecto a la palabra tzadikim se escribe la misma expresión “Y tuerce las palabras de los tzadikim”, pero respecto a “ciega” hay una diferencia, un cambio: aquí “ciega a los perspicaces” y allí “ciega los ojos de los sabios”. Perspicaces significa los que tienen los ojos perceptivos, se refiere a alguien perspicaz, que ve muy bien la realidad, comenzando por el hecho de que cumple la primera mitzvá del Baal Shem Tov y no se engaña respecto a sí mismo. ¿Qué puede arruinarlo esto? El soborno, que puede ser dinero pero también puede ser recibir elogios de las personas.
Dijimos que no considerarse a sí mismo un tzadik es un precepto negativo de la Tora. Hay sobre esto una enseñanza de los sabios con la cual se abre el libro del Tania: “Y aunque todo el mundo te diga que eres un justo, considérate un malvado”. La expresión “eres un justo”, como elogio es una forma de soborno. Recibir elogios es como una prueba y tienes que pasarla evitando recibir el soborno de la gente y en cambio “sé a tus ojos como un malvado”. Y si por algún motivo recibes el soborno de los elogios, cuando todos te dicen que eres un justo, entonces pierdes tu perspicacia, no cumples el precepto de “de la mentira te alejaras”, que está escrito a continuación, te estás engañando respecto a ti mismo.
Parasha Mishpatim – Lo primero es ser perspicaz
Ahora volvamos al primer verso de la perashá: “Y estas son las leyes que pondrás ante ellos”. Las leyes tienen que penetrar como agua profunda dentro de ellos. ¿Cuál es la función de las leyes? Las leyes son en especial los preceptos racionales, no los testimonios ni los decretos. Las leyes son preceptos que la mente humana dice hay cumplir, como por ejemplo “no robar “o “no mataras”. Los testimonios son preceptos que la razón no nos obliga a cumplir, pero una vez que el precepto es ordenado se puede explicar su motivo en forma racional. Los decretos son preceptos que no tienen ningún motivo, como la vaca roja o la mezcla de lana y lino, a tal punto que no se permite tratar de entender.
Pero aquí, inmediatamente después de la entrega de la Torá en el monte Sinaí, Dios nos da leyes. ¿Por qué? Justamente por la racionalidad que hay en ellas, y eso pide Dios de los judíos: ¿Has recibido la Torá? Se perspicaz y no seas tonto. Cuando escribo al revés la raíz שפט (de la palabra משפתים, mishpatim, leyes) se forma טפש, tipesh, “tonto”.
¿Cuál es entonces el cometido de las leyes? No seas tonto, no tomes soborno de las personas. La finalidad de todas las leyes es que la persona desarrolle la perspicacia judía verdadera.
La sagacidad del Juez – advertir el engaño en un juicio
Dijimos que hay 13 interpretaciones de los sabios del verso “y de la mentira te alejarás”, y que queremos concentrarnos en una de ellas. Veamos una de las interpretaciones: si eres juez y tienes frente a ti un juicio mentiroso, donde sientes que los testigos mienten, o que el acusado los arregla para atestiguar incorrectamente porque son ingenuos, o porque hay algo oculto y sientes que no se pueden desplegar todas las cartas sobre la mesa, entonces tienes prohibido decir que la Torá confía en los testigos y que te apoyas en ellos como testigos validos de acuerdo con la Tora, que no tienes ningún motivo para descalificarlos y por eso los aceptas, y si hay aquí mentira o estafa ellos serán responsables. Está prohibido decir esto, en cambio tienes que retirarte del juicio y no juzgarlos, como está escrito “De la mentira te alejarás”.
¿Qué vemos aquí? Que todo esto es para desarrollar el sentido de la sagacidad. También el juez que tiene a su disposición todas las reglas del Shuljan Aruj, tiene que saber reconocer cuando es un juicio engañoso. Un juicio engañoso es imposible encuadrarlo dentro de las reglas, y si de todas maneras lo hace así, distorsiona el juicio.