¿Dónde están los Hijos de Moisés?
Después de realizado el censo de los Hijos de Israel en la porción semanal de la Torá, Bamidbar, la cuarta sección de nuestra perashá comienza con este versículo: “Estas son las generaciones de Aarón y Moisés…” Estos versículos continúan enumerando a los cuatro hijos de Aarón, pero los dos hijos de Moisés no son mencionados.
El famoso comentarista literal de la Torá, Rashi, explica la ausencia de ellos con una enseñanza de los sabios, quienes aprenden de esta omisión que cuando una persona enseña Torá a otra es como si la hubiera hecho nacer. Para aclarar este punto, al enumerar a los hijos de Aarón la Torá incluye a Moisés como su progenitor. Moisés, el Rebe por excelencia (“Rabi” o “maestro”) de todo Israel, incluyendo a los hijos de Aarón, es considerado su padre.
Revelación y Esencia
Aprendemos en jasidut que la transmisión del conocimiento y las ideas de la Torá de una persona a otra puede ser comparada a una revelación de luz espiritual. Por otro lado, cuando una persona trae hijos físicos al mundo, no está transmitiendo luz sino su propia esencia. ¿Entonces cómo podemos entender la interpretación de los sabios que cuando una persona enseña Torá a otra es como si lo hubiera hecho nacer?
Un Rebe Verdadero
Jasidut explica la diferencia entre un maestro común y uno como Moisés. Mientras que el primero transmite ideas y luz a sus estudiantes, el Rebe, quien es la manifestación de Moisés en cada generación, imbuye su propia esencia –todo su corazón y su alma- en las palabras sagradas de Torá que transmite. Esta devota enseñanza es tan intensa que penetran al alma de su discípulo impregnándolo con su propia esencia. Este acto de unión entre el verdadero Rebe y el verdadero discípulo hace nacer de nuevo a su discípulo y en cierto sentido, al Rebe también. Al impregnar al discípulo con sus nuevas concepciones de la Torá, el Rebe revela profundidades desconocidas de la esencia de su propia alma, renovándose también.
El Cantar de los Cantares es la parábola del matrimonio entre Di-s e Israel. La parábola de este poema también se aplica a la relación entre el Rebe verdadero y su estudiante. Son como cónyuges dando nuevamente a luz al discípulo. En ese sentido, este se vuelve más hijo del Rebe que de su padre biológico. Cuando el Rebe da a luz a su discípulo, su nuevo status de padre está fundado también hasta en la ley judía.
La Chispa de Moisés en Cada Persona
Todo judío tiene dentro de sí una chispa del máximo Rebe, Moisés. Por lo tanto, cada uno puede aspirar a transmitir con todo su corazón y toda su alma la Torá que aprendió. Esto es mucho más que simplemente compartir conceptos o pensamientos con otros, incluso los tan sublimes de la Torá. Requiere una devoción total a la Torá, de manera que esta se vuelva nuestra verdadera vida. En esta situación, podemos transmitir nuestra esencia a los otros. Un verdadero discípulo abrirá su corazón y su alma para integrar las enseñanzas esenciales de su Rebe a su propia esencia.
La Maravilla de la Recreación
El primer mandamiento que se le dio al hombre fue ser fructífero y multiplicarse. Esto se aplica por supuesto a la mitzvá (mandamiento) literal de traer hijos al mundo. La cabalá explica que otra dimensión de este mandamiento es que cuando una persona es merecedora de nuevos destellos de ideas de la Torá, está siendo fructífero y se está multiplicando en la sagrada esencia de su mente.
Rabí Schneor Zalman de Liadi, el primer Rebe de Lubavitch y autor del Tania, explica este mandamiento como la mitzvá que tiene todo judío de hacer otro judío. Esto no es necesariamente una directiva biológica; la Torá nos insta a dedicarnos en tal medida a otro judío, hasta que realmente lo hayamos re-creado.
Algunas personas creen que el rol principal del Rebe es realizar milagros. Pero aquellos con una comprensión más profunda de este rol, saben que sus verdaderas maravillas provienen de su habilidad de imbuir a sus estudiantes con su propia esencia. Cuando el Rebe enseña Torá a sus estudiantes desde lo profundo de su corazón y su alma es como si hubiera tomado un trozo de materia prima y creado un ser humano nuevo.
Despertar de la Chispa Divina
La Torá se dirige a cada individuo en todas las épocas. Al referirse al rol de Moshé como padre de sus discípulos, nuestra porción de la Torá instruye a la chispa de Moshé en todos nosotros a que sea fructífera y se multiplique en nuestras relaciones interpersonales. Di-s nos trajo a este mundo no sólo para compartir nuestro conocimiento de la Torá, sino para impregnar realmente otras almas con la esencia de la Torá presente en nuestras almas. Así, juntos, podemos hacernos renacer a nosotros mismos y a los demás, llenando completamente el mundo con la revelación de Di-s.